La caravana fue suspendida la noche del jueves, sin embargo, Bosconia se cubrió de una tensa calma que llevó al comercio a cerrar y se redujo el tráfico vehicular.
El gobernador Luis Alberto Monsalvo los convenció, logró persuadir a los ganaderos de que era mejor irse a Bogotá y hablar con el mismo presidente Juan Manuel Santos, para que el diálogo fuera de tú a tú y no a través de la caravana que tenían prevista para la mañana de ayer en la vía Valledupar-Bosconia.
Los productores estaban seguros, todo lo tenían listo, pero en la tarde del jueves 29 de agosto, se reunieron con el mandatario departamental, con el alcalde de Bosconia, Jorge Patiño, con el comandante de la Policía Cesar, coronel Juan Pablo Guerrero y a medida que avanzaba el encuentro, el calor de movilizarse iba descendiendo.
Debido a la caravana que estaba prevista para el viernes 30 de agosto, no hubo clases en el municipio de Bosconia.
En Valledupar las conversaciones caminaban, mientras que en Bosconia a medida que pasaban las horas un ambiente enrarecido se tomaba la población; empezó a llegar gente extraña que nunca habían visto, el comercio empezó a sentir temor, el tráfico comenzó a transitar despacio, temeroso.
“En la noche, unos policías llegaron a los negocios y dijeron que mejor era no abrir hoy (ayer) la gente estaba temerosa y en mi caso, pusimos unas tablas para proteger las ventanas para que en caso de algo no nos partieron los vidrios”, dijo un comerciante que omitió su nombre.
A las 10:30 de la noche del jueves y en una reunión aparte, los ganaderos se decidieron, la caravana no iba y en cambio, acordaron mandar a Joaquín Tomás Ovalle, presidente del Comité Integremial y al exgobernador Jaime Murgas Arzuaga, dos personas de hablar claro, preciso y contundente para que apoyaran al gobernador quien se reuniría ayer con el presidente Juan Manuel Santos y pedirle que el Cesar también tenga una silla en la mesa nacional agropecuaria.
“Lo primero que se debe decir es que el Gobernador reconoció lo justo de las reclamaciones del sector agropecuario, la caravana no se canceló, se suspendió, esto quiere decir que se puede hacer la otra semana, pero aquí se escogieron dos voceros del sector productivo para que estén en la mesa nacional de negociación y defiendan la problemática en la mesa nacional”, dijo Aldemar Palmera, uno de los organizadores de la caravana.
En la reunión, todos fueron escuchados, en especial al alcalde de Bosconia, Jorge Patiño, uno de los más temerosos de lo que pudiera pasar el viernes, por eso no dejaba de dar gracias a Dios de que la movilización no se realizó.
“Nosotros estamos en un punto estratégico y tapar las vías de Bosconia era paralizar un 75% al país; gracias a Dios con la intermediación del Gobernador y los buenos oficios de los ganaderos se suspendió la caravana”, manifestó el mandatario, quien reconoció el abandono en que se encuentra el campo, por lo que propuso que los alcaldes se metan en el cuento y apoyen más a los campesinos.
Según dijo, el gobierno nacional debe voltear los ojos al Cesar, que está abandonado en temas de ganadería, arroz, café y muchos productos que se cosechan, pero que los campesinos tienen dificultades para sacarlos a la venta, empezando porque las vías no sirven, aunque destacó la ayuda que les ha dado el gobierno departamental con el banco de maquinaria.
Tensa calma
Tras la cancelación de la caravana la noche del jueves, en la mañana del viernes, el alcalde Jorge Patiño salió a hablar por la emisora local de Bosconia y luego por una emisora local de Valledupar; aun así, el temor no abandonaba a los comerciantes en la población.
Contrario a otras veces, los negocios amanecieron cerrados, la mayoría de comerciantes hizo caso a agentes de la policía que les habían aconsejado no abrir por lo que pudiera pasar y por eso los negocios no estuvieron abiertos como en otras oportunidades.
A medida que pasaban las horas y alrededor de las 8:30 de la mañana, el comercio, los restaurantes empezaron a abrir y el miedo y la soledad, con la que amaneció la población, empezó a desaparecer.
