Ante la crisis administrativa, financiara y académica que afronta la Universidad Popular del Cesar, UPC; un grupo de académicos planteó dos posibilidades para superar este panorama: ser intervenida por el Ministerio de Educación, o sumar esfuerzos para salir por sí sola.

Lo anterior fue expuesto en el ejercicio de Diálogos de Ciudad, de la revista Enfoque Vallenato, donde su director Dickson Quiroz, subrayó: “La UPC debería ser la principal institución universitaria del territorio (con más de 18.000 estudiantes, 1.137 docentes y 18 programas académicos); además por su condición de pública. Sin embargo, es evidente el contraste protuberante entre su ‘grandeza’ contra el reconocimiento en su entorno territorial. Y, para bien o para mal, el asiento de la Universidad Nacional, sede La Paz, podría desnudar aún más sus precariedades”.

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El profesor del departamento de Física de la UPC, César Torres, propone una constituyente universitaria (espacio democrático de construcción colectiva y concertada por parte de los estamentos básicos de la universidad) como un mecanismo para salvar el prestigio a la UPC.

“Lo más importante fue la determinación de volver a que esta institución educativa ocupe el sitio que le corresponde como centro del conocimiento en el Cesar y que sea capaz de convertir al departamento en una región muy desarrollada. Lo que se acordó fue consolidar una mesa de trabajo que dialogue y piense la UPC para hacer las respectivas reformas y lograr que la universidad no solo alcance su acreditación institucional, sino que pueda permear el sector productivo”, sustentó.

Al final la mesa directiva determinó que la misma institución educativa es capaz de autoreformarse y autoregularse utilizando su principio de determinación y autonomía universitaria. Al respecto, dijo: “Se plantea una constituyente universitaria, donde participen todos los estamentos y el sector productivo, donde recae la actividad universitaria. Se habló de que la ética es importante para asumir la rectoría de la UPC, puesto que tiene en cuenta el bien particular para mejorar el accionar de la universidad”.

Por su parte, el exprofesor de la UPC y ahora pensionado, Napoleón de Armas, giró su ponencia sobre la pregunta acerca de ¿si la UPC era viable, pertinente y sostenible?, a lo cual concluyó que no lo era ni administrativamente, financieramente ni académicamente. “Necesita una reingeniería puesto que no corresponde a la misión de la institución.

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Actualmente es semiprivada, la Nación solo aporta el 47 % y la UPC debe aportar el 53 % con las matrículas de los estudiantes porque no vende servicios. No es viable para el sostenimiento de la universidad, de allí que esta universidad de carácter pública esté entre las más costosas del país”, enfatizó.

POR: ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ/ EL PILÓN
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