“Si queremos sacar a un concejal, debe ser alguien que esté en pro de nuestros derechos, no quien nos dé un tamal”, expresó una de las activistas.
El movimiento LGBTIQ+ en Valledupar también conmemoró el Día Mundial de la Diversidad Sexual, el 25 de junio, a través de un conversatorio en el cual dialogaron y debatieron sobre las luchas actuales que tiene esta población a nivel local.
En el evento realizado en la Casa de la Cultura participaron los activistas Yuliana Sanabria, Alexander Castillo, Beatriz Mejía, Vanessa Gómez y Rafael Jiménez Gulloso, quienes criticaron las dinámicas actuales para participar en los asuntos políticos de la ciudad y la región y cómo estas afectan la representación de esta población en la esfera pública.
Rafael Jiménez afirmó que el principal reto está en la institucionalidad, es decir, que a los cargos de elección popular de la Asamblea o los Concejos, por ejemplo, lleguen “dolientes” de los derechos de esta población, “no maricas por conveniencia”.
En ese sentido, Jiménez agregó que el objetivo debe ser que el movimiento LGBTIQ+ sea un “verdadero movimiento político” que marque la diferencia en las próximas elecciones territoriales.
Y es que, de acuerdo con Beatriz Mejía, a las personas y líderes de la población sexualmente diversa las ponen de “carga ladrillos” en las campañas políticas y el patrón se replica cuando logran llegar a las instituciones públicas, es decir, asumen cargos o labores con poca incidencia en las decisiones.
“Por eso se necesitan personas con voluntad política”, añadió, quejándose además de la poca cercanía que, según ella, tuvo el movimiento con la administración del exalcalde Mello Castro y el pasado gobierno departamental de Luis Alberto Monsalvo.
Mejía también reclamó la existencia de la política pública LGBTIQ+ en el municipio de Valledupar para que se materialicen muchos derechos y proyectos con una ruta y asignación presupuestal: “No es un capricho, es que exista una normativa y la tengan que cumplir, es una garantía”. Eso evitaría, según la ciudadana, “vender el movimiento” a los intereses de partidos o personajes políticos.
Sobre la construcción de esa política, desde la Alcaldía de Valledupar aseguraron que en el Plan Municipal de Desarrollo del Gobierno de Ernesto Orozco quedó establecida como una meta y que actualmente está en fase de diagnóstico, por lo cual estiman que esta administración la sancione.
Por otra parte, Yuliana Sanabria habló de la necesidad de unificar criterios para lograr todos esos objetivos en materia de participación política y construcción de la política pública, a pesar de las diferencias de posturas que existen dentro del movimiento, cuyos integrantes, según Alexander Castillo, también necesitan mayor pedagogía sobre los términos y conceptos relacionados a la orientación sexual y los procesos construcción colectiva.
Por Andrea Guerra Peña / EL PILÓN.
“Si queremos sacar a un concejal, debe ser alguien que esté en pro de nuestros derechos, no quien nos dé un tamal”, expresó una de las activistas.
El movimiento LGBTIQ+ en Valledupar también conmemoró el Día Mundial de la Diversidad Sexual, el 25 de junio, a través de un conversatorio en el cual dialogaron y debatieron sobre las luchas actuales que tiene esta población a nivel local.
En el evento realizado en la Casa de la Cultura participaron los activistas Yuliana Sanabria, Alexander Castillo, Beatriz Mejía, Vanessa Gómez y Rafael Jiménez Gulloso, quienes criticaron las dinámicas actuales para participar en los asuntos políticos de la ciudad y la región y cómo estas afectan la representación de esta población en la esfera pública.
Rafael Jiménez afirmó que el principal reto está en la institucionalidad, es decir, que a los cargos de elección popular de la Asamblea o los Concejos, por ejemplo, lleguen “dolientes” de los derechos de esta población, “no maricas por conveniencia”.
En ese sentido, Jiménez agregó que el objetivo debe ser que el movimiento LGBTIQ+ sea un “verdadero movimiento político” que marque la diferencia en las próximas elecciones territoriales.
Y es que, de acuerdo con Beatriz Mejía, a las personas y líderes de la población sexualmente diversa las ponen de “carga ladrillos” en las campañas políticas y el patrón se replica cuando logran llegar a las instituciones públicas, es decir, asumen cargos o labores con poca incidencia en las decisiones.
“Por eso se necesitan personas con voluntad política”, añadió, quejándose además de la poca cercanía que, según ella, tuvo el movimiento con la administración del exalcalde Mello Castro y el pasado gobierno departamental de Luis Alberto Monsalvo.
Mejía también reclamó la existencia de la política pública LGBTIQ+ en el municipio de Valledupar para que se materialicen muchos derechos y proyectos con una ruta y asignación presupuestal: “No es un capricho, es que exista una normativa y la tengan que cumplir, es una garantía”. Eso evitaría, según la ciudadana, “vender el movimiento” a los intereses de partidos o personajes políticos.
Sobre la construcción de esa política, desde la Alcaldía de Valledupar aseguraron que en el Plan Municipal de Desarrollo del Gobierno de Ernesto Orozco quedó establecida como una meta y que actualmente está en fase de diagnóstico, por lo cual estiman que esta administración la sancione.
Por otra parte, Yuliana Sanabria habló de la necesidad de unificar criterios para lograr todos esos objetivos en materia de participación política y construcción de la política pública, a pesar de las diferencias de posturas que existen dentro del movimiento, cuyos integrantes, según Alexander Castillo, también necesitan mayor pedagogía sobre los términos y conceptos relacionados a la orientación sexual y los procesos construcción colectiva.
Por Andrea Guerra Peña / EL PILÓN.