“De los dos hoteles que tengo a mi cargo, en uno tuve dos huéspedes y en el otro solo una persona, los negocios amanecieron cerrados, porque no sabían que iba a pasar, como a las 8:30 la gente empezó a abrir”, afirmó Fernando Yesid Molina Ariza, administrador de hotel.
Según el comerciante, desde que se inició el paro en el interior del país, las ventas se les han bajado; según dijo, el día que más mal le iba, le quedaban 300 mil pesos, “ahora solo 150 mil pesos y el resto de gente está en las mismas, la gente está llorando por la situación que tenemos”.
El municipio, según el presidente de la Asociación de Microempresarios de Bosconia, Hugo Uribe fue militarizado por el Ejército y gente de inteligencia, “todo el mundo estaba preocupado, debido a lo que ocurrió en Bogotá y eso ocasionó que mucha gente no abriera sus negocios; como un 40% no abrió, pero ya todo está tranquilo”. El tráfico también se redujo como un 70%.
La mesa
En la mañana del viernes 30 de agosto salió para Bogotá la comisión conformada por el gobernador Luis Alberto Monsalvo y los productores Jaime Murgas Arzuaga y Joaquín Tomás Ovalle.
Según Ovalle, la idea de reunirse con el Presidente “es tener asiento en la mesa de negociación nacional, para que no solo sea de gente del interior del país, sino hacer presencia nosotros también”.
El productor reiteró que el problema del campo es estructural y resaltó que el Presidente de la República reconociera por primera vez que el problema del campo es estructural y el caso del Cesar lo deben premiar porque no ha taponado vías, sino que quiere un diálogo abierto.
“Los productores del Cesar se han caracterizado por ser gente de bien, íbamos a hacer una caravana pacífica, pero se suspendió porque llegamos a un acuerdo y la idea es entrevistarnos con el Presidente”, afirmó Ovalle.
El campo no atraviesa por su mejor momento y solo el presidente puede buscarle una salida a la crisis, la que muchos atribuyen a la firma de los tratados de libre comercio, el alto precio de los insumos, la gasolina y servicios públicos como la energía y el bajo precio de las cosechas, la caída de la leche y el contrabando de muchos productos.
Sandra Santiago B.
[email protected]
La caravana fue suspendida la noche del jueves, sin embargo, Bosconia se cubrió de una tensa calma que llevó al comercio a cerrar y se redujo el tráfico vehicular.
El gobernador Luis Alberto Monsalvo los convenció, logró persuadir a los ganaderos de que era mejor irse a Bogotá y hablar con el mismo presidente Juan Manuel Santos, para que el diálogo fuera de tú a tú y no a través de la caravana que tenían prevista para la mañana de ayer en la vía Valledupar-Bosconia.
Los productores estaban seguros, todo lo tenían listo, pero en la tarde del jueves 29 de agosto, se reunieron con el mandatario departamental, con el alcalde de Bosconia, Jorge Patiño, con el comandante de la Policía Cesar, coronel Juan Pablo Guerrero y a medida que avanzaba el encuentro, el calor de movilizarse iba descendiendo.
Debido a la caravana que estaba prevista para el viernes 30 de agosto, no hubo clases en el municipio de Bosconia.
En Valledupar las conversaciones caminaban, mientras que en Bosconia a medida que pasaban las horas un ambiente enrarecido se tomaba la población; empezó a llegar gente extraña que nunca habían visto, el comercio empezó a sentir temor, el tráfico comenzó a transitar despacio, temeroso.
“En la noche, unos policías llegaron a los negocios y dijeron que mejor era no abrir hoy (ayer) la gente estaba temerosa y en mi caso, pusimos unas tablas para proteger las ventanas para que en caso de algo no nos partieron los vidrios”, dijo un comerciante que omitió su nombre.
A las 10:30 de la noche del jueves y en una reunión aparte, los ganaderos se decidieron, la caravana no iba y en cambio, acordaron mandar a Joaquín Tomás Ovalle, presidente del Comité Integremial y al exgobernador Jaime Murgas Arzuaga, dos personas de hablar claro, preciso y contundente para que apoyaran al gobernador quien se reuniría ayer con el presidente Juan Manuel Santos y pedirle que el Cesar también tenga una silla en la mesa nacional agropecuaria.
