Después de ser una invasión hace 30 años, el barrio La Nevada se ha convertido en todo un espacio lleno de gran potencial económico.
Después de ser una invasión hace 30 años, el barrio La Nevada se ha convertido en todo un espacio lleno de gran potencial económico. Uno de los sectores más populares y grandes de la ciudad, hoy figura como una zona que proporciona un gran aporte a la economía del municipio. Acompáñenme en este recorrido que empieza en una de las calles más largas y transitadas de la ciudad, la calle sexta del barrio La Nevada.
Comencé este recorrido por el famoso ‘mercadito’ de La Nevada, ubicado en la calle sexta con calle 44 una de las avenidas más comerciales de toda la ciudad. Los habitantes del barrio no tienen la necesidad de trasladarse al centro de Valledupar porque en este paseo comercial pueden encontrar de todo, desde alimentos y ropa hasta centros de salud. Muchos de los que trabajan de manera formal e informal en esta avenida, se levantan desde las seis de la mañana a ejercer sus labores hasta las siete de la noche, algunos hasta más tarde.
Este es el caso de Eusebio Muñoz, un hombre de 74 años que junto a su esposa llevan más de cuatro años vendiendo comida de manera informal en la zona del mercadito.
“Hacemos desayunos y almuerzos para la gente de la zona. Hemos conseguido buenos clientes y les ha gustado nuestra comida y la atención que nosotros le brindamos. Nosotros empezamos a las seis de la mañana y nos vamos a las cuatro de la tarde. Aquí somos unidos nos cuidamos el uno al otro”, expresó Eusebio Muñoz habitante del barrio.
Algunas personas que tienen sus negocios de frutas, pescado y comidas de manera informal, se han enfrentado a la Fuerza Pública por permanecer en espacios que no son permitidos para este tipo de negocios en la ciudad, la mayoría han estado a punto de ser desalojados. “Sería bueno que nos dejen aquí, siempre dicen que nos van a sacar pero no nos sacan. Este es el lugar donde trabajamos y nos ganamos la vida y el sustento diario”, dijo Edith Bolaños, vendedora de comidas en la zona.
En la actualidad, hay más de 50 vendedores informales y más de 400 negocios formales de todo tipo. El comercio es uno de los medios de vida más importantes que tienen las personas del barrio lo que trae un gran beneficio a la comunidad, quienes no tienen que desplazarse largas distancias al otro lado de la ciudad para conseguir lo que necesitan.
“Aquí podemos encontrar de todo a costos económicos, no tenemos que gastar plata en transporte porque conseguimos todo lo que necesitamos y eso es muy bueno para nosotros”, dice Cecilia Martínez, habitante del barrio La Nevada.
Geudis Caballero es un hombre pescador de Plato, Magdalena que tiene más de 35 años dedicándose a la venta de pescado y siete años de residir en el barrio La Nevada.
“Desde que abrí mis ojos estoy trabajando en esto porque mi padre es pescador. Lo positivo del barrio es que es un epicentro de cinco comunas donde nos relacionamos con mucha gente, lidiamos con diferentes personas cada día. Lo negativo es que llegan muchas personas que no son de confiar, mucho vicioso, personas que vienen hacerle daño a los demás”, dijo Geudis un hombre que vive de la venta de pescado.
Caminando donde inicia el comercio, me encontré frente al Hospital Eduardo Arredondo, sede La Nevada, un centro de salud que lleva más de 15 años en la comunidad y donde diariamente le brindan atención medica aproximadamente a 500 personas en el área de urgencias, consulta externa, odontología y laboratorio clínico. Además, la entidad ofrece todos los servicios de primer nivel de atención dentro de los que se incluyen medicina general, vacunación, atención por crecimiento y desarrollo, atención al adulto mayor, y atención al joven, entre otros.
A unas pocas cuadras del hospital se encuentra el Instituto Técnico La Esperanza, este es el colegio público donde asisten la mayoría de los jóvenes, con una sede de primaria que se encuentra hacía uno de los costados del ‘mercadito’ público.
La inseguridad aún es signo de preocupación en varios habitantes del sector, quienes reconocen que hay personas mal intencionadas que quieren hacer daño. Hay jóvenes que se encuentran en la drogadicción y aprovechan los parques y otros sectores para consumir sustancias alucinógenas.
