Mesa del Árbol y autoridades de Valledupar debaten la tala de árboles y las podas urbanas, exigiendo mayor transparencia y mejor gestión ambiental en la ciudad.
En una jornada marcada por la preocupación ambiental y la exigencia de mayor transparencia institucional, se llevó a cabo la reunión de la Mesa del Árbol, una iniciativa de EL PILÓN que congregó a ambientalistas, ciudadanos, representantes de las secretarías de Gobierno, Desarrollo Económico, Ambiente y Turismo, así como delegados de Afinia, Aseo del Norte y la Universidad del Área Andina, entre otros actores clave.
El tema central de la reunión fue la reciente tala de 11 árboles en la Galería Popular, un hecho que generó indignación y debate en la opinión pública. Los asistentes coincidieron en que la falta de socialización y comunicación oficial sobre la resolución que autorizó la intervención agravó la percepción negativa de la ciudadanía.
“Lo mínimo es que desde la institucionalidad digan: ‘Oigan, señores, acá está la resolución, mírenla. ¿Tienen alguna duda? Acá está la fundamentación’. ¿Por qué no lo hicieron? ¿Por qué ese miedo?”, cuestionó uno de los participantes, subrayando la ausencia de un comunicado oficial que explicara la justificación fitosanitaria de la tala.
La Resolución 0011 del 21 de febrero de 2025, que autorizó la intervención, fue mencionada como un documento técnico que, según los asistentes, debió ser divulgado y explicado a la comunidad. “No hay desde lo institucional una voz que diga: ‘Hay una resolución que nos permitió que se estructuró desde tal tiempo, que se fundamentó en esto’”, insistió otro de los voceros ciudadanos.
Durante la mesa, se evidenció una fuerte crítica a la falta de articulación entre las entidades responsables del arbolado urbano y la gestión ambiental. “La institucionalidad totalmente desarticulada parece que no se habla entre sí, parece que no supiera qué tiene que hacer y qué hay que mandarse en los procesos”, expresó una líder.
Los participantes propusieron validar y transparentar los estudios técnicos que sustentan las intervenciones sobre el arbolado, así como fortalecer la educación ambiental y la participación ciudadana. “Si educamos a esa comunidad a generar ciencia ciudadana, con la misma comunidad, de que enseñarle, por lo menos, a medir la altura de un árbol, la copa de un árbol, a identificar las especies, de esa manera ellos se apropian de esa infraestructura verde en sus comunidades”, señaló Carolina Vargas, directora de la Escuela Ambiental.
Otro de los puntos álgidos fue la discusión sobre las podas realizadas por Afinia. Varios asistentes manifestaron su inconformidad por la acumulación de residuos de poda en andenes y bulevares, así como por la forma en que se ejecutan los cortes.
“La ciudad está tapizada, está cansada, la ciudad se ve mal presentada. Cuando ustedes hacen una poda larga por toda la avenida y los bulevares y los andenes permanecen sucios hasta secarse”, reclamó Félix Valera, secretario de Gobierno de Valledupar, pidiendo mayor coordinación entre Afinia y Aseo del Norte para la recolección oportuna de los residuos.
Desde Afinia, Samir Taite Cantillo, ingeniero ambiental y sanitario, profesional de gestión ambiental de Afinia, explicó: “Nuestras podas no son estéticas, son todas técnicas. ¿Qué es técnico? Es que yo lo que busco es que el árbol quede estabilizado, que él no quede con carga en una de un lado o del otro lado que provoque el volcamiento. Lo que buscamos nosotros es despejar el riesgo eléctrico, quitar ese contacto de esa rama de la línea, pero que a su vez ese árbol quede estabilizado hasta ahí”.
Sin embargo, reconoció que la recolección de residuos puede retrasarse por la cantidad de material generado, aunque existe una normativa interna que establece un plazo de 24 horas para su retiro. “Puede que pase que por el colapso y por la gran cantidad de residuos nos demoramos, puede equiparse. En esas ocasiones nos interesa que cuando esté sucediendo, que tenga más de un día”, añadió el representante de Afinia.
Después de esto, EL PILÓN recibió una denuncia por parte de los habitantes del barrio Álamos 2, quienes señalaron que han pasado aproximadamente diez días desde que se realizó la poda de árboles en la zona y, hasta la fecha, los residuos aún no han sido recogidos por las autoridades responsables.
La reunión concluyó con un llamado a la articulación y al trabajo conjunto entre instituciones, empresas, academia y ciudadanía. Los compromisos asumidos incluyen la realización de mesas mensuales, la revisión de protocolos de intervención, la socialización de resoluciones y la promoción de la educación ambiental como eje transversal para la protección del arbolado urbano.
La Mesa del Árbol se consolida así como un espacio de diálogo y veeduría ciudadana, fundamental para enfrentar los retos ambientales de la ciudad y garantizar que las decisiones sobre el patrimonio verde sean transparentes, participativas y sostenibles.
