Este 30 de julio el mundo conmemora el Día Mundial Contra la Trata de Personas y los organismos internacionales como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia o Unicef, por sus siglas en inglés, vuelven a alertarnos sobre la estrecha relación de este fenómeno con los entornos digitales.

El Informe Global de la Trata de Personas 2018 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Unodc, asegura que el 30 % de las víctimas de trata son personas menores de 18 años (23 % niñas y 7 % niños). La ventana por la que con alta frecuencia entra el mal es la digital.

Los peligros son tales que entre las recomendaciones de estas organizaciones destaca aquella dirigida a establecer los cambios de ánimo de los niños por el contenido que ven en la internet. Es decir, mayores cuidados teniendo en cuenta que estos cambios de ánimo, baja en el rendimiento académico y desarrollo social de los menores no solo tiene que ver con abusos sexuales. Esto implica que de la fina observación de los padres hacia sus hijos, del estrecho diálogo con ellos, nace la herramienta más infalible para prevenir dos terribles males.

La internet es considerada una de las herramientas del presente más poderosas para el desarrollo humano pero la sociedad subvalora ese poder al no supervisar qué ven, qué leen, con quién se conectan los niños a través de la web.

En el Cesar nos disponemos a recibir nuevamente un programa de alta conectividad que remplaza a los ‘Kioscos Vive Digital’ del gobierno Santos.

A través del Ministerio de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, cuyos delegados dialogaron en nuestra sala de redacción sobre su propósito, el gobierno Duque pretende establecer un nivel de conectividad mayor, en zonas rurales, más eficiente financieramente pues lo haría con operadores privados, y de lograrlo más niños de las zonas apartadas, y por supuesto urbanas, podrán acceder a los beneficios de la internet, como sinónimo de calidad educativa. Pero, seguimos hablando con padres y maestros sobre la supervisión de lo que los niños y jóvenes consumen de ese vasto y profundo mundo.

Entre las recomendaciones de la Unicef y la Red PaPaz encontramos una destinada a establecer un vínculo entre niños y adultos cuidadores para que ellos, los menores, cuente directamente algunos aspectos relacionados con su acceso a la red: “Los cuidadores debemos ser ‘adultos de confianza’ para las niñas y niños y promover entre ellos reglas básicas de seguridad en Internet, como las siguientes:

1) Le contaré a mi adulto de confianza si algo me hace sentir triste, asustado o confundido.
2) Le preguntaré a mi adulto de confianza antes de intercambiar información como mi nombre, dirección y número de teléfono.
3) No me encontraré en persona con nadie que haya conocido en internet.
4) Siempre usaré buenos modales en el ciberespacio y no seré grosero ni ofensivo en línea.
Tome nota.