Habitantes de la invasión los Guasimales  se quejan por  los malos olores que han tenido que aguantar  durante varios días, como consecuencia del desbordamiento  de una alcantarilla que se rebosa constantemente y la falta de luz en el lugar, peticiones que hasta el momento los entes encargados han hecho caso omiso.
Ana Beltrán, residente del sector manifiesta que con sólo unas gotas de lluvia, la alcantarilla que queda ubicada entre la Nevada y los Guasimales, se derrama causando pestilencia y  hasta infecciones a los niños. Pero que ante esto, el gobierno local no ha querido hacer nada por estar ubicados en predios ajenos.
“Es una pudrición lo que sale por ahí y no nos han podido solucionar nada porque vivimos en la invasión, pero somos personas que necesitamos de una buena salud. Las aguas negras nos perjudican, sólo queremos que nos colaboren” afirmó Beltrán. Así mismo, especificó que en el momento que se rebosa ésta, los funcionarios tratan de solucionar el impase pero posteriormente vuelven los malos olores.
Eleidy Guillen, habitante del barrio La Nevada, indica que su tienda queda justo al frente de la alcantarilla y que una de sus hijas ha padecido de enfermedades respiratorias y de alergias porque hace algún tiempo fue una semana completa con la problemática.
Por otra parte, los vecinos se quejan de la falta de apoyo de la Alcaldía para disfrutar de un servicio de energía que les permita suplir sus necesidades, sin tener que ‘pegarse’ – como dicen ellos- de otras redes. Además, explican que en su momento enviaron a Luis Fabián Fernández, una petición para dicha finalidad, pero que no han recibido respuesta alguna.
Sin embargo, aluden que 4 fueron los transformadores que la empresa  Electricaribe adaptó cerca de la invasión, pero lo que no entienden sus pobladores es para qué lo hicieron, porque a ellos aún no se les ha notificado nada y están a la expectativa, porque para conocer los motivos decidieron acercarse a dicha empresa pero en ésta tampoco les dieron respuesta.
Manuela Barros, residente, dice que 600 personas han tenido que vivir arriesgando su vida al momento de robar la luz, acción que seguirán haciendo hasta que haya un pronunciamiento por parte del Alcalde.  “Nosotros no queremos hacer mal las cosas por eso pedimos colaboración, pero nadie dice nada”.