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Informes Especiales - 17 agosto, 2015

La represa del Ranchería, un elefante blanco de cinco años

La represa sobre el río Ranchería, denominada El Cercao, y que fue ideada con el triple propósito de suministrar agua a nueve municipios del departamento, incluyendo la alta Guajira, el riego de cultivos a través de distritos de riego y la generación de energía eléctrica, hoy se encuentra convertido en un gran elefante blanco

Como un elefante blanco calificaron la obra de la represa del Ranchería, que hasta ahora solo ha construido la primera etapa que corresponde a la presa en El Cercao. Jesús Ariño/ EL PILÓN
Como un elefante blanco calificaron la obra de la represa del Ranchería, que hasta ahora solo ha construido la primera etapa que corresponde a la presa en El Cercao. Jesús Ariño/ EL PILÓN
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La represa sobre el río Ranchería, denominada El Cercao, y que fue ideada con el triple propósito de suministrar agua a nueve municipios del departamento, incluyendo la alta Guajira, el riego de cultivos a través de distritos de riego y la generación de energía eléctrica, hoy se encuentra convertido en un gran elefante blanco, porque desde el año 2010, que fue entregada en su primera etapa, no ha cumplido ninguno de sus objetivos, por el contrario y según los habitantes del corregimiento de Caracolí, población del municipio de San Juan del Cesar, más cercana al megaproyecto, dicha represa se convirtió en criadero de mosquitos, debido a que los casos de dengue y el Chikunguña, se han disparado en los últimos meses.

“Esta represa lo que nos ha traído es perjuicios, la majestuosidad de río se perdió y hay proliferación de mosquitos, en los últimos años, han muerto dos personas de dengue y el año pasado, el Chikunguña le dio al 95 % de la población”, expresó Ender Brieva, líder cívico de Caracolí.

Este megaproyecto ubicado en el municipio de San Juan del Cesar, sur de La Guajira, fue entregado en el año 2010, siendo gobernador Jorge Pérez Bernier, se empezó a construir por parte del Incoder en el año 2007, con aportes del departamento que invirtió lo que le correspondía de la venta de Carbocol a la multinacional Cerrejón.

En la construcción de la represa se invirtieron 650 mil millones de pesos, que fueron aportados por la Nación y el Departamento y ejecutados por la constructora Conalvías, con el único propósito de favorecer y calmar la sed a los habitantes de los municipios de San Juan del Cesar, Distracción, Fonseca y Barrancas en el sur del departamento; Hatonuevo, Albania y Maicao, en el centro y Manaure y Uribia, en la Alta Guajira.

La represa, una obra que fue presentada por los políticos de la región como el camino para la reactivación económica de La Guajira, pero que se ha caracterizado por su bajo desempeño; a lo largo de su construcción ha creado diferentes conflictos sociales, que tienen que ver, desde controversia por la inundación de tierras, problemas sanitarios a las poblaciones cercanas, destrucción de fauna y flora, disminución del cauce del río Ranchería, perjudicando a los indígenas Wayúu y a los cultivadores de arroz.

Pese a que la obra se llenó en tiempo récord de tres meses, gracias al fuerte invierno que hubo en el año 2010 y contradiciendo los cálculos de los expertos, que tenían proyectado que se llenaría en cinco años, desde finales del año 2012, su capacidad de ha venido reduciendo debido a las consecuencias del fenómeno de El Niño y hoy en día solo está en el 35 % de su capacidad total que es de 198 millones de metros cúbicos de agua.

La directora del Incoder, Zoraida Salcedo, manifestó que pese a esta situación, se ha mantenido el cauce del río, soltándole 4.8 metros cúbicos de agua y aclaró que sólo le están ingresando 2.6 metros cúbicos del líquido.

“De continuar la sequía, será imposible mantener este suministro, por lo que hacemos un llamado a los arroceros del municipio de Fonseca, para que hagan un uso racional del agua, para que podamos suministrarla hasta que la represa se recupere”, afirmó la funcionaria.

