“Lo digo con certeza que me honra decirlo claramente en mis cantares, que este bello folclor que tiene el Valle, es un orgullo más para Colombia. Tenemos el ejemplo de Escalona, que del Valle es insignia nacional.
“Lo digo con certeza que me honra decirlo claramente en mis cantares, que este bello folclor que tiene el Valle, es un orgullo más para Colombia. Tenemos el ejemplo de Escalona, que del Valle es insignia nacional. Y lo ha conseguido con su cantar y puede demostrarlo a cualquier hora. Y atrás de él se van muchas personas, en cualquier campo profesional’ compuso y cantó Diomedes Díaz, en la canción ‘El Profesional’.
Parodiando al ‘cantor campesino’ “llega nuevamente el 26, día bonito que nos llena de entusiasmo”, porque precisamente ese fue el día que a este mundo mandaron a dos grandes de nuestro folclor: Rafael Escalona y Diomedes Díaz, para muchos, los mejores en su respectiva condición, uno como compositor y el otro como cantautor e intérprete.
Definitivamente la naturaleza es sabia y en esta ocasión lo demostró con creces, decidió que el 26 de mayo, en un mismo día, nacieran dos personajes que llenarían de gloria al folclor vallenato y cambiarían de manera positiva la historia de Valledupar y la región, ante Colombia y el mundo.
¿Qué sería de Valledupar, el Cesar y La Guajira si no hubiesen contado con el asombroso talento de estos dos personajes del folclor vallenato? ¿Tuviera hoy esta región la misma resonancia cultural en Colombia y en el exterior?, son unas buenas preguntas para reflexionar justo hoy que es un día viernes, cierre de semana que condiciona al alma y al espíritu de las personas para que se ocupen de temas más amenos y relajantes después de esa larga jornada laboral en la que pululan las presiones y el estrés.
Pues bien, en este 26 de mayo sonarán sus canciones, volverán las crónicas, las anécdotas y los cuentos muy particulares de estos peculiares artistas. Pero es además la oportunidad propicia para escudriñar y mirar más allá de la frivolidad, el jolgorio y ese concepto folclórico que se tiene de unas personas cuyas vidas se las dedicaron de tiempo completo a la música vallenata.
Escalona y Diomedes ya no son solo eso, en la actualidad no son simple música, relatos e historias cargadas de múltiples ingredientes que cada vez despiertan mayor admiración, ellos traspasaron la burbuja que enmarca ese universo del folclor vallenato, porque ahora sus nombres son una institución que evocan sentimientos que referencian a nuestra ciudad, a la región y al país en general.
En ese contexto, el mundo vallenato todavía no ha alcanzado a dimensionar la obra y el mérito de estos dos gladiadores culturales. Claro, porque se trata de un proceso natural cuya única base científica es el talento innato y original de dos seres nacidos en una región mítica y poseedora de un gran encanto poético que aún los historiadores no han podido descifrar a plenitud, una magia que emana de las serranías, los ríos y de todo el entorno paisajístico del que, gracias a nuestros líricos, hoy se habla en cualquier parte del mundo.
Es la fecha entonces para reconocerles al gran maestro Escalona y al ‘Cacique de La Junta’ todo lo que esta tierra vallenata les debe, es el momento para decirles con letras de oro: ¡gracias! También expresarles una vez más que sus obras musicales no solo engrandecieron nuestra idiosincrasia, sino que sus legados toman más fuerza con cada tiempo que pasa.
Es la ocasión para recordarles a las actuales generaciones el invaluable aporte que estos brillantes artistas hicieron a Valledupar y Colombia, pasando desde lo musical, artístico y cultural hasta trascender a diversos terrenos de igual importancia para la superación de nuestros pueblos.
“Lo digo con certeza que me honra decirlo claramente en mis cantares, que este bello folclor que tiene el Valle, es un orgullo más para Colombia. Tenemos el ejemplo de Escalona, que del Valle es insignia nacional.
“Lo digo con certeza que me honra decirlo claramente en mis cantares, que este bello folclor que tiene el Valle, es un orgullo más para Colombia. Tenemos el ejemplo de Escalona, que del Valle es insignia nacional. Y lo ha conseguido con su cantar y puede demostrarlo a cualquier hora. Y atrás de él se van muchas personas, en cualquier campo profesional’ compuso y cantó Diomedes Díaz, en la canción ‘El Profesional’.
Parodiando al ‘cantor campesino’ “llega nuevamente el 26, día bonito que nos llena de entusiasmo”, porque precisamente ese fue el día que a este mundo mandaron a dos grandes de nuestro folclor: Rafael Escalona y Diomedes Díaz, para muchos, los mejores en su respectiva condición, uno como compositor y el otro como cantautor e intérprete.
Definitivamente la naturaleza es sabia y en esta ocasión lo demostró con creces, decidió que el 26 de mayo, en un mismo día, nacieran dos personajes que llenarían de gloria al folclor vallenato y cambiarían de manera positiva la historia de Valledupar y la región, ante Colombia y el mundo.
¿Qué sería de Valledupar, el Cesar y La Guajira si no hubiesen contado con el asombroso talento de estos dos personajes del folclor vallenato? ¿Tuviera hoy esta región la misma resonancia cultural en Colombia y en el exterior?, son unas buenas preguntas para reflexionar justo hoy que es un día viernes, cierre de semana que condiciona al alma y al espíritu de las personas para que se ocupen de temas más amenos y relajantes después de esa larga jornada laboral en la que pululan las presiones y el estrés.
Pues bien, en este 26 de mayo sonarán sus canciones, volverán las crónicas, las anécdotas y los cuentos muy particulares de estos peculiares artistas. Pero es además la oportunidad propicia para escudriñar y mirar más allá de la frivolidad, el jolgorio y ese concepto folclórico que se tiene de unas personas cuyas vidas se las dedicaron de tiempo completo a la música vallenata.
Escalona y Diomedes ya no son solo eso, en la actualidad no son simple música, relatos e historias cargadas de múltiples ingredientes que cada vez despiertan mayor admiración, ellos traspasaron la burbuja que enmarca ese universo del folclor vallenato, porque ahora sus nombres son una institución que evocan sentimientos que referencian a nuestra ciudad, a la región y al país en general.
En ese contexto, el mundo vallenato todavía no ha alcanzado a dimensionar la obra y el mérito de estos dos gladiadores culturales. Claro, porque se trata de un proceso natural cuya única base científica es el talento innato y original de dos seres nacidos en una región mítica y poseedora de un gran encanto poético que aún los historiadores no han podido descifrar a plenitud, una magia que emana de las serranías, los ríos y de todo el entorno paisajístico del que, gracias a nuestros líricos, hoy se habla en cualquier parte del mundo.
Es la fecha entonces para reconocerles al gran maestro Escalona y al ‘Cacique de La Junta’ todo lo que esta tierra vallenata les debe, es el momento para decirles con letras de oro: ¡gracias! También expresarles una vez más que sus obras musicales no solo engrandecieron nuestra idiosincrasia, sino que sus legados toman más fuerza con cada tiempo que pasa.
Es la ocasión para recordarles a las actuales generaciones el invaluable aporte que estos brillantes artistas hicieron a Valledupar y Colombia, pasando desde lo musical, artístico y cultural hasta trascender a diversos terrenos de igual importancia para la superación de nuestros pueblos.