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Comunidad - 14 marzo, 2013

Más de tres décadas de educación integral

El sacerdote Juan Guinart Pascual, de origen español y nacionalizado en Colombia, con 73 años de vida religiosa, 51 años de sacerdocio, radicado en Valledupar hace un poco más de 30 años y a pesar de su avanzada edad, aún tiene fuerzas para seguir en su labor social

El sacerdote Juan Guinart Pascual, de origen español y nacionalizado en Colombia, con 73 años de vida religiosa, 51 años de sacerdocio, radicado en Valledupar hace un poco más de 30 años y a pesar de su avanzada edad, aún tiene fuerzas para seguir en su labor social de formar e impartir educación totalmente gratis a cerca de 900 estudiantes en el tradicional Hogar del Niño, localizado en el barrio Santa Rosa, al sur oriente de la ciudad, donde la mitad de los estudiantes reciben también sin ningún costo desayunos y almuerzos de lunes a viernes.

 

En una extensión de siete hectáreas se encuentra construida la infraestructura del famoso plantel educativo en preescolar y primaria con jornadas de la mañana y tarde, donde allí confluyen niños y adolescentes no solo de las barrios circundantes, sino de otros sectores apartados de Valledupar, motivados por sus padres por el alto nivel académico, la formación espiritual, de valores morales y disciplinarios.

 

Con sus gestos y voz paciente, sin desfallecer a su labor en beneficio de la comunidad y sin perder su acento español, aún oficia misas en el Hogar del Niño, hasta donde padres de familias y niños de los barrios cercanos se acercan a diario y los fines de semana a oficiar la liturgia, al igual que colaborar con los necesitados, quienes llegan también a pedir ayuda, y sin distingo de clases, razas y religión, siempre hay una mano tendida de este sacerdote que se ganó el amor y el cariño de los vallenatos y cesarenses.

 

La financiación

 

Aunque recibe la ayuda económica y en especie de varias entidades públicas y privadas, no es que realmente requiere la Fundación social Hogar del Niño, para brindar la educación gratuita y ofrecer desayunos y almuerzos a más de 400 niños, quienes según el prelado, ellos terminan su actividad académica y no quieren abandonar su colegio, porque se sienten como en su casa, a gusto y como dicen ellos mismos, mejor que en sus casas, porque se sienten como dueño, debido al apoyo que se le brinda en la institución, señaló el Padre Juan.

 

La nómina de profesores, es de 27, asignados por la Secretaría de Educación del Municipio de Valledupar, entidad encargada de hacerles efectivo sus respectivos salarios. El resto del sostenimiento del hogar, está a cargo de algunos almacenes de cadena y otras entidades de otras ciudades del país, quienes vienen apoyando esa loable labor social y humanitaria del padre Guinart, a quien solo le gusta servirle a la comunidad sin ninguna contraprestación económica.

 

El sacerdote se mostró satisfecho por el apoyo de los padres de familia que prefieren que sus hijos se eduquen en ese plantel educativo y señaló que es tanta la demanda de solicitud de cupos que hacen anualmente, que ya no dan abastos para atender tales necesidades, por cuanto la estructura no les permite tener más estudiantes.

 

Una vez los estudiantes se gradúan en educación básica primaria, los padres de familias y los mismos estudiantes deciden hacia qué colegios desean continuar sus estudios de bachilleratos y aseguró que de allí salen bien educados, disciplinados y con altos valores humanos, para enfrentar la vida cuando sean adultos.

 

El Hogar del Niño, fue fundado hace más de 30 años por el padre, Diego Pérez, ya fallecido y el sacerdote Guinart continuó al frente de la institución educativa.

 

Puntos de vista

 

Padre, Juan Guinart Pascual, director del Hogar del Niño, “esta es una gran labor social silenciosa y constante que siempre he querido ofrecerles a la comunidad, la que hago porque tengo una gran fe en el Señor, quien es quien me ofrece la ayuda para sostener al colegio”.

 

Ninfa Castro, docente. “Esta es una labor tesonera del padre Guinart y la ciudadanía que se beneficia de sus servicios, le ha brindado la importancia que requiere este Hogar, donde se forman 823 niños”.

 

Marlin Misath Viana, madre de familia. “Yo estoy muy contenta con los beneficios que he recibido del Hogar del Niño. Tengo un hijo estudiando aquí y me parece lo máximo por los conocimientos que imparten”.

