Son una bendición los aportes que viene haciendo Cesore, en cabeza del economista Fernando Herrera. Ejemplo: “La situación social y económica en el Cesar es crítica: es el quinto departamento con mayor pobreza y el tercero en el ranking de pobreza extrema monetaria”. Tener un Centro de Pensamiento de investigación y rigor profesional es una gran oportunidad. […]
Son una bendición los aportes que viene haciendo Cesore, en cabeza del economista Fernando Herrera. Ejemplo: “La situación social y económica en el Cesar es crítica: es el quinto departamento con mayor pobreza y el tercero en el ranking de pobreza extrema monetaria”.
Tener un Centro de Pensamiento de investigación y rigor profesional es una gran oportunidad. Pocos departamentos la han tenido. Y tememos no darle su real dimensión. Cuánto no hubieran deseado los fundadores en los albores del Cesar tener algo así. La angustia del primer gobernador, Alfonso López Michelsen, era cómo tener cifras que expresaran la vida de su población y una visión de hacia dónde dirigir el tren de la joven administración. Trajo por eso los servicios del economista Jorge Child.
Requerimos que los gobernantes, nuestros alcaldes y el gobernador, como ya lo ha entendido el mandatario Mello Castro, acojan sus datos, análisis y sus recomendaciones. Sies el caso, con fundados argumentos los controviertan. También la academia, docentes, estudiantes e investigadores y los gremios y empresas productivas y organizaciones y líderes sociales.
El informe publicado hace dos días en EL PILÓN es para reaccionar, discutir, actuar: “Los cesarenses no tienen acceso a oportunidades para generar ingreso. En Valledupar, una de cada cinco personas que busca trabajo no lo encuentra, con un porcentaje mucho mayor para las mujeres y los jóvenes. El desempleo vallenato tiene rostro de mujer y de joven. Ahora, además de que no se encuentra trabajo tampoco hay oportunidades de estudio ni de educación superior. El porcentaje de población NINI (que ni trabajan ni estudian), entre los 14 y 28 años, es de los más altos del país”.
Y agrega: “En el Cesar, un hogar de 4 personas es clasificado como pobre si sus ingresos mensuales son menores a 1.160.000 pesos, y si están por debajo de 530.000 se considera pobre extremo o en situación de miseria. El 58 % de los cesarenses son pobres y de ellos el 25 % están en la pobreza extrema. Es decir, de 20 habitantes del Cesar, 12 no logran cubrir sus necesidades básicas y de ellos 5 ni siquiera su alimentación. En número redondos, hay 636 mil pobres, de los cuáles 271 mil son pobres extremos (…) para abril del 2021 solamente el 63 % de los hogares vallenatos podían comer tres veces al día, mientras que antes de la pandemia lo hacían el 86 % (…) uno de cada cinco vallenatos que están buscando trabajo no lo encuentran. (…) Sobre la tasa de desempleo juvenil, hay cerca de 121 mil jóvenes en edad de trabajar, de ellos 58 mil (47,7 %) participan en el mercado laboral, 17 mil están en el desempleo, 41 mil trabajan, y 63 mil en la inactividad (52,3 %)”. Estos últimos estudian o están en sus casas y no buscan trabajo.
Y continúa Cesore: “En el 2018 se graduaron 11.801 bachilleres en el departamento, según el Ministerio de Educación, pero de ellos solamente 4.063 (34,4 %) entraron a la educación superior (…) la tasa de cobertura llega al 35 %; en el país es mayor al 50 %”.
Valledupar es la ciudad que tiene la tasa más alta de mujeres jóvenes NINIS, que no trabajan ni estudian.
Son una bendición los aportes que viene haciendo Cesore, en cabeza del economista Fernando Herrera. Ejemplo: “La situación social y económica en el Cesar es crítica: es el quinto departamento con mayor pobreza y el tercero en el ranking de pobreza extrema monetaria”. Tener un Centro de Pensamiento de investigación y rigor profesional es una gran oportunidad. […]
Son una bendición los aportes que viene haciendo Cesore, en cabeza del economista Fernando Herrera. Ejemplo: “La situación social y económica en el Cesar es crítica: es el quinto departamento con mayor pobreza y el tercero en el ranking de pobreza extrema monetaria”.
Tener un Centro de Pensamiento de investigación y rigor profesional es una gran oportunidad. Pocos departamentos la han tenido. Y tememos no darle su real dimensión. Cuánto no hubieran deseado los fundadores en los albores del Cesar tener algo así. La angustia del primer gobernador, Alfonso López Michelsen, era cómo tener cifras que expresaran la vida de su población y una visión de hacia dónde dirigir el tren de la joven administración. Trajo por eso los servicios del economista Jorge Child.
Requerimos que los gobernantes, nuestros alcaldes y el gobernador, como ya lo ha entendido el mandatario Mello Castro, acojan sus datos, análisis y sus recomendaciones. Sies el caso, con fundados argumentos los controviertan. También la academia, docentes, estudiantes e investigadores y los gremios y empresas productivas y organizaciones y líderes sociales.
El informe publicado hace dos días en EL PILÓN es para reaccionar, discutir, actuar: “Los cesarenses no tienen acceso a oportunidades para generar ingreso. En Valledupar, una de cada cinco personas que busca trabajo no lo encuentra, con un porcentaje mucho mayor para las mujeres y los jóvenes. El desempleo vallenato tiene rostro de mujer y de joven. Ahora, además de que no se encuentra trabajo tampoco hay oportunidades de estudio ni de educación superior. El porcentaje de población NINI (que ni trabajan ni estudian), entre los 14 y 28 años, es de los más altos del país”.
Y agrega: “En el Cesar, un hogar de 4 personas es clasificado como pobre si sus ingresos mensuales son menores a 1.160.000 pesos, y si están por debajo de 530.000 se considera pobre extremo o en situación de miseria. El 58 % de los cesarenses son pobres y de ellos el 25 % están en la pobreza extrema. Es decir, de 20 habitantes del Cesar, 12 no logran cubrir sus necesidades básicas y de ellos 5 ni siquiera su alimentación. En número redondos, hay 636 mil pobres, de los cuáles 271 mil son pobres extremos (…) para abril del 2021 solamente el 63 % de los hogares vallenatos podían comer tres veces al día, mientras que antes de la pandemia lo hacían el 86 % (…) uno de cada cinco vallenatos que están buscando trabajo no lo encuentran. (…) Sobre la tasa de desempleo juvenil, hay cerca de 121 mil jóvenes en edad de trabajar, de ellos 58 mil (47,7 %) participan en el mercado laboral, 17 mil están en el desempleo, 41 mil trabajan, y 63 mil en la inactividad (52,3 %)”. Estos últimos estudian o están en sus casas y no buscan trabajo.
Y continúa Cesore: “En el 2018 se graduaron 11.801 bachilleres en el departamento, según el Ministerio de Educación, pero de ellos solamente 4.063 (34,4 %) entraron a la educación superior (…) la tasa de cobertura llega al 35 %; en el país es mayor al 50 %”.
Valledupar es la ciudad que tiene la tasa más alta de mujeres jóvenes NINIS, que no trabajan ni estudian.