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Especial - 27 diciembre, 2013

La foto de la despedida

El reportero gráfico, que persiguió con su cámara a Diomedes Díaz durante más de 25 años, tuvo el honor de entregar una de sus fotos para que se plasmara en la valla de su despedida y que se puso en la tarima Francisco El Hombre. Hernando Vergara Noriega dejó correr varias lágrimas, cuando llegó a […]

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El reportero gráfico, que persiguió con su cámara a Diomedes Díaz durante más de 25 años, tuvo el honor de entregar una de sus fotos para que se plasmara en la valla de su despedida y que se puso en la tarima Francisco El Hombre.

Hernando Vergara Noriega dejó correr varias lágrimas, cuando llegó a la Plaza Alfonso López y observó la foto que le había tomado al artista, exactamente el 13 de noviembre de 2011 y que nunca se había publicado.

Era su gran homenaje al hombre que conoció en 1979 en el barrio Cañaguate de Valledupar, donde lo veía practicar con ‘Colacho’ Mendoza y otros músicos.

En medio de esos seguimientos gráficos al artista, cuando entregó una gran cantidad de chivos a los indígenas arhuacos, y en medio de la emoción se puso la totozuma, y quedó como una autoridad tradicional. Esa gráfica le dio la vuelta al mundo y sirvió para que pintores lo plasmaran en lienzos.

Ese mismo día, Hernando Vergara fue sorprendido por Diomedes Díaz, cuando al momento de montarse en su moto, vehículo donde anduvo por varios años, lo llamó para regalarle un chivo pequeño.

“Después de cumplir mi trabajo me llamó para regalarme el chivo y hasta me lo montó en la moto. Al cabo de algún tiempo nos encontramos y me preguntó que si tenía un rebaño”, dice sonriendo Nando Vergara.

La unión con Iván

Un momento importante en la vida de Diomedes Díaz, también tuvo oportunidad de registrar con su cámara, cuando a los pocos días de fallecer Juancho Rois, fue llamado al barrio Los Cortijos, era que estaba lista la unión con el acordeonero Iván Zuleta. Ese día Diomedes le dijo: “Con esa foto te harás rico”. Y efectivamente fue rico, pero de cariño por parte de sus colegas y amigos.

Toda su vida se la ha pasado tomando fotos, pero el momento grato en la vida de reportero gráfico, sucedió la vez en que el mismo artista le pidió que se tomaran una foto. “Vengase, tómese una foto conmigo”. Y de esta manera quedó el único registro de ese momento.

La última foto se la tomó no hace mucho tiempo cuando lo observó saludando a unos amigos, como a las seis de la mañana, cerca al colegio Ateneo del Rosario. Cruzaron varias palabras y se desearon un buen día.

Dice Nando Vergara que esa fue la última foto, pero en realidad la última fue en la tarima Francisco El Hombre de la plaza Alfonso López, donde el artista yacía vestido de blanco y recibiendo la despedida en medio de lágrimas y cantos de sus seguidores.

Entonces hace un escape al pasado y manifiesta: “Diomedes era un genio, un grande y como el mismo lo decía, no nacen todos los días. Para mí fue un honor registrar grandes momentos de su vida musical, que no me hicieron rico, como me dijo, pero si grandes satisfacciones personales”.

Cientos de gráficas en su trabajo profesional tiene Hernando Vergara Noriega, del hombre humilde y sincero, como lo resalta, que le permitió entregar un aporte a su despedida. Una despedida a la que le tenía miedo y donde expresó que cuando se acercara ya la ciencia estaba avanzada para evitarlo.

Hernando caminaba de un lado a otro de la tarima, y no dejaba de mirar la valla donde se registra la foto y la frase: “El vallenato llora al coloso. Él nació para no morir, su obra es inmortal”.

Lo que si queda claro es que esa foto lo marcará de por vida, como la mejor y por la expresión del artista que dejó como legado su canto y su fama.

