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Especiales - 5 noviembre, 2022

La histórica llegada del primer carro a Valledupar (segunda parte)

Aprovisionamiento de combustibles, lubricantes, repuestos, etc. para el automóvil Ford modelo 1925.

Por: Deivis Safady
Por: Deivis Safady

No existiendo en la región expendios de gasolina, aceites, llantas, repuestos, etc., el general Dangond, lo tenía todo previsto, había previamente organizado tres relevos que se movilizan a lomo de mula entre Fundación y Valledupar, se aceleraba al máximo el transporte de combustible, lubricantes, llantas, repuestos, etc. 

En un tiempo récord en la época se estableció por ese novedoso sistema de relevos el transporte extra-rápido que permitió la prestación de servicios del automóvil sin interrupción. El aprovisionamiento de gasolina, importada de Aruba y adquirida en Santa Marta, era dispendioso, en cajas que contenían dos latas de cinco galones cada una, la carga para una mula se conformaba con dos cajas o sea cuatro latas con capacidad de veinte galones de gasolina.

El recuerdo del éxito alcanzado por el general Dangond perdura aún entre los pocos sobrevivientes que tuvimos el privilegio de vivir en esa época. Se recuerda un caso fortuito lamentado en su época en la primera noche de transitar por las calles de Valledupar el automóvil manejado por Leoncio Yoardo: “Una señora anciana murió a consecuencia de un infarto cardiaco fulminante que le sobrevino por la impresión aterradora de ver en la oscuridad de la noche las luces de los faros del automóvil, que ella confundió con los ojos desorbitantes del diablo y al exclamar: ¡Dios mío es el espíritu del mal!”.

PREPARATIVOS PARA EL VIAJE EN AUTOMÓVIL DE SAN JUAN DEL CESAR-VILLANUEVA- VALLEDUPAR-VALENCIA-LAS PAVAS-CARACOLICITO-FUNDACIÓN

El general Dangond, al regresar de Valledupar a Villanueva, intensificó al máximo sus preparativos para la realización del proyectado y largo viaje hasta Fundación. 

La Asamblea del departamento del Magdalena, acogiendo las recomendaciones especiales del señor gobernador del departamento don Nicolás Dávila, acababa de aprobar un proyecto de ordenanza sobre fomento de intercambio, en automotores por los caminos de herraduras existentes; concretamente la Asamblea Departamental había asignado en su ordenanza una partida equivalente al valor del primer automóvil Ford modelo 1925, utilizado por el general Dangond para el recorrido entre San Juan del Cesar y Fundación. 

Carlos, Teniente José Eduardo, Jorge, madre Alicia y Silvestre.

Con la seguridad del éxito en su proyectado viaje en su automóvil, manejado por Leoncio Yoardo, a fines del mes de febrero de 1926 emprendió su recorrido, venciendo obstáculos innumerables, su aventura fue considerada irrealizable y temeraria, pero tenía a su favor la seguridad en sus preparativos y su fortaleza y convicción en sus favorables condiciones emprendió su segunda aventura.

TODA UNA LOGÍSTICA

El sector del camino real más difícil de vencer le era sin duda, el ‘Alto de las Minas’ o sea el extremo sur-oriental de la Sierra Nevada de Santa Marta, todo estaba previsto: el personal de trabajadores, los bueyes, mulas, diferenciales, palancas, manilas, cables de acero y numerosas herramientas.

Iniciada la lucha contra los obstáculos naturales, estos fueron cediendo lentamente en cuarenta y ocho horas de trabajo tenaz se logró llegar a la cima de ese sector del camino real, la seguridad del éxito entusiasmaba al general Dangond, a Leoncio Yoardo y a todos aquellos intrépidos y decididos colaboradores que tenían por meta el triunfo de una temeraria empresa al iniciarse el descenso del “Alto de Minas”, el telegrafista de “Las Pavas” comunicó al gobernador del departamento del Magdalena don Nicolás Dávila, la buena noticia del avance logrado por el general Dangond en su viaje con destino a Fundación; seguro del éxito el gobernador con sus secretarios de hacienda y de obras públicas doctor Espejo, programó e inició su viaje para el reencuentro con el general Dangond. 