Cuestión de rivalidad

Aunque en febrero de este año, el Gobierno Nacional anunció que tenía los recursos para la construcción del distrito de riego de San Juan del Cesar, los que tienen un valor aproximado los 56 mil millones de pesos, de los cuales la Gobernación aportaría 22 mil millones de pesos y el Incoder entregará 34 mil millones de pesos; éste no se ha podido construir, debido a la rivalidad y controversia que se armó entre los usuarios de San Juan del Cesar y los de Asoranchería.

Esta trifulca se inició porque José Ramón Molina, presidente de Asoranchería, afirma que es un despropósito del gobierno empezar a ejecutar la segunda etapa del proyecto represa del Ranchería, por el distrito San Juan, debido a que es más pequeño y que beneficia mil agricultores de un solo municipio, mientras que el distrito Ranchería, alberga a tres municipios: Fonseca, Barrancas y Distracción, y beneficiará a 1.200 usuarios, igualmente sostiene que llevan 50 años detrás de este propósito y no es justo que los vayan a dejar de últimos, porque corren el riesgo de que esta obra quede por fuera de los propósitos del Gobierno Nacional.

“Con nuestra posición no es que no estemos de acuerdo con el distrito San Juan, si no que tememos que con la construcción de ese distrito, el gobierno se lave las manos y diga que cumplió y no, es por ellos que exigimos que se trabaje conjuntamente en los dos distritos a la vez”, expresó José Ramón Molina.

Por su parte, los afiliados a Asosanjuan, a través de su presidente James Aragón, afirmaron que la actitud de los dirigentes de Asoranchería, les parece un tanto irracional, mezquina y un poco envidiosa, ya que su posición no tiene ningún piso jurídico, ni técnico.

Entre tanto, el gobernador de La Guajira, José María Ballesteros Valdivieso, quien actuó como mediador entre las dos posiciones, explicó que el compromiso del Gobierno Nacional es iniciar los trabajos del distrito San Juan, pero con la condición de gestionar los recursos necesarios para la culminación de la segunda etapa de la represa.

“Comenzar por San Juan, no quiere decir que nos olvidaremos del distrito Ranchería, estos trabajos van condicionados con seguir las obras con la consecución de los recursos para el segundo distrito y creo que antes de finalizar este año, ya esos recursos estén asignados”, concluyó Ballesteros Valdivieso.

En la actualidad, el proyecto del distrito de riego San Juan, se encuentra estancado, perjudicando así a muchos agricultores de este municipio que afrontan los estragos de la sequía.

Lo que viene
A pesar de que el megaproyecto de la represa Ranchería fue ideado desde hace muchos años, su construcción solo se hizo pensando en la presa, dejando de lado la segunda etapa que es la más importante, la cual incluye las líneas de conducción del agua, para que cumpla los propósitos iniciales y que según los cálculos tiene un costo aproximado a los 600 mil millones de pesos.

Son muchos los anuncios que ha hecho el Presidente de la República a cerca de su interés de la asignación de los recursos para su culminación y solo hasta el mes de septiembre del 2014, Fonade hizo el contrato para el diseño y estructuración de un modelo de Acuerdo Público Privado que permita dar paso a la construcción de la Segunda Fase del Distrito de Riego.

? El contrato tiene un valor de 1.183.716.074 pesos y fue adjudicado al consorcio Bonus WSP, firma que a finales del 2016 deberá presentar la mejor alternativa de financiación de la obra.

Para justificar esta inversión, Fonade indicó que luego de una estructuración técnica y financiera de las autopistas 4G, el Gobierno Nacional, busca encontrar el mecanismo que permita financiar obras de largo plazo que dinamicen la economía y mejoren la calidad de vida de las comunidades y afirman que en esta ocasión se está diseñando la consecución de recursos que permitirán llevar agua al campo y a los municipios a través de la financiación, construcción y operación por parte de un concesionario de un sistema de riego.