 

 

Comunidad
14 marzo, 2013

Más de tres décadas de educación integral

El sacerdote Juan Guinart Pascual, de origen español y nacionalizado en Colombia, con 73 años de vida religiosa, 51 años de sacerdocio, radicado en Valledupar hace un poco más de 30 años y a pesar de su avanzada edad, aún tiene fuerzas para seguir en su labor social


El sacerdote Juan Guinart Pascual, de origen español y nacionalizado en Colombia, con 73 años de vida religiosa, 51 años de sacerdocio, radicado en Valledupar hace un poco más de 30 años y a pesar de su avanzada edad, aún tiene fuerzas para seguir en su labor social de formar e impartir educación totalmente gratis a cerca de 900 estudiantes en el tradicional Hogar del Niño, localizado en el barrio Santa Rosa, al sur oriente de la ciudad, donde la mitad de los estudiantes reciben también sin ningún costo desayunos y almuerzos de lunes a viernes.

 

En una extensión de siete hectáreas se encuentra construida la infraestructura del famoso plantel educativo en preescolar y primaria con jornadas de la mañana y tarde, donde allí confluyen niños y adolescentes no solo de las barrios circundantes, sino de otros sectores apartados de Valledupar, motivados por sus padres por el alto nivel académico, la formación espiritual, de valores morales y disciplinarios.

 

Con sus gestos y voz paciente, sin desfallecer a su labor en beneficio de la comunidad y sin perder su acento español, aún oficia misas en el Hogar del Niño, hasta donde padres de familias y niños de los barrios cercanos se acercan a diario y los fines de semana a oficiar la liturgia, al igual que colaborar con los necesitados, quienes llegan también a pedir ayuda, y sin distingo de clases, razas y religión, siempre hay una mano tendida de este sacerdote que se ganó el amor y el cariño de los vallenatos y cesarenses.

 

La financiación

 

Aunque recibe la ayuda económica y en especie de varias entidades públicas y privadas, no es que realmente requiere la Fundación social Hogar del Niño, para brindar la educación gratuita y ofrecer desayunos y almuerzos a más de 400 niños, quienes según el prelado, ellos terminan su actividad académica y no quieren abandonar su colegio, porque se sienten como en su casa, a gusto y como dicen ellos mismos, mejor que en sus casas, porque se sienten como dueño, debido al apoyo que se le brinda en la institución, señaló el Padre Juan.

 

La nómina de profesores, es de 27, asignados por la Secretaría de Educación del Municipio de Valledupar, entidad encargada de hacerles efectivo sus respectivos salarios. El resto del sostenimiento del hogar, está a cargo de algunos almacenes de cadena y otras entidades de otras ciudades del país, quienes vienen apoyando esa loable labor social y humanitaria del padre Guinart, a quien solo le gusta servirle a la comunidad sin ninguna contraprestación económica.

 

El sacerdote se mostró satisfecho por el apoyo de los padres de familia que prefieren que sus hijos se eduquen en ese plantel educativo y señaló que es tanta la demanda de solicitud de cupos que hacen anualmente, que ya no dan abastos para atender tales necesidades, por cuanto la estructura no les permite tener más estudiantes.

 

Una vez los estudiantes se gradúan en educación básica primaria, los padres de familias y los mismos estudiantes deciden hacia qué colegios desean continuar sus estudios de bachilleratos y aseguró que de allí salen bien educados, disciplinados y con altos valores humanos, para enfrentar la vida cuando sean adultos.

 

El Hogar del Niño, fue fundado hace más de 30 años por el padre, Diego Pérez, ya fallecido y el sacerdote Guinart continuó al frente de la institución educativa.

 

Puntos de vista

 

Padre, Juan Guinart Pascual, director del Hogar del Niño, “esta es una gran labor social silenciosa y constante que siempre he querido ofrecerles a la comunidad, la que hago porque tengo una gran fe en el Señor, quien es quien me ofrece la ayuda para sostener al colegio”.

 

Ninfa Castro, docente. “Esta es una labor tesonera del padre Guinart y la ciudadanía que se beneficia de sus servicios, le ha brindado la importancia que requiere este Hogar, donde se forman 823 niños”.

 

Marlin Misath Viana, madre de familia. “Yo estoy muy contenta con los beneficios que he recibido del Hogar del Niño. Tengo un hijo estudiando aquí y me parece lo máximo por los conocimientos que imparten”.