Me da tristeza el saber que muchos habitantes de Valledupar resultan ser los más perjudicados por instalaciones de antenas de telefonía móvil, y no lo digo precisamente por los supuestos riesgos que estos generan con aparentes radiaciones que según la comunidad afecta su salud, sino por la falta de autoridad municipal para impedir el abuso del poder de las grandes empresas, cuyos intereses económicos se imponen sobre el bien común.

Me refiero, específicamente, al perjuicio que una de estas empresas les ha causado a los residentes de los barrios Divino Niño y La Nevada, que deben soportar un constante ruido que proviene de una motobomba utilizada para sacar agua de un predio de la calle 7 con carrera 38, donde será instalada una de estas antenas.

Cómo es posible que de 6:00 de la mañana a 6:00 de la tarde estas personas deban soportar la ensordecedora máquina y el agua derramada en las calles, sin que la Administración Municipal les brinde ayuda ¿Será que no se han dado cuenta del problema de esta comunidad?

La obra está escoltada por miembros de Escuadrón Móvil Antidisturbios –Esmad, de la Policía que impiden cualquier acercamiento de la comunidad que rechaza la construcción. Un habitante aseguró que ya recibió la primera intimidación por parte de la fuerza pública, por el cual los inconformes han preferido someterse al hecho y no protestar.

Lo cierto es que mucha gente está siendo vulnerada. Ya no hablan, sino que gritan para poder dirigirse uno al otro por el ruido de la motobomba, mientras que casi no pueden circular por el frente de sus viviendas por la corriente de agua que se ha formado a raíz del preciado líquido que es extraído del terreno donde será instalada la antena.

Y como si fuera poco, el sábado por la tarde, por la estrecha vía entró una máquina pesada que estremeció las paredes de las viviendas cercanas al lote de construcción, lo que puso los nervios de puntas a más de uno en el vecindario.

Ante esta situación hago un llamado a las autoridades municipales para que pongan el orden en casa, para que estas personas gocen de la tranquilidad que merecen en sus viviendas, sin ser afectados por este tipo de obras.
Posiblemente hoy los afectados protestarán al frente de la Alcaldía para pedir ayuda. Es hora de parar los abusos y sé que el alcalde Augusto Ramírez Uhía puede ayudar a solucionar el problema de esa comunidad del noroccidente de la ciudad.

¡Les deseo un feliz día!

Don Pilo