Mesa del Árbol y autoridades de Valledupar debaten la tala de árboles y las podas urbanas, exigiendo mayor transparencia y mejor gestión ambiental en la ciudad.
En una jornada marcada por la preocupación ambiental y la exigencia de mayor transparencia institucional, se llevó a cabo la reunión de la Mesa del Árbol, una iniciativa de EL PILÓN que congregó a ambientalistas, ciudadanos, representantes de las secretarías de Gobierno, Desarrollo Económico, Ambiente y Turismo, así como delegados de Afinia, Aseo del Norte y la Universidad del Área Andina, entre otros actores clave.
El tema central de la reunión fue la reciente tala de 11 árboles en la Galería Popular, un hecho que generó indignación y debate en la opinión pública. Los asistentes coincidieron en que la falta de socialización y comunicación oficial sobre la resolución que autorizó la intervención agravó la percepción negativa de la ciudadanía.
“Lo mínimo es que desde la institucionalidad digan: ‘Oigan, señores, acá está la resolución, mírenla. ¿Tienen alguna duda? Acá está la fundamentación’. ¿Por qué no lo hicieron? ¿Por qué ese miedo?”, cuestionó uno de los participantes, subrayando la ausencia de un comunicado oficial que explicara la justificación fitosanitaria de la tala.
La Resolución 0011 del 21 de febrero de 2025, que autorizó la intervención, fue mencionada como un documento técnico que, según los asistentes, debió ser divulgado y explicado a la comunidad. “No hay desde lo institucional una voz que diga: ‘Hay una resolución que nos permitió que se estructuró desde tal tiempo, que se fundamentó en esto’”, insistió otro de los voceros ciudadanos.
Durante la mesa, se evidenció una fuerte crítica a la falta de articulación entre las entidades responsables del arbolado urbano y la gestión ambiental. “La institucionalidad totalmente desarticulada parece que no se habla entre sí, parece que no supiera qué tiene que hacer y qué hay que mandarse en los procesos”, expresó una líder.
Los participantes propusieron validar y transparentar los estudios técnicos que sustentan las intervenciones sobre el arbolado, así como fortalecer la educación ambiental y la participación ciudadana. “Si educamos a esa comunidad a generar ciencia ciudadana, con la misma comunidad, de que enseñarle, por lo menos, a medir la altura de un árbol, la copa de un árbol, a identificar las especies, de esa manera ellos se apropian de esa infraestructura verde en sus comunidades”, señaló Carolina Vargas, directora de la Escuela Ambiental.
Otro de los puntos álgidos fue la discusión sobre las podas realizadas por Afinia. Varios asistentes manifestaron su inconformidad por la acumulación de residuos de poda en andenes y bulevares, así como por la forma en que se ejecutan los cortes.
“La ciudad está tapizada, está cansada, la ciudad se ve mal presentada. Cuando ustedes hacen una poda larga por toda la avenida y los bulevares y los andenes permanecen sucios hasta secarse”, reclamó Félix Valera, secretario de Gobierno de Valledupar, pidiendo mayor coordinación entre Afinia y Aseo del Norte para la recolección oportuna de los residuos.
Desde Afinia, Samir Taite Cantillo, ingeniero ambiental y sanitario, profesional de gestión ambiental de Afinia, explicó: “Nuestras podas no son estéticas, son todas técnicas. ¿Qué es técnico? Es que yo lo que busco es que el árbol quede estabilizado, que él no quede con carga en una de un lado o del otro lado que provoque el volcamiento. Lo que buscamos nosotros es despejar el riesgo eléctrico, quitar ese contacto de esa rama de la línea, pero que a su vez ese árbol quede estabilizado hasta ahí”.
Sin embargo, reconoció que la recolección de residuos puede retrasarse por la cantidad de material generado, aunque existe una normativa interna que establece un plazo de 24 horas para su retiro. “Puede que pase que por el colapso y por la gran cantidad de residuos nos demoramos, puede equiparse. En esas ocasiones nos interesa que cuando esté sucediendo, que tenga más de un día”, añadió el representante de Afinia.
Después de esto, EL PILÓN recibió una denuncia por parte de los habitantes del barrio Álamos 2, quienes señalaron que han pasado aproximadamente diez días desde que se realizó la poda de árboles en la zona y, hasta la fecha, los residuos aún no han sido recogidos por las autoridades responsables.
La reunión concluyó con un llamado a la articulación y al trabajo conjunto entre instituciones, empresas, academia y ciudadanía. Los compromisos asumidos incluyen la realización de mesas mensuales, la revisión de protocolos de intervención, la socialización de resoluciones y la promoción de la educación ambiental como eje transversal para la protección del arbolado urbano.
La Mesa del Árbol se consolida así como un espacio de diálogo y veeduría ciudadana, fundamental para enfrentar los retos ambientales de la ciudad y garantizar que las decisiones sobre el patrimonio verde sean transparentes, participativas y sostenibles.