Desde que se desató la crisis producto del hallazgo de focos de infección con este virus, la ciudadanía se ha abstenido en cierta medida de comprar carnes, algo que se refleja en las bajas ventas que registran a día de hoy lugares como el pabellón de carnes del Mercado Público de Valledupar.
Los pasillos casi vacíos del pabellón de las carnes en el Mercado Público de Valledupar un día domingo, en el que generalmente los vendedores están habituados a ver un panorama concurrido de clientes, es hoy el reflejo de la situación que se está viviendo en la región producto de la crisis que se ha generado a raíz del brote de fiebre aftosa que hay en el país, según explicaron algunos comerciantes de esta zona.
La situación, que ya cumple prácticamente un mes a nivel nacional desde que se alertó en Sogamoso y que en el Cesar se empezó a presentar con un brote en el municipio de San Diego, mantiene alejados a muchos consumidores de realizar la compra común de estos productos y a su vez genera una gran afectación a los gremios involucrados.
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“Ahorita no estamos comprando carne hasta que no pase esto porque tenemos temor”, expresó Nuris Contreras, quien por lo general hace compras cada ocho días en el pabellón del mercado pero que ahora prefiere abstenerse hasta que no se supere la situación.
Por su parte Gustavo Rincones, representante del gremio del pabellón de las carnes, aseguró que “sin querer sonar alarmante” las ventas han disminuido en un 70 % y que ahora en lugar de los consumidores son ellos mismos los que están paseando por el pabellón.
“Hemos tratado de manejar esto lo mejor posible pero no hemos tenido el acompañamiento que se necesita”, manifestó Rincones.
La abstinencia de la gente para comprar carnes se debe según muchos de los vendedores a la mala información que se ha provocado con esta problemática puesto que se han dicho muchas cosas que no son ciertas y que los han afectado directamente. De acuerdo con Anibal Charris, quien hace 20 años labora en este lugar, la carne que allí ingresa proviene de los mataderos que están regulados por el Invima y la Secretaría de Salud.
“Le digo a la ciudadanía de Valledupar que pueden venir a comprar su carne normalmente, que no hay inconveniente de que los animales estén enfermos ni nada de esas cuestiones”, reiteró Charris.
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Además, a nivel médico el consumo de carnes de bovinos o porcinos con el virus no representa un riesgo para los seres humanos. El médico José Alejandro Fragozo Suárez explicó que se trata de una enfermedad que solo afecta a los animales.
En el mismo sentido, el secretario de Salud del departamento, Nicolás Muhrez Muvdi, al ser indagado sobre el riesgo de estos productos para los humanos, recordó una publicación de EL TIEMPO en la cual Carlos Francisco Fernández explica: “El picornavirus, que es el responsable de la afectación, tiene como huésped específico las células de estos animales, condicionado por afinidades de tipo genético y evolutivo. En otras palabras, el virus puede multiplicarse fácilmente (lo que es su función) dentro de las células de estas especies y no de otras, por lo que al llegar al cuerpo humano no encuentra el ambiente favorable para reproducirse y muere o simplemente es destruido por el cuerpo”. Aunque recuerda que la recomendación es abstenerse de consumir todos los productos provenientes de animales con la fiebre aftosa.
De la misma manera Deyanira Barrero, gerente general del Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, recordó que frente a la preocupación de la gente sobre si la carne podía ser consumida o si tenía un riesgo de que la gente pudiera enfermar, desde esta entidad emitieron un comunicado aclarando que la fiebre aftosa no es una enfermedad que se transmita a los humanos por lo que no constituye un riesgo de salud pública.
A la vez manifestó que a partir de la reunión que se realizó con los ganaderos se coordinó que los animales que van con destino al sacrificio sean trasladados bajo ciertas condiciones de control y supervisión, para garantizar que los mismos estén sanos “por el riesgo que implica movilizar animales enfermos que pueden contaminar otros predios o que pueden contaminar la ganadería, pero no porque signifiquen un riesgo para las personas”.
Precisamente este riguroso protocolo que se está siguiendo es una de las medidas para contrarrestar la situación, pero de acuerdo con Jorge Luis Oñate, presidente de la Federación de Ganaderos del Cesar, Fegacesar todavía no es suficiente.
