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Especiales - 26 octubre, 2022

La odisea de un viaje aéreo 

Quejas contra Avianca por atrasos, congestión e insuficiencias en los vuelos. Un pasajero demora hasta 12 horas para llegar a su destino. Las inundaciones en la pista del aeropuerto de Valledupar.  

Aeropuerto Alfonso López, de Valledupar
Aeropuerto Alfonso López, de Valledupar

Muchas personas rehúsan viajar desde Valledupar a Bogotá, Medellín, Cali y otras ciudades del interior del país para evitar los largos trayectos de quince y hasta más horas metidos en los buses. Otros no se atreven a hacer esos viajes en sus carros particulares por las adversidades en las carreteras y otros prefieren viajar en avión para ahorrar tiempo y disfrutar de comodidades. 

Incluso, hay viajeros que compran sus tiquetes con dos y tres meses de antelación para obtener descuentos, especialmente en los aéreos.   

En fin, las tres situaciones convergen en una poderosa razón entre los pasajeros: llegar a sus destinos sin infortunios, en el horario pactado y con las comodidades estipuladas en el pasaje que el usuario compra a la empresa que lo va a transportar.

Por estos días de tempestades y prolongados aguaceros y cogestiones en aeropuertos y terminales de buses, son muchos los viajeros que están protestando por demoras y cambios de asientos, especialmente en los vuelos aéreos.

También, por las redes de Internet se están suscitando polémicas y reclamos a Avianca, Latam Colombia y Viva Air. Varios pasajeros del Cesar y La Guajira se quejaron porque tuvieron que esperar horas en los aeropuertos El Dorado y el José María Córdova, de Medellín, para llegar a su destino, Valledupar, el pasado 18 de octubre. 

CAMBIOS INCONSULTOS

Una de las situaciones más anómalas fue el ocurrido a una pareja de esposos. Con mucha antelación (dos meses) los esposos compraron sus pasajes en Avianca para salir el martes 18 de octubre de Medellín a las dos de la tarde (vuelo AV9309) – con escala en Bogotá y a las cuatro de la tarde hacía Valledupar. Ellos contaron que la esposa está en tratamiento oncológico en Valledupar, con el especialista Raymundo Manneh y debía cumplir la cita el miércoles 19 en horas de la mañana. 

Pero, todo empezó a cambiar en el aeropuerto Internacional de Medellín. Avianca avisó que el vuelo AV9309 y el avión con más de 150 pasajeros lo habían cambiado y se adelantaba una hora en otro avión. Segundos después anunciaron su abordaje –a la carrera- que comenzó en partes o sea en grupos designados por las letras del tiquete y por los asientos.

Los pasajeros dijeron que el documento o pasabordo del vuelo fue alterado en un improvisado check in y se cambió la puerta de embarque, las sillas designadas previamente y hasta   el número de vuelo y el avión. Esto afectó a varios pasajeros que no pudieron abordar. 

La enferma y su esposo que tenían los puestos números 14 y 15, pasaron a ocupar la última silla que está pegada a los baños. “Es una irresponsabilidad de Avianca porque nosotros compramos los tiquetes con mucha antelación”, dijo la señora. Alegó el esposo que su mujer no podía permanecer mucho tiempo en Bogotá sin una bala de oxígeno, por tener cáncer de pulmón.

Un joven que viajaba a visitar a su novia quien reside en Maicao (La Guajira) también estaba contrariado porque su vuelo estaba previsto para el martes 18 de octubre, pero a las ocho de la mañana.

Pasajeros se quejan por las condiciones de los aiones de Avianca

CORRE CORRE… 

Pero lo peor estaba por suceder. Media hora después de abordar el avión en Medellín, el piloto anunció que había mal tiempo en el aeropuerto El Dorado y solo podía despegar a las 3 y 30 de la tarde o cuando la Aerocivil se lo ordenara, los pasajeros debían permanecer dentro del avión. Pero, minutos después el piloto ordenó el desembarque de los pasajeros y agregó que quedaban pendientes del nuevo abordaje.

Con mucha pesadumbre desembarcó la tripulación integrada por más de 150 pasajeros. Varios de ellos exigían cambiar el vuelo para el día siguiente, en vista que tenían que hacer trasbordo en Bogotá para sus ciudades de residencia (destino). Todo era un corre corre. 

Pero antes de quince minutos, con todos los pasajeros en tierra, Avianca avisó nuevamente que debían abordar el avión para partir hacía Bogotá.

