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Económicas - 18 junio, 2013

Proyectos en el Cesar que no germinaron

En Colombia son muchos los proyectos que se inician, pero pocos los que se terminan.

Varios proyectos fracasaron en el Cesar, entre esos, el establecimiento de bambú porque el gobierno departamental de la época no continuó con la capacitación.
Varios proyectos fracasaron en el Cesar, entre esos, el establecimiento de bambú porque el gobierno departamental de la época no continuó con la capacitación.
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Sandra Santiago B.
[email protected]

En Colombia son muchos los proyectos que se inician, pero pocos los que se terminan, tal vez por eso,  cuando inauguran una obra, los mandatarios de turno le dan tanta publicidad y le insisten a los medios de comunicación que tal o cual detalle es importante, mientras que la comunidad hace sancocho, quema cohetes y festeja cual fiesta del santo patrono.

El Cesar no es ajeno a eso, pues son tantos los proyectos fracasados y la mayoría han siniestrado por falta de voluntad política, que manda al caneco de la basura cientos de millones de pesos y deja en la miseria y con las esperanzas pérdidas a los más necesitados que creyeron que con esas iniciativas la situación mejoraría.

Entre los proyectos que más sonaron en el Cesar y que al final dejaron con los crespos hechos a sus posibles beneficiarios están la planta de yuca en el municipio de Tamalameque, la despulpadora de fruta en el municipio de La Paz, el de Bambú para el Cesar, las Oportunidades para el Campo en el Cesar, las aulas móviles para los estudiantes del SENA,  entre muchos otros, que hoy son solo un fracaso, mientras que otros son investigados por la Contraloría General de la Nación, Gerencia Cesar.

Tamalameque

Era el gobierno de Rafael Bolaño cuando nació la idea de montar una planta procesadora de yuca seca, que surtiría de harina a la industria de concentrados para animales que hay en el país.

Se montó la cooperativa que fue denominada Cooyupta y de esta hacían parte productores de yuca de Pailitas, Chimichagua, Tamalameque, entre otros municipios cercanos, el mercado estaba asegurado, debido a que la empresa Colanta que al año requería 24 mil toneladas, manifestó su interés de comprar las 6 mil toneladas que la planta iba a producir.

“Se organizó a los  productores, hubo convenio entre la Alcaldía de Tamalameque que se encargó de la  construcción y acometidas de servicios públicos para la planta y cumplió a satisfacción. En aquel entonces el alcalde Rodolfo Cáliz Ariza también hizo un convenio con la Red de Solidaridad (hoy  DPS) que le dio 70 millones de pesos para infraestructura y con Ecopetrol que entregó como 50 millones de pesos para pisos, obras de la planta y acometidas del servicio”, recordó José Víctor Mestre, gerente del proyecto para la época.

La iniciativa era entre la Alcaldía, la Gobernación del Cesar y el Programa para las Naciones Unidas, PNUD, pero la falla estuvo en la maquinaría que adquirieron lo que no permitió que todo llegara a feliz termino.

Según Mestre fueron adquiridos equipos por 250 millones de pesos, los cuales se compraron por recomendación del Centro Internacional de Agricultura Tropical, CIAT y Clayuca (Centro Latinoamericano y del Caribe de Apoyo a la Investigación para el desarrollo de la yuca), pero estos no dieron los resultados que se esperaban, por lo que el proyecto fracasó.

“La tecnología la tenia Brasil, que era la que servía para llevar a cabo el proceso de la yuca, se hizo todo lo posible para lograr la adición presupuestal, pero no hubo voluntad política y cuando llegó al gobierno Cristian Moreno se tuvieron que devolver los recursos al fisco”, agregó Mestre, por lo que la iniciativa que mejoraría la calidad de vida de 140 productores de yuca, se esfumó con el desinterés del ex mandatario.

