Líderes comunitarios, este corregimiento de Mariangola vive hace más de un década sin tener un adecuado acueducto que les suministre el servicio de agua.
La ausencia de un acueducto en buenas condiciones que suministre el servicio de agua potable para la población del corregimiento de Mariangola, jurisdicción de Valledupar, ha sometido a los habitantes a diferentes problemáticas sociales que solicitan subsanar a corto plazo, según manifestaron líderes comunales.
De acuerdo a la comunidad de unos 2.000 habitantes, desde hace más de una década conviven en precarias condiciones con respecto al servicio de agua, debido que de la boca toma del afluente que sale a veces líquido no es potable para el consumo humano.
“Tengo 50 años de residir en la región y no tenemos un acueducto como tal sino una captación de agua de una alberca que no trae el agua potable. Si alguien sube hasta allá (la alberca usada como acueducto), notará la cantidad de residuos, lodo y hasta animales que tiene el agua, y ese es el líquido que baja a las viviendas del pueblo”, dijo Onaldo Vásquez, presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio La Candelaria.
Según los habitantes, el agua del acueducto ubicado a tres kilómetros de la zona residencial, solo es utilizada para la realización de algunas actividades cotidianas dentro de los hogares.
“Nosotros nos hemos visto obligados a subir hasta la alberca para limpiarla, pero las condiciones sanitarias son más que deficientes para la prestación del servicio”, agregó el líder comunitario.
Para el corregidor del pueblo, Juan Granados, la problemática se debe a que esta obra no es una construcción adecuada para el suministro del agua debido a que el desarenador está localizado en la misma parte baja de la construcción sin cumplir bien su función.
“Cada vez que el río aumenta su caudal y el sedimento cae en la alberca contamina el agua que ha recogido, lo que obliga a la comunidad, porque esto es algo comunitario, a realizar limpiezas. No se tiene más depósito de agua y esto se ha vuelto un problema también de salubridad porque mantiene residuos sólidos. El Estado debe garantizar a la población por lo menos los servicios básicos, tal como el agua”, aseveró el corregidor.
Entre tanto, el secretario de obras municipal Juan Pablo Morón Riveira, informó que en una visita al corregimiento el 10 de enero, realizaron unas conclusiones para “desde la dependencia formular un proyecto de inversión a corto plazo, que no requiera de estudio técnico especializado y lo más complejo, incluirlo en el contrato de estudios y diseños de optimización de acueductos que está próximo a adjudicarse”, dijo el funcionario.
Por Marllelys Salinas / EL PILÓN
[email protected]
Líderes comunitarios, este corregimiento de Mariangola vive hace más de un década sin tener un adecuado acueducto que les suministre el servicio de agua.
La ausencia de un acueducto en buenas condiciones que suministre el servicio de agua potable para la población del corregimiento de Mariangola, jurisdicción de Valledupar, ha sometido a los habitantes a diferentes problemáticas sociales que solicitan subsanar a corto plazo, según manifestaron líderes comunales.
De acuerdo a la comunidad de unos 2.000 habitantes, desde hace más de una década conviven en precarias condiciones con respecto al servicio de agua, debido que de la boca toma del afluente que sale a veces líquido no es potable para el consumo humano.
“Tengo 50 años de residir en la región y no tenemos un acueducto como tal sino una captación de agua de una alberca que no trae el agua potable. Si alguien sube hasta allá (la alberca usada como acueducto), notará la cantidad de residuos, lodo y hasta animales que tiene el agua, y ese es el líquido que baja a las viviendas del pueblo”, dijo Onaldo Vásquez, presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio La Candelaria.
Según los habitantes, el agua del acueducto ubicado a tres kilómetros de la zona residencial, solo es utilizada para la realización de algunas actividades cotidianas dentro de los hogares.
“Nosotros nos hemos visto obligados a subir hasta la alberca para limpiarla, pero las condiciones sanitarias son más que deficientes para la prestación del servicio”, agregó el líder comunitario.
Para el corregidor del pueblo, Juan Granados, la problemática se debe a que esta obra no es una construcción adecuada para el suministro del agua debido a que el desarenador está localizado en la misma parte baja de la construcción sin cumplir bien su función.
“Cada vez que el río aumenta su caudal y el sedimento cae en la alberca contamina el agua que ha recogido, lo que obliga a la comunidad, porque esto es algo comunitario, a realizar limpiezas. No se tiene más depósito de agua y esto se ha vuelto un problema también de salubridad porque mantiene residuos sólidos. El Estado debe garantizar a la población por lo menos los servicios básicos, tal como el agua”, aseveró el corregidor.
Entre tanto, el secretario de obras municipal Juan Pablo Morón Riveira, informó que en una visita al corregimiento el 10 de enero, realizaron unas conclusiones para “desde la dependencia formular un proyecto de inversión a corto plazo, que no requiera de estudio técnico especializado y lo más complejo, incluirlo en el contrato de estudios y diseños de optimización de acueductos que está próximo a adjudicarse”, dijo el funcionario.
Por Marllelys Salinas / EL PILÓN
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