“De esta forma se da un gran paso en la cristalización de una obra esperada por mucho tiempo y que beneficiará con el suministro de agua potable a cerca de 400 mil habitantes en el departamento y con riego a cerca de 94 mil personas de los municipios de Barrancas, Distracción, Fonseca y San Juan del Cesar”, explicó el Gerente (e) de Fonade, José Alejandro Bayona.

Por su parte, el presidente de Asoranchería, José Ramón Molina, expresó que con la contratación de estos estudios se determinará cuál es la mejor forma de financiación para la construcción de la segunda etapa de la presa, es otra forma que tiene el Gobierno Nacional, para dilatar más el proceso, ya que esos modelos públicos privados se han demostrado que no dan ningún resultado en el país.

El dirigente dijo además, La Guajira en estos momentos está viviendo una crisis por falta de agua y necesita soluciones rápidas y con la contratación de este estudio tendría que esperar 18 meses, es decir, un año y medio, para que digan cuál es la forma de financiación adecuada, luego hay que esperar cuál es la empresa privada que quiera invertir para después contratar, se estaría hablando de más o menos de cinco años, para que el distrito de riego se termine; lo que es mucho tiempo para las necesidades de agua que tiene el departamento.

En la reciente visita que hizo el presidente de la República, Juan Manuel Santos a San Juan del Cesar, con varios personajes de la vida nacional, el alcalde Carlos Julio Orozco, le hizo la petición de agilizar la terminación de la represa, pero en su alocución pública, omitió darle respuesta clara a esta petición.

Sin embargo, el presidente de la Cámara de Representantes, Alfredo De Luque, quien ha sido un abanderado en la lucha para la terminación de la obra, manifestó que están a la espera de los resultados de los estudios para contratar su culminación.

Según la comunidad vecina de la represa del Ranchería, son más los perjuicios que beneficios, los que le ha dejado esta obra en La Guajira.

Por: Jesús Eduardo Ariño Fragozo
[email protected]
ÓN

Informes Especiales
17 agosto, 2015

La represa del Ranchería, un elefante blanco de cinco años

La represa sobre el río Ranchería, denominada El Cercao, y que fue ideada con el triple propósito de suministrar agua a nueve municipios del departamento, incluyendo la alta Guajira, el riego de cultivos a través de distritos de riego y la generación de energía eléctrica, hoy se encuentra convertido en un gran elefante blanco


Como un elefante blanco calificaron la obra de la represa del Ranchería, que hasta ahora solo ha construido la primera etapa que corresponde a la presa en El Cercao. Jesús Ariño/ EL PILÓN
Como un elefante blanco calificaron la obra de la represa del Ranchería, que hasta ahora solo ha construido la primera etapa que corresponde a la presa en El Cercao. Jesús Ariño/ EL PILÓN
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La represa sobre el río Ranchería, denominada El Cercao, y que fue ideada con el triple propósito de suministrar agua a nueve municipios del departamento, incluyendo la alta Guajira, el riego de cultivos a través de distritos de riego y la generación de energía eléctrica, hoy se encuentra convertido en un gran elefante blanco, porque desde el año 2010, que fue entregada en su primera etapa, no ha cumplido ninguno de sus objetivos, por el contrario y según los habitantes del corregimiento de Caracolí, población del municipio de San Juan del Cesar, más cercana al megaproyecto, dicha represa se convirtió en criadero de mosquitos, debido a que los casos de dengue y el Chikunguña, se han disparado en los últimos meses.

“Esta represa lo que nos ha traído es perjuicios, la majestuosidad de río se perdió y hay proliferación de mosquitos, en los últimos años, han muerto dos personas de dengue y el año pasado, el Chikunguña le dio al 95 % de la población”, expresó Ender Brieva, líder cívico de Caracolí.

