Esta semana los distintos colegios públicos de Valledupar y el Cesar iniciaron sus respectivas actividades académicas en medio de diversas dificultades que ya se han vuelto una tradición décadas tras décadas.
Esta semana los distintos colegios públicos de Valledupar y el Cesar iniciaron sus respectivas actividades académicas en medio de diversas dificultades que ya se han vuelto una tradición décadas tras décadas.
El periodista y columnista Aquilino Cotes Zuleta destacaba en su artículo de este miércoles, publicado por EL PILÓN, la falta de más de seis mil cupos en los colegios oficiales de Valledupar, situación que también es común en la mayoría de municipios del departamento del Cesar, siendo los más afectados los estratos sociales inferiores.
Ese déficit de cupos escolares obedece a la falta de aulas para albergar a más estudiantes, además del faltante en la planta docente, según refería recientemente el presidente de Aducesar, Jorge Luis Rivero Lario.
Pero la falta de cupos, aulas y docentes son solo algunos de los componentes de la serie de dificultades y deficiencias que presenta el sector educativo en nuestra región, los cuales reaparecen al inicio de cada año lectivo y este 2023 no ha sido la excepción.
Muy a pesar de la construcción de varios megacolegios en la capital del Cesar es evidente que la cobertura educativa todavía no alcanza el ciento por ciento.
La situación es tan crítica que los rectores de colegios como el Nacional Loperena, el Casd, Instpecam, solo para mencionar algunos, en la temporada de inscripciones y matriculas suelen atrincherarse para evitar la presión de miles de angustiados padres de familias que claman por un cupo para sus hijos.
Es notorio que la población estudiantil crece a un ritmo acelerado frente al lento avance de la optimización y adecuación de la infraestructura educativa, problema que no es exclusivo de Valledupar y el Cesar, se trata de un mal que se presenta en todo el territorio nacional pero que en el entorno regional nuestro se hace más crítico por la falta de presupuesto en los distintos niveles de la institucionalidad.
“Estamos tratando de resolver esta situación, estamos mirando las opciones, haciendo ajustes y esperando inversiones del Ministerio de Educación porque hace veinte años no invierten un solo peso en la zona”, le dijo el secretario de educación municipal, Iván Bolaño Baute, al periodista Aquilino Cotes.
Ese será otro de los grandes retos que deberán enfrentar los próximos gobernantes locales que serán elegidos este año, incluido el nuevo mandatario departamental, quienes deberán asesorarse de los especialistas en educación para definir una propuesta que ayude a resolver de fondo los problemas del sector educativo tanto en la capital como en el departamento.
El problema en Valledupar es de mayor dimensión debido al alto número de población flotante que se registra en su territorio, según Bolaño, en el 2023 hay más de ocho mil estudiantes venezolanos. Sumado a ello, la crisis económica que afecta de manera directa a los hogares de la región ha hecho que muchos padres de familia retiren a sus hijos de los colegios privados y traten de conseguir un cupo en las instituciones públicas.
Además de una oportunidad de estudio, los padres de familia también acuden a los colegios oficiales para así garantizar la alimentación de sus hijos a través del polémico Programa de Alimentación Escolar, PAE, lo cual revela de paso otras crisis adicionales de los hogares y que de igual manera repercute en el rendimiento educativo de los jóvenes: la falta de comida.
Así las cosas, los próximos mandatarios tendrán que hacer de tripas corazón para tratar de revertir esta triste realidad que vemos todos los años.
Esta semana los distintos colegios públicos de Valledupar y el Cesar iniciaron sus respectivas actividades académicas en medio de diversas dificultades que ya se han vuelto una tradición décadas tras décadas.
Esta semana los distintos colegios públicos de Valledupar y el Cesar iniciaron sus respectivas actividades académicas en medio de diversas dificultades que ya se han vuelto una tradición décadas tras décadas.
El periodista y columnista Aquilino Cotes Zuleta destacaba en su artículo de este miércoles, publicado por EL PILÓN, la falta de más de seis mil cupos en los colegios oficiales de Valledupar, situación que también es común en la mayoría de municipios del departamento del Cesar, siendo los más afectados los estratos sociales inferiores.
Ese déficit de cupos escolares obedece a la falta de aulas para albergar a más estudiantes, además del faltante en la planta docente, según refería recientemente el presidente de Aducesar, Jorge Luis Rivero Lario.
Pero la falta de cupos, aulas y docentes son solo algunos de los componentes de la serie de dificultades y deficiencias que presenta el sector educativo en nuestra región, los cuales reaparecen al inicio de cada año lectivo y este 2023 no ha sido la excepción.
Muy a pesar de la construcción de varios megacolegios en la capital del Cesar es evidente que la cobertura educativa todavía no alcanza el ciento por ciento.
La situación es tan crítica que los rectores de colegios como el Nacional Loperena, el Casd, Instpecam, solo para mencionar algunos, en la temporada de inscripciones y matriculas suelen atrincherarse para evitar la presión de miles de angustiados padres de familias que claman por un cupo para sus hijos.
Es notorio que la población estudiantil crece a un ritmo acelerado frente al lento avance de la optimización y adecuación de la infraestructura educativa, problema que no es exclusivo de Valledupar y el Cesar, se trata de un mal que se presenta en todo el territorio nacional pero que en el entorno regional nuestro se hace más crítico por la falta de presupuesto en los distintos niveles de la institucionalidad.
“Estamos tratando de resolver esta situación, estamos mirando las opciones, haciendo ajustes y esperando inversiones del Ministerio de Educación porque hace veinte años no invierten un solo peso en la zona”, le dijo el secretario de educación municipal, Iván Bolaño Baute, al periodista Aquilino Cotes.
Ese será otro de los grandes retos que deberán enfrentar los próximos gobernantes locales que serán elegidos este año, incluido el nuevo mandatario departamental, quienes deberán asesorarse de los especialistas en educación para definir una propuesta que ayude a resolver de fondo los problemas del sector educativo tanto en la capital como en el departamento.
El problema en Valledupar es de mayor dimensión debido al alto número de población flotante que se registra en su territorio, según Bolaño, en el 2023 hay más de ocho mil estudiantes venezolanos. Sumado a ello, la crisis económica que afecta de manera directa a los hogares de la región ha hecho que muchos padres de familia retiren a sus hijos de los colegios privados y traten de conseguir un cupo en las instituciones públicas.
Además de una oportunidad de estudio, los padres de familia también acuden a los colegios oficiales para así garantizar la alimentación de sus hijos a través del polémico Programa de Alimentación Escolar, PAE, lo cual revela de paso otras crisis adicionales de los hogares y que de igual manera repercute en el rendimiento educativo de los jóvenes: la falta de comida.
Así las cosas, los próximos mandatarios tendrán que hacer de tripas corazón para tratar de revertir esta triste realidad que vemos todos los años.