Estudiosos de los efectos socio-ambientales de este método de fracturación hidráulica para yacimientos participaron de un foro en Valledupar para analizar su posible implementación en el departamento del Cesar.
En la Universidad Popular del Cesar, UPC, diferentes organizaciones en contra del fracking, hablaron ayer sobre los posibles impactos socio – ambientales que acarrearía al departamento si se practica este método de fracturación hidráulica en yacimientos no convencionales.
En el municipio de San Martín, sur del Cesar, se han registrado múltiples choques entre las autoridades y la comunidad que quiere impedir las exploraciones petroleras con el mencionado método, que supuestamente, pretende implementar la empresa ConocoPhillips, en el pozo PicoPlata1, ubicado en el corregimiento de Cuatro Bocas.
Carlos Egurrola, de la Asociación Protectora Del Árbol Urbano, Pro-árbol, y quien fue uno de los panelistas del foro, dijo que para la práctica del fracking se requiere usar una gran cantidad de agua, de allí el principal impacto al medio ambiente y a las comunidades.
“El fracking su mayor impacto hemos visto que se concentra en el uso a gran medida del agua, puede poner en riesgo, de acuerdo a la disponibilidad del agua y la cantidad que se capte, sobre todo si se piensa en desarrollar un campo completo, y eso puede poner en amenaza el suministro público y privado de este recurso vital”, indicó el representante de Pro-árbol.
El experto afirmó que esta técnica viene siendo usada en el país desde la década de los 60, pero esta vez viene con un nuevo método que es el que pone en riesgo los ecosistemas.
“Como técnica el fracking sí se ha utilizado en Colombia desde la década de los 60, lo que se trae es una modificación de la técnica que ya supone un mayor impacto sobre el ambiente, pero ya en Colombia tenemos experiencias de pozos fracturados en Putumayo, el Catatumbo, donde se aplica la misma técnica pero a menor escala digamos en un objetivo diferente, como son las arenas, esta vez vienen aplicarse no donde se almacenan los hidrocarburos sino en la formación que las genera, que es una formación mucho más profunda y mucho menos permeable y por lo tanto mediante el fracking lo que intentan es no esperar a que el crudo migre hacia esas formaciones porosas sino que recuperarlo de la roca fuente o madre”, manifestó Egurrola.
Otra de las expertas del evento fue Erika Cuida, geóloga de la Universidad Nacional y de la Corporación Geoambiental Terrae, que se encarga de los estudios de impactos ambientales de actividades extractivas, quien dijo que su organización comenzó a estudiar el fracking desde las advertencias de la Contraloría General de la República sobre este método.
“Comenzamos a indagar un poco sobre el tema del fracking, en particular desde la función de advertencia que hizo la Contraloría de la República, en cuanto a la reglamentación que quería hacer el ministerio frente a la actividad. Entonces, comenzamos a hablar del tema y a indagar un poco dentro de la corporación, identificando cuáles eran las falencias que se dieron durante todo el procedimiento de reglamentación, del querer implementar esa técnica y pues como se dio bajo unos preceptos que no son los óptimos para Colombia, se estaba tomando de ejemplos unas zonas de Estados Unidos que, desde una perspectiva geográfica y geológica, infieren mucho de lo que puede llegar a pasar en Colombia”, indicó la geóloga.
Las investigaciones se basaron en los impactos negativos del fracking en diferentes regiones de los Estados Unidos. “Lo que hemos investigado y nutrido un poco de todos los estudios adelantados en Estados Unidos, que es donde se viene desarrollando desde hace muchos años el fracking y pues igual también hay procesos tanto académicos y de comunidades que están peleando por todo lo que esto ha llevado, hemos investigado respecto a los problemas que hay con los aditivos químicos que se usan para el fracturamiento hidráulico; se adhieren químicos tales como cadmio, bario, ácido clorhídrico, arsénico. Entonces, ya se han registrado y analizado aguas tanto de las que son de formación, es decir, de las que salen de las rocas, como incluso las pruebas en aguas subterráneas cercanas a los pozos de fracking donde los contenidos son muy altos y perjudiciales para la salud. Muchos de esos componentes son metales pesados que tienen efectos cancerígenos y efectos en los sistemas nerviosos central y periférico”, indicó Erika Cuida.
El foro fue organizado por el programa de Ingeniería Ambiental y Sanitaria de la UPC, en conjunto con la Corporación Defensora del Agua, Territorio y Ecosistemas, CORDATEC, Alianza Colombia Libre de Fracking, la Corporación Geoambiental Terrae, Funtramiexco y el Grupo de Estudios Extractivos y Ambientales del Magdalena Medio, GEAM.
“Es importante que los estudiantes acompañen estos encuentros académicos para que primero, creen algo sobre argumentos, conciencia, educación y conocimiento de las técnicas y también vemos que hay muchos estudiantes que pertenecen a los programas ambientales, en la que pueden ser participantes como proponentes de soluciones; la idea en últimas no es identificar el problema sino tratar de brindarle unas estrategias, salidas de aplicación como tal a la técnica, viendo que es una tecnología que están trayendo como oportunidad para esos nuevos recursos energéticos que estamos necesitando en el país, pero hoy no tenemos el rigor, ambientalmente, suficiente fuerte para mitigar los riesgos del fracking”, concluyó el representante de la Asociación Protectora del Árbol Urbano, Pro-árbol.