Este megaproyecto ubicado en el municipio de San Juan del Cesar, sur de La Guajira, fue entregado en el año 2010, siendo gobernador Jorge Pérez Bernier, se empezó a construir por parte del Incoder en el año 2007, con aportes del departamento que invirtió lo que le correspondía de la venta de Carbocol a la multinacional Cerrejón.

En la construcción de la represa se invirtieron 650 mil millones de pesos, que fueron aportados por la Nación y el Departamento y ejecutados por la constructora Conalvías, con el único propósito de favorecer y calmar la sed a los habitantes de los municipios de San Juan del Cesar, Distracción, Fonseca y Barrancas en el sur del departamento; Hatonuevo, Albania y Maicao, en el centro y Manaure y Uribia, en la Alta Guajira.

La represa, una obra que fue presentada por los políticos de la región como el camino para la reactivación económica de La Guajira, pero que se ha caracterizado por su bajo desempeño; a lo largo de su construcción ha creado diferentes conflictos sociales, que tienen que ver, desde controversia por la inundación de tierras, problemas sanitarios a las poblaciones cercanas, destrucción de fauna y flora, disminución del cauce del río Ranchería, perjudicando a los indígenas Wayúu y a los cultivadores de arroz.

Pese a que la obra se llenó en tiempo récord de tres meses, gracias al fuerte invierno que hubo en el año 2010 y contradiciendo los cálculos de los expertos, que tenían proyectado que se llenaría en cinco años, desde finales del año 2012, su capacidad de ha venido reduciendo debido a las consecuencias del fenómeno de El Niño y hoy en día solo está en el 35 % de su capacidad total que es de 198 millones de metros cúbicos de agua.

La directora del Incoder, Zoraida Salcedo, manifestó que pese a esta situación, se ha mantenido el cauce del río, soltándole 4.8 metros cúbicos de agua y aclaró que sólo le están ingresando 2.6 metros cúbicos del líquido.

“De continuar la sequía, será imposible mantener este suministro, por lo que hacemos un llamado a los arroceros del municipio de Fonseca, para que hagan un uso racional del agua, para que podamos suministrarla hasta que la represa se recupere”, afirmó la funcionaria.

Cuestión de rivalidad

Aunque en febrero de este año, el Gobierno Nacional anunció que tenía los recursos para la construcción del distrito de riego de San Juan del Cesar, los que tienen un valor aproximado los 56 mil millones de pesos, de los cuales la Gobernación aportaría 22 mil millones de pesos y el Incoder entregará 34 mil millones de pesos; éste no se ha podido construir, debido a la rivalidad y controversia que se armó entre los usuarios de San Juan del Cesar y los de Asoranchería.

Esta trifulca se inició porque José Ramón Molina, presidente de Asoranchería, afirma que es un despropósito del gobierno empezar a ejecutar la segunda etapa del proyecto represa del Ranchería, por el distrito San Juan, debido a que es más pequeño y que beneficia mil agricultores de un solo municipio, mientras que el distrito Ranchería, alberga a tres municipios: Fonseca, Barrancas y Distracción, y beneficiará a 1.200 usuarios, igualmente sostiene que llevan 50 años detrás de este propósito y no es justo que los vayan a dejar de últimos, porque corren el riesgo de que esta obra quede por fuera de los propósitos del Gobierno Nacional.

“Con nuestra posición no es que no estemos de acuerdo con el distrito San Juan, si no que tememos que con la construcción de ese distrito, el gobierno se lave las manos y diga que cumplió y no, es por ellos que exigimos que se trabaje conjuntamente en los dos distritos a la vez”, expresó José Ramón Molina.

Por su parte, los afiliados a Asosanjuan, a través de su presidente James Aragón, afirmaron que la actitud de los dirigentes de Asoranchería, les parece un tanto irracional, mezquina y un poco envidiosa, ya que su posición no tiene ningún piso jurídico, ni técnico.

Entre tanto, el gobernador de La Guajira, José María Ballesteros Valdivieso, quien actuó como mediador entre las dos posiciones, explicó que el compromiso del Gobierno Nacional es iniciar los trabajos del distrito San Juan, pero con la condición de gestionar los recursos necesarios para la culminación de la segunda etapa de la represa.