“Lo primero que se debe decir es que el Gobernador reconoció lo justo de las reclamaciones del sector agropecuario, la caravana no se canceló, se suspendió, esto quiere decir que se puede hacer la otra semana, pero aquí se escogieron dos voceros del sector productivo para que estén en la mesa nacional de negociación y defiendan la problemática en la mesa nacional”, dijo Aldemar Palmera, uno de los organizadores de la caravana.
En la reunión, todos fueron escuchados, en especial al alcalde de Bosconia, Jorge Patiño, uno de los más temerosos de lo que pudiera pasar el viernes, por eso no dejaba de dar gracias a Dios de que la movilización no se realizó.
“Nosotros estamos en un punto estratégico y tapar las vías de Bosconia era paralizar un 75% al país; gracias a Dios con la intermediación del Gobernador y los buenos oficios de los ganaderos se suspendió la caravana”, manifestó el mandatario, quien reconoció el abandono en que se encuentra el campo, por lo que propuso que los alcaldes se metan en el cuento y apoyen más a los campesinos.
Según dijo, el gobierno nacional debe voltear los ojos al Cesar, que está abandonado en temas de ganadería, arroz, café y muchos productos que se cosechan, pero que los campesinos tienen dificultades para sacarlos a la venta, empezando porque las vías no sirven, aunque destacó la ayuda que les ha dado el gobierno departamental con el banco de maquinaria.
Tensa calma
Tras la cancelación de la caravana la noche del jueves, en la mañana del viernes, el alcalde Jorge Patiño salió a hablar por la emisora local de Bosconia y luego por una emisora local de Valledupar; aun así, el temor no abandonaba a los comerciantes en la población.
Contrario a otras veces, los negocios amanecieron cerrados, la mayoría de comerciantes hizo caso a agentes de la policía que les habían aconsejado no abrir por lo que pudiera pasar y por eso los negocios no estuvieron abiertos como en otras oportunidades.
A medida que pasaban las horas y alrededor de las 8:30 de la mañana, el comercio, los restaurantes empezaron a abrir y el miedo y la soledad, con la que amaneció la población, empezó a desaparecer.
“De los dos hoteles que tengo a mi cargo, en uno tuve dos huéspedes y en el otro solo una persona, los negocios amanecieron cerrados, porque no sabían que iba a pasar, como a las 8:30 la gente empezó a abrir”, afirmó Fernando Yesid Molina Ariza, administrador de hotel.
Según el comerciante, desde que se inició el paro en el interior del país, las ventas se les han bajado; según dijo, el día que más mal le iba, le quedaban 300 mil pesos, “ahora solo 150 mil pesos y el resto de gente está en las mismas, la gente está llorando por la situación que tenemos”.
El municipio, según el presidente de la Asociación de Microempresarios de Bosconia, Hugo Uribe fue militarizado por el Ejército y gente de inteligencia, “todo el mundo estaba preocupado, debido a lo que ocurrió en Bogotá y eso ocasionó que mucha gente no abriera sus negocios; como un 40% no abrió, pero ya todo está tranquilo”. El tráfico también se redujo como un 70%.
La mesa
En la mañana del viernes 30 de agosto salió para Bogotá la comisión conformada por el gobernador Luis Alberto Monsalvo y los productores Jaime Murgas Arzuaga y Joaquín Tomás Ovalle.
Según Ovalle, la idea de reunirse con el Presidente “es tener asiento en la mesa de negociación nacional, para que no solo sea de gente del interior del país, sino hacer presencia nosotros también”.
El productor reiteró que el problema del campo es estructural y resaltó que el Presidente de la República reconociera por primera vez que el problema del campo es estructural y el caso del Cesar lo deben premiar porque no ha taponado vías, sino que quiere un diálogo abierto.
“Los productores del Cesar se han caracterizado por ser gente de bien, íbamos a hacer una caravana pacífica, pero se suspendió porque llegamos a un acuerdo y la idea es entrevistarnos con el Presidente”, afirmó Ovalle.
El campo no atraviesa por su mejor momento y solo el presidente puede buscarle una salida a la crisis, la que muchos atribuyen a la firma de los tratados de libre comercio, el alto precio de los insumos, la gasolina y servicios públicos como la energía y el bajo precio de las cosechas, la caída de la leche y el contrabando de muchos productos.
Sandra Santiago B.
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