Varios de los pasajeros protestaron, al considerar que Avianca parecía improvisar y a cascarrabias subieron a la nave y partieron diez minutos después (3: 25 PM) hacía Bogotá con llegada al aeropuerto a las 3 y 50 de la tarde.

Por la demora del vuelo Medellín – Bogotá, los pasajeros creían haber perdido el vuelo de las cuatro de la tarde (AV8576) con destino a Valledupar. Una señora quien vive en Chiriguaná y un joven que tenía destino Maicao alegaban que los estaban esperando en Valledupar. 

Finalmente, Avianca informó que el vuelo se haría a las cinco de la tarde, pero estaban a la espera de otro avión en el aeropuerto El Dorado. 

Cuando se confirmó el vuelo, Avianca ordenó redistribuir de nuevo los números de los asientos y muchos de los pasajeros entraron al avión y se sentaron en números diferentes al asignado con anterioridad, lo que provocó nuevas molestias para los afectados quienes pasaron al final del avión.

VALLEDUPAR, SIN AMBULANCIAS

Pero todo no terminaba ahí, no. Falta más. 

Un poco antes de las seis de la tarde el piloto (de nombre Andrés) anunció el descenso del avión para aterrizar en la pista del aeropuerto Alfonso López, de Valledupar, en medio de un aguacero.

También anunció turbulencias, como se afectó el avión en todo el vuelo, por problemas meteorológicos. Pero, finalmente, a las 6 y 23 de la tarde el avión aterrizó normalmente y los pasajeros empezaron a calmarse. Sin embargo, caía sobre Valledupar un aguacero y la pista estaba anegada. En el aeropuerto de Valledupar no hay muelle especial para que los viajeros bajen del avión sin mojarse, como si lo hay en el Dorado, de Bogotá. 

El piloto Andrés detuvo el avión a unos doscientos metros aproximadamente de la entrada de los pasajeros a las salas de llegada y anunció que iban a esperar diez minutos mientras escampaba y la pista secaba un poco. Aseguró que el mayor peligro era bajar por la escalera de metal del avión, porque el metal es resbaladizo. Los viajeros esperaron con temor adentro del avión. 

Aeropuerto El Dorado, de Bogotá

Veinte minutos después los pasajeros seguían en el avión y el piloto anunció que Avianca iba a facilitar unas sombrillas que nunca llegaban. Minutos después llegaron las sombrillas muy pequeñas que solo medio guarnecían a dos personas y eran como 150 pasajeros. 

La situación se solucionó porque dejó de llover. En veinte minutos más empezó a secarse la pista y los viajeros lograron llegar –saltando charco- hasta el sitio en donde había techo y a reclamar sus maletas totalmente mojadas. 

Otra de las penurias que quedó entre los viajeros fue que encontraron al aeropuerto Alfonso López, de Valledupar, con poco drenaje para evacuar el agua lluvia, sin ambulancias a la vista y falta de iluminación para los pasajeros que llegan de noche.  

Lo que vino después fueron los comentarios en contra de Avianca, Aerocivil y las improvisaciones de la empresa que provocó una aventura muy lamentable y hasta peligrosa para casi dos centenares de pasajeros en la ruta Medellín – Bogotá – Valledupar. 

Algunos pasajeros dijeron que Avianca obra de manera injusta, violando los derechos del pasajero y los somete a torturas con el cambio de asientos, horarios, precios y hasta destinos. Además, la silletería está deteriorada y sobre la parte de atrás de las sillas se lee: “¡Bienvenido a nuestra cabina temporal! Estamos renovando el interior de nuestros aviones. Muy pronto podrás conocer las sillas definitivas y disfrutar de tres opciones: Premium, plus y economy”. 

Aeropuerto José María Córdoba, de Medellín.

También exigen la intervención del Gobierno nacional para que se revisen y regularicen algunos temas con las aerolíneas como los precios de los pasajes que oscilan muy equidistantes (altos) cuando hay temporadas vacacionales, puentes y festivos, porque los precios se triplican por temporadas. 

“Todo lo cubre uno como pasajero. Uno paga adicionales por maletas, asientos y horarios, pero al final la empresa viola nuestros derechos e incumple sus deberes. Hacen cambios de manera unilateral de vuelos, asientos y destinos”, dijeron varios de los viajeros, al llegar a Valledupar. [email protected]    @tiochiro. 

