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Informe - 22 abril, 2020

Perfil demográfico del Cesar: análisis y recomendaciones de política (III)

El Centro de Estudios Socioeconómicos y Regionales, Cesore, como centro de pensamiento del Cesar, presenta un análisis sobre la dinámica poblacional del Cesar y sus municipios basado en la información del Censo Poblacional que realizó el Dane.

Alrededor de 19.878 migrantes entraron a 24 municipios del Cesar.

FOTO/DEIVIS CARO.
Alrededor de 19.878 migrantes entraron a 24 municipios del Cesar. FOTO/DEIVIS CARO.
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El Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, entregó recientemente los datos del Censo Nacional de Población y Vivienda 2018 y facilitó el acceso a los microdatos. El Centro de Estudios Socioeconómicos y Regionales, Cesore, como centro de pensamiento del Cesar, entrega el presente trabajo de análisis de dicha información y da recomendaciones de política pública para mejorar las condiciones sociales de los habitantes del departamento.

FECUNDIDAD Y MORTALIDAD

En el Cesar nacieron entre 2008-2018, en promedio, 18.667 personas por año, aunque en 2018 se disparó a 22.679 nacimientos. A su vez murieron anualmente 3.882, en promedio,  aunque también para 2018 los fallecidos aumentaron sumando 4.910 personas. El número de nacimiento ha venido creciendo en términos absolutos, dado que la población ha crecido, pero no en tasa de crecimiento.

Cesore quiere llamar la atención de manera particular a los nacimientos de bebés de madres-niñas o madres-adolescentes. En el 2018 nacieron 250 bebés de madres menores de 14 años y 5.507 de madres menores de 19 años.

El embarazo adolescente es conocido como una de las trampas de la pobreza. Estas madres por lo general abandonan sus estudios, tienen baja escolaridad y por lo tanto su nivel de empleabilidad y de ingresos será precario. Mientras en Europa la edad de la madre para su primer hijo ronda los 30 años y en Bogotá los 24, en el Cesar el 53 % de los niños nacen de madres menores de 24 años.

En el Cesar nacieron entre 2008-2018, en promedio, 18.667 personas por año. FOTO/ARCHIVO.

CAUSAS DE MUERTE EN EL DEPARTAMENTO

Cambios importantes se han presentado en el departamento al analizar las principales causas de muerte. Lo más llamativo es que los homicidios ya no son la principal causa, avance importante para la tranquilidad y paz regional. En cambio, ahora el primer lugar lo ocupan las enfermedades no transmisibles (corazón y cerebrovasculares) y de manera preocupante, completan el top 3 de las causas de muerte, las enfermedades respiratorias y los accidentes de tránsito.

Para todas ellas se pueden construir políticas públicas de salud preventivas, campañas y llamados para mejorar la dieta, incentivar la práctica del ejercicio, mejorar la calidad del aire, controlar la movilidad, entre otros. Se conocen las causas de mortalidad, ahora se requieren políticas activas de los gobernantes para controlarlas.

DINÁMICA POBLACIONAL

En el Cesar y en Valledupar la mayoría de personas nacieron en el municipio donde residen. En el caso particular de Valledupar, los migrantes provienen de municipios como Codazzi, Bosconia y Aguachica, principalmente, aunque en los últimos años la cercanía con Venezuela ha traído población de este país.

Dentro del fenómeno migratorio y la crisis de Venezuela, según el Censo del 2018, en los últimos cinco años ingresaron 21.164 migrantes a Valledupar y 19.878 a los otros 24 municipios del Cesar, para un total de 41.042 venezolanos inmigrantes en el departamento. La persistencia de la crisis en el vecino país permite que esta cifra varíe a diario.

Cambios poblacionales municipales

Fuente Dane. Cesore.

NECESIDADES BÁSICAS INSATISFECHAS: NBI

Este documento finaliza con el análisis social de la pobreza desde dos instrumentos de medición: el índice de Necesidades Básicas Insatisfechas, NBI, y el Índice de Pobreza Multidimensional, IPM. Usaremos el índice NBI que proporcionó el Dane construido con el Censo del 2018.

