El Dane reportó que durante el tercer trimestre de 2020 se iniciaron 2.447.237 m2 para vivienda, lo que representó un crecimiento de 65,9 % frente al trimestre anterior. Un claro índice de recuperación.

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Luego de casi siete meses de pandemia, el mercado de la vivienda registró números positivos tanto en venta como en la construcción de nuevas casas. Por supuesto, en esto incidió la política de subsidios del Gobierno nacional y la decisión del empresariado de iniciar o concluir proyectos paralizados o retrasados por la pandemia.

Valledupar no fue ajena a la tendencia nacional. Cifras de Camacol señalan que en marzo el nivel de ventas era inferior al 50 %, sin embargo, en octubre del presente año se vendieron 214 unidades de vivienda, más que las 140 de octubre del 2019. Un resultado alentador. Incluso, se espera que en noviembre  los números consolidados reafirmen esa inclinación positiva de la gráfica de ventas.

“En abril se vendieron solo 56 unidades en Valledupar. La peor cifra del año: el impacto negativo fue del 75 %. En cambio ya octubre registró la segunda mejor cifra del año en ventas, solo por detrás de febrero”, señaló el gerente de Camacol-Cesar, Hernán Felipe Araujo.  

Pero, más allá de estos resultados, surge la pregunta: ¿por qué apostarle a la construcción de vivienda como factor dinamizador de la economía de Valledupar?  En primer lugar, porque genera empleo.

Las últimas cifras publicada por el Dane sobre ocupación laboral, del mes de octubre, marcan que el sector de la construcción ocupó a más 1.4 millones de personas en el país. Por su lado, en Valledupar, durante el 2019 fue el quinto mayor generador de empleo, con más de 13.239 ocupados.

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Actualmente, en la capital del Cesar hay 76 proyectos de vivienda activos. ¿Qué significa? Son proyectos que están en preventa, en estructura, obra negra o terminados. De esos, 31 son proyectos terminados (43 %) y el 54 % están acabados.

Sumado a la generación de empleo, y el valor agregado inherente, apostar por la construcción de vivienda permite satisfacer un derecho fundamental: el acceso a un techo.

SECTOR PÚBLICO

Está comprobado que el desarrollo de este sector depende, en su gran mayoría, de la inyección de recursos públicos que financien subsidios, porque los principales demandantes, estrato 2 y 3, en condiciones normales no tendrían la solvencia financiera para comprar una vivienda. Por ejemplo, en Valledupar, las ventas entre estrato 2 y 3 se llevan el 88 % del total.

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En departamentos como Atlántico, por nombrar uno, entendieron la importancia y las entidades territoriales se involucraron en esta actividad, por eso, decidieron ofrecer subsidios adicionales a los que destina el Gobierno nacional.

Dicha propuesta ya está en manos de la Gobernación del Cesar y la Alcaldía de Valledupar. En otras palabras: que las familias no se vean obligadas a acudir a grandes créditos hipotecarios, sino que las entidades territoriales cubran parte del costo de la vivienda, a la vez que se genera empleo y aumenta el número de propietarios.

Por Deivis Caro/EL PILÓN.