Hoy es el Día Internacional de la Juventud, oficializado por la Organización de las Naciones Unidas, población que está dividida entre el mundo académico, el liderazgo social y la delincuencia.
En 1999 la Organización de las Naciones Unidas oficializó el Día Internacional de la Juventud, para resaltar, cada 12 de agosto la “imaginación, ideales y energía de los jóvenes”, así como establecer líneas de acción en beneficio de esta población: educación, medio ambiente, hambre y pobreza.
Luego de 17 años en el marco del reconocimiento mundial, bajo el enfoque de la ONU, los jóvenes siguen siendo población destacada, actualmente por las autoridades territoriales como Valledupar, donde existe desde hace dos años una plataforma de juventudes, en la que cerca de 50 asociaciones están vinculadas con la intención de incidir en las decisiones del gobierno.
Las juventudes hoy se pelean los lugares en las mesas de construcción de políticas públicas, como los planes de desarrollo; en el de Valledupar, liderado por Augusto Ramírez Uhia, tienen un capítulo especial, equipo de trabajo, 100 millones de pesos en 2016 y todo un año para crear, estudiar y definir estrategias de inclusión a los jóvenes en el municipio.
Pero las juventudes no solo se pelean los puestos en la mesa de decisiones, también son uno de los principales actores de la violencia, por consiguiente la inseguridad.
En ese sentido, el comandante de la Policía en el Cesar, coronel Diego Hernán Rosero, precisó que 157 jóvenes menores de 18 años han sido capturados en lo que va del presente año, por hurto y receptación, que es en final de cuentas participación directa o indirecta en robos.
Luego de la entrada en vigencia de la Ley 1622 de 2013 reconocida como Ley estatutaria de ciudadanía juvenil, el liderazgo de los menores de 30 años en Colombia tomó forma y partido. En Valledupar nació la Plataforma de Juventudes con Ana Osorio Luquez como primera presidenta, elegida democráticamente por las 20 asociaciones juveniles que la integraban en el 2014.
Osorio Luquez, hoy representante para el Cesar en las plataformas de juventudes Región Caribe, explicó sus puntos de vista sobre la juventud vallenata, a quien lideró a través de gestiones independientes pero aliada a las autoridades municipales. Habló de lo bueno, lo malo y lo feo.
“Se vienen cosas muy grandes por una juventud muy inquieta e incisiva a la hora de manifestar sus posiciones. Te sorprenderás cuando encuentres escenarios de participación con mayor incidencia de jóvenes, te lo puedo asegurar”, dijo.
Reconoció que a pesar de que la juventud está llamada a tomar el liderazgo nacional, también es la protagonista de uno de los factores de atraso ciudadano.
“Indiscutiblemente los márgenes de delincuencia en el territorio son muy altos y somos los jóvenes quienes protagonizamos esas cifras pero recordemos que también somos protagonistas como víctimas de la violencia”, aseguró.
Y concluyó que la mayoría de los problemas de la juventud radican en la escasez de oportunidades y así son presa fácil de la delincuencia.
“Hay una función pública que no está respondiendo a la necesidades que hoy se presentan y si nosotros no tenemos políticas claras de gobierno para poder combatir la delincuencia, que no se combata con más policías, sino con políticas justas equitativas, que fomente el empleo no generara el positivismo para el joven cesarense”, acotó.
Ana Osorio Luquez, hoy en la Red Región, dejó el cargo que el pasado 8 de julio asumió Danilo Ordóñez, joven estudiante de origen humilde que venía acompañando el embeleco de la plataforma desde sus inicios.
“Somos los encargados de articular con la administración la agenda juvenil que se vaya a desarrollar en el municipio, encargados de articular con quienes tengan iniciativas y ofertas para jóvenes”, afirmó Danilo.
Ofertas para los que ni estudian, ni trabajan, ‘Nini’; los que están en condición de calle; los que son miembros de bandas criminales; los desertores escolares del 2015, de los que según la Secretaría de Educación Municipal no se conoce una cifra exacta.