“Comenzar por San Juan, no quiere decir que nos olvidaremos del distrito Ranchería, estos trabajos van condicionados con seguir las obras con la consecución de los recursos para el segundo distrito y creo que antes de finalizar este año, ya esos recursos estén asignados”, concluyó Ballesteros Valdivieso.

En la actualidad, el proyecto del distrito de riego San Juan, se encuentra estancado, perjudicando así a muchos agricultores de este municipio que afrontan los estragos de la sequía.

Lo que viene
A pesar de que el megaproyecto de la represa Ranchería fue ideado desde hace muchos años, su construcción solo se hizo pensando en la presa, dejando de lado la segunda etapa que es la más importante, la cual incluye las líneas de conducción del agua, para que cumpla los propósitos iniciales y que según los cálculos tiene un costo aproximado a los 600 mil millones de pesos.

Son muchos los anuncios que ha hecho el Presidente de la República a cerca de su interés de la asignación de los recursos para su culminación y solo hasta el mes de septiembre del 2014, Fonade hizo el contrato para el diseño y estructuración de un modelo de Acuerdo Público Privado que permita dar paso a la construcción de la Segunda Fase del Distrito de Riego.

? El contrato tiene un valor de 1.183.716.074 pesos y fue adjudicado al consorcio Bonus WSP, firma que a finales del 2016 deberá presentar la mejor alternativa de financiación de la obra.

Para justificar esta inversión, Fonade indicó que luego de una estructuración técnica y financiera de las autopistas 4G, el Gobierno Nacional, busca encontrar el mecanismo que permita financiar obras de largo plazo que dinamicen la economía y mejoren la calidad de vida de las comunidades y afirman que en esta ocasión se está diseñando la consecución de recursos que permitirán llevar agua al campo y a los municipios a través de la financiación, construcción y operación por parte de un concesionario de un sistema de riego.

“De esta forma se da un gran paso en la cristalización de una obra esperada por mucho tiempo y que beneficiará con el suministro de agua potable a cerca de 400 mil habitantes en el departamento y con riego a cerca de 94 mil personas de los municipios de Barrancas, Distracción, Fonseca y San Juan del Cesar”, explicó el Gerente (e) de Fonade, José Alejandro Bayona.

Por su parte, el presidente de Asoranchería, José Ramón Molina, expresó que con la contratación de estos estudios se determinará cuál es la mejor forma de financiación para la construcción de la segunda etapa de la presa, es otra forma que tiene el Gobierno Nacional, para dilatar más el proceso, ya que esos modelos públicos privados se han demostrado que no dan ningún resultado en el país.

El dirigente dijo además, La Guajira en estos momentos está viviendo una crisis por falta de agua y necesita soluciones rápidas y con la contratación de este estudio tendría que esperar 18 meses, es decir, un año y medio, para que digan cuál es la forma de financiación adecuada, luego hay que esperar cuál es la empresa privada que quiera invertir para después contratar, se estaría hablando de más o menos de cinco años, para que el distrito de riego se termine; lo que es mucho tiempo para las necesidades de agua que tiene el departamento.

En la reciente visita que hizo el presidente de la República, Juan Manuel Santos a San Juan del Cesar, con varios personajes de la vida nacional, el alcalde Carlos Julio Orozco, le hizo la petición de agilizar la terminación de la represa, pero en su alocución pública, omitió darle respuesta clara a esta petición.

Sin embargo, el presidente de la Cámara de Representantes, Alfredo De Luque, quien ha sido un abanderado en la lucha para la terminación de la obra, manifestó que están a la espera de los resultados de los estudios para contratar su culminación.

Según la comunidad vecina de la represa del Ranchería, son más los perjuicios que beneficios, los que le ha dejado esta obra en La Guajira.

Por: Jesús Eduardo Ariño Fragozo
[email protected]
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