En un lugar lejano que pocos conocian, se encuentra el reino del rey Bruno en el que hay tres caballeros. Un dìa,  llego un mensajero del rey Matias avisando que muy pronto habria un concurso donde se elegiria al mejor caballero de todos los reinos.

El rey Bruno, quiso elegir al que los representaria con los ojos cerrados y gran sorpresa se llevo al ver que el elegido era Manuel el caballero mas pequeño, quiso cambiar, pero no pudo, pues esas eran las reglas.

El dia del torneo todos lo caballeros se presentaron.   Juan el valiente, famoso por vencer  a un dragón con tan sólo una pluma, Andres el fuerte,conocido por alzar un barco vikingo con todos sus tripulantes, Mario el creador de trampas,famoso por atrapar enormes dragones  y por último Manuel, el más pequeño,

Empezó el torneo, la primera prueba era el que matara primero el Ogro. Juan se enfrentó a él cara a cara, pero el Ogro lo tiro, Andrés lo lanzo pero el ogro lo ataco, y a Mario su trampa no le funciono, sólo quedaba Manuel, èste se metió por debajo de las piernas del Ogro, lo atacó por la espalda y lo venció. Todos quedaron asombrados cómo había sido posible que Manuel lograra vencer el ogro.

Así fueron pasando todas las pruebas y Manuel siempre vencía. La última prueba era el que primero saliera del Castillo. Juan trato de tumbar las puertas pero no pudo, Andrés intento  derrumbar las paredes y no lo logro, Mario no supo qué hacer, Manuel  vio un agujero en el suelo y logro  salir, todos quedaron sorprendidos no lo podían creer,

Manuel dijo: puedo ser muy pequeño pero pienso como grande, soy inteligente por eso pude pasar todas las pruebas, Juan  no pensaba  cómo iba a reaccionar el enemigo, Andrés no pensaba como debía lanzar al enemigo, Mario sabía crear trampas pero no sabía dónde colocarlas, por eso debemos pensar antes de hacer las cosas; no importa si somos  grandes o pequeños, lo que importa es la inteligencia.

Por: Julián Rivera Sánchez – I.E. Eduardo Súarez Orcasita