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Principal - 11 marzo, 2019

Obras con menos oferentes tienden a tener más retrasos en ejecución

En la contratación de la Gobernación del Cesar el promedio de proponentes es muy bajo, casi menor que dos por obra. Analizando los registros de los contratos, el cumplimiento de los cronogramas de ejecución es deficiente.

Foto: Joaquin Ramirez
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EL PILÓN se dio a la tarea de revisar al menos 36 obras de construcción desde el año 2014 hasta el 2018, contratadas por la Gobernación del Cesar, que contaran con una inversión mayor a los 1.000 millones.

Al final solo siete contaron con más de dos proponentes. Dentro de esas obras está las recién inauguradas sedes del SENA en los municipios de Bosconia, Chimichagua y Curumaní, para la que se presentaron tres oferentes para el contrato inicial de $10,594 millones, aunque luego se presentó una adición.

Ese contrato y la remodelación de las vías terciarias del Cesar son la excepción en la contratación de la administración departamental. En esas obras revisadas 23 contaban con dos proponentes, lo que mantiene un promedio bajo de oferentes en el Cesar, comparado con otras ciudades o departamentos. Basta compararlo con el departamento de Caldas para entender mejor el bajo promedio: 28,14 es el promedio de proponentes en el departamento caldense durante el 2017.

El del Cesar está incluso por debajo del promedio nacional (9,55) por más de siete proponentes por licitación, según un informe elaborado por el CSIR, Comité de Seguimiento a las Inversiones en Regalías.
La licitación pública es el tipo de contratación por excelencia porque en su base colabora con el principio de la transparencia y la libre competencia.

En ese sentido, en el 2017 el Cesar mostró resultados positivos con un 87 % de la contratación departamental hecha en licitación pública. Sin embargo, con el mismo vacío de un promedio bajo en proponentes, que viene de años anteriores y se mantiene en el 2018 en el ámbito de la construcción, con la remodelación de edificios, vías, parques, etc.

Y si se mira más atrás, el promedio es más bajo en las obras con inversión mayor a 1.000 millones de pesos. En el 2014 por ejemplo se reportaron en SECOP 1, alrededor de una decena de obras superiores a la cantidad anterior de inversión; de esas diez obras de construcción, ninguna superaba los dos oferentes por licitación y sí se presentaban varias con un solo proponente.

Uno de los más polémicos ha sido la construcción de dos Centros de Desarrollo Infantil en los municipios de Aguachica y La Gloria. Para la licitación solo se presentó un oferente, el Consorcio CDI Del Cesar, al cual le fue adjudicado el contrato por 2.800 millones.

Pero antes de la licitación la obra tenía vicios. Reinel José Lobo, ejerciendo como alcalde de La Gloria, registró mediante escritura pública en favor del municipio el predio donde se construiría el CDI, siendo el lote de la iglesia católica. La Contraloría General decidió abrir un proceso de responsabilidad fiscal por $411 millones en contra del exalcalde.
Ante ese problema la obra debió ser parada.

El Centro de Desarrollo Infantil de Aguachica sí se inauguró, pero atrasado. El plazo inicial de cinco meses que se dio en la adjudicación del contrato el 14 de agosto del 2014 no se pudo cumplir. Fue hasta junio de 2016, casi dos años después del plazo inicial, que con la presencia del gobernador del Cesar, Francisco Ovalle, se inauguró el CDI.

EL INCUMPLIMIENTO DE LOS PLAZOS

Si los contratos con más de dos oferentes en obras de construcción son una excepción, la situación de los tiempos es más preocupante. De las 36 obras que revisó EL PILÓN máximo cuatro de ellas no registraron adiciones de tiempo y dinero.

En la construcción son normales los atrasos por eventos imprevistos, ya sean accidentes en la obra, sobrecostos, errores técnicos, o externos como paro camionero o fuerte invierno. Las anteriores son las principales razones por las que se extendieron en su tiempo inicial más del 95 % de las obras revisadas.

En algunas el plazo de adición es de dos o cuatro meses. La construcción del Parque Tenístico en Valledupar, junto a otras obras que tuvo un valor de $5.471 millones cuando se adjudicó en junio del 2014 se entregó con dos meses de atraso.
Como este se registra la remodelación y adecuación del parque Sicarare y el parque del barrio Divino Niño que solo registró atrasos por 45 días.