POR AQUILINO COTES ZULETA/ESPECIAL PARA EL PILÓN 

Especiales
26 octubre, 2022

La odisea de un viaje aéreo 

Quejas contra Avianca por atrasos, congestión e insuficiencias en los vuelos. Un pasajero demora hasta 12 horas para llegar a su destino. Las inundaciones en la pista del aeropuerto de Valledupar.  


Aeropuerto Alfonso López, de Valledupar
Aeropuerto Alfonso López, de Valledupar

Muchas personas rehúsan viajar desde Valledupar a Bogotá, Medellín, Cali y otras ciudades del interior del país para evitar los largos trayectos de quince y hasta más horas metidos en los buses. Otros no se atreven a hacer esos viajes en sus carros particulares por las adversidades en las carreteras y otros prefieren viajar en avión para ahorrar tiempo y disfrutar de comodidades. 

Incluso, hay viajeros que compran sus tiquetes con dos y tres meses de antelación para obtener descuentos, especialmente en los aéreos.   

En fin, las tres situaciones convergen en una poderosa razón entre los pasajeros: llegar a sus destinos sin infortunios, en el horario pactado y con las comodidades estipuladas en el pasaje que el usuario compra a la empresa que lo va a transportar.

Por estos días de tempestades y prolongados aguaceros y cogestiones en aeropuertos y terminales de buses, son muchos los viajeros que están protestando por demoras y cambios de asientos, especialmente en los vuelos aéreos.

También, por las redes de Internet se están suscitando polémicas y reclamos a Avianca, Latam Colombia y Viva Air. Varios pasajeros del Cesar y La Guajira se quejaron porque tuvieron que esperar horas en los aeropuertos El Dorado y el José María Córdova, de Medellín, para llegar a su destino, Valledupar, el pasado 18 de octubre. 

CAMBIOS INCONSULTOS

Una de las situaciones más anómalas fue el ocurrido a una pareja de esposos. Con mucha antelación (dos meses) los esposos compraron sus pasajes en Avianca para salir el martes 18 de octubre de Medellín a las dos de la tarde (vuelo AV9309) – con escala en Bogotá y a las cuatro de la tarde hacía Valledupar. Ellos contaron que la esposa está en tratamiento oncológico en Valledupar, con el especialista Raymundo Manneh y debía cumplir la cita el miércoles 19 en horas de la mañana. 

Pero, todo empezó a cambiar en el aeropuerto Internacional de Medellín. Avianca avisó que el vuelo AV9309 y el avión con más de 150 pasajeros lo habían cambiado y se adelantaba una hora en otro avión. Segundos después anunciaron su abordaje –a la carrera- que comenzó en partes o sea en grupos designados por las letras del tiquete y por los asientos.

Los pasajeros dijeron que el documento o pasabordo del vuelo fue alterado en un improvisado check in y se cambió la puerta de embarque, las sillas designadas previamente y hasta   el número de vuelo y el avión. Esto afectó a varios pasajeros que no pudieron abordar. 

La enferma y su esposo que tenían los puestos números 14 y 15, pasaron a ocupar la última silla que está pegada a los baños. “Es una irresponsabilidad de Avianca porque nosotros compramos los tiquetes con mucha antelación”, dijo la señora. Alegó el esposo que su mujer no podía permanecer mucho tiempo en Bogotá sin una bala de oxígeno, por tener cáncer de pulmón.

Un joven que viajaba a visitar a su novia quien reside en Maicao (La Guajira) también estaba contrariado porque su vuelo estaba previsto para el martes 18 de octubre, pero a las ocho de la mañana.

Pasajeros se quejan por las condiciones de los aiones de Avianca

CORRE CORRE… 

Pero lo peor estaba por suceder. Media hora después de abordar el avión en Medellín, el piloto anunció que había mal tiempo en el aeropuerto El Dorado y solo podía despegar a las 3 y 30 de la tarde o cuando la Aerocivil se lo ordenara, los pasajeros debían permanecer dentro del avión. Pero, minutos después el piloto ordenó el desembarque de los pasajeros y agregó que quedaban pendientes del nuevo abordaje.

Con mucha pesadumbre desembarcó la tripulación integrada por más de 150 pasajeros. Varios de ellos exigían cambiar el vuelo para el día siguiente, en vista que tenían que hacer trasbordo en Bogotá para sus ciudades de residencia (destino). Todo era un corre corre. 

Pero antes de quince minutos, con todos los pasajeros en tierra, Avianca avisó nuevamente que debían abordar el avión para partir hacía Bogotá.

