El director de la Oficina de Cultura de Valledupar, Carlos Liñán Pitre, en su propósito de hacer un giro copernicano a la cultura, tiene previsto iniciar programas para fortalecer los procesos de lectura en todas las instituciones educativas del municipio, con la participación de docentes, y el apoyo de escritores y promotores de lectura del […]
El director de la Oficina de Cultura de Valledupar, Carlos Liñán Pitre, en su propósito de hacer un giro copernicano a la cultura, tiene previsto iniciar programas para fortalecer los procesos de lectura en todas las instituciones educativas del municipio, con la participación de docentes, y el apoyo de escritores y promotores de lectura del Banco de la República.
La lectura es la esencia matriz para la calidad de vida, porque proporciona información, crea hábitos de reflexión y sentido crítico, contribuye al desarrollo de la imaginación, la creatividad y despierta la estética de la sensibilidad por las diversas manifestaciones del arte.
Desde el punto de vista psicológico, ayuda a comprender mejor el mundo como a nosotros mismos, facilita las relaciones interpersonales, potencia la inteligencia emocional, moral y espiritual y, en consecuencia, la capacidad para construir nuestro proyecto ético de vida.
Es importante destacar que hay un considerable número de docentes en el municipio que vienen implementando estrategias innovadoras para fomentar la lectura y la escritura, prueba de ellos fue la masiva participación, el año anterior, de estudiantes de sexto a once en el concurso ‘Leer es nuestro cuento’, organizado por el diario El Pilón en alianza con la Secretaría de Educación de Valledupar.
Fue tanta la motivación de estudiantes y docentes, que solicitaron que se creara la categoría para primaria. Esperamos que este año se repita el concurso, incluido el nivel de básica primaria.
Una de las prioridades para optimizar estos procesos es la adecuación y dotación de las bibliotecas escolares, a fin de que sean lugares en los que se propicie la lectura, de la mano de bibliotecarios(as) con carisma y liderazgo, enamorados de los libros. Si no se cumple esta última condición, la biblioteca se convierte en un depósito de libros y los niños en zombis del celular.
En cada corregimiento debe crearse una Biblioteca Pública con un horario extensivo, especialmente los fines de semana, donde jóvenes y adultos puedan ir a recrearse en la lectura. La Oficina de Cultura del municipio debe contar con profesores en música, poesía, narrativa, danzas, teatro, para que al menos dos veces por semana desarrollen sus clases.
Y por otra parte, la Secretaría de Deportes debe nombrar instructores para las prácticas en las diversas disciplinas, y realizar competencias de manera periódica.
El convenio de Articulación del SENA, en los colegios de los corregimientos, además de la Tecnología en Informática y Medio Ambiente, podría ofrecer programas afines con la tradición local, entre otros: tecnología de huertas caseras o patios productivos, criaderos de animales, estanques piscícolas, artesanías, alfarería, gastronomía.
Se trata de preparar a los jóvenes para la vida, con proyectos de emprendimientos que los alejen del ocio y la tentación del alcohol y las drogas.
El director de la Oficina de Cultura de Valledupar, Carlos Liñán Pitre, en su propósito de hacer un giro copernicano a la cultura, tiene previsto iniciar programas para fortalecer los procesos de lectura en todas las instituciones educativas del municipio, con la participación de docentes, y el apoyo de escritores y promotores de lectura del […]
El director de la Oficina de Cultura de Valledupar, Carlos Liñán Pitre, en su propósito de hacer un giro copernicano a la cultura, tiene previsto iniciar programas para fortalecer los procesos de lectura en todas las instituciones educativas del municipio, con la participación de docentes, y el apoyo de escritores y promotores de lectura del Banco de la República.
La lectura es la esencia matriz para la calidad de vida, porque proporciona información, crea hábitos de reflexión y sentido crítico, contribuye al desarrollo de la imaginación, la creatividad y despierta la estética de la sensibilidad por las diversas manifestaciones del arte.
Desde el punto de vista psicológico, ayuda a comprender mejor el mundo como a nosotros mismos, facilita las relaciones interpersonales, potencia la inteligencia emocional, moral y espiritual y, en consecuencia, la capacidad para construir nuestro proyecto ético de vida.
Es importante destacar que hay un considerable número de docentes en el municipio que vienen implementando estrategias innovadoras para fomentar la lectura y la escritura, prueba de ellos fue la masiva participación, el año anterior, de estudiantes de sexto a once en el concurso ‘Leer es nuestro cuento’, organizado por el diario El Pilón en alianza con la Secretaría de Educación de Valledupar.
Fue tanta la motivación de estudiantes y docentes, que solicitaron que se creara la categoría para primaria. Esperamos que este año se repita el concurso, incluido el nivel de básica primaria.
Una de las prioridades para optimizar estos procesos es la adecuación y dotación de las bibliotecas escolares, a fin de que sean lugares en los que se propicie la lectura, de la mano de bibliotecarios(as) con carisma y liderazgo, enamorados de los libros. Si no se cumple esta última condición, la biblioteca se convierte en un depósito de libros y los niños en zombis del celular.
En cada corregimiento debe crearse una Biblioteca Pública con un horario extensivo, especialmente los fines de semana, donde jóvenes y adultos puedan ir a recrearse en la lectura. La Oficina de Cultura del municipio debe contar con profesores en música, poesía, narrativa, danzas, teatro, para que al menos dos veces por semana desarrollen sus clases.
Y por otra parte, la Secretaría de Deportes debe nombrar instructores para las prácticas en las diversas disciplinas, y realizar competencias de manera periódica.
El convenio de Articulación del SENA, en los colegios de los corregimientos, además de la Tecnología en Informática y Medio Ambiente, podría ofrecer programas afines con la tradición local, entre otros: tecnología de huertas caseras o patios productivos, criaderos de animales, estanques piscícolas, artesanías, alfarería, gastronomía.
Se trata de preparar a los jóvenes para la vida, con proyectos de emprendimientos que los alejen del ocio y la tentación del alcohol y las drogas.