El joven abogado Arturo Alfaro Cujia, reconocido en Valledupar por su posición en defensa del motociclista, explicó que no hay un ejemplo más claro de la situación de la juventud vallenata que el de los que andan transportando ilegalmente a la ciudadanía en “dos ruedas”.
“El Observatorio del Mercado del Trabajo en el Cesar, Ormet, presentó un estudio que indicaba en 2014 que 6000 personas se dedicaban a esta actividad pero que la edad promedio estaba entre los 17 a 27 años, incluso desertando estudios medios y técnicos”, manifestó Alfaro Cujia.
Según el líder gremial, hoy existen 800 jóvenes que dejaron el mototaxismo capacitándose en carreras técnicas y tecnólogas. “Están en el Sena estudiando mercadeo y ventas, evaluación de proyectos, manipulación de alimentos, gestión ambiental y también entidades privadas permitiendo que ellos trabajen, dando oportunidades para que salgan de esa actividad”, concluyó.
En el área de la construcción, ventas ambulantes y estacionarias, pueden verse a jóvenes que abandonaron la escuela o quizá nunca la iniciaron. La reparación de motocicletas es una de las labores en las que más población joven puede verse, en sectores periféricos de Valledupar, como una consecuencia del fenómeno del mototaxismo.
A diario muchos jóvenes son sorprendidos en flagrancia cometiendo delitos de alto impacto como el homicidio, el hurto agravado con armas de fuego, y lesiones personales. Son los jóvenes entre 15 y 30 años los que representan las altas cifras de capturados y no capturados responsables de crímenes en la ciudad de Valledupar.
Ejemplos como el de Francisco Javier Rivero García, de 23 años, capturado en 2015, tres veces en una semana por robos a almacenes de cadena. Alias ‘Luisito’, convertido en el delincuente juvenil más peligroso conocido hasta ahora, sin que haya superado los 18 años de edad. Ambos representan el nivel de reincidencia en la comisión de delitos, resultado de un entorno familiar y social sin oportunidades.
“La juventud está descuidada, desde la misma familia, hay muchos hogares con descomposición familiar, jóvenes sin padre o madre; hijos descuidados que fácilmente caen en las drogas. Jóvenes que están siendo instrumentalizados por los adultos delincuentes”, dijo el coronel Diego Hernán Rosero Giraldo, comandante de la Policía en el Cesar.
Los jóvenes sin participación en procesos productivos académicos, ya sea por apatía o por falta de acceso, son el ejército de la delincuencia en la ciudad. Se convierten en aliados del sicariato, el halado de vehículos, hurto a comercio y a residencias.
“Se dedican a guardar los estupefacientes o alertar a los adultos que tienen las ‘ollas’ cuando hay presencia policial”, agregó el coronel Rosero Giraldo.
Existe otro ejército de jóvenes que pese a las dificultades del entorno no solo hacen parte de buenos procesos, sino que también tienen eco fuera de Valledupar. Adán Monroy Suarez, egresado de la Universidad Popular del Cesar y ad portas de graduarse en la carrera de Derecho. A sus 21 años, habitante del barrio Panamá en el sur de Valledupar, ha sido reconocido en Washington, capital de Estados Unidos, en el concurso Interamericano de Derechos Humanos realizado por American University.
“Representamos al país frente junto a mas de 104 universidades de todo el mundo. Diez días y al final obtuvimos el premio al mejor Memorial del Estado en español y el tercer mejor memorial a nivel general”, narró el joven estudiante.
Muchos estudiantes del colegio San Fernando, a cuadras de la casa de Adán no contaron con la misma suerte del destacado estudiante.
“Algunos ya son padres, otros no han tenido la oportunidad de acceder a la educación superior, cada una de las familias vive diversos contextos, pero siempre hay un camino, como jóvenes estamos llamados a cambiar y mejorar las situaciones”, indicó.
Ana Osorio, de la Red Región, explicó que hoy es tanta la incidencia de la juventud que ya cuentan con espacios en organizaciones que estaban destinadas solo a los mayores como la acción comunal.
