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Principal - 12 marzo, 2019

Más de 100 concesiones acaban al Guatapurí

El Guatapurí se ahoga en un ‘río’ de concesiones legales y el descontrol del uso de agua. El río al parecer no tiene salvavidas por parte de las entidades administrativas. En total 23 derivaciones y 130 subderivaciones están registradas en los libros de Corpocesar.

La drástica disminución del caudal del río Guatapurí fue esta vez objeto de denuncia por parte de la comunidad vallenata.

Foto: Joaquín Ramírez.
La drástica disminución del caudal del río Guatapurí fue esta vez objeto de denuncia por parte de la comunidad vallenata. Foto: Joaquín Ramírez.

La evidente disminución del caudal del río Guatapurí es hoy el tema más caliente de la capital del Cesar, toda vez que entre el cambio climático, el exceso de basuras en el caudal y las derivaciones que captan el agua en otros sectores del municipio, son las que hoy tienen la afluente más importante del norte de Valledupar en una fuerte sequía.

En este último punto es en que EL PILÓN quiere hacer mayor énfasis, puesto que las derivaciones del río son las primeras en generar la disminución del caudal del Guatapurí. “Este tema es caliente y delicado en Valledupar, por las derivaciones que existen porque no tiene control, es decir, ellos no controlan el cauce de los litros de agua que realmente se van por esos canales y es allí donde está lo caliente y delicado del tema porque no se tiene compuertas, medidores, seguimientos y demás estructuras para poder realizar esto con legalidad lo que genera una disminución del río considerable por estas”, indicó el ingeniero ambiental Tonni Muñoz Payares.

Las 23 concesiones de derivaciones que hoy según datos oficiales de la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, se encuentran registradas que salen del río Guatapurí son las que tienen a todos los vallenatos y ambientalistas preocupados, puesto que las captaciones están generando como consecuencia la crisis hidrológica en el norte del Cesar.
“Son alrededor de 580 concesiones de agua superficiales y que las captaciones en algunas concesiones tienen como fin captar del río 50 litros por segundo y en realidad captan 500 litros por segundo pero lo que se resalta aquí es que estas licencias se le dan a las familias más poderosas del Cesar, quienes tiene las terrenos que se usufructúan de estas derivaciones”, explicó Neftalí Méndez, ingeniero ambiental y sanitario.

LAS DERIVACIONES

Año tras año sale este tema de las famosas desviaciones del río a flote, puesto que muchos vallenatos tiene en sus corazones este afluente tan importante del municipio el cual protegen. Pero este medio de comunicación fue más allá y encontró que en primer lugar no son desviaciones y sino derivaciones o captaciones de agua del río, que son legales ante el Gobierno Nacional por medio de las resoluciones que se tramitan a través de concesiones solicitadas ante Corpocesar.

El Decreto 1541 de 1978 del mes de julio el Ministerio de Agricultura en ese momento, que hoy es conocido como Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, es el que da la facultad de conferir el dominio de las aguas, cauces y riberas, bajo normas que rigen el aprovechamiento sujeto a las prioridades, que buscan asegurar el desarrollo humano, económico y social, con arreglo al interés general de la comunidad.

Ante esto, en la Resolución Reglamentaria Número 139 del 4 de agosto de 1987, la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, tiene a su orden un caudal base de reparto del Guatapurí de 11.260 litros por segundo.

En el reporte la entidad ambiental, aclara que un total de 7.863 litros por segundo son asignados a concesiones o permisos cedidos desde hace más de 20 años, por lo que los 3.396 litros por segundo hacen parte del caudal remanente, el que es afectado por captaciones ilegales, dejando como saldo el actual estado del río.

“El río no se lo están robando todo esta bajo la ley colombiana”, Julio Suárez, director Corpocesar. Foto: Joaquín Ramírez.

“Estas concesiones son legalmente otorgadas que datan de 1963 y 1989 dentro de las normas del Gobierno colombiano, que suministran agua a todos los puntos necesarios del municipio y que fueron identificadas desde hace mucho tiempo logrando con esto atender a la necesidad del agua en todo el municipio”, indicó Julio Cesar Suárez, director de Corpocesar.