Aunque hasta ayer Oñate desconocía las estrategias sanitarias que socializó en Chinú, Córdoba, el ministro de Agricultura, Andrés Valencia Pinzón, expresó que los ganaderos de la región están solicitando una reunión interminiesterial con los dirigentes de las carteras de agricultura, hacienda, salud y relaciones exteriores, para hacer frente a la situación.
Entre las estrategias figura la compra de 2.500 reses para sacrificio cuya carne se entregaría a población vulnerable en el país y la instalación de un puesto de mando unificado en la zona de fronteras. “El golpe económico que ha sufrido la ganadería es muy grande y hay que tomar medidas para recuperar. Tenemos confianza que el gobierno nacional haga presencia con las medidas que se necesitan para que el gremio ganadero salga adelante porque hasta ahora ha sido ausente en las medidas que se deben tomar”, declaró Oñate.
Al tiempo se refirió a que además de la disminución considerable en el sacrificio de los animales, a la ciudad está ingresando carne proveniente de Venezuela que no cuenta con la cadena de frío requerida y que en general se transporta en condiciones que no permiten que sea un producto apto para el consumo humano. Por este motivo recomendó a la ciudadanía que se abstenga de comprar en los expendios de barrio que no cuentan con licencias que los autoricen para la venta.
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Sobre la calidad de las carnes que se comercializan en el mercado de la ciudad, expresó la confianza del gremio en que allí se estén distribuyendo las carnes de los mataderos certificados de la zona que son tanto el que hay en la capital del Cesar como el del municipio de Villanueva, La Guajira, al cual justamente se refirieron los vendedores de dicho lugar como uno de sus expendedores.
Más allá de la situación comercial que atraviesa ahora mismo la compra y venta de carne de bovinos y porcinos, la alarma por el virus de la fiebre aftosa sigue encendida.
La gerente del ICA explicó que acaban de finalizar el sacrificio de los animales que estaban comprometidos en los focos que fueron detectados en el departamento. En dichos lugares se están aplicando las medidas de limpieza y desinfección para finalizar el proceso sanitario, entre tanto tienen un foco pendiente en la vereda Los Brasiles del municipio de San Diego, donde existe también la medida de erradicación.
En cuanto al proceso que se cumplió en la zona periurbana de Valledupar donde fueron sacrificados 120 porcinos en un predio ubicado en la carrera cuarta, donde había sido detectado un foco de aftosa, Cristian Martelo, gerente de Aseo del Norte, empresa que hizo acompañamiento para la recolección de los animales una vez sacrificados, explicó que para la disposición de este tipo de animales que no tienen ningún riesgo biológico ni riesgo anatomopatológico se dispusieron en un relleno sanitario como cualquier residuo ordinario de la misma manera que dicha compañía actúa cuando recogen animales en las calles que han fallecido.
“Conlleva el mismo procedimiento, que significa recogerlo de la forma más humanitaria posible y disponerlo de la forma más humanitaria posible que significa que lo recogemos con una pala y lo disponemos en el vehículo que cumple con las características que ellos exigen; evitar derramamiento de líquidos y ya dispuesto en el relleno sanitario en una celda acondicionada para tal fin”, reveló Martelo.
Entre tanto, con relación al departamento de La Guajira, con el que limita al norte el Cesar, la funcionaria del ICA expresó que de la misma forma van a ordenar el sacrificio de los animales que estaban en el predio que se encontraba bajo vigilancia semanas atrás y sobre el esperaban los resultados del diagnóstico.
Al tiempo están aplicando las medidas de vacunación de emergencia en los predios que están alrededor; en los bovinos y los porcinos se hizo la anticipación del ciclo de vacunación en este departamento del norte de Colombia mientras que en el Cesar inició el 24 de octubre. Sobre el panorama en La Guajira, Barrero aclaró: “No hay un compromiso amplio de otros predios contaminados, es decir diferente, por ejemplo, al caso del Cesar, donde nosotros ya teníamos cuatro focos de animales que se podían movilizar de distintos lugares y teníamos dispuestas fuentes de prevención, esto para explicar que también la medida se expide considerando un poco la condición del foco”.
A través de la Resolución 00035002 del pasado viernes 26 de octubre se declaró una cuarentena sanitaria en los municipios de Maicao, Manaure, Uribia y Albania por presentación de foco de fiebre aftosa. En la misma resolución se dispone, entre otras, las medidas sanitarias, el control oficial por parte del ICA y las sanciones.