“Hoy se ve que en las Juntas de Acción Comunal hay comités de juventud, y le han dado participación a los jóvenes de sus comunidades, que sean ellos mismo quienes generen sus soluciones, con criterio y orientado. Mira la Asamblea del Cesar y el Concejo Municipal cuántos jóvenes tiene, cuántos alcaldes jóvenes hay”, manifestó.
Tal es el caso de Roberto Carlos Maestre Núñez, presidente de la Junta de Acción Comunal de Francisco de Paula en la Comuna 4, con 30 años. “Es un reto y una responsabilidad asumir la acción comunal por parte de un joven, esto da más experiencia, enfrentarse a las dificultades que vive una comunidad y ver de qué manera soluciona”, expresó.
En una banca de la Plaza Alfonso López, estaban sentados tres jóvenes estudiantes de carreras técnicas y tecnólogas. Roger Salgado de 19 años y con dos hijos, del barrio El Carmen, alumno en el Instituto Técnico del Norte, ITN, explicó que “es fácil acceder a la educación hoy, hay educación de bajo costo y otras de valores más altos, pero para todo hay oferta. En mi carrera de Seguridad Laboral hay campo de acción en la explotación minera”.
Hollman González, estudiante de Seguridad Ocupacional en Uparsistem, asegura estudiar fue fácil con el apoyo de su familia. “El objetivo es hacer el tecnólogo en el Sena y seguir adelante, continuar en el campo profesional a mis 21 años, sin hijos, soltero, estudiante gracias al apoyo de la familia”.
Mientras tanto en el Sena, los estudiantes de Salud Ocupacional, Karen Geney de 21 años y Jesús Pérez de 23 años, muestran una posición optimista ante las dificultades.
“Yo vendo comidas rápidas y me va muy bien desde que me vine a Valledupar. Tenía un grupo de reggaetón en Chiriguana y cantaba en los corregimientos, aun seguimos”, dijo Jesús.
La joven de origen monteriano, habitante en el municipio de La Paz, Cesar, asegura que sus padres han sido fundamentales. “No he trabajado hasta ahora pero si no contara con el apoyo de ellos, lo haría por cumplir los sueños”, concluyó.
Por Andrés Llamas Nova / EL PILÓN
Hoy es el Día Internacional de la Juventud, oficializado por la Organización de las Naciones Unidas, población que está dividida entre el mundo académico, el liderazgo social y la delincuencia.
En 1999 la Organización de las Naciones Unidas oficializó el Día Internacional de la Juventud, para resaltar, cada 12 de agosto la “imaginación, ideales y energía de los jóvenes”, así como establecer líneas de acción en beneficio de esta población: educación, medio ambiente, hambre y pobreza.
Luego de 17 años en el marco del reconocimiento mundial, bajo el enfoque de la ONU, los jóvenes siguen siendo población destacada, actualmente por las autoridades territoriales como Valledupar, donde existe desde hace dos años una plataforma de juventudes, en la que cerca de 50 asociaciones están vinculadas con la intención de incidir en las decisiones del gobierno.
Las juventudes hoy se pelean los lugares en las mesas de construcción de políticas públicas, como los planes de desarrollo; en el de Valledupar, liderado por Augusto Ramírez Uhia, tienen un capítulo especial, equipo de trabajo, 100 millones de pesos en 2016 y todo un año para crear, estudiar y definir estrategias de inclusión a los jóvenes en el municipio.
Pero las juventudes no solo se pelean los puestos en la mesa de decisiones, también son uno de los principales actores de la violencia, por consiguiente la inseguridad.
En ese sentido, el comandante de la Policía en el Cesar, coronel Diego Hernán Rosero, precisó que 157 jóvenes menores de 18 años han sido capturados en lo que va del presente año, por hurto y receptación, que es en final de cuentas participación directa o indirecta en robos.
Luego de la entrada en vigencia de la Ley 1622 de 2013 reconocida como Ley estatutaria de ciudadanía juvenil, el liderazgo de los menores de 30 años en Colombia tomó forma y partido. En Valledupar nació la Plataforma de Juventudes con Ana Osorio Luquez como primera presidenta, elegida democráticamente por las 20 asociaciones juveniles que la integraban en el 2014.