Por su parte, algunos miembros de la comunidad reconocen que aún existe la inseguridad aunque muchas veces las personas responsables de actos ilegales o delincuentes, no hacen daño a los que saben que hacen parte de la comunidad.
“Todavía hay muchas personas por ahí que son malas pero uno tiene que ser sincero, aquí ya nos conocen y a nosotros nunca nos han hecho nada malo”, expresó un habitante que pidió se omitiera su identidad.
El barrio La Nevada sigue siendo el pueblo pequeño dentro de Valledupar en el que hay personas que a pesar de las cosas negativas que siguen existiendo en el entorno, trabajan a diario para mantener a sus familias de manera honrada.
La gente del barrio La Nevada se caracteriza por ser gente trabajadora, humilde y alegre. En los pasillos comerciales me encontré con un par de jóvenes que quisieron hacer realidad el sueño de un negocio propio. Ellos son Carlos Andrés Pacheco y Andrés Rollero Contreras, propietarios de un negocio comercial llamado ‘Los Andrés’ que se dedica a la venta de accesorios para celulares, equipos de parlantería con sistema bluetooth y reparación técnica de celulares.
“Nosotros trabajamos con todo lo que es accesorios y tecnología, manejamos cierta gama de parlantería que trabajan a bluetooth esa es la especialidad de nosotros. Fue una idea que se presentó de mi parte, inicialmente trabajaba por pedidos pero tuvo bueno resultados y surgió la unión con Carlos, un compañero con el que me asocié para montar el negocio”, dijo Eduardo Andrés Rollero Contreras, propietario del negocio ‘Los Andrés’ de La Nevada.
‘Los Andrés’ surgió como una idea que cada día va creciendo, pero Carlos y Andrés no sólo se dedican a su negocio sino que también son empleados de otras empresas y estudiantes universitarios.
“Estudio en la UPC noveno semestre de contaduría pública. Con mi amigo Eduardo Andrés nos trazamos esa meta tan bonita de alcanzar esos sueños que cada uno tenía por alcanzar, gracias a Dios hoy tenemos este negocio que se llama ‘Los Andrés’.
Después de ser una invasión hace 30 años, el barrio La Nevada se ha convertido en todo un espacio lleno de gran potencial económico.
Después de ser una invasión hace 30 años, el barrio La Nevada se ha convertido en todo un espacio lleno de gran potencial económico. Uno de los sectores más populares y grandes de la ciudad, hoy figura como una zona que proporciona un gran aporte a la economía del municipio. Acompáñenme en este recorrido que empieza en una de las calles más largas y transitadas de la ciudad, la calle sexta del barrio La Nevada.
Comencé este recorrido por el famoso ‘mercadito’ de La Nevada, ubicado en la calle sexta con calle 44 una de las avenidas más comerciales de toda la ciudad. Los habitantes del barrio no tienen la necesidad de trasladarse al centro de Valledupar porque en este paseo comercial pueden encontrar de todo, desde alimentos y ropa hasta centros de salud. Muchos de los que trabajan de manera formal e informal en esta avenida, se levantan desde las seis de la mañana a ejercer sus labores hasta las siete de la noche, algunos hasta más tarde.
Este es el caso de Eusebio Muñoz, un hombre de 74 años que junto a su esposa llevan más de cuatro años vendiendo comida de manera informal en la zona del mercadito.
“Hacemos desayunos y almuerzos para la gente de la zona. Hemos conseguido buenos clientes y les ha gustado nuestra comida y la atención que nosotros le brindamos. Nosotros empezamos a las seis de la mañana y nos vamos a las cuatro de la tarde. Aquí somos unidos nos cuidamos el uno al otro”, expresó Eusebio Muñoz habitante del barrio.
Algunas personas que tienen sus negocios de frutas, pescado y comidas de manera informal, se han enfrentado a la Fuerza Pública por permanecer en espacios que no son permitidos para este tipo de negocios en la ciudad, la mayoría han estado a punto de ser desalojados. “Sería bueno que nos dejen aquí, siempre dicen que nos van a sacar pero no nos sacan. Este es el lugar donde trabajamos y nos ganamos la vida y el sustento diario”, dijo Edith Bolaños, vendedora de comidas en la zona.
