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Editorial - 26 septiembre, 2013

Partió otro de los grandes

La palabra humildad definió la estirpe de José Vicente “Chente” Munive, un compositor y acordeonero nacido en Guacoche.

La palabra humildad definió la estirpe de José Vicente “Chente” Munive, un compositor  y acordeonero nacido en Guacoche.

“Chente” como cariñosamente lo llamaban sus paisanos, desde muy niño se inclinó por hacer versos, mostrando ese talento que lo hizo merecedor de un gran sitial en la música vallenata y lo convirtió en uno de nuestros grandes Juglares.

Hacía correrías por toda la provincia, pero en especial entre su pueblo y Valledupar, y así, llegó a la casa de Don Pedro Castro Tres Palacios, donde se crió y convivió con todo ese mundo vallenato que se agolpaba, en la plaza Alfonso López cada festival vallenato.

La obra de Chente Munive es un tesoro para nuestra música que atraviesa tiempos de crisis, temas como el Hombre Parrandero, Alma Viajera, La Escoba Nueva, El Cambio, La camioneta,  La muerta viva y muchos más, recrearon diferentes facetas del compositor fallecido.

Es una pérdida irreparable, pero fue un hombre que dejó una huella imborrable en el folclor, su nobleza y destreza para ejecutar el acordeón lo hizo merecedor como el rey del merengue. 

Definitivamente Munive era un ser diferente, cargado de talento. Fue un grande y se paseó por muchas parrandas en la cuales la gente admiraba su digitación exquisita.

Con Lorenzo Morales, su paisano, la relación fue diferente, lo conoció después de que Morales llegó de Codazzi escapando a un fuerte verano; eran grandes amigos, hicieron muchas parrandas juntos e incluso la piqueria entre Munive y Morales, que no es tan referenciada, se ejecutaba en patios de Guacoche con gran intensidad.

La música vallenata hoy ve partir a otros de sus grandes juglares y queda la preocupación porque así como Náfer Durán, Chema Ramos que también están enfermos y necesitan de todo nuestro apoyo.

Surgen muchos interrogantes ¿Las entidades estales encargadas de velar por nuestra cultura están haciendo algo para preservar el legado de los juglares? ¿Quedaría un banco de fotos de Chente Munive? ¿Se harían documentales de su vida? ¿Qué tipo de conversatorios se hicieron? ¿Se promovieron libros para exaltar su obra? seguro que no.

Hoy desde las páginas de EL PILÓN exhortamos a los encargados de manejar nuestra cultura a que fijemos más los ojos en nuestros juglares que se están muriendo en la pobreza y el olvido, además no está quedando material para seguir engrandeciendo su obra y  que las nuevas generaciones comprendan quiénes fueron los encargados de iniciar este bello folclor.

 

Editorial
26 septiembre, 2013

Partió otro de los grandes

La palabra humildad definió la estirpe de José Vicente “Chente” Munive, un compositor y acordeonero nacido en Guacoche.


La palabra humildad definió la estirpe de José Vicente “Chente” Munive, un compositor  y acordeonero nacido en Guacoche.

“Chente” como cariñosamente lo llamaban sus paisanos, desde muy niño se inclinó por hacer versos, mostrando ese talento que lo hizo merecedor de un gran sitial en la música vallenata y lo convirtió en uno de nuestros grandes Juglares.

Hacía correrías por toda la provincia, pero en especial entre su pueblo y Valledupar, y así, llegó a la casa de Don Pedro Castro Tres Palacios, donde se crió y convivió con todo ese mundo vallenato que se agolpaba, en la plaza Alfonso López cada festival vallenato.

La obra de Chente Munive es un tesoro para nuestra música que atraviesa tiempos de crisis, temas como el Hombre Parrandero, Alma Viajera, La Escoba Nueva, El Cambio, La camioneta,  La muerta viva y muchos más, recrearon diferentes facetas del compositor fallecido.

Es una pérdida irreparable, pero fue un hombre que dejó una huella imborrable en el folclor, su nobleza y destreza para ejecutar el acordeón lo hizo merecedor como el rey del merengue. 

Definitivamente Munive era un ser diferente, cargado de talento. Fue un grande y se paseó por muchas parrandas en la cuales la gente admiraba su digitación exquisita.

Con Lorenzo Morales, su paisano, la relación fue diferente, lo conoció después de que Morales llegó de Codazzi escapando a un fuerte verano; eran grandes amigos, hicieron muchas parrandas juntos e incluso la piqueria entre Munive y Morales, que no es tan referenciada, se ejecutaba en patios de Guacoche con gran intensidad.

La música vallenata hoy ve partir a otros de sus grandes juglares y queda la preocupación porque así como Náfer Durán, Chema Ramos que también están enfermos y necesitan de todo nuestro apoyo.

Surgen muchos interrogantes ¿Las entidades estales encargadas de velar por nuestra cultura están haciendo algo para preservar el legado de los juglares? ¿Quedaría un banco de fotos de Chente Munive? ¿Se harían documentales de su vida? ¿Qué tipo de conversatorios se hicieron? ¿Se promovieron libros para exaltar su obra? seguro que no.

Hoy desde las páginas de EL PILÓN exhortamos a los encargados de manejar nuestra cultura a que fijemos más los ojos en nuestros juglares que se están muriendo en la pobreza y el olvido, además no está quedando material para seguir engrandeciendo su obra y  que las nuevas generaciones comprendan quiénes fueron los encargados de iniciar este bello folclor.