Juan Nacimiento, representante de los estudiantes ante el Consejo Superior Universitario, CSU, de la UPC, habló sobre algunas propuestas para alcanzar la alta calidad, la influencia política y cómo funciona internamente el consejo universitario.
Sin duda, una de las sorpresas electorales en la última elección de los estamentos de la universidad. Con un discurso de renovación e independiente, Juan Nacimiento, egresado de Derecho y estudiante de Economía, se impuso en las urnas como representante de los estudiantes ante el Consejo Superior Universitario de la Universidad Popular del Cesar, UPC.
En diálogo con el diario EL PILÓN habló sobre la necesidad que tiene el alma máter de cambiar sus estatutos que se remontan al año 1994, y el impacto negativo que han generado algunos partidos políticos en el funcionamiento de la institución.
En la universidad se tiene la creencia de que invirtiendo millones de pesos en campaña, comprando conciencia y utilizando maquinaria, se puede llegar a los espacios de representación, esa era la razón por la cual todos daban por vencedores a los que tenían a su favor la rectoría o determinados grupos de docentes.
Nuestra campaña por el contrario no se enfocó en eso, no teníamos esos recursos ni incidencia política, como algunos candidatos que tenían representantes a la Cámara o grandes partidos políticos detrás. Lo que sí tuvimos fue una amplia legitimidad estudiantil, años de proceso, grandes resultados en términos académicos e investigaciones, pruebas que demostraban que íbamos a llegar a trabajar por la universidad y no por sectores ajenos a la misma. Eso nos permitió impulsar la campaña.
Aquí estaban acostumbrados a hacer reuniones en donde lo importante era repartir la merienda, entre otros aspectos. Nosotros lo que impulsamos fueron espacios de debate, deliberación, visibilización a través de memes y demás medios que le llegaran a los estudiantes para que los motivara a votar por opinión y no por beneficios particulares.
Hicimos talleres de Pruebas Saber Pro, espacios de escucha, transmisiones de Facebook live para hablar con los estudiantes, invitamos a los demás candidatos a debatir y estuvimos acompañando a los jóvenes en diferentes espacios de participación. Hicimos una campaña muy visual y divertida que dio excelentes resultados.
Particularmente yo invertí $200.000. Entre ese dinero y donaciones hubo una sumatoria de $800.000 y unos apoyos de una persona que nos donó unas meriendas, otra persona prestó un carro y algunos pusieron a disposición sus motos para transportar a las personas el día de las elecciones. En términos generales eso fue lo que se invirtió.
Los $800.000 se gastaron principalmente en un viaje que se tuvo que hacer a Aguachica, en los veedores y unos recursos que gastamos en unas comidas para el equipo de trabajo.
Otras campañas gastaron varios millones de pesos. Uno podía ver el despilfarro de recursos, se la pasaban viajando de municipio en municipio, algo que me pareció impresionante. El día de las elecciones hubo varios buses que venían de distintos municipios y hasta una flota completa de taxis en frente de la universidad que iban y venían con logos como en una campaña de la Alcaldía. Esa era la sensación que daba.
Estábamos en unas elecciones que parecían para la Asamblea Departamental o la Gobernación del Cesar con ese despilfarro de recursos por todos lados. Sin embargo, se demostró que por lo menos en la universidad la plata no lo es todo a la hora de las elecciones y que hay un gran grupo de personas que están repensando la forma de tomar las decisiones políticas.
No, realmente todo lo contrario. Ciertamente hubo unas acciones para impedir que yo no hiciera parte del Consejo, las cuales fueron presentadas por una de las personas que no quedó victoriosa en el proceso, pero fueron rechazadas por unanimidad en el Tribunal de Garantías y en el Consejo Superior Universitario.
Cuando yo llegué al Consejo, la bienvenida fue muy calurosa e incluso hubo palabras de felicitaciones por el logro, eso fue algo que supieron reconocer. Yo soy alguien que visiblemente he trabajado por la universidad desde hace muchos años y que he hecho lo posible por mejorar su imagen.