Osorio Luquez, hoy representante para el Cesar en las plataformas de juventudes Región Caribe, explicó sus puntos de vista sobre la juventud vallenata, a quien lideró a través de gestiones independientes pero aliada a las autoridades municipales. Habló de lo bueno, lo malo y lo feo.
“Se vienen cosas muy grandes por una juventud muy inquieta e incisiva a la hora de manifestar sus posiciones. Te sorprenderás cuando encuentres escenarios de participación con mayor incidencia de jóvenes, te lo puedo asegurar”, dijo.
Reconoció que a pesar de que la juventud está llamada a tomar el liderazgo nacional, también es la protagonista de uno de los factores de atraso ciudadano.
“Indiscutiblemente los márgenes de delincuencia en el territorio son muy altos y somos los jóvenes quienes protagonizamos esas cifras pero recordemos que también somos protagonistas como víctimas de la violencia”, aseguró.
Y concluyó que la mayoría de los problemas de la juventud radican en la escasez de oportunidades y así son presa fácil de la delincuencia.
“Hay una función pública que no está respondiendo a la necesidades que hoy se presentan y si nosotros no tenemos políticas claras de gobierno para poder combatir la delincuencia, que no se combata con más policías, sino con políticas justas equitativas, que fomente el empleo no generara el positivismo para el joven cesarense”, acotó.
Ana Osorio Luquez, hoy en la Red Región, dejó el cargo que el pasado 8 de julio asumió Danilo Ordóñez, joven estudiante de origen humilde que venía acompañando el embeleco de la plataforma desde sus inicios.
“Somos los encargados de articular con la administración la agenda juvenil que se vaya a desarrollar en el municipio, encargados de articular con quienes tengan iniciativas y ofertas para jóvenes”, afirmó Danilo.
Ofertas para los que ni estudian, ni trabajan, ‘Nini’; los que están en condición de calle; los que son miembros de bandas criminales; los desertores escolares del 2015, de los que según la Secretaría de Educación Municipal no se conoce una cifra exacta.
El joven abogado Arturo Alfaro Cujia, reconocido en Valledupar por su posición en defensa del motociclista, explicó que no hay un ejemplo más claro de la situación de la juventud vallenata que el de los que andan transportando ilegalmente a la ciudadanía en “dos ruedas”.
“El Observatorio del Mercado del Trabajo en el Cesar, Ormet, presentó un estudio que indicaba en 2014 que 6000 personas se dedicaban a esta actividad pero que la edad promedio estaba entre los 17 a 27 años, incluso desertando estudios medios y técnicos”, manifestó Alfaro Cujia.
Según el líder gremial, hoy existen 800 jóvenes que dejaron el mototaxismo capacitándose en carreras técnicas y tecnólogas. “Están en el Sena estudiando mercadeo y ventas, evaluación de proyectos, manipulación de alimentos, gestión ambiental y también entidades privadas permitiendo que ellos trabajen, dando oportunidades para que salgan de esa actividad”, concluyó.
En el área de la construcción, ventas ambulantes y estacionarias, pueden verse a jóvenes que abandonaron la escuela o quizá nunca la iniciaron. La reparación de motocicletas es una de las labores en las que más población joven puede verse, en sectores periféricos de Valledupar, como una consecuencia del fenómeno del mototaxismo.
A diario muchos jóvenes son sorprendidos en flagrancia cometiendo delitos de alto impacto como el homicidio, el hurto agravado con armas de fuego, y lesiones personales. Son los jóvenes entre 15 y 30 años los que representan las altas cifras de capturados y no capturados responsables de crímenes en la ciudad de Valledupar.
Ejemplos como el de Francisco Javier Rivero García, de 23 años, capturado en 2015, tres veces en una semana por robos a almacenes de cadena. Alias ‘Luisito’, convertido en el delincuente juvenil más peligroso conocido hasta ahora, sin que haya superado los 18 años de edad. Ambos representan el nivel de reincidencia en la comisión de delitos, resultado de un entorno familiar y social sin oportunidades.
