Por las calles de Valledupar empezó a verse la venta del aguacate criollo, cultivo que ha ido disminuyendo en el Cesar por la ‘muerte descendente’.
Sandra Santiago B
[email protected]
A la mesa de los vallenatos llegó el aguacate, pero el criollo, un producto que aunque es muy apetecido, no atraviesa por su mejor momento en el departamento del Cesar.
Este alimento que se caracteriza por su sabor dulce, mantequilloso y carnoso, ha sido afectado por la fitóftora o ‘muerte descendente’, un hongo que ataca el cogollo y baja hasta llegar a la raíz.
Según el presidente del Comité Agropecuario del Cesar, Dagoberto Poveda Borbón, la producción y el área se ha disminuido en más de 50% en el departamento, por lo que hoy solo quedan 1.800 hectáreas de más de 3.000 que se cultivaban años atrás.
“Por eso este cultivo debe ser reemplazado por una variedad más resistente como el Hass, que además es muy apetecido en otros países con esto de los TLC (Tratado de Libre Comercio)”, dijo Poveda Borbón.
En las 1.800 hectáreas de aguacate que quedan en el Cesar, se producen alrededor de 12.000 toneladas y gran parte de esta fruta, considerada de gran valor nutritivo se va a ciudades como Medellín, Bogotá y Bucaramanga, dijo el cultivador del municipio de Pueblo Bello, Jhon Martínez Gómez.
En este municipio enclavado en la Sierra Nevada de Santa Marta, la cosecha empieza a recogerse a finales de mayo y los cultivadores sacan entre 400 y 2.000 aguacates.
“En Pueblo Bello hay alrededor de 200 hectáreas de aguacate cultivadas, pero en el caso nuestro se ha venido presentado la muerte descendente de unos tres años para acá”, dijo Martínez Gómez.
Debido a la afectación por esta enfermedad, el productor espera que tanto el gobierno departamental como el municipal inviertan recursos en el campo, pues en los últimos años de cuatro camiones cargados con aguacate que sacaban al día, esto se ha reducido a dos.
“Necesitamos que en Pueblo Bello se siga produciendo aguacate, por eso esperamos que se inviertan los recursos en el campo, para la renovación de las plantas, sabemos que hay recursos para el agro”, dijo el productor.
En el Cesar el cultivo de esta fruta se hacía combinado con el café, pero desde hace unos años, los productores empezaron a tecnificarse y están dividiendo las zonas.
Las zonas donde más producen aguacate son: Curumaní, San José de Oriente (La Paz), Media Luna (San Diego), Pueblo Bello, entre otras.
Vías que causan problemas
Debido a que municipios como Pueblo Bello tienen las vías terciarias en mal estado, los aguacateros pasan muchas dificultades para bajar las cosechas, de ahí que este alimento deban venderlo en la misma población en donde le pagan la unidad entre 250 y 300 pesos el más grande, que luego es vendido por los comercializadores a 2.000, 3.000 y 4.000 pesos en las ciudades del interior del país.
Por eso, los productores solicitan que los gobiernos inviertan en las carreteras para poder bajar ellos mismos sus cosechas y venderlas a mejores precios.
Por las calles de Valledupar empezó a verse la venta del aguacate criollo, cultivo que ha ido disminuyendo en el Cesar por la ‘muerte descendente’.
Sandra Santiago B
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A la mesa de los vallenatos llegó el aguacate, pero el criollo, un producto que aunque es muy apetecido, no atraviesa por su mejor momento en el departamento del Cesar.
Este alimento que se caracteriza por su sabor dulce, mantequilloso y carnoso, ha sido afectado por la fitóftora o ‘muerte descendente’, un hongo que ataca el cogollo y baja hasta llegar a la raíz.
Según el presidente del Comité Agropecuario del Cesar, Dagoberto Poveda Borbón, la producción y el área se ha disminuido en más de 50% en el departamento, por lo que hoy solo quedan 1.800 hectáreas de más de 3.000 que se cultivaban años atrás.
“Por eso este cultivo debe ser reemplazado por una variedad más resistente como el Hass, que además es muy apetecido en otros países con esto de los TLC (Tratado de Libre Comercio)”, dijo Poveda Borbón.
En las 1.800 hectáreas de aguacate que quedan en el Cesar, se producen alrededor de 12.000 toneladas y gran parte de esta fruta, considerada de gran valor nutritivo se va a ciudades como Medellín, Bogotá y Bucaramanga, dijo el cultivador del municipio de Pueblo Bello, Jhon Martínez Gómez.
En este municipio enclavado en la Sierra Nevada de Santa Marta, la cosecha empieza a recogerse a finales de mayo y los cultivadores sacan entre 400 y 2.000 aguacates.
“En Pueblo Bello hay alrededor de 200 hectáreas de aguacate cultivadas, pero en el caso nuestro se ha venido presentado la muerte descendente de unos tres años para acá”, dijo Martínez Gómez.
Debido a la afectación por esta enfermedad, el productor espera que tanto el gobierno departamental como el municipal inviertan recursos en el campo, pues en los últimos años de cuatro camiones cargados con aguacate que sacaban al día, esto se ha reducido a dos.
“Necesitamos que en Pueblo Bello se siga produciendo aguacate, por eso esperamos que se inviertan los recursos en el campo, para la renovación de las plantas, sabemos que hay recursos para el agro”, dijo el productor.
En el Cesar el cultivo de esta fruta se hacía combinado con el café, pero desde hace unos años, los productores empezaron a tecnificarse y están dividiendo las zonas.
Las zonas donde más producen aguacate son: Curumaní, San José de Oriente (La Paz), Media Luna (San Diego), Pueblo Bello, entre otras.
Vías que causan problemas
Debido a que municipios como Pueblo Bello tienen las vías terciarias en mal estado, los aguacateros pasan muchas dificultades para bajar las cosechas, de ahí que este alimento deban venderlo en la misma población en donde le pagan la unidad entre 250 y 300 pesos el más grande, que luego es vendido por los comercializadores a 2.000, 3.000 y 4.000 pesos en las ciudades del interior del país.
Por eso, los productores solicitan que los gobiernos inviertan en las carreteras para poder bajar ellos mismos sus cosechas y venderlas a mejores precios.