El trabajo hasta ahora ha sido bastante positivo, prácticamente todas las propuestas que he presentado han sido bien acogidas. Hemos debatido algunas cosas y deliberado otras, como en todo espacio de toma de decisiones, pero sinceramente no he tenido ninguna sensación de rechazo o algo por el estilo.
Bueno, el Consejo Superior Universitario tiene muchas funciones como la aprobación de los recursos, del presupuesto, de las políticas y normativas generales de la universidad. No estoy muy seguro de cómo era antes de que yo llegara porque incluso los estudiantes solo tienen el conocimiento de sus funciones, pero no saben lo que sucede adentro.
Lo que yo he visto es que hay unas preposiciones que llegan y se analizan. Deben tener por regla general una viabilidad técnica y una financiera si tienen algún tipo de impacto financiero, además de que la sustenta la persona que hace la propuesta. Por lo general lo hacen los decanos y jefes de departamentos cuando identifican un problema y lo hacen llegar al Consejo Superior.
Hasta ahora todas las propuestas que han estado bien sustentadas con sus documentos de viabilidad técnica y financiera han sido aprobadas. Hay una tendencia a aprobar todo lo que sea en beneficio de la universidad. Se presentan algunas discusiones porque somos personas de diferentes formas de pensar y tenemos un criterio diferente en cuanto a un tema específico. Se debate y se llega a una conclusión, eso es lo que yo he visto hasta el momento.
Históricamente se han presentado ciertos escenarios muy problemáticos con el Consejo en cuanto a las demandas y sanaciones que vienen y van. He visto que eso pasa principalmente cuando se tocan puntos como la elección al rector y modificaciones a los estatutos de la universidad.
Hasta ahora no hemos tenido ningún escenario para debatir cosas de ese tipo por lo que no he vivido nada en torno a eso, pero sí tengo entendido que esos son los momentos en los que se presentan problemáticas profundas.
Podría pasar. En estos momentos hay una tensa calma porque el rector no fue elegido por el Consejo, él está designado por el Ministerio de Educación debido a la intervención que tiene la universidad a raíz de lo que ocurrió el año pasado cuando tuvimos dos rectores y no sabíamos cuál era el oficial.
También se presentan roces cuando hay que elegir a nuevos miembros del Consejo. Lo que uno puede concluir de esas situaciones es que se generan los conflictos cuando hay intereses que van más allá. Cuando se trata de la academia todos estamos de acuerdo porque lo vemos en beneficio de la universidad, y no hay ningún tipo de problema en ese sentido. Igual no lo he vivido, tal vez cuando haya la elección del rector todo el mundo elija bien y no pase nada.
Lastimosamente la injerencia política es muy marcada y en demasiados niveles porque sinceramente los políticos tienen la capacidad de determinar quiénes son los docentes, administrativos y quiénes votan en las tomas de decisiones. Eso le ha hecho mucho daño a la universidad.
Muchas veces eligen a docentes que no son idóneos, jefes de departamento e incluso decanos que llevan años en la universidad y que no deberían estar porque ya no le hacen un bien a la institución. Hay estudiantes muy buenos, docentes, académicos y administrativos, pero las situaciones políticas de la universidad evitan que se pueda desarrollar una buena labor.
Un ejemplo de ello son los más de 15 rectores en los últimos años, eso retrasa todos los procesos porque cada rector que llega tiene una visión distinta, no confía en lo que dice el anterior y si es de un partido político diferente va a querer cambiar todo el cuerpo administrativo y docente que pueda. Eso afecta muchísimo la calidad y no permite explotar el potencial que tiene la universidad.
Hay muchos intereses como el pago de favores políticos. Colocan como docente a algún familiar de la persona que haya apoyado la campaña de un partido en específico. Otro interés es la contratación, porque la universidad es una de las entidades del departamento que más maneja recursos porque tiene la posibilidad de generar contrataciones con entidades a nivel nacional, convenios y muchas otras particularidades en torno al presupuesto.
Que haya cooptación y clientelismo es malo, pero lo terrible es que no lo visionan. Para pagar el favor político no ponen a una persona que sea buen docente, no tienen esa mínima decencia para con el departamento.
