Hace mucho tiempo los sabios indígenas kankuamos podían comunicarse con los animales de acuerdo con su canto, un día un anciano le pregunto a la serpiente que sentía arrastrarse por el suelo y ser enemigo del hombre, la serpiente le dijo: qué tal si cambiamos de vida tú te conviertes en culebra y yo en un hombre.
Hace mucho tiempo los sabios indígenas kankuamos podían comunicarse con los animales de acuerdo con su canto, un día un anciano le pregunto a la serpiente que sentía arrastrarse por el suelo y ser enemigo del hombre, la serpiente le dijo: qué tal si cambiamos de vida tú te conviertes en culebra y yo en un hombre. Aquel sabio que era muy curioso acepto el reto; para esto fueron donde un brujo que les permitiera hacer el cambio y con este favor ayudarlos a intercambiar de vida y de cuerpo.
La serpiente no quería arrastrarse más nunca y se sentía muy contenta con su nueva vida, ya nadie le tiraba piedras o huía de ella; el hombre por su parte estaba maravillado de todo lo que aprendía cada día, ser libre e ir por donde él quisiera. Cierto día la serpiente que ahora estaba convertida en hombre reflexionaba sobre su papel y la responsabilidad que conllevaba el ser humano; como trabajar día a día, la envidia de la gente, por su parte el hombre convertido ahora en serpiente había empezado a correr peligro las personas le tiraban piedras, palos y lo demás animales le temía y todo lo que lo hizo feliz ahora comenzaba a hacerlo sentir mal.
Cierto día ya cansados visitaron al brujo que les había ayudado contaron sus razones por las cuales querían ser los mismo otra vez, entre las reflexiones hablaron sobre el papel que cada ser tiene en la naturaleza, las dificultades que pasaron tratando de ser seres que no eran y prometieron nunca querer intercambiar sus vidas porque comprendieron que eran felices con su forma original esa que el dios creador le dio.
De esa anécdota de la que nadie nunca se enteró hasta ahora, el hombre y la serpiente siguen siendo enemigos, porque recuerdan aquel trágico momento que vivieron y del que aprendieron que nadie puede ocupar la vida de otro o la fama, la riqueza, el físico de otra persona o ser, sino que tenemos que tratar de ser felices con lo que tenemos y salir siempre adelante ayudándonos los unos con los otros: esto dijo un “mamo” (sabio) al que su padre le contó este cuento.
Autor: VÍCTOR SE ARIAS TORRES – INSTITUCIÓN EDUCATIVA PROMOCIÓN SOCIAL GUATAPURI- CHEMESQUEMENA
Hace mucho tiempo los sabios indígenas kankuamos podían comunicarse con los animales de acuerdo con su canto, un día un anciano le pregunto a la serpiente que sentía arrastrarse por el suelo y ser enemigo del hombre, la serpiente le dijo: qué tal si cambiamos de vida tú te conviertes en culebra y yo en un hombre.
Hace mucho tiempo los sabios indígenas kankuamos podían comunicarse con los animales de acuerdo con su canto, un día un anciano le pregunto a la serpiente que sentía arrastrarse por el suelo y ser enemigo del hombre, la serpiente le dijo: qué tal si cambiamos de vida tú te conviertes en culebra y yo en un hombre. Aquel sabio que era muy curioso acepto el reto; para esto fueron donde un brujo que les permitiera hacer el cambio y con este favor ayudarlos a intercambiar de vida y de cuerpo.
La serpiente no quería arrastrarse más nunca y se sentía muy contenta con su nueva vida, ya nadie le tiraba piedras o huía de ella; el hombre por su parte estaba maravillado de todo lo que aprendía cada día, ser libre e ir por donde él quisiera. Cierto día la serpiente que ahora estaba convertida en hombre reflexionaba sobre su papel y la responsabilidad que conllevaba el ser humano; como trabajar día a día, la envidia de la gente, por su parte el hombre convertido ahora en serpiente había empezado a correr peligro las personas le tiraban piedras, palos y lo demás animales le temía y todo lo que lo hizo feliz ahora comenzaba a hacerlo sentir mal.
Cierto día ya cansados visitaron al brujo que les había ayudado contaron sus razones por las cuales querían ser los mismo otra vez, entre las reflexiones hablaron sobre el papel que cada ser tiene en la naturaleza, las dificultades que pasaron tratando de ser seres que no eran y prometieron nunca querer intercambiar sus vidas porque comprendieron que eran felices con su forma original esa que el dios creador le dio.
De esa anécdota de la que nadie nunca se enteró hasta ahora, el hombre y la serpiente siguen siendo enemigos, porque recuerdan aquel trágico momento que vivieron y del que aprendieron que nadie puede ocupar la vida de otro o la fama, la riqueza, el físico de otra persona o ser, sino que tenemos que tratar de ser felices con lo que tenemos y salir siempre adelante ayudándonos los unos con los otros: esto dijo un “mamo” (sabio) al que su padre le contó este cuento.
Autor: VÍCTOR SE ARIAS TORRES – INSTITUCIÓN EDUCATIVA PROMOCIÓN SOCIAL GUATAPURI- CHEMESQUEMENA