Lo peor de todo, es que los productores hicieron unos créditos para sembrar el producto, el cual debieron vender a menos precio para poder hacer un abono al banco, mientras que otros aún tienen la deuda viva.

Bambú, un cuento chino…

Muy sonado en el gobierno de Hernando Molina Araújo fue el proyecto de la siembra de bambú para el Cesar, pero todo al parecer se quedó en un cuento chino.

La Cámara de Comercio de Valledupar lideró el proceso para cultivar el bambú con miras a la industrialización y comercialización.
Según recordó José Horlandy Castro, quien para la época era el director de la Cámara de Comercio, lograron hacer el convenio con el gobierno chino, que envió a cuatro técnicos, los cuales durante un año prepararon al personal.

“A ellos se les buscó un apartamento  durante el año que estuvieron en Valledupar y a la gente se le capacitó en las instalaciones del SENA Agropecuario, se capacitaron a 35 personas entre profesionales de nivel medio, algunos empleados de diferentes instituciones, para que sirvieran de instrumento multiplicador”, dijo Horlandy Castro.

El proceso marchó bien con los chinos, pero el inconveniente estuvo según el ex  director de la Cámara, en que el Departamento que se había comprometido a complementar el proceso, difundiendo la capacitación en los municipios y pueblos del Cesar, no cumplió.

El gobierno chino invirtió cerca de 350 millones de pesos y la Cámara la estadía de las personas, pues era una iniciativa que de haberse puesto en marcha, es decir, sembrado el bambú  habría sido rentable, por el gran mercado que tiene esta madera.

 Pero ocurrió lo de siempre, no se aprovechó la oportunidad y todo quedó a medias, “es lo frustrante, porque el compromiso del gobierno departamental era que continuaba con la gente capacitada para multiplicar en el  resto de las poblaciones, incluso se programó hacerlo en el Rosita Dávila que para ese momento estaba desocupado”, dijo Horlandy Castro.

Despulpadora de fruta 

Por la gran riqueza que en la Serranía del Perijá tiene La Paz en donde se cultivan distintas clases de fruta, cuando Mauricio Pimiento estuvo en el Fondo DRI, fue montada la planta despulpadora de fruta.

Sería el año 1988 cuando se montó la planta, pero diversos factores llevaron a que no funcionara y fue embodegada en las instalaciones de la Empresa de Servicios Públicos de la población.

A principios del 2000, siendo alcalde Antonio María Araújo Calderón, este le quiso dar vida y presentó un proyecto a la Gobernación del Cesar, que el adjudicó un asesor para que viera la viabilidad, sin embargo, este dijo que esta no tendría sostenibilidad en el tiempo porque la región no tenía como producir los volúmenes de fruta que esta requería y la planta volvió a quedar ‘archivada’.

Oportunidades para el campo

En el Cesar las Oportunidades se quedaron en el campo, sin quién las desarrollara, porque el proyecto por 4.977 millones de pesos que firmó el gobernador Cristian Moreno Panezo con la Corporación Minuto de Dios, se quedó solo en amagues.

Entre los objetivos que la iniciativa tenía era fortalecer y promocionar la crianza de especies menores, ovino – caprino, apoyar el mejoramiento genético, de pasturas, sanidad animal, adecuación de infraestructuras, fomentar y promocionar la piscicultura en los pequeños productores, fomentar y promocionar nuevos cultivos de plátano, naranja, cacao y aguacate, entre otros.

Se beneficiarían 748 familias que desarrollarían  75 proyectos productivos, pero todo se quedó en promesas.

El proyecto dejó a los campesinos con los crespos hechos, sobre todo a los de piscicultura, que no tenían cómo alimentar los peces que les dieron.

Hoy esta iniciativa está en manos de la Contraloría de la República, que hizo un hallazgo administrativo con presunta incidencia disciplinaria y fiscal.

