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Opinión - 18 mayo, 2019

¿Qué paso con…?

El otro día hablando con mi primo Simón Ackerman, quien es vallenato raizal, pero tiene muchos años de vivir por fuera, aunque constantemente viene a visitar su tierra querida, trajimos a colación esos agradables aromas y nos preguntamos: ¿Qué paso con esos deliciosos aromas a dulce de leche que emanaba de Cicolac, hoy DPA, esa […]

El otro día hablando con mi primo Simón Ackerman, quien es vallenato raizal, pero tiene muchos años de vivir por fuera, aunque constantemente viene a visitar su tierra querida, trajimos a colación esos agradables aromas y nos preguntamos: ¿Qué paso con esos deliciosos aromas a dulce de leche que emanaba de Cicolac, hoy DPA, esa multinacional que otrora procesaba la famosa leche Klim y Lonchitas Borden, entre otros productos reconocidos en el mercado nacional y mundial algunos?, son unos aromas que al percibirlos inmediatamente nos abren “el túnel del tiempo” y nos transportan a otras épocas, como cocinero siempre lo he dicho, hay platos y sabores que nos traen recuerdos, así me lo manifiestan permanentemente mis seguidores en las redes sociales cuando algún plato le trae buenos recuerdos.

En la amena charla de un grupo de amigos, también mencionamos ese aroma a pan recién hecho que emana de Servipan, esa reconocida empresa familiar que comenzó como una pequeña tienda y hoy está en varios departamentos, produciendo unos productos tipo exportación, orgullosamente vallenatos. Pero de los recuerdos de olores de alimentos, comenzamos a traer añoranzas del ayer con otras remembranzas, como por ejemplo recordamos el sonido del canto de las cigarras, a las cuales nosotros llamamos las chicharras, ya no se oyen cantar; lo que si oímos cantar muy a menudo es las famosas tutecas, yo en realidad cuando estaba pequeño no recuerdo haberlas oído cantar. También trajimos a colación esos famosos espantos que dizque anteriormente salían, pues ya no se aparecen, ahora los monstruos son de carne y hueso. Era un programa muy divertido ponerse a hablar de cuentos de miedo. ¿Qué pasó con la llorona? ¿El silborcito? Etc, etc. Así también han ido desapareciendo personajes que nos deleitaban con sus delicias; ‘Sal y dulce’, un señor que vendía críspetas en un triciclo, las de dulce eran de colores y las de sal blancas. Pregonaba: ¡Sal y dulceeee! Así como el popular Quaker, quien vendía avena y pregonaba también: ¡La Quakerrr! Hoy día solo se escucha el pregón del: ¡Megaboliii! Ese producto que trajeron los venezolanos, un boli extragrande que ya se ha popularizado en las calles de Valledupar, ¿Dónde están las chiricanas y dulces vallenatos? ¿Las cocineras raizales que se hicieron? ¿Por qué los herederos de ‘La viuda’, la fundadora del famoso ‘Hueco’, en su época el mejor comedero de comida criolla en Valledupar, no aprendieron las recetas y han dejado decaer ese lugar, en donde vendían unas exquisiteces, un arroz de pollo apastelao y un bofe de antología ¿Qué pasó con los chivos de la vía Río Seco a Patilllal? ¿A dónde están los locos sanos actuales? Los relevos de ‘El Dañao’ , ‘La Carpa’, ‘Nando Comemuerta’ y ‘Chorrobalín’. Ahora hay un montón de personas agresivas que al contrario de los personajes anteriormente mencionados, no nos alegran los días con sus ocurrencias, ¿ Dónde anda María Puche? la mujer que hacia los mejores guisos y sancochos de gallina del mundo, ¿Por qué sus familiares no continúan su legado? ¿Por qué los hijos de la famosa dueña de la Razón (Q.E.P.D) el parqueadero del Novalito) no dejaron a Beto (Q.E.P.D) seguir trabajando con ellos? Son muchas cosas que se han ido perdiendo. Ya Fernando Dangond lo había vaticinado en su icónica canción ‘Nació mi poesía’, lo mismo reza la letra de ‘Costumbres perdidas’, de Dagoberto López, interpretada por los Hermanos Zuleta.

