Las tensiones entre comunidades indígenas yukpas y campesinos de la Serranía del Perijá, en el municipio de Agustín Codazzi, han alcanzado una escalada del conflicto tras los recientes hechos violentos ocurridos a finales de mayo y junio. Organizaciones campesinas denunciaron públicamente la falta de soluciones efectivas por parte de las autoridades y exigieron la instalación urgente de una mesa de diálogo con presencia del Gobierno nacional.
Hechos recientes y antecedentes
El pasado 31 de mayo, según relata el comunicado conjunto de más de veinte organizaciones campesinas, “en varias fincas de las veredas El Once, Iroka y El Triunfo, del corregimiento de Llerasca, irrumpieron un grupo de indígenas yukpa que, en una muestra de excesiva violencia, torturaron y liquidaron alrededor de 57 reses, de propiedad de pequeños ganaderos campesinos”. El documento califica el hecho como una “arremetida que les infundió un profundo temor, el de ser ellos mismos atacados como ha ocurrido anteriormente en otros episodios similares”.
Según el comunicado campesino, en diciembre de 2018, en la misma vereda El Once, “un nutrido grupo de indígenas realizaron, con excesiva violencia, un ataque con piedras y flechas a varias familias campesinas, dejando mal herido a un campesino… Este hecho derivó en el desplazamiento de las familias campesinas atacadas que abandonaron la vereda por varios días”.
Reclamos y llamados de las comunidades campesinas
Las organizaciones campesinas, entre ellas Asoperijá, AMRCP, Agroecospe y múltiples Juntas de Acción Comunal, señalan que “la gestión de la Alcaldía ha sido poco efectiva” frente al conflicto y que las mesas de trabajo convocadas no han logrado frenar los enfrentamientos ni las afectaciones a los productores locales.
El comunicado campesino rechaza la violencia y advierte que “el uso de la violencia por parte del pueblo Yukpa contra el campesinado es totalmente inadmisible”, al tiempo que reconoce la historia de convivencia intercultural en la región: “La Serranía del Perijá es un territorio con una larga tradición intercultural, expresada en la convivencia histórica de indígenas Yukpa y campesinos, lo que nos lleva a afirmar inequívocamente que este es el hogar de unos y otros”.
Raíces del conflicto: tierras sin delimitar
El trasfondo del conflicto es la disputa por la tierra. El pueblo yukpa reclama la ampliación y delimitación de su territorio ancestral, tal como lo ordenó la Corte Constitucional en 2017, pero la Agencia Nacional de Tierras no ha cumplido plenamente con esta orden. “La Agencia Nacional de Tierras no ha cumplido la orden que ha impartido la Corte Constitucional de resolver de fondo las solicitudes de ampliación, saneamiento y delimitación del territorio ancestral Yukpa”, señala el comunicado.
Por su parte, los campesinos argumentan que “el poblamiento, ocupación y posesión de las tierras por parte del campesinado ha configurado materialmente territorialidades campesinas”, y que la economía local depende de pequeños hatos ganaderos, no de grandes empresas.
La visión yukpa y la respuesta institucional
Desde el lado indígena, el pueblo yukpa justificó el sacrificio de reses como una medida desesperada ante la grave situación de hambre y la reiterada afectación a su seguridad alimentaria y medio ambiente. En su comunicado, enfatizan que “la parte media y alta de la Serranía del Perijá no son aptas para la ganadería extensiva ni mucho menos para engorde”, y denuncian daños ambientales en al menos 400 hectáreas, así como la vulneración de sus derechos fundamentales.
“Ninguna de estas dolencias es una enfermedad incurable; son, por el contrario, una prueba evidente de las condiciones de pobreza extrema que rodean a esta comunidad y de la flagrante violación de los derechos fundamentales que padecen los niños y niñas que forman parte de aquella”, señala el pueblo yukpa.
Avances en el diálogo y retos para la solución
El Gobierno departamental, a través del secretario de Gobierno del Cesar, Eduardo Esquivel, manifestó a este medio la voluntad de avanzar en un diálogo constructivo entre las partes. “La posición de la gobernación del departamento del Cesar es tratar de avanzar en un diálogo entre los campesinos y el pueblo yukpa”, afirmó Esquivel. Ya se han realizado dos mesas de diálogo con la participación de la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría, la Personería de Codazzi y las autoridades indígenas y campesinas.
Leer: Pueblo yukpa demanda acción urgente del Gobierno ante conflictos con campesinos
Se tenía prevista una tercera mesa de garantías para el lunes 16 de junio en Codazzi, pero según confirmó la oficina de Esquivel a EL PILÓN, el funcionario se encontraba en el departamento de Santander y no fue posible obtener declaraciones directas sobre el avance de la reunión.
Llamado a una mesa de diálogo nacional
La gravedad de la situación llevó a que la Alcaldía de Codazzi solicitara que la mesa de trabajo se realice en Bogotá, con presencia de instancias nacionales. El secretario de Gobierno municipal, Víctor Espinosa, advirtió en un medio local: “El alcalde ha tomado la mejor decisión de que esa mesa de trabajo debe ser en Bogotá… esto se puede convertir en algo mucho más grave, por cierto, ya es grave”.
Mientras tanto, la preocupación y el temor persisten en las zonas rurales de Codazzi, a la espera de una intervención efectiva que permita construir una convivencia pacífica y duradera en la Serranía del Perijá.
Por: Redacción EL PILÓN










