Familiares, amigos, comunales y trabajadores de los medios de comunicación despidieron al líder Antonio Castillo Calderón, quien falleció el pasado lunes 24 de febrero en la Clínica Santa Isabel a la edad de 60 años.
Familiares, amigos, comunales y trabajadores de los medios de comunicación despidieron al líder Antonio Castillo Calderón, quien falleció el pasado lunes 24 de febrero en la Clínica Santa Isabel a la edad de 60 años.
Antonio, nacido en Caracolicito, corregimiento de El Copey, llegó a Valledupar en busca de progreso en donde se hizo bachiller lopereno y contador público de la Universidad Popular del Cesar, UPC. Castillo Calderón trabajó en Radio Guatapurí, La Voz del Cañaguate, Fonvisocial y se desempeñó como contador de varias empresas.
El liderazgo comunal lo llevó a desempeñarse como presidente de la Junta de Acción Comunal, JAC, del barrio Los Cocos en la Comuna dos. El locutor y periodista Arnol Castillo, su hermano, lo recuerda como un hombre correcto y de buenas costumbres. “Salsero a morir y amante del buen vallenato”.
Su sepelio fue el día de ayer en el cementerio Jardines del Ecce Homo.
Familiares, amigos, comunales y trabajadores de los medios de comunicación despidieron al líder Antonio Castillo Calderón, quien falleció el pasado lunes 24 de febrero en la Clínica Santa Isabel a la edad de 60 años.
Familiares, amigos, comunales y trabajadores de los medios de comunicación despidieron al líder Antonio Castillo Calderón, quien falleció el pasado lunes 24 de febrero en la Clínica Santa Isabel a la edad de 60 años.
Antonio, nacido en Caracolicito, corregimiento de El Copey, llegó a Valledupar en busca de progreso en donde se hizo bachiller lopereno y contador público de la Universidad Popular del Cesar, UPC. Castillo Calderón trabajó en Radio Guatapurí, La Voz del Cañaguate, Fonvisocial y se desempeñó como contador de varias empresas.
El liderazgo comunal lo llevó a desempeñarse como presidente de la Junta de Acción Comunal, JAC, del barrio Los Cocos en la Comuna dos. El locutor y periodista Arnol Castillo, su hermano, lo recuerda como un hombre correcto y de buenas costumbres. “Salsero a morir y amante del buen vallenato”.
Su sepelio fue el día de ayer en el cementerio Jardines del Ecce Homo.