El universo de Gabriel García Márquez es inabarcable. Su legado trasciende la literatura y se ramifica en la música, el periodismo, la publicidad y hasta el cine. Esta multiplicidad de facetas es el eje central del libro “Gabriel García Márquez, un genio de muchos rostros”, del editor-investigador Orlando Oliveros Acosta, quien presentará su obra en la Casa de la Cultura, en el marco de una conversación auspiciada por la Fundación Gabo.
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Orlando Oliveros, periodista cartagenero y editor del Centro Internacional para el Legado de Gabriel García Márquez, se propuso en su libro “reconstruir con precisión pequeñas escenas olvidadas” de la vida del nobel colombiano, evitando el lugar común del “genio Caribe” para ofrecer una visión más profunda y contradictoria del autor. “Me interesan los datos aparentemente triviales como la relación del escritor con los automóviles, los platillos voladores o la forma correcta de freír un pescado, porque luego convierto esas temáticas superficiales en puntos de partida para crear historias más profundas y reveladoras sobre la obra de García Márquez”, explica Oliveros en entrevista con El Tiempo.
Un Gabo polifacético
Lejos de limitarse a la imagen del novelista, Oliveros invita a descubrir al creador polifacético que fue García Márquez. Desde los eslóganes publicitarios hasta las estrategias de formación en la Fundación Gabo, el escritor colombiano apostó siempre por el poder transformador de la palabra. “Eran los días en que el tiempo no alcanzaba para Macondo y la vida se le iba pensando y escribiendo anuncios publicitarios”, narra Oliveros. Luego cuenta sobre el trabajo del genio en anuncios como Bimbo o Kleenex.
Uno de los capítulos más dicentes, para Valledupar y el Felva, del libro es cuando aborda la relación de García Márquez con el vallenato. Oliveros rescata una anécdota de la Navidad de 1955, cuando el Nobel, guitarra en mano, cantó “El testamento” de Rafael Escalona en París: “Adiós Morenita, me voy por la madrugada, no quiero que me llores porque me da dolor”. El propio Gabo confesó: “Es una de las mejores épocas de mi vida. Esa que viví en Valledupar”.
Influencias y amistades literarias
A Orlando Oliveros no se le termina de conocer su pasión por Gabo solo con su primer libro, también deja las dudas sobre sus artículos en El Tiempo, Caracol Radio, Infobae, La Silla Vacía, El Espectador, El Heraldo y el Universal, así como revistas internacionales como The London Magazine, Unicarta y Visitas al Patio.
En su nota reciente para el magazine cultural de El Espectador: ‘Gabriel García Márquez en el mundo cinematográfico de Juan Rulfo’, cuenta que la obra de García Márquez estuvo marcada por influencias literarias profundas. Una de las más notorias es la del mexicano Juan Rulfo. “La novela más hermosa del castellano. Eso decía Gabriel García Márquez sobre ‘Pedro Páramo’”, recuerda Oliveros. Gabo llegó a decir: “Si yo hubiera escrito Pedro Páramo, no me preocuparía ni volvería a escribir nunca en mi vida”. La influencia de Rulfo fue tan determinante que, según confesó el propio García Márquez, “el escrutinio a fondo de la obra de Juan Rulfo me dio por fin el camino que buscaba para continuar mis libros”.
Un legado inagotable
Leer y releer a García Márquez es, en palabras de Oliveros, “una manera de seguir escuchando su voz en presente”, dijo en entrevista para El Tiempo. Su genio no solo se expresó en la literatura, sino que abarcó otras dimensiones del arte y el pensamiento humano. “Mi método de trabajo combina la anécdota simple, el rigor investigativo y los recursos narrativos de la crónica para dar forma a relatos originales que contribuyan a descifrar los misterios que yacen tras el genio creativo de García Márquez”, concluye Oliveros.
Así, los muchos rostros de Gabo siguen fascinando y desafiando a jóvenes lectores e investigadores, como una invitación perpetua a explorar los límites de la imaginación. Oliveros deja un manto de duda sobre su primer libro: ¿cuánto más sabe que no cuenta?
Por: Redacción EL PILÓN
