El Caribe colombiano tiene todo el potencial para el crecimiento económico del país, gracias a su posición estratégica para convertirse en la mejor plataforma exportadora, y su idoneidad para el desarrollo industrial en diversos sectores.
Además de sus fortalezas en turismo y agroindustria, esta región cuenta con un amplio portafolio energético de fuentes renovables, que inciden en su competitividad, donde la energía eléctrica es fundamental para impulsar el desarrollo, mientras mejora la calidad de vida de los habitantes.
Es evidente también que la energía eléctrica juega hoy, y jugará aún más en el futuro, un rol fundamental como habilitadora de todos los desarrollos y posibilidades de crecimiento económico, pues ella representa la base para la competitividad, la evolución y un mayor bienestar social de la región.
Existen, sin embargo, enormes desafíos estructurales que desde hace décadas han amenazado la sostenibilidad y prestación del servicio eléctrico en estos territorios y han sido muchos los que han intentado intervenir para solucionarlos sin éxito completo hasta el momento.
Los retos del sistema que se deben atender de manera coordinada y responsable requieren de la voluntad de muchos actores. Ya que en las condiciones de entorno observamos, entre otros, una elevada informalidad económica, producto de una histórica dificultad de generación de ingresos para una parte significativa de la población, presencia creciente de actores en la ilegalidad, costumbres que implican comportamientos que fomentan el no pago del servicio y las conexiones irregulares, alimentados por años por discursos enfocados en atacar y señalar, así como malas actuaciones comprobadas de operadores que se cubrieron de corrupción.
Todo ello generó un ambiente propicio para acrecentar las dudas, los señalamientos, la pérdida de credibilidad de unos a otros y, en últimas, un vórtice permanente de crisis que ha impedido avanzar hacia la solución estructural urgentemente requerida.
La corresponsabilidad es clave
Afinia, presente en 134 municipios, cubriendo 5 departamentos que alcanzan 83.000 kilómetros cuadrados con más de 6.5 millones de habitantes, enfrenta hoy profundos retos financieros, técnicos, así como de operación derivados de un deterioro creciente del orden público que complejiza enormemente su labor.
No obstante, ha honrado su compromiso durante más de 4 años, invirtiendo más de 3 billones de pesos que han permitido mejorar el servicio y lograr avances significativos en calidad, con mejoras entre el 45% y el 65% respecto de las condiciones previas a octubre de 2020, fecha en la que inició su operación.
Es imperativo continuar avanzando por y para el beneficio de todos los habitantes, entendiendo que la solución nos involucra a todos. La corresponsabilidad es clave; Afinia como proveedor del servicio, la comunidad usuaria y responsable de realizar sus pagos por el servicio, evitar la ilegalidad, y las instituciones como facilitadoras de mejores condiciones socioeconómicas y el Estado en general como garante de la seguridad tan golpeada en estos días.
De nuevo estamos ante un agravamiento de la situación, no solo ya de la inviabilidad de las empresas distribuidoras y comercializadoras de energía que atienden la región sino ante la muy posible crisis energética que afectaría todo el sistema nacional.
Hay esfuerzos de muchos y son evidentes, pero no parecen solucionar los problemas de corto plazo que amenazan la viabilidad de las empresas e incluso del sector.
El Gobierno con su plan de 6 gigas está buscando incrementar la participación de energías renovables en la matriz energética del país, esfuerzo loable y bien intencionado para una solución de mediano plazo; los generadores, haciendo ingentes esfuerzos, están operando en condiciones financieras muy complejas por las grandes deudas que acumulan algunas operadoras y las empresas distribuidoras están enfrentadas a esa realidad tan compleja de no pago del servicio y elevadas pérdidas que afectan directamente y de manera creciente sus flujos de caja que tienen como destino no solo la compra de energía a los generadores sino la atención del mantenimiento de las redes, las inversiones necesarias para proporcionar un servicio de calidad y permanencia, así como hacer posible la recepción de esas nuevas fuentes de generación renovable.
La certeza de la oferta de energía en el mediano plazo está afectada por una gran incertidumbre que hace urgente su atención y solución para garantizar no solo que los nuevos proyectos entren a operar, sino que se proporcione la seguridad jurídica necesaria para que actuales y nuevos inversionistas entren a creer e invertir.
No es posible continuar escudándonos
En la región específicamente, debemos cambiar el discurso de la crisis hacia uno de oportunidad y posibilidad, construyendo juntos una nueva realidad que permita aprovechar el potencial económico del Caribe. Afinia, como octavo operador del servicio en la región, reconoce sus oportunidades de mejora y está conectándose con la comunidad para escucharla y atenderla con soluciones reales y de largo plazo como “Energía a la medida” que realmente atiende esa realidad difícil de muchos para adecuarse al esquema tradicional pospago.
No es posible continuar escudándonos en realidades históricas, para evadir la obligación de remunerar el servicio, pagar los subsidios por parte del Gobierno nacional y que el sector público asuma el pago de las deudas atendiendo los principios de responsabilidad y diligencia que deben ser el centro de cualquier servidor público, así como el uso legal del servicio.
Todo ello constituye la fuente esencial para operar, realizar las inversiones que esperamos y continuar con las mejoras para poder extraer todos los beneficios hacia un futuro más próspero y dinámico.
El camino hacia un servicio eléctrico sostenible y de calidad en el Caribe colombiano es posible y está en nuestras manos, las de todos, hacerlo realidad. La transformación y la evolución será nuestra, cuando cada uno asuma su rol con responsabilidad y compromiso. La comunidad es una guía esencial para avanzar y lograrlo.
Escrito por Ricardo José Arango, gerente de Afinia