El índice NBI está compuesto por 5 variables: Vivienda inadecuada, Hacinamiento crítico, Servicios inadecuados, Alta dependencia económica y Niños en edad escolar que no asisten a la escuela. Se considera un hogar pobre si cumple alguna de estas condiciones y en miseria si cumple dos o más. Pueblo Bello registra como el municipio más pobre del departamento.

Sin embargo, dado el carácter indígena de dicho municipio, en donde el tipo de vivienda indígena y su número de integrantes por hogar es uno de los más altos del departamento, sus hogares clasifican fácilmente con dichas carencias. Esto no obsta para decir que, a pesar de este sesgo, sus habitantes rurales están en muy alto nivel de pobreza.

Es importante mencionar el caso de San Alberto, el municipio menos pobre del Cesar, que no es minero, que no recibe regalías, sin embargo, se encuentra por debajo del promedio nacional de pobreza (NBI). Se propone analizar con mayor atención este caso.

Igualmente, es notorio el nivel de desigualdad urbano-rural. En promedio, el índice NBI rural duplica el urbano, es decir, un habitante del campo tiene el doble de probabilidades de ser pobre en comparación con un habitante de las ciudades, y en casos como Valledupar las probabilidades se triplican. Valledupar tiene en el olvido a sus corregimientos.

San Alberto es el municipio menos pobre del Cesar. FOTO/JOAQUÍN RAMÍREZ.

ÍNDICE DE POBREZA MULTIDIMENSIONAL: IPM

Otro instrumento para medir la pobreza es a través del Índice de Pobreza multidimensional, IPM.

Realizando el análisis desde el Censo 2018, se pueden observar las “privaciones” municipales, es decir, aquellas variables que aún no han sido alcanzadas en el proceso de desarrollo social y económico de los municipios. El IPM es una excelente herramienta para construir Planes de Desarrollo Municipales, políticas públicas y sobre todo para focalizar la inversión, dado que identifica claramente cuáles son las necesidades más apremiantes del municipio, tanto en su componente rural, como en el urbano.

Este debería ser el instrumento preferido de los alcaldes para asignar recursos y no malbaratarlos en obras suntuarias e innecesarias, como se han visto varios casos, en particular con los recursos de las regalías.

Por: Cesore.

Informe
22 abril, 2020

Perfil demográfico del Cesar: análisis y recomendaciones de política (III)

El Centro de Estudios Socioeconómicos y Regionales, Cesore, como centro de pensamiento del Cesar, presenta un análisis sobre la dinámica poblacional del Cesar y sus municipios basado en la información del Censo Poblacional que realizó el Dane.


Alrededor de 19.878 migrantes entraron a 24 municipios del Cesar.

FOTO/DEIVIS CARO.
Alrededor de 19.878 migrantes entraron a 24 municipios del Cesar. FOTO/DEIVIS CARO.
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El Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, entregó recientemente los datos del Censo Nacional de Población y Vivienda 2018 y facilitó el acceso a los microdatos. El Centro de Estudios Socioeconómicos y Regionales, Cesore, como centro de pensamiento del Cesar, entrega el presente trabajo de análisis de dicha información y da recomendaciones de política pública para mejorar las condiciones sociales de los habitantes del departamento.

FECUNDIDAD Y MORTALIDAD

En el Cesar nacieron entre 2008-2018, en promedio, 18.667 personas por año, aunque en 2018 se disparó a 22.679 nacimientos. A su vez murieron anualmente 3.882, en promedio,  aunque también para 2018 los fallecidos aumentaron sumando 4.910 personas. El número de nacimiento ha venido creciendo en términos absolutos, dado que la población ha crecido, pero no en tasa de crecimiento.

Cesore quiere llamar la atención de manera particular a los nacimientos de bebés de madres-niñas o madres-adolescentes. En el 2018 nacieron 250 bebés de madres menores de 14 años y 5.507 de madres menores de 19 años.

El embarazo adolescente es conocido como una de las trampas de la pobreza. Estas madres por lo general abandonan sus estudios, tienen baja escolaridad y por lo tanto su nivel de empleabilidad y de ingresos será precario. Mientras en Europa la edad de la madre para su primer hijo ronda los 30 años y en Bogotá los 24, en el Cesar el 53 % de los niños nacen de madres menores de 24 años.

En el Cesar nacieron entre 2008-2018, en promedio, 18.667 personas por año. FOTO/ARCHIVO.

