Por Pepe Morón Reales 
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Por estos días, tanto en la Terminal de Transporte como en el aeropuerto Alfonso López, se ven llegar a los estudiantes que  regresan, desde las principales ciudades del país, a descansar en compañía de sus padres y de esos amigos que hace mucho tiempo y, por culpa de la distancia, no  veían. Con ellos, los muchachos y adolescentes que estudian en las universidades, institutos y colegios de Valledupar, que se encuentran de vacaciones, dan una apariencia distinta al paisaje cotidiano de las noches de la capital del Cesar.

Cuando cae la noche, pequeños grupos de amigos se toman las calles de Valledupar. Una ciudad que aumenta sus alternativas recreativas durante estos días de descanso. 

El centro comercial siempre parece ser una buena opción, al menos como un primer punto de encuentro. De allí salen con un destino ya establecido y que varía de acuerdo a la edad de los jóvenes y del día de la semana. Así, el cine, un buen restaurante bar o hasta una discoteca, son en cantidad, las alternativas más elegidas.

“Por estos días de descanso, el aire parece tener  un color distinto, el ambiente se hace propicio para esas conversaciones que permiten recordar tiempos que recién pasaron, o simplemente para revivir un viejo amor de vacaciones o, por qué no, vivir uno nuevo” dijo Luis Alfonso Ortiz, barman de un reconocido bar tipo terraza de esta ciudad, que en los meses de junio y julio realiza promociones especiales, y espectáculos propios, para atraer a ese grupo de jóvenes y adultos, que se toman una jornada de descanso. 

Para aquellos que son de planes mas intelectuales y menos fiesteros, este tiempo fuera de las aulas de clase, también ofrece muchas más oportunidades de entretenimiento que durante los otros meses del año. Por eso, entidades como el Banco de la República, la Casa de la Cultura y la misma Alianza Francesa programan muchas más actividades en estos días, todo con el fin de mantener ocupados a los jóvenes de la ciudad.

Con los más chicos, la historia parece ser algo distinta. Ellos esperan con ansías la época de vacaciones, porque al igual que los adultos necesitan de ellas para despejarse de las tareas habituales que han tenido durante el año escolar para vivir nuevas experiencias. 

Por otro lado existe la preocupación de los padres sobre qué hacer con sus hijos mientras muchos de ellos trabajan, existe el temor de que este periodo del año se convierta en una época de descontrol, difícil de manejar puesto que dejarán de estar ocupados. 

Aunque para ellos también son días de olvidar un poco las responsabilidades académicas, lo cierto es que muchos padres no comparten con sus hijos este periodo de vacaciones, lo que causa traumatismos o confusión en esos hogares donde el cambio de rutina de los niños complica las actividades cotidianas de los mayores. 

Es por ello que los mismos colegios y algunas entidades culturales y recreativas, diseñan programas de respaldo académico o expresión deportiva y artística. Una forma de mantener a los más chicos ocupados y dejar que los padres conserven la acostumbrada rutina diaria en sus trabajos o lugares de residencia. 

Algo que sin duda ayuda o les sirve más a esos padres que  se preocupan al pensar que sus hijos olvidarán parte de lo que aprendieron durante el año escolar. Por ello recurren a las vacaciones útiles, ciclos de nivelación o adelanto y otros preferirán inscribir a sus niños en los ya mencionados cursos y talleres.

Para ellos están los programas de vacaciones recreativas o cursos vacacionales, bien sea de deportes o de refuerzos de  inglés, matemáticas y hasta de francés.

Otras cosas que pasan en vacaciones 

 Durante este periodo de descanso, es común que las personas hagan promesas o retomen propósitos que se habían impuesto antes: cuidar la dieta, asistir al gimnasio, aprender a tocar algún instrumento o hacer un viaje pendiente.  

Para los que deciden viajar, Santa Marta, Barranquilla y Cartagena, siempre parecen ser una  buena opción. Seguramente por la cercanía y la facilidad y economía en el transporte a estas ciudades. 

De igual forma está el turismo ecológico para lugares como Pueblo Bello, Nabusímake, Manaure y otras poblaciones cercanas como Atánquez, sin dejar a un lado los camping o estadías en casacampos en los alrededores de la ciudad.

Otra cara que también cambia en este periodo es el de las redes sociales. Por aquella costumbre que tienen los jóvenes de publicar todo lo que hacen,  es común que por estos días muchos actualicen el cambio de lugar de residencia, anuncien el regreso a su territorio de origen y sin duda, monten fotos de todos los lugares que visitaron y los planes que hicieron durante su descanso.