Pero también existen aquellos que se extendieron por más de un año y hasta dos, o peor aún no registran acta de entrega. El ejemplo claro es la construcción de la plaza de mercado municipal en la zona urbana del municipio de Bosconia. Aunque se adjudicó el contrato por $4.513 millones el 12 de diciembre de 2014 con un plazo máximo de entrega de 10 meses, fue hasta junio del 2017 cuando las autoridades departamentales la inauguraron.

Mención especial merece el contrato para el mejoramiento de mejoramiento y mantenimiento de la via Las Vegas – Saloa en el municipio de Chimichagua. Licitadas durante el mandato de Luis Alberto Monsalvo por un valor inicial de 2,700 que luego superaría los 3.000 millones al Consorcio Las Vegas aún no registran actas de entrega en el SECOP ni publicaciones de inauguración por parte de la Gobernación a pesar de que han pasado más de cinco desde la Fecha de Inicio de Ejecución del Contrato que fue un 20 de enero de 2014. Después de más de un año de adiciones debió ser entregada el tres de mayo de 2015.

La situación de la construcción de la segunda etapa de la Alameda y sendero urbano de la calle 5ta y avenida Kennedy en el municipio de Aguachica fue parecida pero tuvo un final diferente.

Por un valor de $8,265 millones fue firmado el contrato en febrero de 2014 con un plazo de 10 meses para que la Unión Temporal Urbanismo entregara la obra. Entre retrasos, en la última adición que se le hizo quedaba como fecha estipulada de entrega el 8 septiembre 2015. No obstante, fue hasta el 12 de febrero de 2016 que se firmó el acta final de entrega. Más de año y medio en retrasos.

Tanto en la obra de mejoramiento de la vía en el municipio de Chimichagua como la construcción de la segunda etapa del sendero, fueron entregados en licitación pública con dos oferentes.

LA MAYOR CANTIDAD DE LICITACIONES DE UN SOLO OFERENTE PRESENTA RETRASOS

Hay un determinador importante dentro de lo analizado: las licitaciones con más de dos oferentes, en promedio registran menos atrasos que las obras con dos o un oferente.

Dentro de las obras revisadas entregadas en licitación con un solo oferente, solo la construcción de tres puentes rurales y dos urbanos en el municipio de Pailitas no presentó atrasos considerables en su entrega. Entregada al Consorcio Puentes Pailitas registró atrasos solo no mayores a tres meses.

En cambio, de nuevo en el municipio de Chimichagua, la construcción de la avenida principal y espacio público que permite el acceso a este municipio, es un monumento al incumplimiento de plazos.

Entregado con un solo oferente al Consorcio Vía Chimichagua 2014, el contrato de $9,970, tenía un plazo de entrega de 10 meses contados desde el acta inicial firmada alcanzaba hasta el hasta el 22 de septiembre de 2015. Llena da retrasos, adiciones e incidentes, En realidad fue hasta 6 de julio de 2017 cuando se firmó el acta de entrega de la obra, casi 1.000 días después de su fecha original.

Vale agregar la construcción del nuevo Hospital Inmaculada Concepción también de Chimichagua. Se repiten ambas historias: entregado en licitación de un solo oferente y con atrasos de casi dos años.

El 18 de febrero de 2015 se firmó la ejecución del contrato con la Unión Temporal Hospital 2014 por un valor de $8.758 millones para que entregara la obra nueve meses después. Más o menos el 27 de diciembre de ese año, en Chimichagua debían contar con nuevo hospital.

Pero no fue así. Durante la construcción, la unión temporal pidió cuatro prorrogas equivalentes a 19 meses de atrasos. Al final, en el SECOP 1 no hay registro del acta final de entrega de la obra completa, por lo que las autoridades asistieron a la inauguración de una parte del hospital que nunca ha dejado estar en el centro de la polémica.

La razón de la licitación pública es elegir la mejor propuesta, tanto en cumplimiento con en economía, lo que no es posible con las licitaciones de un solo oferente, que en este caso, no ha dejado buenos resultados en las obras mencionadas.