En consideración a la urgencia viajaron en un ‘motor’ por vía férrea a Fundación y a lomo de mulas, en dos largas jornadas de Fundación-Caracolicito-Las Pavas, el gobernador Nicolás Dávila y sus secretarios manifestaron su entusiasmo y complacencia por el éxito alcanzado.

MUCHOS DÍAS DE VIAJES

El gobernador Dávila aceptó complacido la invitación especial del general Dangond de acompañarlo en su automóvil hasta Fundación, en donde con entusiasmo se organizaba el comité de recepción, la fiesta programada duró tres días, el acto sobresaliente y muy especial estuvo a cargo del gobernador del departamento del Magdalena, al disertar sobre el significado para el progreso que indiscutiblemente facilitaría la gestión administrativa del gobierno, el general Dangond con su hazaña acababa de demostrar la factibilidad de construcción de carreteras en el departamento del Magdalena. 

Trece días de viaje fueron necesarios al general Dangond para recorrer con múltiples penalidades la distancia, entre San Juan del Cesar-Villanueva-Valledupar-Fundación, acto seguido el gobernador Nicolás Dávila, hizo entrega al general Dangond del cheque girado por la tesorería departamental por valor de setecientos cincuenta mil pesos, ($750.000,00) moneda corriente, como premio a que se hizo merecedor por su proeza en ser el primero en transitar por el camino real, en su automóvil Ford, desde San Juan del Cesar a Fundación, el premio otorgado fue equivalente al valor del automóvil en 1926.

El gobernador Nicolás Dávila autorizó al secretario de obras públicas del departamento, el doctor Espejo, para contratar cuatrocientos obreros que se encargarían, bajo su dirección, a mejorar en tiempo récord el camino real existente entre Fundación y Valledupar, gracias a la gestión del señor gobernador, el general Dangond en su viaje de regreso hasta Valledupar redujo el tiempo de recorrido de trece días a ocho horas, se batió un récord insospechadamente. 

Carlos Vives en la telenovela ‘Escalona’ le canta al general Dangónd, en su ‘Automóvil resplandeciente’, la canción del maestro Rafael Escalona.

En el mes de julio de 1925, un automóvil procedente de la hacienda ‘Leandro’, de propiedad de la familia Pumarejo, residenciada en Barranquilla, hizo el recorrido por el camino de herradura entre la hacienda ‘Leandro’ y Valledupar, sus ocupantes y conductor pernoctaron en Valledupar y al día siguiente regresaron al punto de partida.

EL SEGUNDO CARRO Y OTROS MÁS

A mediados del año 1926 el señor Juan Carlos Lacouture Celedón adquirió en Santa Marta un automóvil Ford modelo 1926 que hizo transportar a San Juan del Cesar. 

Con posterioridad los señores: ‘Juanito’ Fernández, de San Juan del Cesar; Calin Yamin, de Villanueva; Rosa Monsalvo de Castro, de Valledupar; y Francisco Valle, de la misma población, adquirieron sus automóviles en Santa Marta y por los caminos de herradura los transportaron a sus respectivas sedes. 

VIAJE: VILLANUEVA – SAN JUAN DE CESAR – DISTRACCIÓN – FONSECA – BARRANCAS -PAPAYAL – HATONUEVO CON DESTINO A RIOHACHA VÍA CUESTECITA

En el mes de marzo de 1927, previo acuerdo entre los propietarios de tres automóviles, en Villanueva, el general Dangond y Calin Yamin y en San Juan de Cesar: Juanito Fernández iniciaron su viaje-excursión con destino a Riohacha, que vieron frustrado por las intensas lluvias en la zona comprendida entre Hatonuevo y Cuestecita, todos los intentos fueron infructuosos y con pesar se vieron obligados a regresarse a sus respectivas casas. Reiniciando el viaje-excursión en el mes de julio del mismo año, logran con éxito llegar hasta Riohacha. 