En este sentido, en la resolución de 4 de agosto de 1987 se encontró que al predio ‘La Estancia’ se le realizó una ramificación con una asignación de un litro y subderivación de la misma magnitud. En ese mismo año, Corpocesar otorgó permiso a los predios ‘La Mano de Dios’ para obtener 182 litros por segundo. En los folios de la entidad muestran claramente cómo están constituidos estos permisos y los litros de agua que capta cada derivación y subderivación, toda vez que de las 23 derivaciones se deprenden 130 subderivaciones que están registradas ante la corporación.

“Estos permisos se radican luego de llenar un formulario en nuestras instalaciones donde se explica todo lo relacionado a la captación de agua, es decir, para qué, por qué, cómo se invertirá y en tratamiento que se le dará al recurso hídrico, y luego de esto la corporaciones realiza los estudios pertinentes para otorgar la concesión. Además, debo resaltar que esto pertenece al Estado colombiano y nosotros solo damos el permiso según las leyes”, argumentó Svetlana Fuentes, coordinadora de grupo interno de trabajo para la gestión de seguimiento al aprovechamiento del recurso hídrico.

¿DE QUIÉN SON LAS DERIVACIONES?

Las 23 derivaciones que salen directamente de la afluente del municipio fueron concesionadas hace más de 30 años por la corporación. “Yo soy dueña el canal La Sierra, desde hace más de 20 años y pago por esa afluente de agua que llega a mis predios ubicados al sur del municipio en la carrera principal del municipio colindando con los 450 Años donde tengo cultivos de palma y según mi concesión tengo una autorización de 760 litros de agua por segundo para abastecer mis cultivo”, expresó Ibeth Uhía, propietaria del canal La Sierra.

La Sierra es el canal más grande establecido por la corporación quien hace alrededor de 20 años fue otorgado por medio de una resolución a Uhía, el cual recorre más de seis kilómetros de la ciudad, pese a esto la vallenata es dueña del canal más no del agua las cuales son del Estado colombiano y que son reguladas por Corpocesar, quienes cobran según el uso que se le dé al recurso hídrico, es decir, si la solicitud da para uso doméstico tiene un costo de aproximado de 63 mil pesos, si es para uso agropecuario es de 70 mil pesos del litro por segundo y si es de uso industrial es de 124 mil pesos del litro por segundo.

Cada año el cobro de litro de agua por segundo varía, puesto que el cobro se hace además bajo las inversiones realizadas al caudal, la tarifa mínima de ese año y la fuerza del cauce del año. Foto: Joaquín Ramírez.

“Yo soy dueña del canal más no del agua, el dueño del agua es Corpocesar, quienes además nos cobran anualmente por el recurso del agua. Esto no es gratis pero como este canal sufre muchas derivaciones ilegales que son las que generan que el cauce no sea completo porque algunos montan su lavadero de carros y sacan el agua de allí, otros le echan basura al canal ‘Las Mercedes’, conocido popularmente así, siendo esto el principal punto del desabastecimiento y sequia del río. Además, que quien paga todo el agua soy yo año a año”, contó Uhía.

En este sentido los dueños de las derivaciones están acogidos al instrumento Tasa del Uso de Agua, TUA, que se cobra desde el 2018 a nivel nacional. Este cobro se realiza con base en los caudales especificados en las resoluciones además se aumenta conforme a las inversiones al caudal.

Sin embargo, Corpocesar manifiesta que aún no hay un verdadero reconocimiento de los dueños de las derivaciones del río por lo cual no se están generando los pagos del uso del agua por parte de algunos propietarios de estas, puesto que las concesiones fueron otorgadas hace más de 30 años por lo cual no se tiene hasta la fecha un registro de quiénes son los nuevos propietarios de estas sociedades privadas.

¿Y EL RÍO GUATAPURÍ?

