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Crónica - 29 diciembre, 2018

Los muñecos de Año Viejo, una tradición que se resiste a desaparecer

Los muñecos de Año Viejo, una tradición que se resiste a desaparecer

Natillas, buñuelos, ropa nueva, villancicos, reuniones familiares, peticiones para el año nuevo y un sin número de tradiciones florecen cada vez que llega diciembre.

Como actividades de este mes las personas aprovechan para revivir costumbres con las que crecieron y que, aun cuando disminuyen su auge, se niegan a perder.

Una de ellas es la de armar muñecos que representan al año que termina y los cuales son quemados generalmente en la víspera del Año Nuevo.

Esta es una práctica que se realiza en varios países latinoamericanos como México, Uruguay, Venezuela y Ecuador, donde es más fuerte esta costumbre.

En Valledupar, aunque no se encuentran por todas las calles de la ciudad, sí hay algunas zonas donde se pueden identificar algunos de ellos, los cuales han sido elaborados con diferentes temáticas y mucha gracia por sus creadores.

Uno de ellos es Hugo y se encuentra en el barrio Primero de Mayo. Su creador es Pedro Llamas, quien a los 21 años ya completa varias fiestas decembrinas realizando su muñeco.
“Cuando me provoca hacer uno lo hago. Me gusta”, expresó, recordando también que es una tradición que ha visto crecer por mucho en su familia.

Denominarlo Hugo fue una decisión que tomó con el fin de hacer una broma a uno de sus vecinos que lleva el mismo nombre. Para armar su muñeco trabajó en compañía de uno de los niños de su familia y para tal fin utilizaron esponjas entre otros elementos.

Ahora tienen previsto quemarlo el próximo 31 de diciembre en compañía de todos los miembros de su hogar. “A despedir el año, a ver qué viene el otro año. Siempre así, es bacano tener uno”, agregó.

Entre tanto, en otro barrio popular de Valledupar como Los Fundadores, también se pueden encontrar estas jocosas figuras.

Una de ellas es ‘La Venezolana’ que se encuentra en la casa de María Mercedes Díaz y a la cual decidieron bautizar de esa manera aprovechando la coyuntura que se ha vivido este año y que ha hecho que a la capital del Cesar lleguen muchos migrantes provenientes del país vecino.

La tradición la inició la hija de Díaz, Carmen Cecilia, y ya completan cerca de seis años armando esta clase de muñecos que en este caso es de género femenino. Para este propósito utilizan aserrín, periódico y además le compran algunos accesorios como pelucas, uñas postizas, manillas, entre otros.

Algo particular de esta muñeca es que Carmen Cecilia le ha dado además un toque místico ya que según ella desde que arma su propio ‘Año Viejo’ y lo quema cada 31 de diciembre logra asegurar que el nuevo año esté lleno de suerte. “Ella tiene su buen trabajo, su casa ha mejorado, le tiene fe a que quema el ‘Año Viejo’ y le vienen cosas buenas”, aseguró María Mercedes.

Para armarla se tomaron cinco días mientras se iban consiguiendo cada uno de los elementos necesarios y al tiempo que la iban maquillando y haciendo diferentes detalles. “Nos reunimos todos a verla quemar y de paso pedimos los deseos”, explicó Díaz.

Antes del 7 de diciembre, Emilis Álvarez y otros miembros de su familia empezaron a armar a Briseida y en el marco del Día de las Velitas la sacaron a la calle. La muñeca lleva este nombre en alusión a un personaje de Charlie Marie, el youtuber.

En este caso utilizaron aserrín y hojas. Una vecina le hizo un gorro de Navidad mientras una de las tías de la familia hizo la cabeza de la muñeca, a la que invirtieron en total una semana.

Esta tradición la traen desde Caracolí, Cesar, de donde es oriunda esta familia.
“La tradición y molestar un rato y quemarla, pero no tenemos agüero. Han venido a abrazarla, besarla, se han tomado foto con ella y todo”, manifestó.

También en el conocido barrio Cañaguate se puede encontrar una de estas figuras. La misma ha sido obra del sastre Euro Sierra, quien bautizó a Camay por un señor que antes trabajaba con él y que es bastante popular en el sector.

Esta es la primera vez que hacen este ‘Año Viejo’ que fueron armando con las mismas tiras que quedaban en la sastrería y no perdieron detalle para que se pareciera a su homónimo por lo cual le pusieron una camiseta con la imagen de Diomedes Díaz, cantante del que es fanático el auténtico ‘Camay’, quien en realidad lleva por nombre José David.

“Ya lo vio y viene a quemarlo el 31”, expresó Sierra, quien tiene claro que seguirán armando cada año una figura de esta en alusión a un personaje diferente.