REPARACIONES DE CAMINOS REALES EN LA ANTIGUA PROVINCIA DE VALLEDUPAR Y OTRAS ZONAS 

Con especial interés y absolutamente convencido de la factibilidad de lograr con éxito acondicionar importantes caminos de herraduras existentes para transformarlos en caminos carreteables de verano, integró una cuadrilla con experto capataz y obreros, que bajo su dirección y por su cuenta exclusivas dedicaron con interés a proyectar y construir las variantes para las nuevas vías carreteables y a mejorar los caminos de herraduras existentes.

Las vías eran transitables según el régimen de lluvias, concretamente en la zona sur de la provincia de Padilla y en la provincia de Valledupar se construyeron caminos carreteables alternos entre Villanueva y Valledupar se acondicionaron tres vías, así: para veranos intensos: Villanueva-Urumita-Eneas-Guacoche-Valledupar y Villanueva-Badillo -Los Corazones-Valledupar, para las estaciones de lluvias intermedias: Villanueva – San Juan de Cesar – Los Haticos – Badillo – Los Corazones -Valledupar.

Además dedicó especial interés por mantener en óptimas condiciones los caminos carreteables: Villanueva-Urumita y Villanueva-El Molino, así como también el camino carreteable: Villanueva-Urumita-La Jagua-La Paz-San Diego-Codazzi, con éxito se fueron incorporando a la red de caminos carreteables otras vías que en un futuro no lejano sirvieron de ante-proyecto para la construcción de caminos carreteables ordenados personalmente por el señor presidente de la República doctor Alfonso López Pumarejo y su ministro de obras públicas, doctor César García Álvarez, en el mes de marzo de 1935, al efectuar su primer viaje a La Guajira, transitando por caminos carreteables.

El general Beltrán Dangond C. tuvo la fortuna de poder renovar su parque automotor, sustituyendo consecutivamente sus automóviles desde el primer Ford modelo 1925 hasta el adquirido en el año de 1962.

Al primer automóvil Ford modelo 1925 de propiedad del general Dangond le correspondía un lugar significativo en un museo para el recuerdo de generaciones futuras, pero existiendo en 1936 un aljibe en el patio de la casa materna en Villanueva, mi hermano Jorge tuvo la iniciativa y aprobación para aprovecharlo, de enterrar en ese lugar el automóvil; fácil sería localizar su tumba, pues recuerdo con exactitud el sitio del aljibe. 

Recuerdo a los choferes mecánicos excepcionales al servicio del general Dangond: Leoncio Yoardo, contratado en Santa Marta en 1926, de grandes méritos por sus proezas, su lealtad, una sencillez que lo hizo merecedor de un gran aprecio y por parte de la Asamblea del Departamento del Magdalena, en reconocimiento a sus servicios, la adjudicación de una beca para estudiar aviación en los Estados Unidos de Norte América, en el mes de abril de 1929 viajó a New York; encontrándome en París mantuve correspondencia con Leoncio hasta mediados de 1930.

Juan Peñaloza, chofer, quien por su constancia en el trabajo logró una superación admirable a mediados del año 1930.

Una vez efectuados los trabajos de reparaciones al camino real existente entre Fundación y Valledupar, ordenados por don Nicolás Dávila, gobernador del departamento del Magdalena a su secretario de Obras Públicas, doctor Espejo, se lograron velocidades que permitieron cubrir la distancia de 180 kilómetros en ocho horas, más no en sentido contrario a causa de una pendiente que exceda del 15% en el primer tramo de ascenso al ‘Alto de las Minas’, única alternativa puesta en práctica por el general Dangond lo fue cursar un telegrama de Villanueva a Los Venados a su compadre Lázaro Vélez —jefe de Resguardo de la Renta de Tabacos—, recomendándole trasladarse con su personal, a lomo de mula hasta la iniciación de la pendiente crítica a una determinada hora y día, los expertos y veteranos empujando con toda su fuerza el automóvil Ford modelo 1923 se lograra el ascenso y dieron por cumplida la misión, considerada imposible, que permitía continuar el viaje hasta Fundación. 

El compadre Lázaro Vélez fue el padre del Alcalde Mayor de Valledupar, en 1988.