Desde que se desató la crisis producto del hallazgo de focos de infección con este virus, la ciudadanía se ha abstenido en cierta medida de comprar carnes, algo que se refleja en las bajas ventas que registran a día de hoy lugares como el pabellón de carnes del Mercado Público de Valledupar.
Los pasillos casi vacíos del pabellón de las carnes en el Mercado Público de Valledupar un día domingo, en el que generalmente los vendedores están habituados a ver un panorama concurrido de clientes, es hoy el reflejo de la situación que se está viviendo en la región producto de la crisis que se ha generado a raíz del brote de fiebre aftosa que hay en el país, según explicaron algunos comerciantes de esta zona.
La situación, que ya cumple prácticamente un mes a nivel nacional desde que se alertó en Sogamoso y que en el Cesar se empezó a presentar con un brote en el municipio de San Diego, mantiene alejados a muchos consumidores de realizar la compra común de estos productos y a su vez genera una gran afectación a los gremios involucrados.
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“Ahorita no estamos comprando carne hasta que no pase esto porque tenemos temor”, expresó Nuris Contreras, quien por lo general hace compras cada ocho días en el pabellón del mercado pero que ahora prefiere abstenerse hasta que no se supere la situación.
Por su parte Gustavo Rincones, representante del gremio del pabellón de las carnes, aseguró que “sin querer sonar alarmante” las ventas han disminuido en un 70 % y que ahora en lugar de los consumidores son ellos mismos los que están paseando por el pabellón.
“Hemos tratado de manejar esto lo mejor posible pero no hemos tenido el acompañamiento que se necesita”, manifestó Rincones.
La abstinencia de la gente para comprar carnes se debe según muchos de los vendedores a la mala información que se ha provocado con esta problemática puesto que se han dicho muchas cosas que no son ciertas y que los han afectado directamente. De acuerdo con Anibal Charris, quien hace 20 años labora en este lugar, la carne que allí ingresa proviene de los mataderos que están regulados por el Invima y la Secretaría de Salud.
“Le digo a la ciudadanía de Valledupar que pueden venir a comprar su carne normalmente, que no hay inconveniente de que los animales estén enfermos ni nada de esas cuestiones”, reiteró Charris.
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Además, a nivel médico el consumo de carnes de bovinos o porcinos con el virus no representa un riesgo para los seres humanos. El médico José Alejandro Fragozo Suárez explicó que se trata de una enfermedad que solo afecta a los animales.
En el mismo sentido, el secretario de Salud del departamento, Nicolás Muhrez Muvdi, al ser indagado sobre el riesgo de estos productos para los humanos, recordó una publicación de EL TIEMPO en la cual Carlos Francisco Fernández explica: “El picornavirus, que es el responsable de la afectación, tiene como huésped específico las células de estos animales, condicionado por afinidades de tipo genético y evolutivo. En otras palabras, el virus puede multiplicarse fácilmente (lo que es su función) dentro de las células de estas especies y no de otras, por lo que al llegar al cuerpo humano no encuentra el ambiente favorable para reproducirse y muere o simplemente es destruido por el cuerpo”. Aunque recuerda que la recomendación es abstenerse de consumir todos los productos provenientes de animales con la fiebre aftosa.
De la misma manera Deyanira Barrero, gerente general del Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, recordó que frente a la preocupación de la gente sobre si la carne podía ser consumida o si tenía un riesgo de que la gente pudiera enfermar, desde esta entidad emitieron un comunicado aclarando que la fiebre aftosa no es una enfermedad que se transmita a los humanos por lo que no constituye un riesgo de salud pública.
A la vez manifestó que a partir de la reunión que se realizó con los ganaderos se coordinó que los animales que van con destino al sacrificio sean trasladados bajo ciertas condiciones de control y supervisión, para garantizar que los mismos estén sanos “por el riesgo que implica movilizar animales enfermos que pueden contaminar otros predios o que pueden contaminar la ganadería, pero no porque signifiquen un riesgo para las personas”.
Precisamente este riguroso protocolo que se está siguiendo es una de las medidas para contrarrestar la situación, pero de acuerdo con Jorge Luis Oñate, presidente de la Federación de Ganaderos del Cesar, Fegacesar todavía no es suficiente.
