Haciendo un recorrido por la zona céntrica de la ciudad, nos encontramos que estos ductos, construidos para la evacuación de las aguas lluvias, están totalmente taponados por la basura.
Es mejor prevenir que lamentar. Al parecer este dicho popular no lo conocen los encargados del mantenimiento de las rejillas del alcantarillado pluvial en Valledupar.
Haciendo un recorrido por la zona céntrica de la ciudad, nos encontramos que estos ductos, construidos para la evacuación de las aguas lluvias, están totalmente taponados por las basura.
Cada vez que llueve en la ciudad surgen las quejas por parte de los comerciantes del sector porque las calles se inundan, pero no son conscientes de que al arrojar basuras a las calzadas, éstas van a parar a las rejillas y las taponan, por lo que las aguas no tienen por dónde evacuar.
Pero también hay gran parte de responsabilidad de la empresa Emdupar, que tiene la obligación de mantener limpios estos ductos y no lo hace en el momento preciso. Por ejemplo, la lente de EL PILÓN captó que a las rejillas que están en el sector de la Galería Popular no les caben más basuras, por lo que preguntamos: ¿por qué no aprovechan la temporada de sequía para hacerle limpieza a los canales de drenaje, para que cuando vuelvan las lluvias no se inunden las calles?
Esta es una fiel muestra de la falta de cultura ciudadana y civismo de muchos de los que habitan la ciudad de los Santos Reyes, y en este caso específico, de quienes trabajan y circulan por el centro de Valledupar. Como dice un reconocido cantante de la música vallenata, “se las dejo ahí”.
¡Qué hueco!
Frente al Colegio Nacional Loperena, sobre la calle 16, encontramos esta serie de huecos que se han convertido en un dolor de cabeza para los conductores de carros y motos que diariamente utilizan esta artería vial del centro de la ciudad.
Lo grave del caso es que los conductores, por no caer en los huecos, les hacen el quite, y pueden colisionar contra otro vehículo o en el peor de los casos arrollar a los estudiantes que entran y salen de la institución educativa.
En Valledupar se ha vuelto costumbre que rompen las placas del pavimento para corregir fugas de agua, hacer cambios de tuberías, instalar tubería de gas, y no las resanan de manera inmediata. Y como ninguna autoridad ejerce control sobre esta situación, la ciudad se está acabando poco a poco, porque cada día son más los huecos que hay en la calles.
Haciendo un recorrido por la zona céntrica de la ciudad, nos encontramos que estos ductos, construidos para la evacuación de las aguas lluvias, están totalmente taponados por la basura.
Es mejor prevenir que lamentar. Al parecer este dicho popular no lo conocen los encargados del mantenimiento de las rejillas del alcantarillado pluvial en Valledupar.
Haciendo un recorrido por la zona céntrica de la ciudad, nos encontramos que estos ductos, construidos para la evacuación de las aguas lluvias, están totalmente taponados por las basura.
Cada vez que llueve en la ciudad surgen las quejas por parte de los comerciantes del sector porque las calles se inundan, pero no son conscientes de que al arrojar basuras a las calzadas, éstas van a parar a las rejillas y las taponan, por lo que las aguas no tienen por dónde evacuar.
Pero también hay gran parte de responsabilidad de la empresa Emdupar, que tiene la obligación de mantener limpios estos ductos y no lo hace en el momento preciso. Por ejemplo, la lente de EL PILÓN captó que a las rejillas que están en el sector de la Galería Popular no les caben más basuras, por lo que preguntamos: ¿por qué no aprovechan la temporada de sequía para hacerle limpieza a los canales de drenaje, para que cuando vuelvan las lluvias no se inunden las calles?
Esta es una fiel muestra de la falta de cultura ciudadana y civismo de muchos de los que habitan la ciudad de los Santos Reyes, y en este caso específico, de quienes trabajan y circulan por el centro de Valledupar. Como dice un reconocido cantante de la música vallenata, “se las dejo ahí”.
¡Qué hueco!
Frente al Colegio Nacional Loperena, sobre la calle 16, encontramos esta serie de huecos que se han convertido en un dolor de cabeza para los conductores de carros y motos que diariamente utilizan esta artería vial del centro de la ciudad.
Lo grave del caso es que los conductores, por no caer en los huecos, les hacen el quite, y pueden colisionar contra otro vehículo o en el peor de los casos arrollar a los estudiantes que entran y salen de la institución educativa.
En Valledupar se ha vuelto costumbre que rompen las placas del pavimento para corregir fugas de agua, hacer cambios de tuberías, instalar tubería de gas, y no las resanan de manera inmediata. Y como ninguna autoridad ejerce control sobre esta situación, la ciudad se está acabando poco a poco, porque cada día son más los huecos que hay en la calles.