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Editorial - 20 febrero, 2025

Ministro Sanguino, ahora podrá demostrar qué tan cesarense es

Sí señores, le ha llegado la oportunidad al excongresista, exconcejal de Bogotá y excandidato a la gobernación del Cesar, Antonio Sanguino Páez, para demostrar su amor por este departamento, ahora en su condición de ministro del Trabajo, cargo que asumió desde el pasado martes.

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Sí señores, le ha llegado la oportunidad al excongresista, exconcejal de Bogotá y excandidato a la gobernación del Cesar, Antonio Sanguino Páez, para demostrar su amor por este departamento, ahora en su condición de ministro del Trabajo, cargo que asumió desde el pasado martes.

Reiteramos los deseos de buenos éxitos a Sanguino en esta cartera tan importante del Gobierno nacional.

Traemos a colación lo relacionado con el sentimiento cesarense de Sanguino en razón a que, cuando fue candidato a la Gobernación del Cesar, uno de los principales argumentos que usaron en su contra sus opositores fue el de señalar que él no era de este departamento.
Pues bien, la vida está llena de pruebas y oportunidades y estas se le acaban de poner en bandeja de plata al nuevo ministro del Trabajo, de él dependerán, en gran medida, los logros y aciertos para el bien del sector laboral y productivo del país, pero además para ratificar su condición de cesarense y dejar sin discurso a sus opositores en el Cesar.

Los distintos perfiles publicados de Antonio Sanguino señalan que nació en Ocaña, Norte de Santander, pero su infancia la vivió en Valledupar. Estudió en el Colegio Nacional Loperena, donde empezó su vida política como líder estudiantil de izquierda. También vivió, estudió e hizo activismo político en Bucaramanga y más tarde se radicó en Bogotá donde fue concejal durante tres periodos.

En atención a su perfil profesional y trayectoria política y bajo la óptica de que un cesarense llega al Mintrabajo, se espera que esa sea una oportunidad para la región. En términos ideales permitirá que este territorio tenga una voz directa en el gabinete nacional y pueda incidir en la agenda laboral del país desde una perspectiva regional, máxime cuando en el Gobierno de Gustavo Petro el Cesar ha tenido poca representatividad en cargos de alto nivel.

Por ello lo mínimo que se esperaría del ministro Sanguino es que tenga la capacidad de transmitir las inquietudes de la región y del departamento en el alto gobierno, todo eso debido a la poca receptividad que pareciera tener nuestra gobernadora en la Casa de Nariño, situación en la que también estarían inmersos los congresistas del Cesar, lo cual hace obligatorio el cumplimiento del papel de embajador cesarense en Bogotá del nuevo Mintrabajo.

Sugerimos, señor ministro, que usted lidere ese proceso mediante el cual se haga el ejercicio de ver y hacer seguimiento, en los 18 meses que le faltan a este gobierno, al listado de proyectos identificados en el Cesar en el Plan Nacional de Desarrollo del gobierno Petro, en el capítulo de Inversiones públicas, por lo menos de dejar andando diseñados o en proceso de financiación y contratación todo lo establecido en el Plan Plurianual de Inversiones 2023-2026.

No es tanto de recursos económicos inmediatos, que sabemos que el Estado no tiene de sobra, pero sí de programarlos en el futuro, bajo las diferentes modalidades, una vez se han estructurado, diseñado y programado los proyectos. El gobierno ha perdido mucho en no hacer, con esas iniciativas que surgieron de las amplias reuniones que se hicieron con los estamentos sociales -recordamos la grande realizada en la sede del Área Andina y las de la Cámara de Comercio-. No hacer esa tarea sistemática y administrativa de pensar las iniciativas, de consultar sus impactos sociales y ambientales, de identificar las matrices de riesgo de su ejecución, y hacerlas realidad.

Editorial
20 febrero, 2025

Ministro Sanguino, ahora podrá demostrar qué tan cesarense es

Sí señores, le ha llegado la oportunidad al excongresista, exconcejal de Bogotá y excandidato a la gobernación del Cesar, Antonio Sanguino Páez, para demostrar su amor por este departamento, ahora en su condición de ministro del Trabajo, cargo que asumió desde el pasado martes.


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Sí señores, le ha llegado la oportunidad al excongresista, exconcejal de Bogotá y excandidato a la gobernación del Cesar, Antonio Sanguino Páez, para demostrar su amor por este departamento, ahora en su condición de ministro del Trabajo, cargo que asumió desde el pasado martes.

Reiteramos los deseos de buenos éxitos a Sanguino en esta cartera tan importante del Gobierno nacional.

Traemos a colación lo relacionado con el sentimiento cesarense de Sanguino en razón a que, cuando fue candidato a la Gobernación del Cesar, uno de los principales argumentos que usaron en su contra sus opositores fue el de señalar que él no era de este departamento.
Pues bien, la vida está llena de pruebas y oportunidades y estas se le acaban de poner en bandeja de plata al nuevo ministro del Trabajo, de él dependerán, en gran medida, los logros y aciertos para el bien del sector laboral y productivo del país, pero además para ratificar su condición de cesarense y dejar sin discurso a sus opositores en el Cesar.

Los distintos perfiles publicados de Antonio Sanguino señalan que nació en Ocaña, Norte de Santander, pero su infancia la vivió en Valledupar. Estudió en el Colegio Nacional Loperena, donde empezó su vida política como líder estudiantil de izquierda. También vivió, estudió e hizo activismo político en Bucaramanga y más tarde se radicó en Bogotá donde fue concejal durante tres periodos.

En atención a su perfil profesional y trayectoria política y bajo la óptica de que un cesarense llega al Mintrabajo, se espera que esa sea una oportunidad para la región. En términos ideales permitirá que este territorio tenga una voz directa en el gabinete nacional y pueda incidir en la agenda laboral del país desde una perspectiva regional, máxime cuando en el Gobierno de Gustavo Petro el Cesar ha tenido poca representatividad en cargos de alto nivel.

Por ello lo mínimo que se esperaría del ministro Sanguino es que tenga la capacidad de transmitir las inquietudes de la región y del departamento en el alto gobierno, todo eso debido a la poca receptividad que pareciera tener nuestra gobernadora en la Casa de Nariño, situación en la que también estarían inmersos los congresistas del Cesar, lo cual hace obligatorio el cumplimiento del papel de embajador cesarense en Bogotá del nuevo Mintrabajo.

Sugerimos, señor ministro, que usted lidere ese proceso mediante el cual se haga el ejercicio de ver y hacer seguimiento, en los 18 meses que le faltan a este gobierno, al listado de proyectos identificados en el Cesar en el Plan Nacional de Desarrollo del gobierno Petro, en el capítulo de Inversiones públicas, por lo menos de dejar andando diseñados o en proceso de financiación y contratación todo lo establecido en el Plan Plurianual de Inversiones 2023-2026.

No es tanto de recursos económicos inmediatos, que sabemos que el Estado no tiene de sobra, pero sí de programarlos en el futuro, bajo las diferentes modalidades, una vez se han estructurado, diseñado y programado los proyectos. El gobierno ha perdido mucho en no hacer, con esas iniciativas que surgieron de las amplias reuniones que se hicieron con los estamentos sociales -recordamos la grande realizada en la sede del Área Andina y las de la Cámara de Comercio-. No hacer esa tarea sistemática y administrativa de pensar las iniciativas, de consultar sus impactos sociales y ambientales, de identificar las matrices de riesgo de su ejecución, y hacerlas realidad.