En la actualidad, hay más de 50 vendedores informales y más de 400 negocios formales de todo tipo. El comercio es uno de los medios de vida más importantes que tienen las personas del barrio lo que trae un gran beneficio a la comunidad, quienes no tienen que desplazarse largas distancias al otro lado de la ciudad para conseguir lo que necesitan.
“Aquí podemos encontrar de todo a costos económicos, no tenemos que gastar plata en transporte porque conseguimos todo lo que necesitamos y eso es muy bueno para nosotros”, dice Cecilia Martínez, habitante del barrio La Nevada.
Geudis Caballero es un hombre pescador de Plato, Magdalena que tiene más de 35 años dedicándose a la venta de pescado y siete años de residir en el barrio La Nevada.
“Desde que abrí mis ojos estoy trabajando en esto porque mi padre es pescador. Lo positivo del barrio es que es un epicentro de cinco comunas donde nos relacionamos con mucha gente, lidiamos con diferentes personas cada día. Lo negativo es que llegan muchas personas que no son de confiar, mucho vicioso, personas que vienen hacerle daño a los demás”, dijo Geudis un hombre que vive de la venta de pescado.
Caminando donde inicia el comercio, me encontré frente al Hospital Eduardo Arredondo, sede La Nevada, un centro de salud que lleva más de 15 años en la comunidad y donde diariamente le brindan atención medica aproximadamente a 500 personas en el área de urgencias, consulta externa, odontología y laboratorio clínico. Además, la entidad ofrece todos los servicios de primer nivel de atención dentro de los que se incluyen medicina general, vacunación, atención por crecimiento y desarrollo, atención al adulto mayor, y atención al joven, entre otros.
A unas pocas cuadras del hospital se encuentra el Instituto Técnico La Esperanza, este es el colegio público donde asisten la mayoría de los jóvenes, con una sede de primaria que se encuentra hacía uno de los costados del ‘mercadito’ público.
La inseguridad aún es signo de preocupación en varios habitantes del sector, quienes reconocen que hay personas mal intencionadas que quieren hacer daño. Hay jóvenes que se encuentran en la drogadicción y aprovechan los parques y otros sectores para consumir sustancias alucinógenas.
Por su parte, algunos miembros de la comunidad reconocen que aún existe la inseguridad aunque muchas veces las personas responsables de actos ilegales o delincuentes, no hacen daño a los que saben que hacen parte de la comunidad.
“Todavía hay muchas personas por ahí que son malas pero uno tiene que ser sincero, aquí ya nos conocen y a nosotros nunca nos han hecho nada malo”, expresó un habitante que pidió se omitiera su identidad.
El barrio La Nevada sigue siendo el pueblo pequeño dentro de Valledupar en el que hay personas que a pesar de las cosas negativas que siguen existiendo en el entorno, trabajan a diario para mantener a sus familias de manera honrada.
La gente del barrio La Nevada se caracteriza por ser gente trabajadora, humilde y alegre. En los pasillos comerciales me encontré con un par de jóvenes que quisieron hacer realidad el sueño de un negocio propio. Ellos son Carlos Andrés Pacheco y Andrés Rollero Contreras, propietarios de un negocio comercial llamado ‘Los Andrés’ que se dedica a la venta de accesorios para celulares, equipos de parlantería con sistema bluetooth y reparación técnica de celulares.
“Nosotros trabajamos con todo lo que es accesorios y tecnología, manejamos cierta gama de parlantería que trabajan a bluetooth esa es la especialidad de nosotros. Fue una idea que se presentó de mi parte, inicialmente trabajaba por pedidos pero tuvo bueno resultados y surgió la unión con Carlos, un compañero con el que me asocié para montar el negocio”, dijo Eduardo Andrés Rollero Contreras, propietario del negocio ‘Los Andrés’ de La Nevada.
‘Los Andrés’ surgió como una idea que cada día va creciendo, pero Carlos y Andrés no sólo se dedican a su negocio sino que también son empleados de otras empresas y estudiantes universitarios.
“Estudio en la UPC noveno semestre de contaduría pública. Con mi amigo Eduardo Andrés nos trazamos esa meta tan bonita de alcanzar esos sueños que cada uno tenía por alcanzar, gracias a Dios hoy tenemos este negocio que se llama ‘Los Andrés’.