Aunque hasta ayer Oñate desconocía las estrategias sanitarias que socializó en Chinú, Córdoba, el ministro de Agricultura, Andrés Valencia Pinzón, expresó que los ganaderos de la región están solicitando una reunión interminiesterial con los dirigentes de las carteras de agricultura, hacienda, salud y relaciones exteriores, para hacer frente a la situación.
Entre las estrategias figura la compra de 2.500 reses para sacrificio cuya carne se entregaría a población vulnerable en el país y la instalación de un puesto de mando unificado en la zona de fronteras. “El golpe económico que ha sufrido la ganadería es muy grande y hay que tomar medidas para recuperar. Tenemos confianza que el gobierno nacional haga presencia con las medidas que se necesitan para que el gremio ganadero salga adelante porque hasta ahora ha sido ausente en las medidas que se deben tomar”, declaró Oñate.
Al tiempo se refirió a que además de la disminución considerable en el sacrificio de los animales, a la ciudad está ingresando carne proveniente de Venezuela que no cuenta con la cadena de frío requerida y que en general se transporta en condiciones que no permiten que sea un producto apto para el consumo humano. Por este motivo recomendó a la ciudadanía que se abstenga de comprar en los expendios de barrio que no cuentan con licencias que los autoricen para la venta.
Lea aquí también: Diputados analizarán situación de fiebre aftosa en el Cesar
Sobre la calidad de las carnes que se comercializan en el mercado de la ciudad, expresó la confianza del gremio en que allí se estén distribuyendo las carnes de los mataderos certificados de la zona que son tanto el que hay en la capital del Cesar como el del municipio de Villanueva, La Guajira, al cual justamente se refirieron los vendedores de dicho lugar como uno de sus expendedores.
Más allá de la situación comercial que atraviesa ahora mismo la compra y venta de carne de bovinos y porcinos, la alarma por el virus de la fiebre aftosa sigue encendida.
La gerente del ICA explicó que acaban de finalizar el sacrificio de los animales que estaban comprometidos en los focos que fueron detectados en el departamento. En dichos lugares se están aplicando las medidas de limpieza y desinfección para finalizar el proceso sanitario, entre tanto tienen un foco pendiente en la vereda Los Brasiles del municipio de San Diego, donde existe también la medida de erradicación.
En cuanto al proceso que se cumplió en la zona periurbana de Valledupar donde fueron sacrificados 120 porcinos en un predio ubicado en la carrera cuarta, donde había sido detectado un foco de aftosa, Cristian Martelo, gerente de Aseo del Norte, empresa que hizo acompañamiento para la recolección de los animales una vez sacrificados, explicó que para la disposición de este tipo de animales que no tienen ningún riesgo biológico ni riesgo anatomopatológico se dispusieron en un relleno sanitario como cualquier residuo ordinario de la misma manera que dicha compañía actúa cuando recogen animales en las calles que han fallecido.
“Conlleva el mismo procedimiento, que significa recogerlo de la forma más humanitaria posible y disponerlo de la forma más humanitaria posible que significa que lo recogemos con una pala y lo disponemos en el vehículo que cumple con las características que ellos exigen; evitar derramamiento de líquidos y ya dispuesto en el relleno sanitario en una celda acondicionada para tal fin”, reveló Martelo.
Entre tanto, con relación al departamento de La Guajira, con el que limita al norte el Cesar, la funcionaria del ICA expresó que de la misma forma van a ordenar el sacrificio de los animales que estaban en el predio que se encontraba bajo vigilancia semanas atrás y sobre el esperaban los resultados del diagnóstico.
Al tiempo están aplicando las medidas de vacunación de emergencia en los predios que están alrededor; en los bovinos y los porcinos se hizo la anticipación del ciclo de vacunación en este departamento del norte de Colombia mientras que en el Cesar inició el 24 de octubre. Sobre el panorama en La Guajira, Barrero aclaró: “No hay un compromiso amplio de otros predios contaminados, es decir diferente, por ejemplo, al caso del Cesar, donde nosotros ya teníamos cuatro focos de animales que se podían movilizar de distintos lugares y teníamos dispuestas fuentes de prevención, esto para explicar que también la medida se expide considerando un poco la condición del foco”.
A través de la Resolución 00035002 del pasado viernes 26 de octubre se declaró una cuarentena sanitaria en los municipios de Maicao, Manaure, Uribia y Albania por presentación de foco de fiebre aftosa. En la misma resolución se dispone, entre otras, las medidas sanitarias, el control oficial por parte del ICA y las sanciones.