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Editorial - 26 noviembre, 2020

“Ni con el pétalo de una rosa”: ‘las mujeres tomaron la palabra’

Esta clásica frase que, desde una perspectiva masculina, encierra el respeto y ternura con la que debe tratarse a la mujer, involucra un concepto de derechos que fueron tratados ayer en un conversatorio liderado por la Fundación Carboandes y el Consejo Consultivo de mujeres de Valledupar y que contó con la presencia de icónicas representantes.

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Esta clásica frase que, desde una perspectiva masculina,  encierra el respeto y ternura con la que debe tratarse a la mujer, involucra un concepto de derechos que fueron tratados ayer en un conversatorio liderado por la Fundación Carboandes y el Consejo Consultivo de mujeres de Valledupar y que contó con la presencia de icónicas representantes.

Nada más ajustado a ese axioma mujer/derechos, que el título del conversatorio: ‘Las mujeres se toman la palabra’, donde precisamente tres destacadas en los ámbitos regional y nacional describieron a lo que están expuestas; pero al rompe, también hubo oportunidad para revelar importantes cifras de violencia, no solo contra ellas, sino de grupos étnicos, LGBTI y por supuesto en los hombres.

De plano Ana María Ferrer, directora de la Comisión de la Verdad, seccional Cesar-La Guajira, destacó las cifras, revelando que en Colombia más de 9 millones de personas son víctimas registradas, de las cuales 451.113 están en el Cesar; 227.286 son mujeres, representadas en un 50.3 %, y 223.676 son hombres lo que representa un 49.6 %; esa acción nos permite inferir que el centro del conversatorio sí era la mujer, pero que su relevancia en Colombia es tanta que la amplitud de sus corazones es similar a la inteligencia y responsabilidad que las caracteriza.

Ayer quedó demostrado que la mujer tiene el mundo en la cabeza y el corazón. Pero también que tienen la capacidad de reclamar con pertinencia y absoluta soberanía sus derechos, como lo dejó claro Imelda Daza, economista y activistas política aliada del partido Farc, para quien hay que cortar ya en Colombia lo que ella considera un patriarcado, refiriéndose a la desigualdad que impera frente a los roles de los hombres.

“Hemos vivido en una sociedad patriarcal. Romper con este patriarcado es la tarea, así como reclamar nuestros derechos y procurar la equidad de género. En ese proceso de lucha debemos organizarnos para lograr el respeto íntegro a nuestro cuerpo, sentir y libertad como mujeres”, nada más ajustado a la libertad.

Ya en una posición más tradicional pero no de aceptación al sometimiento, se mantuvo Sandra Victoria Maestre, defensora de los derechos humanos de las mujeres kankuamas. “Desde la parte tradicional se ha generado que las mujeres nacimos para cuidar y dar vida. Las mujeres indígenas estamos propensas a cuidar nuestro territorio y que cuando se afecta una mujer se afecta la madre, por lo que los hombres deben tener en cuenta que todos nacieron de una mujer. Estamos para liderar procesos no por encima ni por debajo de los hombres, sino al lado de ellos”, recalcó.

CON TODO, LA PAZ AVANZA

Reconoció ayer el Consejero Emilio Archila, que se avanzó superando el conflicto pero que la violencia sigue porque no se completó la paz, “cuando se firmó el acuerdo existían el ELN, los pelusos, los caparros y estaban llegando los mexicanos, esto implica un reto para que el país siga avanzando”. Frente al vacío de poder en las regiones el negociador Sergio Jaramillo dijo que nadie podía prever que Duque fuera tan malo en asegurar  la seguridad en esos territorios.

Editorial
26 noviembre, 2020

“Ni con el pétalo de una rosa”: ‘las mujeres tomaron la palabra’

Esta clásica frase que, desde una perspectiva masculina, encierra el respeto y ternura con la que debe tratarse a la mujer, involucra un concepto de derechos que fueron tratados ayer en un conversatorio liderado por la Fundación Carboandes y el Consejo Consultivo de mujeres de Valledupar y que contó con la presencia de icónicas representantes.


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Esta clásica frase que, desde una perspectiva masculina,  encierra el respeto y ternura con la que debe tratarse a la mujer, involucra un concepto de derechos que fueron tratados ayer en un conversatorio liderado por la Fundación Carboandes y el Consejo Consultivo de mujeres de Valledupar y que contó con la presencia de icónicas representantes.

Nada más ajustado a ese axioma mujer/derechos, que el título del conversatorio: ‘Las mujeres se toman la palabra’, donde precisamente tres destacadas en los ámbitos regional y nacional describieron a lo que están expuestas; pero al rompe, también hubo oportunidad para revelar importantes cifras de violencia, no solo contra ellas, sino de grupos étnicos, LGBTI y por supuesto en los hombres.

De plano Ana María Ferrer, directora de la Comisión de la Verdad, seccional Cesar-La Guajira, destacó las cifras, revelando que en Colombia más de 9 millones de personas son víctimas registradas, de las cuales 451.113 están en el Cesar; 227.286 son mujeres, representadas en un 50.3 %, y 223.676 son hombres lo que representa un 49.6 %; esa acción nos permite inferir que el centro del conversatorio sí era la mujer, pero que su relevancia en Colombia es tanta que la amplitud de sus corazones es similar a la inteligencia y responsabilidad que las caracteriza.

Ayer quedó demostrado que la mujer tiene el mundo en la cabeza y el corazón. Pero también que tienen la capacidad de reclamar con pertinencia y absoluta soberanía sus derechos, como lo dejó claro Imelda Daza, economista y activistas política aliada del partido Farc, para quien hay que cortar ya en Colombia lo que ella considera un patriarcado, refiriéndose a la desigualdad que impera frente a los roles de los hombres.

“Hemos vivido en una sociedad patriarcal. Romper con este patriarcado es la tarea, así como reclamar nuestros derechos y procurar la equidad de género. En ese proceso de lucha debemos organizarnos para lograr el respeto íntegro a nuestro cuerpo, sentir y libertad como mujeres”, nada más ajustado a la libertad.

Ya en una posición más tradicional pero no de aceptación al sometimiento, se mantuvo Sandra Victoria Maestre, defensora de los derechos humanos de las mujeres kankuamas. “Desde la parte tradicional se ha generado que las mujeres nacimos para cuidar y dar vida. Las mujeres indígenas estamos propensas a cuidar nuestro territorio y que cuando se afecta una mujer se afecta la madre, por lo que los hombres deben tener en cuenta que todos nacieron de una mujer. Estamos para liderar procesos no por encima ni por debajo de los hombres, sino al lado de ellos”, recalcó.

CON TODO, LA PAZ AVANZA

Reconoció ayer el Consejero Emilio Archila, que se avanzó superando el conflicto pero que la violencia sigue porque no se completó la paz, “cuando se firmó el acuerdo existían el ELN, los pelusos, los caparros y estaban llegando los mexicanos, esto implica un reto para que el país siga avanzando”. Frente al vacío de poder en las regiones el negociador Sergio Jaramillo dijo que nadie podía prever que Duque fuera tan malo en asegurar  la seguridad en esos territorios.