El ente de control encontró diversas irregularidades y graves falencias en cuanto a planeación contractual y un detrimento patrimonial de dos mil 18 millones de pesos, mientras que Luis Alberto Monsalvo Gnecco, cuando llegó al cargo y  por los incumplimientos encontrados, decidió de manera unilateral liquidar el convenio.

“Es un capítulo cerrado, entramos a liquidarlo en su parte final y con sanciones establecidas por incumplimiento al contratista”, afirmó el secretario de Agricultura, Carlos Muñoz Pérez.

Aulas móviles

Otro de los proyectos siniestrados de la gobernación Moreno Panezo fue el de las aulas móviles que pese a las intervenciones de la Asamblea para sacarlo adelante, no pudieron rodar por el Cesar.

El proyecto consistía en la implementación y dotación de unas aulas móviles tecnológicas a las instituciones educativas oficiales para el mejoramiento de la calidad educativa. Esta dotación la adquirió el gobierno departamental con la firma “Analítica” en el año 2010.

Este contrato tuvo diversos inconvenientes, siendo los principales que  no había claridad sobre el valor real de los equipos, por lo que el SENA se negó a recibir y el gobierno de Moreno Panezo liquidó de manera unilateral.

Una interventoría realizada por la Contraloría General de la República, Gerencia Cesar, determinó que había diferencias entre los valores registrados en la factura de venta expedida por la firma Analítica a la Gobernación del Cesar  y los precios registrados en órdenes de entrada a almacén de elementos vendidos por la misma empresa al  SENA Magdalena.

“Se presenta diferencia entre el valor de la factura expedida por Analítica y valores cotizados por la Gobernación del Cesar a la firma JAVAR, por valor de 86.8 millones de pesos, lo anterior por debilidades de control al consultar los precios de mercado en los elementos a adquirir. Lo que conllevo a un presunto detrimento patrimonial en cuantía de 1.032 millones de pesos”, dice el informe de la Contraloría.

El ente de control después de hacer el análisis correspondiente, consideró  procedente establecer un hallazgo Administrativo con incidencia fiscal, disciplinaria y penal.

 

Económicas
18 junio, 2013

Proyectos en el Cesar que no germinaron

En Colombia son muchos los proyectos que se inician, pero pocos los que se terminan.


Varios proyectos fracasaron en el Cesar, entre esos, el establecimiento de bambú porque el gobierno departamental de la época no continuó con la capacitación.
Varios proyectos fracasaron en el Cesar, entre esos, el establecimiento de bambú porque el gobierno departamental de la época no continuó con la capacitación.
Boton Wpp

Sandra Santiago B.
[email protected]

En Colombia son muchos los proyectos que se inician, pero pocos los que se terminan, tal vez por eso,  cuando inauguran una obra, los mandatarios de turno le dan tanta publicidad y le insisten a los medios de comunicación que tal o cual detalle es importante, mientras que la comunidad hace sancocho, quema cohetes y festeja cual fiesta del santo patrono.

El Cesar no es ajeno a eso, pues son tantos los proyectos fracasados y la mayoría han siniestrado por falta de voluntad política, que manda al caneco de la basura cientos de millones de pesos y deja en la miseria y con las esperanzas pérdidas a los más necesitados que creyeron que con esas iniciativas la situación mejoraría.

Entre los proyectos que más sonaron en el Cesar y que al final dejaron con los crespos hechos a sus posibles beneficiarios están la planta de yuca en el municipio de Tamalameque, la despulpadora de fruta en el municipio de La Paz, el de Bambú para el Cesar, las Oportunidades para el Campo en el Cesar, las aulas móviles para los estudiantes del SENA,  entre muchos otros, que hoy son solo un fracaso, mientras que otros son investigados por la Contraloría General de la Nación, Gerencia Cesar.

Tamalameque

Era el gobierno de Rafael Bolaño cuando nació la idea de montar una planta procesadora de yuca seca, que surtiría de harina a la industria de concentrados para animales que hay en el país.