Crónica
29 diciembre, 2018

Los muñecos de Año Viejo, una tradición que se resiste a desaparecer

Los muñecos de Año Viejo, una tradición que se resiste a desaparecer


Natillas, buñuelos, ropa nueva, villancicos, reuniones familiares, peticiones para el año nuevo y un sin número de tradiciones florecen cada vez que llega diciembre.

Como actividades de este mes las personas aprovechan para revivir costumbres con las que crecieron y que, aun cuando disminuyen su auge, se niegan a perder.

Una de ellas es la de armar muñecos que representan al año que termina y los cuales son quemados generalmente en la víspera del Año Nuevo.

Esta es una práctica que se realiza en varios países latinoamericanos como México, Uruguay, Venezuela y Ecuador, donde es más fuerte esta costumbre.

En Valledupar, aunque no se encuentran por todas las calles de la ciudad, sí hay algunas zonas donde se pueden identificar algunos de ellos, los cuales han sido elaborados con diferentes temáticas y mucha gracia por sus creadores.

Uno de ellos es Hugo y se encuentra en el barrio Primero de Mayo. Su creador es Pedro Llamas, quien a los 21 años ya completa varias fiestas decembrinas realizando su muñeco.
“Cuando me provoca hacer uno lo hago. Me gusta”, expresó, recordando también que es una tradición que ha visto crecer por mucho en su familia.

Denominarlo Hugo fue una decisión que tomó con el fin de hacer una broma a uno de sus vecinos que lleva el mismo nombre. Para armar su muñeco trabajó en compañía de uno de los niños de su familia y para tal fin utilizaron esponjas entre otros elementos.

Ahora tienen previsto quemarlo el próximo 31 de diciembre en compañía de todos los miembros de su hogar. “A despedir el año, a ver qué viene el otro año. Siempre así, es bacano tener uno”, agregó.

Entre tanto, en otro barrio popular de Valledupar como Los Fundadores, también se pueden encontrar estas jocosas figuras.

Una de ellas es ‘La Venezolana’ que se encuentra en la casa de María Mercedes Díaz y a la cual decidieron bautizar de esa manera aprovechando la coyuntura que se ha vivido este año y que ha hecho que a la capital del Cesar lleguen muchos migrantes provenientes del país vecino.

La tradición la inició la hija de Díaz, Carmen Cecilia, y ya completan cerca de seis años armando esta clase de muñecos que en este caso es de género femenino. Para este propósito utilizan aserrín, periódico y además le compran algunos accesorios como pelucas, uñas postizas, manillas, entre otros.

Algo particular de esta muñeca es que Carmen Cecilia le ha dado además un toque místico ya que según ella desde que arma su propio ‘Año Viejo’ y lo quema cada 31 de diciembre logra asegurar que el nuevo año esté lleno de suerte. “Ella tiene su buen trabajo, su casa ha mejorado, le tiene fe a que quema el ‘Año Viejo’ y le vienen cosas buenas”, aseguró María Mercedes.

Para armarla se tomaron cinco días mientras se iban consiguiendo cada uno de los elementos necesarios y al tiempo que la iban maquillando y haciendo diferentes detalles. “Nos reunimos todos a verla quemar y de paso pedimos los deseos”, explicó Díaz.

Antes del 7 de diciembre, Emilis Álvarez y otros miembros de su familia empezaron a armar a Briseida y en el marco del Día de las Velitas la sacaron a la calle. La muñeca lleva este nombre en alusión a un personaje de Charlie Marie, el youtuber.

En este caso utilizaron aserrín y hojas. Una vecina le hizo un gorro de Navidad mientras una de las tías de la familia hizo la cabeza de la muñeca, a la que invirtieron en total una semana.

Esta tradición la traen desde Caracolí, Cesar, de donde es oriunda esta familia.
“La tradición y molestar un rato y quemarla, pero no tenemos agüero. Han venido a abrazarla, besarla, se han tomado foto con ella y todo”, manifestó.

También en el conocido barrio Cañaguate se puede encontrar una de estas figuras. La misma ha sido obra del sastre Euro Sierra, quien bautizó a Camay por un señor que antes trabajaba con él y que es bastante popular en el sector.

Esta es la primera vez que hacen este ‘Año Viejo’ que fueron armando con las mismas tiras que quedaban en la sastrería y no perdieron detalle para que se pareciera a su homónimo por lo cual le pusieron una camiseta con la imagen de Diomedes Díaz, cantante del que es fanático el auténtico ‘Camay’, quien en realidad lleva por nombre José David.

“Ya lo vio y viene a quemarlo el 31”, expresó Sierra, quien tiene claro que seguirán armando cada año una figura de esta en alusión a un personaje diferente.