Debido a los inconvenientes que han tenido con el precio del café, una familia de campesinos tuvo que establecerse en Valledupar para buscar su sustento.
Por Sandra Santiago B.
[email protected]
En el campo la situación está mala, es el sentir de Evelio López, un campesino de la zona de Azúcar Buena, en donde cultiva café junto a su padre, un hombre ya mayor, pero que en los últimos meses, para sobrevivir han estado vendiendo arepas de queso en el barrio Alfonso López de Valledupar.
Su problema según dice, es la falta de crédito, abono y fertilizantes para el cultivo del grano, pues a la fecha las 6.000 matas de café que tiene sembradas, las han sacado a ‘puro pulmón', porque no han tenido ayuda del Estado.
La zona, en especial las veredas La Montaña y La Estrella, al norte de Valledupar también tienen problemas con el mal estado de la vía, por lo que una vez a la semana cada dueño de finca debe mandar a un trabajador para que tape los huecos y nivele un poco el carreteable para poder transitar.
Debido al mal estado, los intermediarios que suben hasta las veredas compran los productos a menor precio, cuando ellos hacen esfuerzos para poderlos cultivar.
Según López, a la zona no suben funcionarios del Estado y viven en un abandono total, al tiempo que reclama que se vuelva a años atrás cuando se realizaban mercados campesinos en Valledupar, en los que ellos pueden expender sus productos para venderlos a buen precio o en el mejor de los casos, se construya un centro de acopio.
La situación que viven es delicada, porque al no contar con créditos, deben trabajar con las uñas y hacer otro tipo de actividades, como las que hace su padre, de vender arepas de queso en la puerta de la casa.
Desconocimiento
Pero lo de Evelio López, es falta de conocimiento de las políticas del Estado, pues como él lo asegura, lo único que conoce es lo que le dice un líder de una asociación de campesinos.
Aunque López es el fiscal de una Junta de Acción Veredal, poco conoce de las políticas de gobierno, debido a que existe un Apoyo al Ingreso al Caficultor, AIC de 145 mil pesos por carga de café; de igual modo, el Departamento tiene un Incentivo a la Capitalización Rural, entre otras ayudas.
Según Agustín Giraldo Gómez, gerente del Comité de Cafeteros del Cesar y La Guajira, cuando a una persona le hacen crédito para su cultivo, ésta recibe un ICR del 60%, “donde el 40% es aporte del gobierno nacional y el 20% del gobierno departamental, pero para eso se deben cumplir unos requisitos y acudir a unas reuniones; porque si no asiste, ¿entonces cómo pretende que se le atienda de inmediato?”.
Según el líder gremial, a todo caficultor que presente su factura de venta de café le entregan el AIC, que a la fecha ha otorgado para este sector 6.000 millones de pesos que le han depositado en las cédulas cafeteras, recursos que han transferido entre octubre de 2012 y febrero de este año.
Giraldo Gómez también explicó que, en el caso de que un caficultor no reciba estos apoyos, debe dirigirse directamente a su oficina, pues hoy las ayudas están llegando y tienen técnicos que visitan las zonas, debido a que es obligación del Comité prestar este servicio.
Entre las ayudas que otorga el gobierno a través de la Federación está el relacionado con abono, créditos, fertilizantes, pero para ello, es obligación del cultivador asistir a las reuniones de los técnicos o extensionistas para conocer de los apoyos que hay para ellos.
Debido a los inconvenientes que han tenido con el precio del café, una familia de campesinos tuvo que establecerse en Valledupar para buscar su sustento.
Por Sandra Santiago B.
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En el campo la situación está mala, es el sentir de Evelio López, un campesino de la zona de Azúcar Buena, en donde cultiva café junto a su padre, un hombre ya mayor, pero que en los últimos meses, para sobrevivir han estado vendiendo arepas de queso en el barrio Alfonso López de Valledupar.
Su problema según dice, es la falta de crédito, abono y fertilizantes para el cultivo del grano, pues a la fecha las 6.000 matas de café que tiene sembradas, las han sacado a ‘puro pulmón', porque no han tenido ayuda del Estado.
La zona, en especial las veredas La Montaña y La Estrella, al norte de Valledupar también tienen problemas con el mal estado de la vía, por lo que una vez a la semana cada dueño de finca debe mandar a un trabajador para que tape los huecos y nivele un poco el carreteable para poder transitar.
Debido al mal estado, los intermediarios que suben hasta las veredas compran los productos a menor precio, cuando ellos hacen esfuerzos para poderlos cultivar.
Según López, a la zona no suben funcionarios del Estado y viven en un abandono total, al tiempo que reclama que se vuelva a años atrás cuando se realizaban mercados campesinos en Valledupar, en los que ellos pueden expender sus productos para venderlos a buen precio o en el mejor de los casos, se construya un centro de acopio.
La situación que viven es delicada, porque al no contar con créditos, deben trabajar con las uñas y hacer otro tipo de actividades, como las que hace su padre, de vender arepas de queso en la puerta de la casa.
Desconocimiento
Pero lo de Evelio López, es falta de conocimiento de las políticas del Estado, pues como él lo asegura, lo único que conoce es lo que le dice un líder de una asociación de campesinos.
Aunque López es el fiscal de una Junta de Acción Veredal, poco conoce de las políticas de gobierno, debido a que existe un Apoyo al Ingreso al Caficultor, AIC de 145 mil pesos por carga de café; de igual modo, el Departamento tiene un Incentivo a la Capitalización Rural, entre otras ayudas.
Según Agustín Giraldo Gómez, gerente del Comité de Cafeteros del Cesar y La Guajira, cuando a una persona le hacen crédito para su cultivo, ésta recibe un ICR del 60%, “donde el 40% es aporte del gobierno nacional y el 20% del gobierno departamental, pero para eso se deben cumplir unos requisitos y acudir a unas reuniones; porque si no asiste, ¿entonces cómo pretende que se le atienda de inmediato?”.
Según el líder gremial, a todo caficultor que presente su factura de venta de café le entregan el AIC, que a la fecha ha otorgado para este sector 6.000 millones de pesos que le han depositado en las cédulas cafeteras, recursos que han transferido entre octubre de 2012 y febrero de este año.
Giraldo Gómez también explicó que, en el caso de que un caficultor no reciba estos apoyos, debe dirigirse directamente a su oficina, pues hoy las ayudas están llegando y tienen técnicos que visitan las zonas, debido a que es obligación del Comité prestar este servicio.
Entre las ayudas que otorga el gobierno a través de la Federación está el relacionado con abono, créditos, fertilizantes, pero para ello, es obligación del cultivador asistir a las reuniones de los técnicos o extensionistas para conocer de los apoyos que hay para ellos.