Se montó la cooperativa que fue denominada Cooyupta y de esta hacían parte productores de yuca de Pailitas, Chimichagua, Tamalameque, entre otros municipios cercanos, el mercado estaba asegurado, debido a que la empresa Colanta que al año requería 24 mil toneladas, manifestó su interés de comprar las 6 mil toneladas que la planta iba a producir.

“Se organizó a los  productores, hubo convenio entre la Alcaldía de Tamalameque que se encargó de la  construcción y acometidas de servicios públicos para la planta y cumplió a satisfacción. En aquel entonces el alcalde Rodolfo Cáliz Ariza también hizo un convenio con la Red de Solidaridad (hoy  DPS) que le dio 70 millones de pesos para infraestructura y con Ecopetrol que entregó como 50 millones de pesos para pisos, obras de la planta y acometidas del servicio”, recordó José Víctor Mestre, gerente del proyecto para la época.

La iniciativa era entre la Alcaldía, la Gobernación del Cesar y el Programa para las Naciones Unidas, PNUD, pero la falla estuvo en la maquinaría que adquirieron lo que no permitió que todo llegara a feliz termino.

Según Mestre fueron adquiridos equipos por 250 millones de pesos, los cuales se compraron por recomendación del Centro Internacional de Agricultura Tropical, CIAT y Clayuca (Centro Latinoamericano y del Caribe de Apoyo a la Investigación para el desarrollo de la yuca), pero estos no dieron los resultados que se esperaban, por lo que el proyecto fracasó.

“La tecnología la tenia Brasil, que era la que servía para llevar a cabo el proceso de la yuca, se hizo todo lo posible para lograr la adición presupuestal, pero no hubo voluntad política y cuando llegó al gobierno Cristian Moreno se tuvieron que devolver los recursos al fisco”, agregó Mestre, por lo que la iniciativa que mejoraría la calidad de vida de 140 productores de yuca, se esfumó con el desinterés del ex mandatario.

Lo peor de todo, es que los productores hicieron unos créditos para sembrar el producto, el cual debieron vender a menos precio para poder hacer un abono al banco, mientras que otros aún tienen la deuda viva.

Bambú, un cuento chino…

Muy sonado en el gobierno de Hernando Molina Araújo fue el proyecto de la siembra de bambú para el Cesar, pero todo al parecer se quedó en un cuento chino.

La Cámara de Comercio de Valledupar lideró el proceso para cultivar el bambú con miras a la industrialización y comercialización.
Según recordó José Horlandy Castro, quien para la época era el director de la Cámara de Comercio, lograron hacer el convenio con el gobierno chino, que envió a cuatro técnicos, los cuales durante un año prepararon al personal.

“A ellos se les buscó un apartamento  durante el año que estuvieron en Valledupar y a la gente se le capacitó en las instalaciones del SENA Agropecuario, se capacitaron a 35 personas entre profesionales de nivel medio, algunos empleados de diferentes instituciones, para que sirvieran de instrumento multiplicador”, dijo Horlandy Castro.

El proceso marchó bien con los chinos, pero el inconveniente estuvo según el ex  director de la Cámara, en que el Departamento que se había comprometido a complementar el proceso, difundiendo la capacitación en los municipios y pueblos del Cesar, no cumplió.

El gobierno chino invirtió cerca de 350 millones de pesos y la Cámara la estadía de las personas, pues era una iniciativa que de haberse puesto en marcha, es decir, sembrado el bambú  habría sido rentable, por el gran mercado que tiene esta madera.

 Pero ocurrió lo de siempre, no se aprovechó la oportunidad y todo quedó a medias, “es lo frustrante, porque el compromiso del gobierno departamental era que continuaba con la gente capacitada para multiplicar en el  resto de las poblaciones, incluso se programó hacerlo en el Rosita Dávila que para ese momento estaba desocupado”, dijo Horlandy Castro.