Ante este panorama desalentador y que nos muestra el panorama de las derivaciones legales e ilegales, de las cuales no se tiene un verdadero control, son la que, según ambientalistas, comunidad e incluso propietarios de los canales, tienen el cauce del río en su peor momento.

“Esto pasa porque no se tiene un control, es que no regulan como deben regular lo que nos está generando que dentro de unos años no tengamos este río en el municipio, toda vez que se está manejando sin conciencia y además las captaciones ilegales que se presentan que no tienen sanciones”, afirmó Neftalí Méndez.

Asimismo, Uhía le explicó a EL PILÓN que pese a los pagos ella no recibe los litros de agua por los que paga anualmente, puesto que la comunidad adquiere predios cerca del caudal y se usufructúa de estos sin control alguno. “En total pago casi que 20 millones de pesos, estimando porque no tengo los documentos aquí, pero la comunidad le arroja basura sin control al canal y yo debo pagar en la bocatoma de mi finca personal que me limpien el canal y carros para llevar al basurero estos desperdicios, que vuelvo y repito no tiene ningún control y he puesto miles de quejas ante Corpocesar”, dijo.

Mientras que por un lado se observa la grave situación del río Guatapurí, que sufre por desviaciones del afluente, lo que causa la sequía, adicional a la temporada de verano, por otro lado la falta de cultura es evidente, muchas personas malgastan el líquido en las calles y viviendas.

“Acepto que nos digan que nos falta control porque es nuestra competencia regular y controlar las actividades de los usuarios porque no se tienen una bocatomas bien hechas, pero Corpocesar se está proyectando para asumir la construcción de estas obras para acabar con las derivaciones ilegales y poder tener un control del consumo de los usuarios legales”, señaló Suárez.

Al mismo tiempo, Suárez señaló: “En Valledupar no se están robando el río, desafortunadamente hay usuarios que no entiende completamente las concesiones o captaciones de agua del río”.

Por: MAIRA MANOSALVA / EL PILÓN
[email protected]

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12 marzo, 2019

Más de 100 concesiones acaban al Guatapurí

El Guatapurí se ahoga en un ‘río’ de concesiones legales y el descontrol del uso de agua. El río al parecer no tiene salvavidas por parte de las entidades administrativas. En total 23 derivaciones y 130 subderivaciones están registradas en los libros de Corpocesar.


La drástica disminución del caudal del río Guatapurí fue esta vez objeto de denuncia por parte de la comunidad vallenata.

Foto: Joaquín Ramírez.
La drástica disminución del caudal del río Guatapurí fue esta vez objeto de denuncia por parte de la comunidad vallenata. Foto: Joaquín Ramírez.

La evidente disminución del caudal del río Guatapurí es hoy el tema más caliente de la capital del Cesar, toda vez que entre el cambio climático, el exceso de basuras en el caudal y las derivaciones que captan el agua en otros sectores del municipio, son las que hoy tienen la afluente más importante del norte de Valledupar en una fuerte sequía.

En este último punto es en que EL PILÓN quiere hacer mayor énfasis, puesto que las derivaciones del río son las primeras en generar la disminución del caudal del Guatapurí. “Este tema es caliente y delicado en Valledupar, por las derivaciones que existen porque no tiene control, es decir, ellos no controlan el cauce de los litros de agua que realmente se van por esos canales y es allí donde está lo caliente y delicado del tema porque no se tiene compuertas, medidores, seguimientos y demás estructuras para poder realizar esto con legalidad lo que genera una disminución del río considerable por estas”, indicó el ingeniero ambiental Tonni Muñoz Payares.

Las 23 concesiones de derivaciones que hoy según datos oficiales de la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, se encuentran registradas que salen del río Guatapurí son las que tienen a todos los vallenatos y ambientalistas preocupados, puesto que las captaciones están generando como consecuencia la crisis hidrológica en el norte del Cesar.
“Son alrededor de 580 concesiones de agua superficiales y que las captaciones en algunas concesiones tienen como fin captar del río 50 litros por segundo y en realidad captan 500 litros por segundo pero lo que se resalta aquí es que estas licencias se le dan a las familias más poderosas del Cesar, quienes tiene las terrenos que se usufructúan de estas derivaciones”, explicó Neftalí Méndez, ingeniero ambiental y sanitario.