POR SILVESTRE L. DANGOND DAZA/ESPECIAL PARA EL PILÓN

Especiales
5 noviembre, 2022

La histórica llegada del primer carro a Valledupar (segunda parte)

Aprovisionamiento de combustibles, lubricantes, repuestos, etc. para el automóvil Ford modelo 1925.


Por: Deivis Safady
Por: Deivis Safady

No existiendo en la región expendios de gasolina, aceites, llantas, repuestos, etc., el general Dangond, lo tenía todo previsto, había previamente organizado tres relevos que se movilizan a lomo de mula entre Fundación y Valledupar, se aceleraba al máximo el transporte de combustible, lubricantes, llantas, repuestos, etc. 

En un tiempo récord en la época se estableció por ese novedoso sistema de relevos el transporte extra-rápido que permitió la prestación de servicios del automóvil sin interrupción. El aprovisionamiento de gasolina, importada de Aruba y adquirida en Santa Marta, era dispendioso, en cajas que contenían dos latas de cinco galones cada una, la carga para una mula se conformaba con dos cajas o sea cuatro latas con capacidad de veinte galones de gasolina.

El recuerdo del éxito alcanzado por el general Dangond perdura aún entre los pocos sobrevivientes que tuvimos el privilegio de vivir en esa época. Se recuerda un caso fortuito lamentado en su época en la primera noche de transitar por las calles de Valledupar el automóvil manejado por Leoncio Yoardo: “Una señora anciana murió a consecuencia de un infarto cardiaco fulminante que le sobrevino por la impresión aterradora de ver en la oscuridad de la noche las luces de los faros del automóvil, que ella confundió con los ojos desorbitantes del diablo y al exclamar: ¡Dios mío es el espíritu del mal!”.

PREPARATIVOS PARA EL VIAJE EN AUTOMÓVIL DE SAN JUAN DEL CESAR-VILLANUEVA- VALLEDUPAR-VALENCIA-LAS PAVAS-CARACOLICITO-FUNDACIÓN

El general Dangond, al regresar de Valledupar a Villanueva, intensificó al máximo sus preparativos para la realización del proyectado y largo viaje hasta Fundación. 

La Asamblea del departamento del Magdalena, acogiendo las recomendaciones especiales del señor gobernador del departamento don Nicolás Dávila, acababa de aprobar un proyecto de ordenanza sobre fomento de intercambio, en automotores por los caminos de herraduras existentes; concretamente la Asamblea Departamental había asignado en su ordenanza una partida equivalente al valor del primer automóvil Ford modelo 1925, utilizado por el general Dangond para el recorrido entre San Juan del Cesar y Fundación. 

Carlos, Teniente José Eduardo, Jorge, madre Alicia y Silvestre.

Con la seguridad del éxito en su proyectado viaje en su automóvil, manejado por Leoncio Yoardo, a fines del mes de febrero de 1926 emprendió su recorrido, venciendo obstáculos innumerables, su aventura fue considerada irrealizable y temeraria, pero tenía a su favor la seguridad en sus preparativos y su fortaleza y convicción en sus favorables condiciones emprendió su segunda aventura.

TODA UNA LOGÍSTICA

El sector del camino real más difícil de vencer le era sin duda, el ‘Alto de las Minas’ o sea el extremo sur-oriental de la Sierra Nevada de Santa Marta, todo estaba previsto: el personal de trabajadores, los bueyes, mulas, diferenciales, palancas, manilas, cables de acero y numerosas herramientas.

Iniciada la lucha contra los obstáculos naturales, estos fueron cediendo lentamente en cuarenta y ocho horas de trabajo tenaz se logró llegar a la cima de ese sector del camino real, la seguridad del éxito entusiasmaba al general Dangond, a Leoncio Yoardo y a todos aquellos intrépidos y decididos colaboradores que tenían por meta el triunfo de una temeraria empresa al iniciarse el descenso del “Alto de Minas”, el telegrafista de “Las Pavas” comunicó al gobernador del departamento del Magdalena don Nicolás Dávila, la buena noticia del avance logrado por el general Dangond en su viaje con destino a Fundación; seguro del éxito el gobernador con sus secretarios de hacienda y de obras públicas doctor Espejo, programó e inició su viaje para el reencuentro con el general Dangond. 