Opinión
18 mayo, 2019

¿Qué paso con…?

El otro día hablando con mi primo Simón Ackerman, quien es vallenato raizal, pero tiene muchos años de vivir por fuera, aunque constantemente viene a visitar su tierra querida, trajimos a colación esos agradables aromas y nos preguntamos: ¿Qué paso con esos deliciosos aromas a dulce de leche que emanaba de Cicolac, hoy DPA, esa […]


El otro día hablando con mi primo Simón Ackerman, quien es vallenato raizal, pero tiene muchos años de vivir por fuera, aunque constantemente viene a visitar su tierra querida, trajimos a colación esos agradables aromas y nos preguntamos: ¿Qué paso con esos deliciosos aromas a dulce de leche que emanaba de Cicolac, hoy DPA, esa multinacional que otrora procesaba la famosa leche Klim y Lonchitas Borden, entre otros productos reconocidos en el mercado nacional y mundial algunos?, son unos aromas que al percibirlos inmediatamente nos abren “el túnel del tiempo” y nos transportan a otras épocas, como cocinero siempre lo he dicho, hay platos y sabores que nos traen recuerdos, así me lo manifiestan permanentemente mis seguidores en las redes sociales cuando algún plato le trae buenos recuerdos.

En la amena charla de un grupo de amigos, también mencionamos ese aroma a pan recién hecho que emana de Servipan, esa reconocida empresa familiar que comenzó como una pequeña tienda y hoy está en varios departamentos, produciendo unos productos tipo exportación, orgullosamente vallenatos. Pero de los recuerdos de olores de alimentos, comenzamos a traer añoranzas del ayer con otras remembranzas, como por ejemplo recordamos el sonido del canto de las cigarras, a las cuales nosotros llamamos las chicharras, ya no se oyen cantar; lo que si oímos cantar muy a menudo es las famosas tutecas, yo en realidad cuando estaba pequeño no recuerdo haberlas oído cantar. También trajimos a colación esos famosos espantos que dizque anteriormente salían, pues ya no se aparecen, ahora los monstruos son de carne y hueso. Era un programa muy divertido ponerse a hablar de cuentos de miedo. ¿Qué pasó con la llorona? ¿El silborcito? Etc, etc. Así también han ido desapareciendo personajes que nos deleitaban con sus delicias; ‘Sal y dulce’, un señor que vendía críspetas en un triciclo, las de dulce eran de colores y las de sal blancas. Pregonaba: ¡Sal y dulceeee! Así como el popular Quaker, quien vendía avena y pregonaba también: ¡La Quakerrr! Hoy día solo se escucha el pregón del: ¡Megaboliii! Ese producto que trajeron los venezolanos, un boli extragrande que ya se ha popularizado en las calles de Valledupar, ¿Dónde están las chiricanas y dulces vallenatos? ¿Las cocineras raizales que se hicieron? ¿Por qué los herederos de ‘La viuda’, la fundadora del famoso ‘Hueco’, en su época el mejor comedero de comida criolla en Valledupar, no aprendieron las recetas y han dejado decaer ese lugar, en donde vendían unas exquisiteces, un arroz de pollo apastelao y un bofe de antología ¿Qué pasó con los chivos de la vía Río Seco a Patilllal? ¿A dónde están los locos sanos actuales? Los relevos de ‘El Dañao’ , ‘La Carpa’, ‘Nando Comemuerta’ y ‘Chorrobalín’. Ahora hay un montón de personas agresivas que al contrario de los personajes anteriormente mencionados, no nos alegran los días con sus ocurrencias, ¿ Dónde anda María Puche? la mujer que hacia los mejores guisos y sancochos de gallina del mundo, ¿Por qué sus familiares no continúan su legado? ¿Por qué los hijos de la famosa dueña de la Razón (Q.E.P.D) el parqueadero del Novalito) no dejaron a Beto (Q.E.P.D) seguir trabajando con ellos? Son muchas cosas que se han ido perdiendo. Ya Fernando Dangond lo había vaticinado en su icónica canción ‘Nació mi poesía’, lo mismo reza la letra de ‘Costumbres perdidas’, de Dagoberto López, interpretada por los Hermanos Zuleta.