El lunes 14 de julio, un árbol ubicado en un separador vial del barrio Doce de Octubre, cerca de la cancha de fútbol, se desplomó abruptamente, dejando a un motociclista herido de forma leve tras ser alcanzado por sus ramas. Este incidente puso en alerta a la ciudad sobre el riesgo que representan los árboles en mal estado, motivo por el cual la Alcaldía de Valledupar convocó una mesa de trabajo el 17 de julio para buscar soluciones a esta problemática.
Vecinos del sector aseguraron que el árbol, sembrado hace muchos años, había cumplido su ciclo natural, por lo que no se sorprendieron por su caída. Sin embargo, el peligro latente que generan estas estructuras arbóreas no es reciente ni aislado. El Cuerpo de Bomberos de Valledupar, junto con operarios de Interaseo, fue el encargado de la atención inmediata, retirando los restos y despejando la vía para restablecer la normalidad.
Una historia repetida con fatídicas consecuencias
Este caso se suma a una serie de accidentes protagonizados por árboles en el municipio. En febrero de 2019, un árbol cayó sobre la carrera 9 con calle 7B, impactando a Miguel Andrés Perea, un conductor de 29 años que en ese momento transitaba en su camioneta. Tras varios días hospitalizado luchando por su vida, falleció a causa de las heridas. En 2016, otro motociclista perdió la vida en un incidente similar a lo largo de la avenida Pastrana.
Estos episodios han puesto en evidencia la necesidad urgente de gestionar adecuadamente el arbolado urbano, garantizando que se realicen inspecciones constantes y que los árboles deteriorados o envejecidos sean limpiados o sustituidos para evitar tragedias.
Compromiso municipal
En respuesta a estos eventos, la Alcaldía de Valledupar ha iniciado esfuerzos para articular una estrategia integral que permita intervenir de manera coordinada y eficaz. Félix Valera, secretario de Gobierno municipal, explicó que en la reciente reunión de la Oficina Municipal de Gestión del Riesgo se abordó puntualmente la problemática del arbolado.
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“Ya se va a articular con todas las entidades para iniciar un programa de revisión, mantenimiento y corte de árboles en riesgo”, afirmó Valera, quien destacó la participación conjunta de actores clave como la Corporación Autónoma Regional del Cesar (CORPOCESAR), el Cuerpo de Bomberos, Interaseo y Afinia.
El secretario añadió que existe un inventario preliminar elaborado por la Oficina de Gestión del Riesgo y el Cuerpo de Bomberos, que continuará actualizándose con información de diferentes dependencias para tener un panorama claro y actuar con prontitud.
Socorro y ejecución
Por su parte, el comandante del Cuerpo de Bomberos, Alexei Petit, puntualizó el rol vital que cumple su equipo en esta problemática. “Cumplimos dos funciones: somos un organismo de socorro operativo que atiende emergencias relacionadas con la caída de árboles y, a la vez, formamos parte del Comité Municipal de Gestión del Riesgo para diseñar y ejecutar planes que garanticen la seguridad de la ciudad”, indicó.
Sobre la frecuencia de estos incidentes, Petit señaló que “en lo que va del año hemos intervenido en aproximadamente ocho a diez casos relevantes, especialmente en sectores céntricos. En días recientes, las emergencias por árboles caídos se han presentado en la carrera 12, Doce de Octubre y barrios aledaños”.
Vocería comunitaria y ambiental
La voz de la comunidad, representada por líderes como Armando Rincones, presidente de la Asocomuna Tres, ha sido persistente en denunciar la situación. Rincones manifestó que su organización ha presentado diversas solicitudes ante la administración local, alertando sobre la vulnerabilidad de árboles que ya cumplieron su vida útil y que suponen un riesgo grave para viviendas, colegios y espacios públicos.
“Hay una ceiba en la calle 44 que tenemos reportada desde hace años, con aval de Corpocesar para su tala. Sin embargo, la acción ha sido tardía, y esa falta de intervención podría desencadenar daños mayores si el árbol cae sobre viviendas o transeúntes”, expresó.
Asimismo, hizo énfasis en que otros espacios como los parques de los Algarrobillos y la calle Metropolitana están llenos de árboles con ramas secas que amenazan la integridad de quienes circulan a diario, incluyendo a estudiantes y personal policial.
Rincones señaló que el árbol que cayó la semana pasada había sido reportado por la comunidad, aislando la responsabilidad en la falta de acciones oportunas. “La comunidad hace el llamado desde hace tiempo, pero hasta ahora la respuesta institucional comienza a tomar forma”, concluyó.
¿Qué sigue?
La nueva administración local enfatiza que la reciente apuesta por reunir a las entidades implicadas permitirá, por fin, contar con un plan estructurado para la revisión, mantenimiento y retiro de árboles en estados críticos. La integración de datos entre la oficina ambiental, el cuerpo de Bomberos, Interaseo y otros organismos será fundamental para priorizar intervenciones estratégicas.
Además, según Valera, se respetarán los lineamientos de Corpocesar para la sustitución de árboles talados, con proporciones estipuladas según el tamaño y especie del ejemplar removido.
Por: Katlin Navarro Luna/ EL PILÓN