En consideración a la urgencia viajaron en un ‘motor’ por vía férrea a Fundación y a lomo de mulas, en dos largas jornadas de Fundación-Caracolicito-Las Pavas, el gobernador Nicolás Dávila y sus secretarios manifestaron su entusiasmo y complacencia por el éxito alcanzado.

MUCHOS DÍAS DE VIAJES

El gobernador Dávila aceptó complacido la invitación especial del general Dangond de acompañarlo en su automóvil hasta Fundación, en donde con entusiasmo se organizaba el comité de recepción, la fiesta programada duró tres días, el acto sobresaliente y muy especial estuvo a cargo del gobernador del departamento del Magdalena, al disertar sobre el significado para el progreso que indiscutiblemente facilitaría la gestión administrativa del gobierno, el general Dangond con su hazaña acababa de demostrar la factibilidad de construcción de carreteras en el departamento del Magdalena. 

Trece días de viaje fueron necesarios al general Dangond para recorrer con múltiples penalidades la distancia, entre San Juan del Cesar-Villanueva-Valledupar-Fundación, acto seguido el gobernador Nicolás Dávila, hizo entrega al general Dangond del cheque girado por la tesorería departamental por valor de setecientos cincuenta mil pesos, ($750.000,00) moneda corriente, como premio a que se hizo merecedor por su proeza en ser el primero en transitar por el camino real, en su automóvil Ford, desde San Juan del Cesar a Fundación, el premio otorgado fue equivalente al valor del automóvil en 1926.

El gobernador Nicolás Dávila autorizó al secretario de obras públicas del departamento, el doctor Espejo, para contratar cuatrocientos obreros que se encargarían, bajo su dirección, a mejorar en tiempo récord el camino real existente entre Fundación y Valledupar, gracias a la gestión del señor gobernador, el general Dangond en su viaje de regreso hasta Valledupar redujo el tiempo de recorrido de trece días a ocho horas, se batió un récord insospechadamente. 

Carlos Vives en la telenovela ‘Escalona’ le canta al general Dangónd, en su ‘Automóvil resplandeciente’, la canción del maestro Rafael Escalona.

En el mes de julio de 1925, un automóvil procedente de la hacienda ‘Leandro’, de propiedad de la familia Pumarejo, residenciada en Barranquilla, hizo el recorrido por el camino de herradura entre la hacienda ‘Leandro’ y Valledupar, sus ocupantes y conductor pernoctaron en Valledupar y al día siguiente regresaron al punto de partida.

EL SEGUNDO CARRO Y OTROS MÁS

A mediados del año 1926 el señor Juan Carlos Lacouture Celedón adquirió en Santa Marta un automóvil Ford modelo 1926 que hizo transportar a San Juan del Cesar. 

Con posterioridad los señores: ‘Juanito’ Fernández, de San Juan del Cesar; Calin Yamin, de Villanueva; Rosa Monsalvo de Castro, de Valledupar; y Francisco Valle, de la misma población, adquirieron sus automóviles en Santa Marta y por los caminos de herradura los transportaron a sus respectivas sedes. 

VIAJE: VILLANUEVA – SAN JUAN DE CESAR – DISTRACCIÓN – FONSECA – BARRANCAS -PAPAYAL – HATONUEVO CON DESTINO A RIOHACHA VÍA CUESTECITA

En el mes de marzo de 1927, previo acuerdo entre los propietarios de tres automóviles, en Villanueva, el general Dangond y Calin Yamin y en San Juan de Cesar: Juanito Fernández iniciaron su viaje-excursión con destino a Riohacha, que vieron frustrado por las intensas lluvias en la zona comprendida entre Hatonuevo y Cuestecita, todos los intentos fueron infructuosos y con pesar se vieron obligados a regresarse a sus respectivas casas. Reiniciando el viaje-excursión en el mes de julio del mismo año, logran con éxito llegar hasta Riohacha. 

