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Editorial - 29 mayo, 2025

Otra prueba como ciudad de eventos

Se viene una nueva jornada folclórico-cultural cargada de muchos matices e ingredientes que nuevamente ponen a prueba la capacidad logística de Valledupar como una capital que avanza como ciudad de eventos.

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Se viene una nueva jornada folclórico-cultural cargada de muchos matices e ingredientes que nuevamente ponen a prueba la capacidad logística de Valledupar como una capital que avanza como ciudad de eventos.

Todo se encuentra listo para que, durante tres días: viernes 30 de mayo, sábado 31 de mayo y domingo primero de junio, Valledupar se vuelva a transformar en el epicentro de la emoción, la cultura y la devoción musical con la realización del Festival de Silvestre Dangond, un espectáculo artístico programado para promocionar la última producción discográfica de este gran artista de nuestra música vallenata.

Sin duda alguna que el hecho de propiciar este tipo de eventos, en temporadas distintas a las del Festival de la Leyenda Vallenata, constituye un paso más hacia ese propósito de mantener activa a Valledupar, cultural y musicalmente hablando, durante la mayor parte del año, lo cual le permitirá ampliar el uso del Parque de la Leyenda Vallenata, teniendo como propósito central la activación de las distintas cadenas de la economía local, además de continuar con esa tarea de impulsar el folclor vallenato.

Es un buen mecanismo para exaltar la figura de Silvestre como embajador cultural de nuestra región, al tiempo que se le da la mano al sector hotelero, restaurantes, transportadores, comerciantes y a todos esos emprendedores que ven en esta cita una oportunidad única para dinamizar sus ingresos. La dinámica generada por los miles de visitantes de todas partes del país se traduce en la generación de muchos empleos temporales.

Todo eso es muy positivo para Valledupar y la región, pero es preciso advertir que el éxito de ese festival silvestrita no debe medirse únicamente por la emoción de los escenarios o las cifras de asistencia. Paralelo a ello es necesario asumir de manera institucional la enorme oportunidad y prueba de fuego que traen consigo estas jornadas festivas que movilizan a gran parte de la ciudad. En tal sentido aplaudimos las buenas intenciones que ha mostrado el alcalde Ernesto Orozco para tratar de articular estratégicamente los sectores públicos y privados para que este evento se convierta en un modelo de organización, seguridad y sostenibilidad. Esa ha de ser la ruta.

De antemano se sabe que la magnitud de la convocatoria exige una planificación logística rigurosa. Desde el fortalecimiento de los dispositivos de seguridad, hasta la gestión eficiente de los servicios públicos, la movilidad, el control del espacio público y los planes de contingencia para cualquier imprevisto que nunca falta, cada detalle cuenta.

También hay que pensar en la tranquilidad y el bienestar de la gente que nada tiene que ver con eventos de esta índole y a la que se le debe garantizar la libre movilidad y seguridad ciudadana, cuya rutina normal no se debe ver alterada por esta coyuntura folclórica.

Ya Valledupar ha superado muchas pruebas de este tipo, tales como los Juegos Bolivarianos 2022, las nuevas y cada vez más exigentes condiciones que año tras año demanda el Festival Vallenato, la llegada de un equipo profesional de fútbol, la realización de la Feria del Libro y de otra serie de eventos que convocan grandes multitudes y que requieren de toda una infraestructura logística.

Todos esos antecedentes nos hacen pensar que en esta nueva ocasión Valledupar volverá a salir airosa y que una vez más demostrará su responsabilidad como ciudad, pero no de cualquier capital, sino de esa que precisamente se distingue por su capacidad de organización, civismo, hospitalidad y cuna de grandes eventos.

Bienvenido sea el ‘Pacto de Cooperación entre la Alcaldía de Valledupar y Silvestre Dangond para el fortalecimiento cultural y musical del vallenato’.

Editorial
29 mayo, 2025

Otra prueba como ciudad de eventos

Se viene una nueva jornada folclórico-cultural cargada de muchos matices e ingredientes que nuevamente ponen a prueba la capacidad logística de Valledupar como una capital que avanza como ciudad de eventos.


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Se viene una nueva jornada folclórico-cultural cargada de muchos matices e ingredientes que nuevamente ponen a prueba la capacidad logística de Valledupar como una capital que avanza como ciudad de eventos.

Todo se encuentra listo para que, durante tres días: viernes 30 de mayo, sábado 31 de mayo y domingo primero de junio, Valledupar se vuelva a transformar en el epicentro de la emoción, la cultura y la devoción musical con la realización del Festival de Silvestre Dangond, un espectáculo artístico programado para promocionar la última producción discográfica de este gran artista de nuestra música vallenata.

Sin duda alguna que el hecho de propiciar este tipo de eventos, en temporadas distintas a las del Festival de la Leyenda Vallenata, constituye un paso más hacia ese propósito de mantener activa a Valledupar, cultural y musicalmente hablando, durante la mayor parte del año, lo cual le permitirá ampliar el uso del Parque de la Leyenda Vallenata, teniendo como propósito central la activación de las distintas cadenas de la economía local, además de continuar con esa tarea de impulsar el folclor vallenato.

Es un buen mecanismo para exaltar la figura de Silvestre como embajador cultural de nuestra región, al tiempo que se le da la mano al sector hotelero, restaurantes, transportadores, comerciantes y a todos esos emprendedores que ven en esta cita una oportunidad única para dinamizar sus ingresos. La dinámica generada por los miles de visitantes de todas partes del país se traduce en la generación de muchos empleos temporales.

Todo eso es muy positivo para Valledupar y la región, pero es preciso advertir que el éxito de ese festival silvestrita no debe medirse únicamente por la emoción de los escenarios o las cifras de asistencia. Paralelo a ello es necesario asumir de manera institucional la enorme oportunidad y prueba de fuego que traen consigo estas jornadas festivas que movilizan a gran parte de la ciudad. En tal sentido aplaudimos las buenas intenciones que ha mostrado el alcalde Ernesto Orozco para tratar de articular estratégicamente los sectores públicos y privados para que este evento se convierta en un modelo de organización, seguridad y sostenibilidad. Esa ha de ser la ruta.

De antemano se sabe que la magnitud de la convocatoria exige una planificación logística rigurosa. Desde el fortalecimiento de los dispositivos de seguridad, hasta la gestión eficiente de los servicios públicos, la movilidad, el control del espacio público y los planes de contingencia para cualquier imprevisto que nunca falta, cada detalle cuenta.

También hay que pensar en la tranquilidad y el bienestar de la gente que nada tiene que ver con eventos de esta índole y a la que se le debe garantizar la libre movilidad y seguridad ciudadana, cuya rutina normal no se debe ver alterada por esta coyuntura folclórica.

Ya Valledupar ha superado muchas pruebas de este tipo, tales como los Juegos Bolivarianos 2022, las nuevas y cada vez más exigentes condiciones que año tras año demanda el Festival Vallenato, la llegada de un equipo profesional de fútbol, la realización de la Feria del Libro y de otra serie de eventos que convocan grandes multitudes y que requieren de toda una infraestructura logística.

Todos esos antecedentes nos hacen pensar que en esta nueva ocasión Valledupar volverá a salir airosa y que una vez más demostrará su responsabilidad como ciudad, pero no de cualquier capital, sino de esa que precisamente se distingue por su capacidad de organización, civismo, hospitalidad y cuna de grandes eventos.

Bienvenido sea el ‘Pacto de Cooperación entre la Alcaldía de Valledupar y Silvestre Dangond para el fortalecimiento cultural y musical del vallenato’.