Mohamed Osman Díaz
[email protected]
Estudiosos de los efectos socio-ambientales de este método de fracturación hidráulica para yacimientos participaron de un foro en Valledupar para analizar su posible implementación en el departamento del Cesar.
En la Universidad Popular del Cesar, UPC, diferentes organizaciones en contra del fracking, hablaron ayer sobre los posibles impactos socio – ambientales que acarrearía al departamento si se practica este método de fracturación hidráulica en yacimientos no convencionales.
En el municipio de San Martín, sur del Cesar, se han registrado múltiples choques entre las autoridades y la comunidad que quiere impedir las exploraciones petroleras con el mencionado método, que supuestamente, pretende implementar la empresa ConocoPhillips, en el pozo PicoPlata1, ubicado en el corregimiento de Cuatro Bocas.
Carlos Egurrola, de la Asociación Protectora Del Árbol Urbano, Pro-árbol, y quien fue uno de los panelistas del foro, dijo que para la práctica del fracking se requiere usar una gran cantidad de agua, de allí el principal impacto al medio ambiente y a las comunidades.
“El fracking su mayor impacto hemos visto que se concentra en el uso a gran medida del agua, puede poner en riesgo, de acuerdo a la disponibilidad del agua y la cantidad que se capte, sobre todo si se piensa en desarrollar un campo completo, y eso puede poner en amenaza el suministro público y privado de este recurso vital”, indicó el representante de Pro-árbol.
El experto afirmó que esta técnica viene siendo usada en el país desde la década de los 60, pero esta vez viene con un nuevo método que es el que pone en riesgo los ecosistemas.
“Como técnica el fracking sí se ha utilizado en Colombia desde la década de los 60, lo que se trae es una modificación de la técnica que ya supone un mayor impacto sobre el ambiente, pero ya en Colombia tenemos experiencias de pozos fracturados en Putumayo, el Catatumbo, donde se aplica la misma técnica pero a menor escala digamos en un objetivo diferente, como son las arenas, esta vez vienen aplicarse no donde se almacenan los hidrocarburos sino en la formación que las genera, que es una formación mucho más profunda y mucho menos permeable y por lo tanto mediante el fracking lo que intentan es no esperar a que el crudo migre hacia esas formaciones porosas sino que recuperarlo de la roca fuente o madre”, manifestó Egurrola.
Otra de las expertas del evento fue Erika Cuida, geóloga de la Universidad Nacional y de la Corporación Geoambiental Terrae, que se encarga de los estudios de impactos ambientales de actividades extractivas, quien dijo que su organización comenzó a estudiar el fracking desde las advertencias de la Contraloría General de la República sobre este método.
“Comenzamos a indagar un poco sobre el tema del fracking, en particular desde la función de advertencia que hizo la Contraloría de la República, en cuanto a la reglamentación que quería hacer el ministerio frente a la actividad. Entonces, comenzamos a hablar del tema y a indagar un poco dentro de la corporación, identificando cuáles eran las falencias que se dieron durante todo el procedimiento de reglamentación, del querer implementar esa técnica y pues como se dio bajo unos preceptos que no son los óptimos para Colombia, se estaba tomando de ejemplos unas zonas de Estados Unidos que, desde una perspectiva geográfica y geológica, infieren mucho de lo que puede llegar a pasar en Colombia”, indicó la geóloga.
Las investigaciones se basaron en los impactos negativos del fracking en diferentes regiones de los Estados Unidos. “Lo que hemos investigado y nutrido un poco de todos los estudios adelantados en Estados Unidos, que es donde se viene desarrollando desde hace muchos años el fracking y pues igual también hay procesos tanto académicos y de comunidades que están peleando por todo lo que esto ha llevado, hemos investigado respecto a los problemas que hay con los aditivos químicos que se usan para el fracturamiento hidráulico; se adhieren químicos tales como cadmio, bario, ácido clorhídrico, arsénico. Entonces, ya se han registrado y analizado aguas tanto de las que son de formación, es decir, de las que salen de las rocas, como incluso las pruebas en aguas subterráneas cercanas a los pozos de fracking donde los contenidos son muy altos y perjudiciales para la salud. Muchos de esos componentes son metales pesados que tienen efectos cancerígenos y efectos en los sistemas nerviosos central y periférico”, indicó Erika Cuida.
El foro fue organizado por el programa de Ingeniería Ambiental y Sanitaria de la UPC, en conjunto con la Corporación Defensora del Agua, Territorio y Ecosistemas, CORDATEC, Alianza Colombia Libre de Fracking, la Corporación Geoambiental Terrae, Funtramiexco y el Grupo de Estudios Extractivos y Ambientales del Magdalena Medio, GEAM.
“Es importante que los estudiantes acompañen estos encuentros académicos para que primero, creen algo sobre argumentos, conciencia, educación y conocimiento de las técnicas y también vemos que hay muchos estudiantes que pertenecen a los programas ambientales, en la que pueden ser participantes como proponentes de soluciones; la idea en últimas no es identificar el problema sino tratar de brindarle unas estrategias, salidas de aplicación como tal a la técnica, viendo que es una tecnología que están trayendo como oportunidad para esos nuevos recursos energéticos que estamos necesitando en el país, pero hoy no tenemos el rigor, ambientalmente, suficiente fuerte para mitigar los riesgos del fracking”, concluyó el representante de la Asociación Protectora del Árbol Urbano, Pro-árbol.
Mohamed Osman Díaz
[email protected]