REPARACIONES DE CAMINOS REALES EN LA ANTIGUA PROVINCIA DE VALLEDUPAR Y OTRAS ZONAS 

Con especial interés y absolutamente convencido de la factibilidad de lograr con éxito acondicionar importantes caminos de herraduras existentes para transformarlos en caminos carreteables de verano, integró una cuadrilla con experto capataz y obreros, que bajo su dirección y por su cuenta exclusivas dedicaron con interés a proyectar y construir las variantes para las nuevas vías carreteables y a mejorar los caminos de herraduras existentes.

Las vías eran transitables según el régimen de lluvias, concretamente en la zona sur de la provincia de Padilla y en la provincia de Valledupar se construyeron caminos carreteables alternos entre Villanueva y Valledupar se acondicionaron tres vías, así: para veranos intensos: Villanueva-Urumita-Eneas-Guacoche-Valledupar y Villanueva-Badillo -Los Corazones-Valledupar, para las estaciones de lluvias intermedias: Villanueva – San Juan de Cesar – Los Haticos – Badillo – Los Corazones -Valledupar.

Además dedicó especial interés por mantener en óptimas condiciones los caminos carreteables: Villanueva-Urumita y Villanueva-El Molino, así como también el camino carreteable: Villanueva-Urumita-La Jagua-La Paz-San Diego-Codazzi, con éxito se fueron incorporando a la red de caminos carreteables otras vías que en un futuro no lejano sirvieron de ante-proyecto para la construcción de caminos carreteables ordenados personalmente por el señor presidente de la República doctor Alfonso López Pumarejo y su ministro de obras públicas, doctor César García Álvarez, en el mes de marzo de 1935, al efectuar su primer viaje a La Guajira, transitando por caminos carreteables.

El general Beltrán Dangond C. tuvo la fortuna de poder renovar su parque automotor, sustituyendo consecutivamente sus automóviles desde el primer Ford modelo 1925 hasta el adquirido en el año de 1962.

Al primer automóvil Ford modelo 1925 de propiedad del general Dangond le correspondía un lugar significativo en un museo para el recuerdo de generaciones futuras, pero existiendo en 1936 un aljibe en el patio de la casa materna en Villanueva, mi hermano Jorge tuvo la iniciativa y aprobación para aprovecharlo, de enterrar en ese lugar el automóvil; fácil sería localizar su tumba, pues recuerdo con exactitud el sitio del aljibe. 

Recuerdo a los choferes mecánicos excepcionales al servicio del general Dangond: Leoncio Yoardo, contratado en Santa Marta en 1926, de grandes méritos por sus proezas, su lealtad, una sencillez que lo hizo merecedor de un gran aprecio y por parte de la Asamblea del Departamento del Magdalena, en reconocimiento a sus servicios, la adjudicación de una beca para estudiar aviación en los Estados Unidos de Norte América, en el mes de abril de 1929 viajó a New York; encontrándome en París mantuve correspondencia con Leoncio hasta mediados de 1930.

Juan Peñaloza, chofer, quien por su constancia en el trabajo logró una superación admirable a mediados del año 1930.

Una vez efectuados los trabajos de reparaciones al camino real existente entre Fundación y Valledupar, ordenados por don Nicolás Dávila, gobernador del departamento del Magdalena a su secretario de Obras Públicas, doctor Espejo, se lograron velocidades que permitieron cubrir la distancia de 180 kilómetros en ocho horas, más no en sentido contrario a causa de una pendiente que exceda del 15% en el primer tramo de ascenso al ‘Alto de las Minas’, única alternativa puesta en práctica por el general Dangond lo fue cursar un telegrama de Villanueva a Los Venados a su compadre Lázaro Vélez —jefe de Resguardo de la Renta de Tabacos—, recomendándole trasladarse con su personal, a lomo de mula hasta la iniciación de la pendiente crítica a una determinada hora y día, los expertos y veteranos empujando con toda su fuerza el automóvil Ford modelo 1923 se lograra el ascenso y dieron por cumplida la misión, considerada imposible, que permitía continuar el viaje hasta Fundación. 

El compadre Lázaro Vélez fue el padre del Alcalde Mayor de Valledupar, en 1988.

POR SILVESTRE L. DANGOND DAZA/ESPECIAL PARA EL PILÓN