No permiten que la universidad siga con sus funciones, que sea de alta calidad, que tenga sus proyecciones, metas, que sirva. No hay ese compromiso de convertir la UPC en un foco de progreso. La institución tiene la capacidad y el deber para con el departamento de ser una universidad certificada con alta calidad.
Yo creo que la politiquería es 100 % responsable de lo que le ha pasado a la universidad. La UPC tiene uno de los déficits fiscales más grandes entre las universidades del país. También el nivel de calidad en todos los sentidos está mal, uno ve los resultados de las Pruebas Saber Pro y la UPC está entre los peores resultados porque no hay una visión para formar a los estudiantes de forma integral e impulsarlos para que sean buenos profesionales cuando egresen.
Eso también es responsabilidad de docentes que no deberían estar y de directivas académicas que no señalan los lineamientos adecuados para impulsar la calidad. Por otro lado, algunos administrativos que son muy buenos no son escuchados, eso es algo triste de la universidad que queremos cambiar.
La idea en primera medida es unificar los sectores porque no podemos restructurar la universidad nosotros solos. Hemos conformado un equipo de más de 100 estudiantes que están dispuestos a hacer parte activa de este proceso. La meta es ir creciendo cada vez más con el apoyo de las directivas.
Primero promoveremos una reforma estatutaria y de las normas principales de la universidad, un cambio del reglamento interno estudiantil, profesoral y de la forma en la cual se llevan a cabo las elecciones porque se han presentado muchos problemas.
Todas esas normas están vigentes desde 1994 con una infinidad de modificaciones, por lo que saber cuál está vigente es una locura. Ya es hora de actualizarlas porque también es un requisito para la certificación de calidad.
Otro elemento importante es la equidad, porque en la universidad hay diversos casos de acoso sexual, y no hay una ruta establecida para ese tipo de situaciones. Hay incluso docentes señalados de esos casos que siguen trabajando en la UPC.
No hay herramientas o instrumentos para esa problemática y por ello estamos trabajando en construir la política de equidad institucional en donde se tratarán esas temáticas. Igualmente, temas étnicos, discriminación, entre otros.
Por: Namieh Baute Barrios / EL PILÓN
Juan Nacimiento, representante de los estudiantes ante el Consejo Superior Universitario, CSU, de la UPC, habló sobre algunas propuestas para alcanzar la alta calidad, la influencia política y cómo funciona internamente el consejo universitario.
Sin duda, una de las sorpresas electorales en la última elección de los estamentos de la universidad. Con un discurso de renovación e independiente, Juan Nacimiento, egresado de Derecho y estudiante de Economía, se impuso en las urnas como representante de los estudiantes ante el Consejo Superior Universitario de la Universidad Popular del Cesar, UPC.
En diálogo con el diario EL PILÓN habló sobre la necesidad que tiene el alma máter de cambiar sus estatutos que se remontan al año 1994, y el impacto negativo que han generado algunos partidos políticos en el funcionamiento de la institución.
En la universidad se tiene la creencia de que invirtiendo millones de pesos en campaña, comprando conciencia y utilizando maquinaria, se puede llegar a los espacios de representación, esa era la razón por la cual todos daban por vencedores a los que tenían a su favor la rectoría o determinados grupos de docentes.
Nuestra campaña por el contrario no se enfocó en eso, no teníamos esos recursos ni incidencia política, como algunos candidatos que tenían representantes a la Cámara o grandes partidos políticos detrás. Lo que sí tuvimos fue una amplia legitimidad estudiantil, años de proceso, grandes resultados en términos académicos e investigaciones, pruebas que demostraban que íbamos a llegar a trabajar por la universidad y no por sectores ajenos a la misma. Eso nos permitió impulsar la campaña.
Aquí estaban acostumbrados a hacer reuniones en donde lo importante era repartir la merienda, entre otros aspectos. Nosotros lo que impulsamos fueron espacios de debate, deliberación, visibilización a través de memes y demás medios que le llegaran a los estudiantes para que los motivara a votar por opinión y no por beneficios particulares.
Hicimos talleres de Pruebas Saber Pro, espacios de escucha, transmisiones de Facebook live para hablar con los estudiantes, invitamos a los demás candidatos a debatir y estuvimos acompañando a los jóvenes en diferentes espacios de participación. Hicimos una campaña muy visual y divertida que dio excelentes resultados.
