El profesor Rodrigo Uprimny, en su columna ‘La Paz, cinco años después’, publicada ayer en la página web de De Justicia, y en su espacio dominical de El Espectador, señala que la paz ha quedado corta en su pretensión de transformación política y social. Luego de resaltar los beneficios y avances del proceso, la desmovilización […]
El profesor Rodrigo Uprimny, en su columna ‘La Paz, cinco años después’, publicada ayer en la página web de De Justicia, y en su espacio dominical de El Espectador, señala que la paz ha quedado corta en su pretensión de transformación política y social.
Luego de resaltar los beneficios y avances del proceso, la desmovilización y cese de la guerra y los avances de la justicia transicional, afirma: “El Acuerdo Final de Paz (AFP) también busca transformaciones que hagan más justa y democrática la sociedad colombiana a través de i) la reforma rural integral, ii) el robustecimiento de la participación democrática y iii) un enfoque más inteligente frente al narcotráfico, las drogas y los cultivos ilícitos. Sin embargo, en este aspecto la implementación del AFP ha sido decepcionante. Así, a pesar de avances en la formulación de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), la reforma rural está congelada. En esta legislatura ni siquiera pudo aprobarse la jurisdicción agraria, y el fondo de tierras, que busca reducir, al menos un poco, la vergonzosa inequidad en el campo, está desfinanciado”.
Y agrega: “Las reformas para fortalecer la participación no han prosperado. La reforma política fue hundida hace años en el Congreso y las circunscripciones especiales para las víctimas sólo hasta ahora fueron aprobadas. Finalmente, los avances que hubo inicialmente en la política de sustitución de cultivos fueron frenados por el gobierno Duque, que pretende incluso restablecer la fumigación, que claramente no funciona y en cambio tiene efectos ambientales y sociales catastróficos.
Hemos pasado, entonces, de la posibilidad de una paz robusta y transformadora, que es la prevista en el AFP, a una paz más limitada, centrada sólo en la desmovilización de las Farc y la satisfacción de los derechos de las víctimas, pero sin que haya avances en las reformas sociales y políticas transformadoras propuestas por el AFP. Sin embargo, esta paz limitada es muy importante y significativa, pero infortunadamente, como vimos, sus logros están en riesgo.
El desafío de los sectores democráticos es entonces proteger los avances de esa paz limitada y en riesgo, pero tratando al mismo tiempo de recuperar la dimensión transformadora del Acuerdo Final”.
PROTEGER A EMDUPAR
Si bien los términos de la invitación que se hará debe incentivar a cualquier inversionista-operador, los activos, la dotación de infraestructura, la fuente del agua y su distribución por gravedad, son atractivos. Además, los vallenatos, con buen servicio somos buenos pa’ pagar y pa’ cuidar el agua, orgullosos de tener la fría y limpia del Guatapurí.
Debemos garantizar que el servicio sea eficiente, que esas inversiones en el sistema se realicen y que los recursos para Emdupar se desembolsen, en tiempos cortos y razonables. Eso pasa por instrumentos que lo garanticen (pólizas por ejemplo), y/o que los participantes sean compañías sólidas y de amplia liquidez financiera, y que si van a usar filiales para contratar se cuente con el respaldo de las matrices.
El profesor Rodrigo Uprimny, en su columna ‘La Paz, cinco años después’, publicada ayer en la página web de De Justicia, y en su espacio dominical de El Espectador, señala que la paz ha quedado corta en su pretensión de transformación política y social. Luego de resaltar los beneficios y avances del proceso, la desmovilización […]
El profesor Rodrigo Uprimny, en su columna ‘La Paz, cinco años después’, publicada ayer en la página web de De Justicia, y en su espacio dominical de El Espectador, señala que la paz ha quedado corta en su pretensión de transformación política y social.
Luego de resaltar los beneficios y avances del proceso, la desmovilización y cese de la guerra y los avances de la justicia transicional, afirma: “El Acuerdo Final de Paz (AFP) también busca transformaciones que hagan más justa y democrática la sociedad colombiana a través de i) la reforma rural integral, ii) el robustecimiento de la participación democrática y iii) un enfoque más inteligente frente al narcotráfico, las drogas y los cultivos ilícitos. Sin embargo, en este aspecto la implementación del AFP ha sido decepcionante. Así, a pesar de avances en la formulación de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), la reforma rural está congelada. En esta legislatura ni siquiera pudo aprobarse la jurisdicción agraria, y el fondo de tierras, que busca reducir, al menos un poco, la vergonzosa inequidad en el campo, está desfinanciado”.
Y agrega: “Las reformas para fortalecer la participación no han prosperado. La reforma política fue hundida hace años en el Congreso y las circunscripciones especiales para las víctimas sólo hasta ahora fueron aprobadas. Finalmente, los avances que hubo inicialmente en la política de sustitución de cultivos fueron frenados por el gobierno Duque, que pretende incluso restablecer la fumigación, que claramente no funciona y en cambio tiene efectos ambientales y sociales catastróficos.
Hemos pasado, entonces, de la posibilidad de una paz robusta y transformadora, que es la prevista en el AFP, a una paz más limitada, centrada sólo en la desmovilización de las Farc y la satisfacción de los derechos de las víctimas, pero sin que haya avances en las reformas sociales y políticas transformadoras propuestas por el AFP. Sin embargo, esta paz limitada es muy importante y significativa, pero infortunadamente, como vimos, sus logros están en riesgo.
El desafío de los sectores democráticos es entonces proteger los avances de esa paz limitada y en riesgo, pero tratando al mismo tiempo de recuperar la dimensión transformadora del Acuerdo Final”.
PROTEGER A EMDUPAR
Si bien los términos de la invitación que se hará debe incentivar a cualquier inversionista-operador, los activos, la dotación de infraestructura, la fuente del agua y su distribución por gravedad, son atractivos. Además, los vallenatos, con buen servicio somos buenos pa’ pagar y pa’ cuidar el agua, orgullosos de tener la fría y limpia del Guatapurí.
Debemos garantizar que el servicio sea eficiente, que esas inversiones en el sistema se realicen y que los recursos para Emdupar se desembolsen, en tiempos cortos y razonables. Eso pasa por instrumentos que lo garanticen (pólizas por ejemplo), y/o que los participantes sean compañías sólidas y de amplia liquidez financiera, y que si van a usar filiales para contratar se cuente con el respaldo de las matrices.