Por: Deivis Caro daza / EL PILÓN
[email protected]

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11 marzo, 2019

Obras con menos oferentes tienden a tener más retrasos en ejecución

En la contratación de la Gobernación del Cesar el promedio de proponentes es muy bajo, casi menor que dos por obra. Analizando los registros de los contratos, el cumplimiento de los cronogramas de ejecución es deficiente.


Foto: Joaquin Ramirez
Foto: Joaquin Ramirez
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EL PILÓN se dio a la tarea de revisar al menos 36 obras de construcción desde el año 2014 hasta el 2018, contratadas por la Gobernación del Cesar, que contaran con una inversión mayor a los 1.000 millones.

Al final solo siete contaron con más de dos proponentes. Dentro de esas obras está las recién inauguradas sedes del SENA en los municipios de Bosconia, Chimichagua y Curumaní, para la que se presentaron tres oferentes para el contrato inicial de $10,594 millones, aunque luego se presentó una adición.

Ese contrato y la remodelación de las vías terciarias del Cesar son la excepción en la contratación de la administración departamental. En esas obras revisadas 23 contaban con dos proponentes, lo que mantiene un promedio bajo de oferentes en el Cesar, comparado con otras ciudades o departamentos. Basta compararlo con el departamento de Caldas para entender mejor el bajo promedio: 28,14 es el promedio de proponentes en el departamento caldense durante el 2017.

El del Cesar está incluso por debajo del promedio nacional (9,55) por más de siete proponentes por licitación, según un informe elaborado por el CSIR, Comité de Seguimiento a las Inversiones en Regalías.
La licitación pública es el tipo de contratación por excelencia porque en su base colabora con el principio de la transparencia y la libre competencia.

En ese sentido, en el 2017 el Cesar mostró resultados positivos con un 87 % de la contratación departamental hecha en licitación pública. Sin embargo, con el mismo vacío de un promedio bajo en proponentes, que viene de años anteriores y se mantiene en el 2018 en el ámbito de la construcción, con la remodelación de edificios, vías, parques, etc.

Y si se mira más atrás, el promedio es más bajo en las obras con inversión mayor a 1.000 millones de pesos. En el 2014 por ejemplo se reportaron en SECOP 1, alrededor de una decena de obras superiores a la cantidad anterior de inversión; de esas diez obras de construcción, ninguna superaba los dos oferentes por licitación y sí se presentaban varias con un solo proponente.

Uno de los más polémicos ha sido la construcción de dos Centros de Desarrollo Infantil en los municipios de Aguachica y La Gloria. Para la licitación solo se presentó un oferente, el Consorcio CDI Del Cesar, al cual le fue adjudicado el contrato por 2.800 millones.

Pero antes de la licitación la obra tenía vicios. Reinel José Lobo, ejerciendo como alcalde de La Gloria, registró mediante escritura pública en favor del municipio el predio donde se construiría el CDI, siendo el lote de la iglesia católica. La Contraloría General decidió abrir un proceso de responsabilidad fiscal por $411 millones en contra del exalcalde.
Ante ese problema la obra debió ser parada.

El Centro de Desarrollo Infantil de Aguachica sí se inauguró, pero atrasado. El plazo inicial de cinco meses que se dio en la adjudicación del contrato el 14 de agosto del 2014 no se pudo cumplir. Fue hasta junio de 2016, casi dos años después del plazo inicial, que con la presencia del gobernador del Cesar, Francisco Ovalle, se inauguró el CDI.

EL INCUMPLIMIENTO DE LOS PLAZOS

Si los contratos con más de dos oferentes en obras de construcción son una excepción, la situación de los tiempos es más preocupante. De las 36 obras que revisó EL PILÓN máximo cuatro de ellas no registraron adiciones de tiempo y dinero.

En la construcción son normales los atrasos por eventos imprevistos, ya sean accidentes en la obra, sobrecostos, errores técnicos, o externos como paro camionero o fuerte invierno. Las anteriores son las principales razones por las que se extendieron en su tiempo inicial más del 95 % de las obras revisadas.

En algunas el plazo de adición es de dos o cuatro meses. La construcción del Parque Tenístico en Valledupar, junto a otras obras que tuvo un valor de $5.471 millones cuando se adjudicó en junio del 2014 se entregó con dos meses de atraso.
Como este se registra la remodelación y adecuación del parque Sicarare y el parque del barrio Divino Niño que solo registró atrasos por 45 días.