Particularmente yo invertí $200.000. Entre ese dinero y donaciones hubo una sumatoria de $800.000 y unos apoyos de una persona que nos donó unas meriendas, otra persona prestó un carro y algunos pusieron a disposición sus motos para transportar a las personas el día de las elecciones. En términos generales eso fue lo que se invirtió.
Los $800.000 se gastaron principalmente en un viaje que se tuvo que hacer a Aguachica, en los veedores y unos recursos que gastamos en unas comidas para el equipo de trabajo.
Otras campañas gastaron varios millones de pesos. Uno podía ver el despilfarro de recursos, se la pasaban viajando de municipio en municipio, algo que me pareció impresionante. El día de las elecciones hubo varios buses que venían de distintos municipios y hasta una flota completa de taxis en frente de la universidad que iban y venían con logos como en una campaña de la Alcaldía. Esa era la sensación que daba.
Estábamos en unas elecciones que parecían para la Asamblea Departamental o la Gobernación del Cesar con ese despilfarro de recursos por todos lados. Sin embargo, se demostró que por lo menos en la universidad la plata no lo es todo a la hora de las elecciones y que hay un gran grupo de personas que están repensando la forma de tomar las decisiones políticas.
No, realmente todo lo contrario. Ciertamente hubo unas acciones para impedir que yo no hiciera parte del Consejo, las cuales fueron presentadas por una de las personas que no quedó victoriosa en el proceso, pero fueron rechazadas por unanimidad en el Tribunal de Garantías y en el Consejo Superior Universitario.
Cuando yo llegué al Consejo, la bienvenida fue muy calurosa e incluso hubo palabras de felicitaciones por el logro, eso fue algo que supieron reconocer. Yo soy alguien que visiblemente he trabajado por la universidad desde hace muchos años y que he hecho lo posible por mejorar su imagen.
El trabajo hasta ahora ha sido bastante positivo, prácticamente todas las propuestas que he presentado han sido bien acogidas. Hemos debatido algunas cosas y deliberado otras, como en todo espacio de toma de decisiones, pero sinceramente no he tenido ninguna sensación de rechazo o algo por el estilo.
Bueno, el Consejo Superior Universitario tiene muchas funciones como la aprobación de los recursos, del presupuesto, de las políticas y normativas generales de la universidad. No estoy muy seguro de cómo era antes de que yo llegara porque incluso los estudiantes solo tienen el conocimiento de sus funciones, pero no saben lo que sucede adentro.
Lo que yo he visto es que hay unas preposiciones que llegan y se analizan. Deben tener por regla general una viabilidad técnica y una financiera si tienen algún tipo de impacto financiero, además de que la sustenta la persona que hace la propuesta. Por lo general lo hacen los decanos y jefes de departamentos cuando identifican un problema y lo hacen llegar al Consejo Superior.
Hasta ahora todas las propuestas que han estado bien sustentadas con sus documentos de viabilidad técnica y financiera han sido aprobadas. Hay una tendencia a aprobar todo lo que sea en beneficio de la universidad. Se presentan algunas discusiones porque somos personas de diferentes formas de pensar y tenemos un criterio diferente en cuanto a un tema específico. Se debate y se llega a una conclusión, eso es lo que yo he visto hasta el momento.
Históricamente se han presentado ciertos escenarios muy problemáticos con el Consejo en cuanto a las demandas y sanaciones que vienen y van. He visto que eso pasa principalmente cuando se tocan puntos como la elección al rector y modificaciones a los estatutos de la universidad.
Hasta ahora no hemos tenido ningún escenario para debatir cosas de ese tipo por lo que no he vivido nada en torno a eso, pero sí tengo entendido que esos son los momentos en los que se presentan problemáticas profundas.
Podría pasar. En estos momentos hay una tensa calma porque el rector no fue elegido por el Consejo, él está designado por el Ministerio de Educación debido a la intervención que tiene la universidad a raíz de lo que ocurrió el año pasado cuando tuvimos dos rectores y no sabíamos cuál era el oficial.
