Las fallas comienzan desde el mismo proceso de elección popular de los ediles que deben conformar las JAL de cada comuna o corregimiento. Decimos fallas en alusión a esa famosa frase de nuestro nobel Gabriel García Márquez, quien acertadamente afirmó: “lo que no se comunica no existe”, la cual se le puede aplicar a la gran mayoría de los candidatos que no promocionan sus nombres y mucho menos esas elecciones.
Nadie se salva. Es evidente la poca importancia que, desde su creación, se le ha dado a la figura de las Juntas Administradoras Locales, JAL, una herramienta legal y democrática que está contemplada como el puente más directo entre gobernantes y comunidad, pero hasta la fecha estas no han funcionado como deberían.
Las fallas comienzan desde el mismo proceso de elección popular de los ediles que deben conformar las JAL de cada comuna o corregimiento. Decimos fallas en alusión a esa famosa frase de nuestro nobel Gabriel García Márquez, quien acertadamente afirmó: “lo que no se comunica no existe”, la cual se le puede aplicar a la gran mayoría de los candidatos que no promocionan sus nombres y mucho menos esas elecciones.
A pesar de su enorme importancia, por lo menos en teoría, las JAL es un tema bastante desconocido por gran parte de la comunidad, en eso somos responsables todos, desde la misma Registraduría Nacional hasta el ciudadano común, allí estamentos inmersos todos: candidatos, entidades, medios de comunicación, periodistas, autoridades gubernamentales, jefes políticos, líderes cívicos o comunitarios, instituciones educativas, organizaciones veedoras, en fin, la lista es larga.
Inconcebible que este domingo 17 de noviembre de 2024, mientras se llevaba a cabo el proceso de elecciones atípicas de las JAL en Valledupar fue poco o nulo el cubrimiento periodístico y la divulgación del mismo.
La importancia de las JAL radica en que estas tienen como función participar en la elaboración de los planes generales de desarrollo y de obras públicas; vigilar la prestación de los servicios municipales y las inversiones con recursos públicos; formular propuestas de inversión ante las autoridades, incidir en la distribución de las partidas globales del presupuesto municipal; promover la participación ciudadana y creación de veedurías en el manejo de los asuntos públicos; preservar y hacer respetar el espacio público; promocionar campañas para la protección del medio ambiente; solicitar informes a las autoridades locales, entre otras. Vale preguntar: ¿En Valledupar las JAL si están cumpliendo con estas funciones? ¿qué se sabe de los logros alcanzados por las JAL en este municipio? Es que ni siquiera oficina o sede tienen.
Es notable que este asunto no les interesa a muchos, tal vez porque no hay de por medio grandes dividendos económicos o de otras índoles, cuando en realidad debería ser la base y los cimientos firmes de una auténtica democracia.
Las JAL están conformadas por ediles elegidos por elección popular en los mismos comicios en los que se eligen alcaldes, concejales, diputados y gobernadores, cuyo número varía según la cantidad de habitantes de cada localidad o comuna.
Las de este domingo fueron elecciones atípicas o complementarias de las JAL, debido a que en el proceso electoral del 29 de octubre de 2023 resultaron elegidos menos miembros de los exigidos por la ley. En Valledupar el proceso incluyó a la comuna 6 del área urbana y a los corregimientos faltantes como Atánquez, Guacoche, La Vega Arriba, La Mina, Los Corazones; Mariangola, Patillal y Rio Seco. Estuvieron actos para votar 32.894 ciudadanos.
Lo triste es que, de estos cerca de 33 mil ciudadanos habilitados para votar, muy pocos sabían de estas elecciones y mucho menos quiénes eran los candidatos, ni para qué serán elegidos. Ahí está pues una ardua tarea para la Registraduría y para todos los que estamos comprometidos en fortalecer la democracia en pro del bienestar colectivo.
Las fallas comienzan desde el mismo proceso de elección popular de los ediles que deben conformar las JAL de cada comuna o corregimiento. Decimos fallas en alusión a esa famosa frase de nuestro nobel Gabriel García Márquez, quien acertadamente afirmó: “lo que no se comunica no existe”, la cual se le puede aplicar a la gran mayoría de los candidatos que no promocionan sus nombres y mucho menos esas elecciones.
Nadie se salva. Es evidente la poca importancia que, desde su creación, se le ha dado a la figura de las Juntas Administradoras Locales, JAL, una herramienta legal y democrática que está contemplada como el puente más directo entre gobernantes y comunidad, pero hasta la fecha estas no han funcionado como deberían.
Las fallas comienzan desde el mismo proceso de elección popular de los ediles que deben conformar las JAL de cada comuna o corregimiento. Decimos fallas en alusión a esa famosa frase de nuestro nobel Gabriel García Márquez, quien acertadamente afirmó: “lo que no se comunica no existe”, la cual se le puede aplicar a la gran mayoría de los candidatos que no promocionan sus nombres y mucho menos esas elecciones.
A pesar de su enorme importancia, por lo menos en teoría, las JAL es un tema bastante desconocido por gran parte de la comunidad, en eso somos responsables todos, desde la misma Registraduría Nacional hasta el ciudadano común, allí estamentos inmersos todos: candidatos, entidades, medios de comunicación, periodistas, autoridades gubernamentales, jefes políticos, líderes cívicos o comunitarios, instituciones educativas, organizaciones veedoras, en fin, la lista es larga.
Inconcebible que este domingo 17 de noviembre de 2024, mientras se llevaba a cabo el proceso de elecciones atípicas de las JAL en Valledupar fue poco o nulo el cubrimiento periodístico y la divulgación del mismo.
La importancia de las JAL radica en que estas tienen como función participar en la elaboración de los planes generales de desarrollo y de obras públicas; vigilar la prestación de los servicios municipales y las inversiones con recursos públicos; formular propuestas de inversión ante las autoridades, incidir en la distribución de las partidas globales del presupuesto municipal; promover la participación ciudadana y creación de veedurías en el manejo de los asuntos públicos; preservar y hacer respetar el espacio público; promocionar campañas para la protección del medio ambiente; solicitar informes a las autoridades locales, entre otras. Vale preguntar: ¿En Valledupar las JAL si están cumpliendo con estas funciones? ¿qué se sabe de los logros alcanzados por las JAL en este municipio? Es que ni siquiera oficina o sede tienen.
Es notable que este asunto no les interesa a muchos, tal vez porque no hay de por medio grandes dividendos económicos o de otras índoles, cuando en realidad debería ser la base y los cimientos firmes de una auténtica democracia.
Las JAL están conformadas por ediles elegidos por elección popular en los mismos comicios en los que se eligen alcaldes, concejales, diputados y gobernadores, cuyo número varía según la cantidad de habitantes de cada localidad o comuna.
Las de este domingo fueron elecciones atípicas o complementarias de las JAL, debido a que en el proceso electoral del 29 de octubre de 2023 resultaron elegidos menos miembros de los exigidos por la ley. En Valledupar el proceso incluyó a la comuna 6 del área urbana y a los corregimientos faltantes como Atánquez, Guacoche, La Vega Arriba, La Mina, Los Corazones; Mariangola, Patillal y Rio Seco. Estuvieron actos para votar 32.894 ciudadanos.
Lo triste es que, de estos cerca de 33 mil ciudadanos habilitados para votar, muy pocos sabían de estas elecciones y mucho menos quiénes eran los candidatos, ni para qué serán elegidos. Ahí está pues una ardua tarea para la Registraduría y para todos los que estamos comprometidos en fortalecer la democracia en pro del bienestar colectivo.