La urbanización Los Mayales ha ido avanzando con el tiempo y a pesar de haber sido una invasión ha logrado convertirse en una ventana de ofertas comerciales.
La urbanización Los Mayales ha ido avanzando con el tiempo y a pesar de haber sido una invasión ha logrado convertirse en una ventana de ofertas comerciales.
Gracias al urbanismo e innovación de los centros comerciales, algunas familias de las 1.300 existentes decidieron crear sus propios emprendimientos, con lo que tienen y se puede ¡Valientes! Así me lo hizo saber Ariza: “Es una comunidad que tiene todo a su alcance”.
Al menos unos 30 locales comerciales se encuentran situados sobre la calle 31 de la urbanización; entre comida, spa, servicio de Efecty, odontología y hasta un gimnasio. A cualquier hora del día las opciones son variadas me contó con entusiasmo el líder.
En mi recorrido quedé impresionado con Carlos Suárez, quien a sus 27 años y bajo el apoyo familiar montó su gimnasio en casa. Lo que era un patio pasó a ser un área de vida saludable.
“Fue hace cuatro años y a medida que pasó el tiempo lo he ido acomodando y cada vez le voy metiendo algo nuevo. Al principio comencé con 10 máquinas, hoy día son más de 20, entre esas están las pesas, bicicletas, máquina de piernas y otras más. La clientela cuando comencé no era mucha, pero hoy día sí. En las noches llegan unas 60 personas y esto se queda pequeño”, puntualizó.
Con una sonrisa me dijo que hace cuatro años esa cantidad de gente habría sido menos de la mitad actual. Sus mayores aprendizajes han sido la constancia y el valor de continuar.
“A veces es cansón, pero el esfuerzo lo reconoce la gente y los vecinos contentos porque les queda cerca el lugar de entrenamiento, aquí tienen servicio personalizado. Además tenemos un servicio combinado de crossfit con pesas”, me dijo enérgicamente.
Como parte de la variedad comercial que existe en la calle 31, en mi camino por la urbanización Los Mayales tuve el gusto de conocer a Imera Romero, una barranquillera que apostó por Valledupar para salir adelante: “Tengo un año y dos meses, ya este sitio es más comercial. Yo estaba en otro barrio, y me vine para acá. Aquí en Los Mayales me parece excelente lugar porque es puro comercio y pasa el transporte público eso hace que la gente llegue más rápido a este lugar”.
Desde que cambió de zona, esta bella dama mejoró sus condiciones de vida y su negocio ha ido prosperando. En confianza me dijo: “He abarcado clientes que cuando pasan y ven el letrero entran, cosa que en el otro lugar no pasaba. Donde hay comercio hay vida. En esta zona la gente encuentra todo lo que necesita, no deben trasladarse más lejos”.
Con un espíritu de nobleza me explicó que la estética consiste en ‘embellecer el alma, cuerpo’. Desde una limpieza facial hasta tratamientos para sobrepeso, con el fin de contribuir en la salud de las personas.
“Aquí vienen personas de todas las edades. Los adolescentes vienen mucho por el rostro, tratamientos de acné, abarco todos tratamientos de piel, y laboro de 9:00 a.m. a 7:00 p.m. de lunes a viernes”, señaló la esteticista.
El mayor aprendizaje de esta dama ha sido poder ayudar a otros con la salud y la inconformidad de las personas con su cuerpo, donde incluso dijo “la mente juega un papel fundamental para que todo funcione”.
Su formación cosmetológica y dietética con 20 años de experiencia hacen que sus tratamientos vayan mejorando.
Arnold Ojeda hace unos tres años decidió montar su negocio. Con un poco de prisa debido a sus labores diarias de cocina me contó: “Yo comencé poquito a poco, como se empieza en todo. Al principio tenía unas 10 sillas y luego fue creciendo la cantidad. Yo aquí ofrezco comida rápida, almuerzos. Tengo mucha variedad como costillas de cerdo a la barbecue (a la parrilla), carne asada, pollo, lomito. Todo lo que la gente pueda querer comer”.
El plato favorito en las ‘Delicias de Mayales’ es la costilla de cerdo, que asegura son la especialidad de la casa. El espacio donde converge el negocio de este emprendedor comprende unas 20 sillas.
La urbanización Los Mayales ha ido avanzando con el tiempo y a pesar de haber sido una invasión ha logrado convertirse en una ventana de ofertas comerciales.
La urbanización Los Mayales ha ido avanzando con el tiempo y a pesar de haber sido una invasión ha logrado convertirse en una ventana de ofertas comerciales.
Gracias al urbanismo e innovación de los centros comerciales, algunas familias de las 1.300 existentes decidieron crear sus propios emprendimientos, con lo que tienen y se puede ¡Valientes! Así me lo hizo saber Ariza: “Es una comunidad que tiene todo a su alcance”.
Al menos unos 30 locales comerciales se encuentran situados sobre la calle 31 de la urbanización; entre comida, spa, servicio de Efecty, odontología y hasta un gimnasio. A cualquier hora del día las opciones son variadas me contó con entusiasmo el líder.
En mi recorrido quedé impresionado con Carlos Suárez, quien a sus 27 años y bajo el apoyo familiar montó su gimnasio en casa. Lo que era un patio pasó a ser un área de vida saludable.
“Fue hace cuatro años y a medida que pasó el tiempo lo he ido acomodando y cada vez le voy metiendo algo nuevo. Al principio comencé con 10 máquinas, hoy día son más de 20, entre esas están las pesas, bicicletas, máquina de piernas y otras más. La clientela cuando comencé no era mucha, pero hoy día sí. En las noches llegan unas 60 personas y esto se queda pequeño”, puntualizó.
Con una sonrisa me dijo que hace cuatro años esa cantidad de gente habría sido menos de la mitad actual. Sus mayores aprendizajes han sido la constancia y el valor de continuar.
“A veces es cansón, pero el esfuerzo lo reconoce la gente y los vecinos contentos porque les queda cerca el lugar de entrenamiento, aquí tienen servicio personalizado. Además tenemos un servicio combinado de crossfit con pesas”, me dijo enérgicamente.
Como parte de la variedad comercial que existe en la calle 31, en mi camino por la urbanización Los Mayales tuve el gusto de conocer a Imera Romero, una barranquillera que apostó por Valledupar para salir adelante: “Tengo un año y dos meses, ya este sitio es más comercial. Yo estaba en otro barrio, y me vine para acá. Aquí en Los Mayales me parece excelente lugar porque es puro comercio y pasa el transporte público eso hace que la gente llegue más rápido a este lugar”.
Desde que cambió de zona, esta bella dama mejoró sus condiciones de vida y su negocio ha ido prosperando. En confianza me dijo: “He abarcado clientes que cuando pasan y ven el letrero entran, cosa que en el otro lugar no pasaba. Donde hay comercio hay vida. En esta zona la gente encuentra todo lo que necesita, no deben trasladarse más lejos”.
Con un espíritu de nobleza me explicó que la estética consiste en ‘embellecer el alma, cuerpo’. Desde una limpieza facial hasta tratamientos para sobrepeso, con el fin de contribuir en la salud de las personas.
“Aquí vienen personas de todas las edades. Los adolescentes vienen mucho por el rostro, tratamientos de acné, abarco todos tratamientos de piel, y laboro de 9:00 a.m. a 7:00 p.m. de lunes a viernes”, señaló la esteticista.
El mayor aprendizaje de esta dama ha sido poder ayudar a otros con la salud y la inconformidad de las personas con su cuerpo, donde incluso dijo “la mente juega un papel fundamental para que todo funcione”.
Su formación cosmetológica y dietética con 20 años de experiencia hacen que sus tratamientos vayan mejorando.
Arnold Ojeda hace unos tres años decidió montar su negocio. Con un poco de prisa debido a sus labores diarias de cocina me contó: “Yo comencé poquito a poco, como se empieza en todo. Al principio tenía unas 10 sillas y luego fue creciendo la cantidad. Yo aquí ofrezco comida rápida, almuerzos. Tengo mucha variedad como costillas de cerdo a la barbecue (a la parrilla), carne asada, pollo, lomito. Todo lo que la gente pueda querer comer”.
El plato favorito en las ‘Delicias de Mayales’ es la costilla de cerdo, que asegura son la especialidad de la casa. El espacio donde converge el negocio de este emprendedor comprende unas 20 sillas.