También se presentan roces cuando hay que elegir a nuevos miembros del Consejo. Lo que uno puede concluir de esas situaciones es que se generan los conflictos cuando hay intereses que van más allá. Cuando se trata de la academia todos estamos de acuerdo porque lo vemos en beneficio de la universidad, y no hay ningún tipo de problema en ese sentido. Igual no lo he vivido, tal vez cuando haya la elección del rector todo el mundo elija bien y no pase nada.
Lastimosamente la injerencia política es muy marcada y en demasiados niveles porque sinceramente los políticos tienen la capacidad de determinar quiénes son los docentes, administrativos y quiénes votan en las tomas de decisiones. Eso le ha hecho mucho daño a la universidad.
Muchas veces eligen a docentes que no son idóneos, jefes de departamento e incluso decanos que llevan años en la universidad y que no deberían estar porque ya no le hacen un bien a la institución. Hay estudiantes muy buenos, docentes, académicos y administrativos, pero las situaciones políticas de la universidad evitan que se pueda desarrollar una buena labor.
Un ejemplo de ello son los más de 15 rectores en los últimos años, eso retrasa todos los procesos porque cada rector que llega tiene una visión distinta, no confía en lo que dice el anterior y si es de un partido político diferente va a querer cambiar todo el cuerpo administrativo y docente que pueda. Eso afecta muchísimo la calidad y no permite explotar el potencial que tiene la universidad.
Hay muchos intereses como el pago de favores políticos. Colocan como docente a algún familiar de la persona que haya apoyado la campaña de un partido en específico. Otro interés es la contratación, porque la universidad es una de las entidades del departamento que más maneja recursos porque tiene la posibilidad de generar contrataciones con entidades a nivel nacional, convenios y muchas otras particularidades en torno al presupuesto.
Que haya cooptación y clientelismo es malo, pero lo terrible es que no lo visionan. Para pagar el favor político no ponen a una persona que sea buen docente, no tienen esa mínima decencia para con el departamento.
No permiten que la universidad siga con sus funciones, que sea de alta calidad, que tenga sus proyecciones, metas, que sirva. No hay ese compromiso de convertir la UPC en un foco de progreso. La institución tiene la capacidad y el deber para con el departamento de ser una universidad certificada con alta calidad.
Yo creo que la politiquería es 100 % responsable de lo que le ha pasado a la universidad. La UPC tiene uno de los déficits fiscales más grandes entre las universidades del país. También el nivel de calidad en todos los sentidos está mal, uno ve los resultados de las Pruebas Saber Pro y la UPC está entre los peores resultados porque no hay una visión para formar a los estudiantes de forma integral e impulsarlos para que sean buenos profesionales cuando egresen.
Eso también es responsabilidad de docentes que no deberían estar y de directivas académicas que no señalan los lineamientos adecuados para impulsar la calidad. Por otro lado, algunos administrativos que son muy buenos no son escuchados, eso es algo triste de la universidad que queremos cambiar.
La idea en primera medida es unificar los sectores porque no podemos restructurar la universidad nosotros solos. Hemos conformado un equipo de más de 100 estudiantes que están dispuestos a hacer parte activa de este proceso. La meta es ir creciendo cada vez más con el apoyo de las directivas.
Primero promoveremos una reforma estatutaria y de las normas principales de la universidad, un cambio del reglamento interno estudiantil, profesoral y de la forma en la cual se llevan a cabo las elecciones porque se han presentado muchos problemas.
Todas esas normas están vigentes desde 1994 con una infinidad de modificaciones, por lo que saber cuál está vigente es una locura. Ya es hora de actualizarlas porque también es un requisito para la certificación de calidad.
Otro elemento importante es la equidad, porque en la universidad hay diversos casos de acoso sexual, y no hay una ruta establecida para ese tipo de situaciones. Hay incluso docentes señalados de esos casos que siguen trabajando en la UPC.
No hay herramientas o instrumentos para esa problemática y por ello estamos trabajando en construir la política de equidad institucional en donde se tratarán esas temáticas. Igualmente, temas étnicos, discriminación, entre otros.
Por: Namieh Baute Barrios / EL PILÓN