Varios de los pasajeros protestaron, al considerar que Avianca parecía improvisar y a cascarrabias subieron a la nave y partieron diez minutos después (3: 25 PM) hacía Bogotá con llegada al aeropuerto a las 3 y 50 de la tarde.

Por la demora del vuelo Medellín – Bogotá, los pasajeros creían haber perdido el vuelo de las cuatro de la tarde (AV8576) con destino a Valledupar. Una señora quien vive en Chiriguaná y un joven que tenía destino Maicao alegaban que los estaban esperando en Valledupar. 

Finalmente, Avianca informó que el vuelo se haría a las cinco de la tarde, pero estaban a la espera de otro avión en el aeropuerto El Dorado. 

Cuando se confirmó el vuelo, Avianca ordenó redistribuir de nuevo los números de los asientos y muchos de los pasajeros entraron al avión y se sentaron en números diferentes al asignado con anterioridad, lo que provocó nuevas molestias para los afectados quienes pasaron al final del avión.

VALLEDUPAR, SIN AMBULANCIAS

Pero todo no terminaba ahí, no. Falta más. 

Un poco antes de las seis de la tarde el piloto (de nombre Andrés) anunció el descenso del avión para aterrizar en la pista del aeropuerto Alfonso López, de Valledupar, en medio de un aguacero.

También anunció turbulencias, como se afectó el avión en todo el vuelo, por problemas meteorológicos. Pero, finalmente, a las 6 y 23 de la tarde el avión aterrizó normalmente y los pasajeros empezaron a calmarse. Sin embargo, caía sobre Valledupar un aguacero y la pista estaba anegada. En el aeropuerto de Valledupar no hay muelle especial para que los viajeros bajen del avión sin mojarse, como si lo hay en el Dorado, de Bogotá. 

El piloto Andrés detuvo el avión a unos doscientos metros aproximadamente de la entrada de los pasajeros a las salas de llegada y anunció que iban a esperar diez minutos mientras escampaba y la pista secaba un poco. Aseguró que el mayor peligro era bajar por la escalera de metal del avión, porque el metal es resbaladizo. Los viajeros esperaron con temor adentro del avión. 

Aeropuerto El Dorado, de Bogotá

Veinte minutos después los pasajeros seguían en el avión y el piloto anunció que Avianca iba a facilitar unas sombrillas que nunca llegaban. Minutos después llegaron las sombrillas muy pequeñas que solo medio guarnecían a dos personas y eran como 150 pasajeros. 

La situación se solucionó porque dejó de llover. En veinte minutos más empezó a secarse la pista y los viajeros lograron llegar –saltando charco- hasta el sitio en donde había techo y a reclamar sus maletas totalmente mojadas. 

Otra de las penurias que quedó entre los viajeros fue que encontraron al aeropuerto Alfonso López, de Valledupar, con poco drenaje para evacuar el agua lluvia, sin ambulancias a la vista y falta de iluminación para los pasajeros que llegan de noche.  

Lo que vino después fueron los comentarios en contra de Avianca, Aerocivil y las improvisaciones de la empresa que provocó una aventura muy lamentable y hasta peligrosa para casi dos centenares de pasajeros en la ruta Medellín – Bogotá – Valledupar. 

Algunos pasajeros dijeron que Avianca obra de manera injusta, violando los derechos del pasajero y los somete a torturas con el cambio de asientos, horarios, precios y hasta destinos. Además, la silletería está deteriorada y sobre la parte de atrás de las sillas se lee: “¡Bienvenido a nuestra cabina temporal! Estamos renovando el interior de nuestros aviones. Muy pronto podrás conocer las sillas definitivas y disfrutar de tres opciones: Premium, plus y economy”. 

Aeropuerto José María Córdoba, de Medellín.

También exigen la intervención del Gobierno nacional para que se revisen y regularicen algunos temas con las aerolíneas como los precios de los pasajes que oscilan muy equidistantes (altos) cuando hay temporadas vacacionales, puentes y festivos, porque los precios se triplican por temporadas. 

“Todo lo cubre uno como pasajero. Uno paga adicionales por maletas, asientos y horarios, pero al final la empresa viola nuestros derechos e incumple sus deberes. Hacen cambios de manera unilateral de vuelos, asientos y destinos”, dijeron varios de los viajeros, al llegar a Valledupar. [email protected]    @tiochiro. 

POR AQUILINO COTES ZULETA/ESPECIAL PARA EL PILÓN