El autor es un guajiro que también se ha destacado como periodista, músico de acordeón compositor y poeta, hoy pone a disposición del público su tercera creación literaria.
Como un proyecto escrito entre la crónica y la narrativa ficción para estimular el pensamiento de aquellos seres humanos que, sin la disciplina, la perseverancia y la fe necesaria, le cierran las puertas a la esperanza, sin tener en cuenta que “Querer es poder”, así cataloga Walter Mendoza Martínez su nueva obra literaria.
El autor es un guajiro que también se ha destacado como periodista, músico de acordeón compositor y poeta, hoy pone a disposición del público su tercera creación literaria.
Mendoza Martínez asegura que “debemos luchar para conseguir nuestros sueños, porque se puede soñar aún en la vejez. A través de mi obra pude demostrar que cuando se cree en Dios y no desmayamos en nuestra lucha logramos lo que queremos, porque si para los seres humanos querer es poder, que tal si confiamos en Dios que es el poder mismo”.
Su pluma se remonta a épocas de añoranza. La adolescencia de Brayan, el personaje alrededor del que se teje toda la historia, es recreada paso a paso, desde la ceremonia de graduación como bachiller,pasando por duras pruebas de la vida. Donde no están ausente la carencia de comodidades, las vicisitudes de una clase y de otra. Pero el afecto de sus padres, el aprecio de sus amigos y la admiración de quienes lo conocieron en el mundo musical donde incursiona por un tiempo son un bálsamo para aliviar esos quebrantos, y le dan vigor para luchar sin desfallecer.
A medida que discurre toda la historia de aquel muchacho, cuyo acordeón sacaba las notas que en su alma saltaban, el texto se va impregnando de la naturaleza espiritual del narrador. No cabe duda, queesa corriente asida del poder del creador, fue la que llevó al protagonista hasta donde quiso llegar o podrá hacerlo todavía, porque el autor considera quepara el poder supremo no hay nada imposible.
“La obra está escrita en un lenguaje sencillo, no acudo a intelectualismos englobados, ni a filosofías que enredarían una historia que sucede a diario y se repite en uno y en otro, y en miles de muchachos como Brayan. Mi idea esdejar un mensaje preciso: cuando los sueños surgen y copan la mente consciente, van apareciendo ideas, conexiones, entusiasmo, amistades y otros recursos quizás no tan elaborados, pero si llenos de energía y positivismo y ellos se vuelven realidad un día”, aseveró el autor.
Mendoza Martínez invita a todos los amantes de la literatura a que lean y conozcan a través de sus obras su trayectoria como escritor. Sobre todo, en estas épocas donde la tecnología avasalla a las personas y el germen del placer y el poseer ocupan todos los espacios dentro de una sociedad, llevándoles a un mundo adverso, porque se antepone lo material por encima de lo humano y lo espiritual, enfatizando que“podrá pasar el brillo de lajuventud, pero por las obras de las personas jamás pasará el brillo de su vida”.
Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN
El autor es un guajiro que también se ha destacado como periodista, músico de acordeón compositor y poeta, hoy pone a disposición del público su tercera creación literaria.
Como un proyecto escrito entre la crónica y la narrativa ficción para estimular el pensamiento de aquellos seres humanos que, sin la disciplina, la perseverancia y la fe necesaria, le cierran las puertas a la esperanza, sin tener en cuenta que “Querer es poder”, así cataloga Walter Mendoza Martínez su nueva obra literaria.
El autor es un guajiro que también se ha destacado como periodista, músico de acordeón compositor y poeta, hoy pone a disposición del público su tercera creación literaria.
Mendoza Martínez asegura que “debemos luchar para conseguir nuestros sueños, porque se puede soñar aún en la vejez. A través de mi obra pude demostrar que cuando se cree en Dios y no desmayamos en nuestra lucha logramos lo que queremos, porque si para los seres humanos querer es poder, que tal si confiamos en Dios que es el poder mismo”.
Su pluma se remonta a épocas de añoranza. La adolescencia de Brayan, el personaje alrededor del que se teje toda la historia, es recreada paso a paso, desde la ceremonia de graduación como bachiller,pasando por duras pruebas de la vida. Donde no están ausente la carencia de comodidades, las vicisitudes de una clase y de otra. Pero el afecto de sus padres, el aprecio de sus amigos y la admiración de quienes lo conocieron en el mundo musical donde incursiona por un tiempo son un bálsamo para aliviar esos quebrantos, y le dan vigor para luchar sin desfallecer.
A medida que discurre toda la historia de aquel muchacho, cuyo acordeón sacaba las notas que en su alma saltaban, el texto se va impregnando de la naturaleza espiritual del narrador. No cabe duda, queesa corriente asida del poder del creador, fue la que llevó al protagonista hasta donde quiso llegar o podrá hacerlo todavía, porque el autor considera quepara el poder supremo no hay nada imposible.
“La obra está escrita en un lenguaje sencillo, no acudo a intelectualismos englobados, ni a filosofías que enredarían una historia que sucede a diario y se repite en uno y en otro, y en miles de muchachos como Brayan. Mi idea esdejar un mensaje preciso: cuando los sueños surgen y copan la mente consciente, van apareciendo ideas, conexiones, entusiasmo, amistades y otros recursos quizás no tan elaborados, pero si llenos de energía y positivismo y ellos se vuelven realidad un día”, aseveró el autor.
Mendoza Martínez invita a todos los amantes de la literatura a que lean y conozcan a través de sus obras su trayectoria como escritor. Sobre todo, en estas épocas donde la tecnología avasalla a las personas y el germen del placer y el poseer ocupan todos los espacios dentro de una sociedad, llevándoles a un mundo adverso, porque se antepone lo material por encima de lo humano y lo espiritual, enfatizando que“podrá pasar el brillo de lajuventud, pero por las obras de las personas jamás pasará el brillo de su vida”.
Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN