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Económicas - 5 marzo, 2019

Los jóvenes no quieren trabajar en el campo, sino en las minas

Son pocos los que le apuestan a hacer una carrera para trabajar en el sector agropecuario, de ahí que el relevo generacional de los trabajadores del campo está difícil.

Los jóvenes no quieren estudiar carreras afines al campo, porque prefieren los salarios de las empresas mineras.

Foto cortesía
Los jóvenes no quieren estudiar carreras afines al campo, porque prefieren los salarios de las empresas mineras. Foto cortesía
Boton Wpp

Con el auge de la minería en el Cesar, la estabilidad y los salarios que esta ofrece, los jóvenes no quieren trabajar en el campo, sino hacer un curso rápido que los lleve a ingresar a cualquier mina de carbón del centro del departamento.

Debido a esto, cada vez más son pocas las personas que quedan para realizar asistencia técnica y se ha reducido el número de veterinarios, ingenieros agrónomos, entre otros profesionales o técnicos del sector agropecuario,

Según el líder gremial Julio César Lozano, en un congreso en donde estuvo habló precisamente del relevo generacional: “Es que en el departamento todo el mundo quiere trabajar en las minas y no quiere volver al campo, los profesionales se acabaron, los jóvenes no quieren estudiar carreras agropecuarias, es muy difícil que lo hagan por las condiciones del campo, el campo se está quedando sin relevo generacional”.

Según explicó, la mayoría de ingenieros agrónomos, veterinarios y profesionales afines al campo pasan los 50 años.

Aduce además que hoy el 80 % de lo que se consume en el Cesar proviene de otras regiones, porque el joven campesino que sale a la ciudad a estudiar se queda en ellas y no regresa a trabajar la tierra.

“En el campo no hay infraestructura, no hay comodidad, no hay electrificación, se necesita hacer desarrollo rural”, agregó Lozano.

Para el subdirector del Centro Biotecnológico del Caribe del Sena, Eduardo Mena, esta apatía de los jóvenes por el campo, parece ser algo cultural, debido a que ven más fácil estudiar algo relacionado con la minería, hacer un curso de maquinaria pesada y salir a ganarse 3 o 4 millones de pesos.

“Ellos piensan en la facilidad de ganarse un salario, no piensan en la repercusión que tiene ese trabajo para su salud, diferente al sector agropecuario, en donde los ingresos son menores a los que van a ganar en una mina”, dijo Mena.

Explicó que en el Sena ofrecen cursos de tecnólogo agrícola, producción ganadera, producción de especies menores, diferentes tecnologías en el área ambiental, enfocado al tema agropecuario: “Los cursos ambientales nunca hemos tenido problema para la consecución de los aprendices, el problema se nos presenta en las tecnologías agrícola y pecuarios, si bien es cierto el departamento el mayor producto interno bruto sale del sector agropecuarios, los muchachos se inclinan más por el tema minero”.

Debido a que estudios afirman que el tema del carbón y petróleo le quedan pocos años, en el Cesar vienen trabajando para cambiar esa ‘idea’ minera en los jóvenes, incluso, las mismas empresas están haciendo una labor junto al Sena de brindar cursos técnicos en el sector agropecuario para cuando el mineral acabe los jóvenes tengan la posibilidad de un trabajo estable.

En Valledupar hace cinco años la Universidad del Santader, UDES, abrió el programa de medicina veterinaria y aunque no le ha ido mal, no han logrado lo que quería.

Según Carlos Morón Cuello, rector de esa universidad, han logrado el número de estudiantes: “Nosotros por estudios que habíamos realizado sabíamos que la respuesta no iba a hacer masiva pero que si poco a poco el sector se va reactivando y reasumiendo el liderazgo que históricamente ha tenido en la región, indiscutiblemente eso generara que esas expectativas se cumplan y los jóvenes miren el desarrollo del sector agropecuarios como el desarrollo que necesaria y obligatoriamente tiene que catapultar la región hacia el liderazgo del sector empresarial que amerita”.

Para Morón Cuello aunque hoy hay un bum minero, también es cierto que este no es igual a hace 8 o 10 años, pues ahora el joven analiza un poco más a la hora de estudiar ingenierías de ese sector.
Para él, el sector minero tiende a desaparecer, por lo que considera hay que volver al tema de la vocación agrícola y los gobiernos deben enfocar sus esfuerzos hacia este sector y hacerlo competitivo.

Ernesto Acevedo Soto, director encargado del Sena, considera que hay una tarea muy importante que debe hacer el Estado: “El tema de internet como lo convertimos en una realidad en el campo, la mayoría de los muchachos llegan a las ciudades y de una u otra forma se deslumbran con las nuevas tecnologías, algo que no es fácil de tener en el sector agro, hacer un cambio completo, una sinergia entre el Estado, la academia y la misma industria para que todo el sector agropecuario tenga la oportunidad de tener esas tecnologías de punta y poder ellos esa formación que tienen, generarla en función de las nuevas tecnologías”.

Aseguró que si se tecnifica el campo, se puede dar una nueva oportunidad para mejorar la producción y la calidad de vida de cada una de las personas que viven en el campo.

SANDRA SANTIAGO/ EL PILÓN
[email protected]

Económicas
5 marzo, 2019

Los jóvenes no quieren trabajar en el campo, sino en las minas

Son pocos los que le apuestan a hacer una carrera para trabajar en el sector agropecuario, de ahí que el relevo generacional de los trabajadores del campo está difícil.


Los jóvenes no quieren estudiar carreras afines al campo, porque prefieren los salarios de las empresas mineras.

Foto cortesía
Los jóvenes no quieren estudiar carreras afines al campo, porque prefieren los salarios de las empresas mineras. Foto cortesía
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Con el auge de la minería en el Cesar, la estabilidad y los salarios que esta ofrece, los jóvenes no quieren trabajar en el campo, sino hacer un curso rápido que los lleve a ingresar a cualquier mina de carbón del centro del departamento.

Debido a esto, cada vez más son pocas las personas que quedan para realizar asistencia técnica y se ha reducido el número de veterinarios, ingenieros agrónomos, entre otros profesionales o técnicos del sector agropecuario,

Según el líder gremial Julio César Lozano, en un congreso en donde estuvo habló precisamente del relevo generacional: “Es que en el departamento todo el mundo quiere trabajar en las minas y no quiere volver al campo, los profesionales se acabaron, los jóvenes no quieren estudiar carreras agropecuarias, es muy difícil que lo hagan por las condiciones del campo, el campo se está quedando sin relevo generacional”.

Según explicó, la mayoría de ingenieros agrónomos, veterinarios y profesionales afines al campo pasan los 50 años.

Aduce además que hoy el 80 % de lo que se consume en el Cesar proviene de otras regiones, porque el joven campesino que sale a la ciudad a estudiar se queda en ellas y no regresa a trabajar la tierra.

“En el campo no hay infraestructura, no hay comodidad, no hay electrificación, se necesita hacer desarrollo rural”, agregó Lozano.

Para el subdirector del Centro Biotecnológico del Caribe del Sena, Eduardo Mena, esta apatía de los jóvenes por el campo, parece ser algo cultural, debido a que ven más fácil estudiar algo relacionado con la minería, hacer un curso de maquinaria pesada y salir a ganarse 3 o 4 millones de pesos.

“Ellos piensan en la facilidad de ganarse un salario, no piensan en la repercusión que tiene ese trabajo para su salud, diferente al sector agropecuario, en donde los ingresos son menores a los que van a ganar en una mina”, dijo Mena.

Explicó que en el Sena ofrecen cursos de tecnólogo agrícola, producción ganadera, producción de especies menores, diferentes tecnologías en el área ambiental, enfocado al tema agropecuario: “Los cursos ambientales nunca hemos tenido problema para la consecución de los aprendices, el problema se nos presenta en las tecnologías agrícola y pecuarios, si bien es cierto el departamento el mayor producto interno bruto sale del sector agropecuarios, los muchachos se inclinan más por el tema minero”.

Debido a que estudios afirman que el tema del carbón y petróleo le quedan pocos años, en el Cesar vienen trabajando para cambiar esa ‘idea’ minera en los jóvenes, incluso, las mismas empresas están haciendo una labor junto al Sena de brindar cursos técnicos en el sector agropecuario para cuando el mineral acabe los jóvenes tengan la posibilidad de un trabajo estable.

En Valledupar hace cinco años la Universidad del Santader, UDES, abrió el programa de medicina veterinaria y aunque no le ha ido mal, no han logrado lo que quería.

Según Carlos Morón Cuello, rector de esa universidad, han logrado el número de estudiantes: “Nosotros por estudios que habíamos realizado sabíamos que la respuesta no iba a hacer masiva pero que si poco a poco el sector se va reactivando y reasumiendo el liderazgo que históricamente ha tenido en la región, indiscutiblemente eso generara que esas expectativas se cumplan y los jóvenes miren el desarrollo del sector agropecuarios como el desarrollo que necesaria y obligatoriamente tiene que catapultar la región hacia el liderazgo del sector empresarial que amerita”.

Para Morón Cuello aunque hoy hay un bum minero, también es cierto que este no es igual a hace 8 o 10 años, pues ahora el joven analiza un poco más a la hora de estudiar ingenierías de ese sector.
Para él, el sector minero tiende a desaparecer, por lo que considera hay que volver al tema de la vocación agrícola y los gobiernos deben enfocar sus esfuerzos hacia este sector y hacerlo competitivo.

Ernesto Acevedo Soto, director encargado del Sena, considera que hay una tarea muy importante que debe hacer el Estado: “El tema de internet como lo convertimos en una realidad en el campo, la mayoría de los muchachos llegan a las ciudades y de una u otra forma se deslumbran con las nuevas tecnologías, algo que no es fácil de tener en el sector agro, hacer un cambio completo, una sinergia entre el Estado, la academia y la misma industria para que todo el sector agropecuario tenga la oportunidad de tener esas tecnologías de punta y poder ellos esa formación que tienen, generarla en función de las nuevas tecnologías”.

Aseguró que si se tecnifica el campo, se puede dar una nueva oportunidad para mejorar la producción y la calidad de vida de cada una de las personas que viven en el campo.

SANDRA SANTIAGO/ EL PILÓN
[email protected]