LAS DERIVACIONES

Año tras año sale este tema de las famosas desviaciones del río a flote, puesto que muchos vallenatos tiene en sus corazones este afluente tan importante del municipio el cual protegen. Pero este medio de comunicación fue más allá y encontró que en primer lugar no son desviaciones y sino derivaciones o captaciones de agua del río, que son legales ante el Gobierno Nacional por medio de las resoluciones que se tramitan a través de concesiones solicitadas ante Corpocesar.

El Decreto 1541 de 1978 del mes de julio el Ministerio de Agricultura en ese momento, que hoy es conocido como Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, es el que da la facultad de conferir el dominio de las aguas, cauces y riberas, bajo normas que rigen el aprovechamiento sujeto a las prioridades, que buscan asegurar el desarrollo humano, económico y social, con arreglo al interés general de la comunidad.

Ante esto, en la Resolución Reglamentaria Número 139 del 4 de agosto de 1987, la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, tiene a su orden un caudal base de reparto del Guatapurí de 11.260 litros por segundo.

En el reporte la entidad ambiental, aclara que un total de 7.863 litros por segundo son asignados a concesiones o permisos cedidos desde hace más de 20 años, por lo que los 3.396 litros por segundo hacen parte del caudal remanente, el que es afectado por captaciones ilegales, dejando como saldo el actual estado del río.

“El río no se lo están robando todo esta bajo la ley colombiana”, Julio Suárez, director Corpocesar. Foto: Joaquín Ramírez.

“Estas concesiones son legalmente otorgadas que datan de 1963 y 1989 dentro de las normas del Gobierno colombiano, que suministran agua a todos los puntos necesarios del municipio y que fueron identificadas desde hace mucho tiempo logrando con esto atender a la necesidad del agua en todo el municipio”, indicó Julio Cesar Suárez, director de Corpocesar.

En este sentido, en la resolución de 4 de agosto de 1987 se encontró que al predio ‘La Estancia’ se le realizó una ramificación con una asignación de un litro y subderivación de la misma magnitud. En ese mismo año, Corpocesar otorgó permiso a los predios ‘La Mano de Dios’ para obtener 182 litros por segundo. En los folios de la entidad muestran claramente cómo están constituidos estos permisos y los litros de agua que capta cada derivación y subderivación, toda vez que de las 23 derivaciones se deprenden 130 subderivaciones que están registradas ante la corporación.

“Estos permisos se radican luego de llenar un formulario en nuestras instalaciones donde se explica todo lo relacionado a la captación de agua, es decir, para qué, por qué, cómo se invertirá y en tratamiento que se le dará al recurso hídrico, y luego de esto la corporaciones realiza los estudios pertinentes para otorgar la concesión. Además, debo resaltar que esto pertenece al Estado colombiano y nosotros solo damos el permiso según las leyes”, argumentó Svetlana Fuentes, coordinadora de grupo interno de trabajo para la gestión de seguimiento al aprovechamiento del recurso hídrico.

¿DE QUIÉN SON LAS DERIVACIONES?

Las 23 derivaciones que salen directamente de la afluente del municipio fueron concesionadas hace más de 30 años por la corporación. “Yo soy dueña el canal La Sierra, desde hace más de 20 años y pago por esa afluente de agua que llega a mis predios ubicados al sur del municipio en la carrera principal del municipio colindando con los 450 Años donde tengo cultivos de palma y según mi concesión tengo una autorización de 760 litros de agua por segundo para abastecer mis cultivo”, expresó Ibeth Uhía, propietaria del canal La Sierra.