Despulpadora de fruta 

Por la gran riqueza que en la Serranía del Perijá tiene La Paz en donde se cultivan distintas clases de fruta, cuando Mauricio Pimiento estuvo en el Fondo DRI, fue montada la planta despulpadora de fruta.

Sería el año 1988 cuando se montó la planta, pero diversos factores llevaron a que no funcionara y fue embodegada en las instalaciones de la Empresa de Servicios Públicos de la población.

A principios del 2000, siendo alcalde Antonio María Araújo Calderón, este le quiso dar vida y presentó un proyecto a la Gobernación del Cesar, que el adjudicó un asesor para que viera la viabilidad, sin embargo, este dijo que esta no tendría sostenibilidad en el tiempo porque la región no tenía como producir los volúmenes de fruta que esta requería y la planta volvió a quedar ‘archivada’.

Oportunidades para el campo

En el Cesar las Oportunidades se quedaron en el campo, sin quién las desarrollara, porque el proyecto por 4.977 millones de pesos que firmó el gobernador Cristian Moreno Panezo con la Corporación Minuto de Dios, se quedó solo en amagues.

Entre los objetivos que la iniciativa tenía era fortalecer y promocionar la crianza de especies menores, ovino – caprino, apoyar el mejoramiento genético, de pasturas, sanidad animal, adecuación de infraestructuras, fomentar y promocionar la piscicultura en los pequeños productores, fomentar y promocionar nuevos cultivos de plátano, naranja, cacao y aguacate, entre otros.

Se beneficiarían 748 familias que desarrollarían  75 proyectos productivos, pero todo se quedó en promesas.

El proyecto dejó a los campesinos con los crespos hechos, sobre todo a los de piscicultura, que no tenían cómo alimentar los peces que les dieron.

Hoy esta iniciativa está en manos de la Contraloría de la República, que hizo un hallazgo administrativo con presunta incidencia disciplinaria y fiscal.

El ente de control encontró diversas irregularidades y graves falencias en cuanto a planeación contractual y un detrimento patrimonial de dos mil 18 millones de pesos, mientras que Luis Alberto Monsalvo Gnecco, cuando llegó al cargo y  por los incumplimientos encontrados, decidió de manera unilateral liquidar el convenio.

“Es un capítulo cerrado, entramos a liquidarlo en su parte final y con sanciones establecidas por incumplimiento al contratista”, afirmó el secretario de Agricultura, Carlos Muñoz Pérez.

Aulas móviles

Otro de los proyectos siniestrados de la gobernación Moreno Panezo fue el de las aulas móviles que pese a las intervenciones de la Asamblea para sacarlo adelante, no pudieron rodar por el Cesar.

El proyecto consistía en la implementación y dotación de unas aulas móviles tecnológicas a las instituciones educativas oficiales para el mejoramiento de la calidad educativa. Esta dotación la adquirió el gobierno departamental con la firma “Analítica” en el año 2010.

Este contrato tuvo diversos inconvenientes, siendo los principales que  no había claridad sobre el valor real de los equipos, por lo que el SENA se negó a recibir y el gobierno de Moreno Panezo liquidó de manera unilateral.

Una interventoría realizada por la Contraloría General de la República, Gerencia Cesar, determinó que había diferencias entre los valores registrados en la factura de venta expedida por la firma Analítica a la Gobernación del Cesar  y los precios registrados en órdenes de entrada a almacén de elementos vendidos por la misma empresa al  SENA Magdalena.

“Se presenta diferencia entre el valor de la factura expedida por Analítica y valores cotizados por la Gobernación del Cesar a la firma JAVAR, por valor de 86.8 millones de pesos, lo anterior por debilidades de control al consultar los precios de mercado en los elementos a adquirir. Lo que conllevo a un presunto detrimento patrimonial en cuantía de 1.032 millones de pesos”, dice el informe de la Contraloría.

El ente de control después de hacer el análisis correspondiente, consideró  procedente establecer un hallazgo Administrativo con incidencia fiscal, disciplinaria y penal.