CAUSAS DE MUERTE EN EL DEPARTAMENTO

Cambios importantes se han presentado en el departamento al analizar las principales causas de muerte. Lo más llamativo es que los homicidios ya no son la principal causa, avance importante para la tranquilidad y paz regional. En cambio, ahora el primer lugar lo ocupan las enfermedades no transmisibles (corazón y cerebrovasculares) y de manera preocupante, completan el top 3 de las causas de muerte, las enfermedades respiratorias y los accidentes de tránsito.

Para todas ellas se pueden construir políticas públicas de salud preventivas, campañas y llamados para mejorar la dieta, incentivar la práctica del ejercicio, mejorar la calidad del aire, controlar la movilidad, entre otros. Se conocen las causas de mortalidad, ahora se requieren políticas activas de los gobernantes para controlarlas.

DINÁMICA POBLACIONAL

En el Cesar y en Valledupar la mayoría de personas nacieron en el municipio donde residen. En el caso particular de Valledupar, los migrantes provienen de municipios como Codazzi, Bosconia y Aguachica, principalmente, aunque en los últimos años la cercanía con Venezuela ha traído población de este país.

Dentro del fenómeno migratorio y la crisis de Venezuela, según el Censo del 2018, en los últimos cinco años ingresaron 21.164 migrantes a Valledupar y 19.878 a los otros 24 municipios del Cesar, para un total de 41.042 venezolanos inmigrantes en el departamento. La persistencia de la crisis en el vecino país permite que esta cifra varíe a diario.

Cambios poblacionales municipales

Fuente Dane. Cesore.

NECESIDADES BÁSICAS INSATISFECHAS: NBI

Este documento finaliza con el análisis social de la pobreza desde dos instrumentos de medición: el índice de Necesidades Básicas Insatisfechas, NBI, y el Índice de Pobreza Multidimensional, IPM. Usaremos el índice NBI que proporcionó el Dane construido con el Censo del 2018.

El índice NBI está compuesto por 5 variables: Vivienda inadecuada, Hacinamiento crítico, Servicios inadecuados, Alta dependencia económica y Niños en edad escolar que no asisten a la escuela. Se considera un hogar pobre si cumple alguna de estas condiciones y en miseria si cumple dos o más. Pueblo Bello registra como el municipio más pobre del departamento.

Sin embargo, dado el carácter indígena de dicho municipio, en donde el tipo de vivienda indígena y su número de integrantes por hogar es uno de los más altos del departamento, sus hogares clasifican fácilmente con dichas carencias. Esto no obsta para decir que, a pesar de este sesgo, sus habitantes rurales están en muy alto nivel de pobreza.

Es importante mencionar el caso de San Alberto, el municipio menos pobre del Cesar, que no es minero, que no recibe regalías, sin embargo, se encuentra por debajo del promedio nacional de pobreza (NBI). Se propone analizar con mayor atención este caso.

Igualmente, es notorio el nivel de desigualdad urbano-rural. En promedio, el índice NBI rural duplica el urbano, es decir, un habitante del campo tiene el doble de probabilidades de ser pobre en comparación con un habitante de las ciudades, y en casos como Valledupar las probabilidades se triplican. Valledupar tiene en el olvido a sus corregimientos.

San Alberto es el municipio menos pobre del Cesar. FOTO/JOAQUÍN RAMÍREZ.

ÍNDICE DE POBREZA MULTIDIMENSIONAL: IPM

Otro instrumento para medir la pobreza es a través del Índice de Pobreza multidimensional, IPM.

Realizando el análisis desde el Censo 2018, se pueden observar las “privaciones” municipales, es decir, aquellas variables que aún no han sido alcanzadas en el proceso de desarrollo social y económico de los municipios. El IPM es una excelente herramienta para construir Planes de Desarrollo Municipales, políticas públicas y sobre todo para focalizar la inversión, dado que identifica claramente cuáles son las necesidades más apremiantes del municipio, tanto en su componente rural, como en el urbano.

Este debería ser el instrumento preferido de los alcaldes para asignar recursos y no malbaratarlos en obras suntuarias e innecesarias, como se han visto varios casos, en particular con los recursos de las regalías.

Por: Cesore.