Productores de plátano y banano del departamento del Cesar están dotados con kits de bioseguridad para evitar el ingreso a sus cultivos del Fusarium Raza 4 Tropical, un hongo que marchita las plantas hasta provocar la muerte del organismo vegetal.

Los kits de bioseguridad incluyen una bomba fumigadora de espalda, 23 litros de amonio cuaternario para desinfección, tres pares de botas de caucho, tres pictogramas para la limpieza y desinfección de calzado, dos cepillos y dos atomizadores. Según el gerente seccional del ICA en el Cesar, Luis Armando Castro, estos elementos minimizan el riesgo del ingreso del Fusarium R4T a los cultivos con el uso de un calzado único, el cumplimiento del protocolo de lavado y desinfección de vehículos que ingresan a los predios.

“En 12 municipios del Cesar en los que se cultiva banano y plátano como Becerril, Curumaní, Chiriguaná, entre otras localidades, hemos realizado brigadas de inspección, vigilancia y control preventivo sobre esta enfermedad. También se hizo un curso de bioseguridad en fincas de productores de plátano y banano para que tengan más conocimiento de la peligrosidad de este hongo”, manifestó Castro.

De acuerdo con el funcionario, los kits fueron donados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, en un trabajo articulado con dicha entidad y el Ministerio de Agricultura. Señaló que en el departamento se entregarán  un total de 26 kits que ayudarán a los productores a mantener al margen esta enfermedad en caso de que se presente en el territorio.

Las medidas de bioseguridad preventivas están siendo tomadas debido a que en el departamento hay aproximadamente 5.400 hectáreas en las que se cultiva plátano y banano. Debido a esto la posible afectación que tendrían los agricultores en caso de que llegara Fusarium Raza 4 Tropicalal Cesar serían altas.

Esta enfermedad es causada por el hongo Fusarium odoratissimum que habita en el suelo y forma estructuras de resistencia que permiten que sobreviva por más de 30 años, esto hace difícil su manejo y control una vez que llegue a los cultivos de plátano y banano.

Se propaga por el movimiento de colinos y cormos (semillas y tallos engrosados subterráneos)  que infectados a través del suelo se adhiere al calzado de las personas, herramientas y vehículos que entran a los cultivos. También se adhiere al agua de riego que  puede arrastrar  partículas del suelo que portan el  hongo y así se  desplaza de un lugar otro.  

Por: Namieh Baute Barrios / EL PILÓN.