Pero también existen aquellos que se extendieron por más de un año y hasta dos, o peor aún no registran acta de entrega. El ejemplo claro es la construcción de la plaza de mercado municipal en la zona urbana del municipio de Bosconia. Aunque se adjudicó el contrato por $4.513 millones el 12 de diciembre de 2014 con un plazo máximo de entrega de 10 meses, fue hasta junio del 2017 cuando las autoridades departamentales la inauguraron.

Mención especial merece el contrato para el mejoramiento de mejoramiento y mantenimiento de la via Las Vegas – Saloa en el municipio de Chimichagua. Licitadas durante el mandato de Luis Alberto Monsalvo por un valor inicial de 2,700 que luego superaría los 3.000 millones al Consorcio Las Vegas aún no registran actas de entrega en el SECOP ni publicaciones de inauguración por parte de la Gobernación a pesar de que han pasado más de cinco desde la Fecha de Inicio de Ejecución del Contrato que fue un 20 de enero de 2014. Después de más de un año de adiciones debió ser entregada el tres de mayo de 2015.

La situación de la construcción de la segunda etapa de la Alameda y sendero urbano de la calle 5ta y avenida Kennedy en el municipio de Aguachica fue parecida pero tuvo un final diferente.

Por un valor de $8,265 millones fue firmado el contrato en febrero de 2014 con un plazo de 10 meses para que la Unión Temporal Urbanismo entregara la obra. Entre retrasos, en la última adición que se le hizo quedaba como fecha estipulada de entrega el 8 septiembre 2015. No obstante, fue hasta el 12 de febrero de 2016 que se firmó el acta final de entrega. Más de año y medio en retrasos.

Tanto en la obra de mejoramiento de la vía en el municipio de Chimichagua como la construcción de la segunda etapa del sendero, fueron entregados en licitación pública con dos oferentes.

LA MAYOR CANTIDAD DE LICITACIONES DE UN SOLO OFERENTE PRESENTA RETRASOS

Hay un determinador importante dentro de lo analizado: las licitaciones con más de dos oferentes, en promedio registran menos atrasos que las obras con dos o un oferente.

Dentro de las obras revisadas entregadas en licitación con un solo oferente, solo la construcción de tres puentes rurales y dos urbanos en el municipio de Pailitas no presentó atrasos considerables en su entrega. Entregada al Consorcio Puentes Pailitas registró atrasos solo no mayores a tres meses.

En cambio, de nuevo en el municipio de Chimichagua, la construcción de la avenida principal y espacio público que permite el acceso a este municipio, es un monumento al incumplimiento de plazos.

Entregado con un solo oferente al Consorcio Vía Chimichagua 2014, el contrato de $9,970, tenía un plazo de entrega de 10 meses contados desde el acta inicial firmada alcanzaba hasta el hasta el 22 de septiembre de 2015. Llena da retrasos, adiciones e incidentes, En realidad fue hasta 6 de julio de 2017 cuando se firmó el acta de entrega de la obra, casi 1.000 días después de su fecha original.

Vale agregar la construcción del nuevo Hospital Inmaculada Concepción también de Chimichagua. Se repiten ambas historias: entregado en licitación de un solo oferente y con atrasos de casi dos años.

El 18 de febrero de 2015 se firmó la ejecución del contrato con la Unión Temporal Hospital 2014 por un valor de $8.758 millones para que entregara la obra nueve meses después. Más o menos el 27 de diciembre de ese año, en Chimichagua debían contar con nuevo hospital.

Pero no fue así. Durante la construcción, la unión temporal pidió cuatro prorrogas equivalentes a 19 meses de atrasos. Al final, en el SECOP 1 no hay registro del acta final de entrega de la obra completa, por lo que las autoridades asistieron a la inauguración de una parte del hospital que nunca ha dejado estar en el centro de la polémica.

La razón de la licitación pública es elegir la mejor propuesta, tanto en cumplimiento con en economía, lo que no es posible con las licitaciones de un solo oferente, que en este caso, no ha dejado buenos resultados en las obras mencionadas.

Por: Deivis Caro daza / EL PILÓN
[email protected]