Por Juan Rincón Vanegas

Especial
27 diciembre, 2013

La foto de la despedida

El reportero gráfico, que persiguió con su cámara a Diomedes Díaz durante más de 25 años, tuvo el honor de entregar una de sus fotos para que se plasmara en la valla de su despedida y que se puso en la tarima Francisco El Hombre. Hernando Vergara Noriega dejó correr varias lágrimas, cuando llegó a […]


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El reportero gráfico, que persiguió con su cámara a Diomedes Díaz durante más de 25 años, tuvo el honor de entregar una de sus fotos para que se plasmara en la valla de su despedida y que se puso en la tarima Francisco El Hombre.

Hernando Vergara Noriega dejó correr varias lágrimas, cuando llegó a la Plaza Alfonso López y observó la foto que le había tomado al artista, exactamente el 13 de noviembre de 2011 y que nunca se había publicado.

Era su gran homenaje al hombre que conoció en 1979 en el barrio Cañaguate de Valledupar, donde lo veía practicar con ‘Colacho’ Mendoza y otros músicos.

En medio de esos seguimientos gráficos al artista, cuando entregó una gran cantidad de chivos a los indígenas arhuacos, y en medio de la emoción se puso la totozuma, y quedó como una autoridad tradicional. Esa gráfica le dio la vuelta al mundo y sirvió para que pintores lo plasmaran en lienzos.

Ese mismo día, Hernando Vergara fue sorprendido por Diomedes Díaz, cuando al momento de montarse en su moto, vehículo donde anduvo por varios años, lo llamó para regalarle un chivo pequeño.

“Después de cumplir mi trabajo me llamó para regalarme el chivo y hasta me lo montó en la moto. Al cabo de algún tiempo nos encontramos y me preguntó que si tenía un rebaño”, dice sonriendo Nando Vergara.

La unión con Iván

Un momento importante en la vida de Diomedes Díaz, también tuvo oportunidad de registrar con su cámara, cuando a los pocos días de fallecer Juancho Rois, fue llamado al barrio Los Cortijos, era que estaba lista la unión con el acordeonero Iván Zuleta. Ese día Diomedes le dijo: “Con esa foto te harás rico”. Y efectivamente fue rico, pero de cariño por parte de sus colegas y amigos.

Toda su vida se la ha pasado tomando fotos, pero el momento grato en la vida de reportero gráfico, sucedió la vez en que el mismo artista le pidió que se tomaran una foto. “Vengase, tómese una foto conmigo”. Y de esta manera quedó el único registro de ese momento.

La última foto se la tomó no hace mucho tiempo cuando lo observó saludando a unos amigos, como a las seis de la mañana, cerca al colegio Ateneo del Rosario. Cruzaron varias palabras y se desearon un buen día.

Dice Nando Vergara que esa fue la última foto, pero en realidad la última fue en la tarima Francisco El Hombre de la plaza Alfonso López, donde el artista yacía vestido de blanco y recibiendo la despedida en medio de lágrimas y cantos de sus seguidores.

Entonces hace un escape al pasado y manifiesta: “Diomedes era un genio, un grande y como el mismo lo decía, no nacen todos los días. Para mí fue un honor registrar grandes momentos de su vida musical, que no me hicieron rico, como me dijo, pero si grandes satisfacciones personales”.

Cientos de gráficas en su trabajo profesional tiene Hernando Vergara Noriega, del hombre humilde y sincero, como lo resalta, que le permitió entregar un aporte a su despedida. Una despedida a la que le tenía miedo y donde expresó que cuando se acercara ya la ciencia estaba avanzada para evitarlo.

Hernando caminaba de un lado a otro de la tarima, y no dejaba de mirar la valla donde se registra la foto y la frase: “El vallenato llora al coloso. Él nació para no morir, su obra es inmortal”.

Lo que si queda claro es que esa foto lo marcará de por vida, como la mejor y por la expresión del artista que dejó como legado su canto y su fama.

Por Juan Rincón Vanegas