La Sierra es el canal más grande establecido por la corporación quien hace alrededor de 20 años fue otorgado por medio de una resolución a Uhía, el cual recorre más de seis kilómetros de la ciudad, pese a esto la vallenata es dueña del canal más no del agua las cuales son del Estado colombiano y que son reguladas por Corpocesar, quienes cobran según el uso que se le dé al recurso hídrico, es decir, si la solicitud da para uso doméstico tiene un costo de aproximado de 63 mil pesos, si es para uso agropecuario es de 70 mil pesos del litro por segundo y si es de uso industrial es de 124 mil pesos del litro por segundo.

Cada año el cobro de litro de agua por segundo varía, puesto que el cobro se hace además bajo las inversiones realizadas al caudal, la tarifa mínima de ese año y la fuerza del cauce del año. Foto: Joaquín Ramírez.

“Yo soy dueña del canal más no del agua, el dueño del agua es Corpocesar, quienes además nos cobran anualmente por el recurso del agua. Esto no es gratis pero como este canal sufre muchas derivaciones ilegales que son las que generan que el cauce no sea completo porque algunos montan su lavadero de carros y sacan el agua de allí, otros le echan basura al canal ‘Las Mercedes’, conocido popularmente así, siendo esto el principal punto del desabastecimiento y sequia del río. Además, que quien paga todo el agua soy yo año a año”, contó Uhía.

En este sentido los dueños de las derivaciones están acogidos al instrumento Tasa del Uso de Agua, TUA, que se cobra desde el 2018 a nivel nacional. Este cobro se realiza con base en los caudales especificados en las resoluciones además se aumenta conforme a las inversiones al caudal.

Sin embargo, Corpocesar manifiesta que aún no hay un verdadero reconocimiento de los dueños de las derivaciones del río por lo cual no se están generando los pagos del uso del agua por parte de algunos propietarios de estas, puesto que las concesiones fueron otorgadas hace más de 30 años por lo cual no se tiene hasta la fecha un registro de quiénes son los nuevos propietarios de estas sociedades privadas.

¿Y EL RÍO GUATAPURÍ?

Ante este panorama desalentador y que nos muestra el panorama de las derivaciones legales e ilegales, de las cuales no se tiene un verdadero control, son la que, según ambientalistas, comunidad e incluso propietarios de los canales, tienen el cauce del río en su peor momento.

“Esto pasa porque no se tiene un control, es que no regulan como deben regular lo que nos está generando que dentro de unos años no tengamos este río en el municipio, toda vez que se está manejando sin conciencia y además las captaciones ilegales que se presentan que no tienen sanciones”, afirmó Neftalí Méndez.

Asimismo, Uhía le explicó a EL PILÓN que pese a los pagos ella no recibe los litros de agua por los que paga anualmente, puesto que la comunidad adquiere predios cerca del caudal y se usufructúa de estos sin control alguno. “En total pago casi que 20 millones de pesos, estimando porque no tengo los documentos aquí, pero la comunidad le arroja basura sin control al canal y yo debo pagar en la bocatoma de mi finca personal que me limpien el canal y carros para llevar al basurero estos desperdicios, que vuelvo y repito no tiene ningún control y he puesto miles de quejas ante Corpocesar”, dijo.

Mientras que por un lado se observa la grave situación del río Guatapurí, que sufre por desviaciones del afluente, lo que causa la sequía, adicional a la temporada de verano, por otro lado la falta de cultura es evidente, muchas personas malgastan el líquido en las calles y viviendas.

“Acepto que nos digan que nos falta control porque es nuestra competencia regular y controlar las actividades de los usuarios porque no se tienen una bocatomas bien hechas, pero Corpocesar se está proyectando para asumir la construcción de estas obras para acabar con las derivaciones ilegales y poder tener un control del consumo de los usuarios legales”, señaló Suárez.

Al mismo tiempo, Suárez señaló: “En Valledupar no se están robando el río, desafortunadamente hay usuarios que no entiende completamente las concesiones o captaciones de agua del río”.

Por: MAIRA MANOSALVA / EL PILÓN
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