“La juventud está descuidada, desde la misma familia, hay muchos hogares con descomposición familiar, jóvenes sin padre o madre; hijos descuidados que fácilmente caen en las drogas. Jóvenes que están siendo instrumentalizados por los adultos delincuentes”, dijo el coronel Diego Hernán Rosero Giraldo, comandante de la Policía en el Cesar.
Los jóvenes sin participación en procesos productivos académicos, ya sea por apatía o por falta de acceso, son el ejército de la delincuencia en la ciudad. Se convierten en aliados del sicariato, el halado de vehículos, hurto a comercio y a residencias.
“Se dedican a guardar los estupefacientes o alertar a los adultos que tienen las ‘ollas’ cuando hay presencia policial”, agregó el coronel Rosero Giraldo.
Existe otro ejército de jóvenes que pese a las dificultades del entorno no solo hacen parte de buenos procesos, sino que también tienen eco fuera de Valledupar. Adán Monroy Suarez, egresado de la Universidad Popular del Cesar y ad portas de graduarse en la carrera de Derecho. A sus 21 años, habitante del barrio Panamá en el sur de Valledupar, ha sido reconocido en Washington, capital de Estados Unidos, en el concurso Interamericano de Derechos Humanos realizado por American University.
“Representamos al país frente junto a mas de 104 universidades de todo el mundo. Diez días y al final obtuvimos el premio al mejor Memorial del Estado en español y el tercer mejor memorial a nivel general”, narró el joven estudiante.
Muchos estudiantes del colegio San Fernando, a cuadras de la casa de Adán no contaron con la misma suerte del destacado estudiante.
“Algunos ya son padres, otros no han tenido la oportunidad de acceder a la educación superior, cada una de las familias vive diversos contextos, pero siempre hay un camino, como jóvenes estamos llamados a cambiar y mejorar las situaciones”, indicó.
Ana Osorio, de la Red Región, explicó que hoy es tanta la incidencia de la juventud que ya cuentan con espacios en organizaciones que estaban destinadas solo a los mayores como la acción comunal.
“Hoy se ve que en las Juntas de Acción Comunal hay comités de juventud, y le han dado participación a los jóvenes de sus comunidades, que sean ellos mismo quienes generen sus soluciones, con criterio y orientado. Mira la Asamblea del Cesar y el Concejo Municipal cuántos jóvenes tiene, cuántos alcaldes jóvenes hay”, manifestó.
Tal es el caso de Roberto Carlos Maestre Núñez, presidente de la Junta de Acción Comunal de Francisco de Paula en la Comuna 4, con 30 años. “Es un reto y una responsabilidad asumir la acción comunal por parte de un joven, esto da más experiencia, enfrentarse a las dificultades que vive una comunidad y ver de qué manera soluciona”, expresó.
En una banca de la Plaza Alfonso López, estaban sentados tres jóvenes estudiantes de carreras técnicas y tecnólogas. Roger Salgado de 19 años y con dos hijos, del barrio El Carmen, alumno en el Instituto Técnico del Norte, ITN, explicó que “es fácil acceder a la educación hoy, hay educación de bajo costo y otras de valores más altos, pero para todo hay oferta. En mi carrera de Seguridad Laboral hay campo de acción en la explotación minera”.
Hollman González, estudiante de Seguridad Ocupacional en Uparsistem, asegura estudiar fue fácil con el apoyo de su familia. “El objetivo es hacer el tecnólogo en el Sena y seguir adelante, continuar en el campo profesional a mis 21 años, sin hijos, soltero, estudiante gracias al apoyo de la familia”.
Mientras tanto en el Sena, los estudiantes de Salud Ocupacional, Karen Geney de 21 años y Jesús Pérez de 23 años, muestran una posición optimista ante las dificultades.
“Yo vendo comidas rápidas y me va muy bien desde que me vine a Valledupar. Tenía un grupo de reggaetón en Chiriguana y cantaba en los corregimientos, aun seguimos”, dijo Jesús.
La joven de origen monteriano, habitante en el municipio de La Paz, Cesar, asegura que sus padres han sido fundamentales. “No he trabajado hasta ahora pero si no contara con el apoyo de ellos, lo haría por cumplir los sueños”, concluyó.
Por Andrés Llamas Nova / EL PILÓN